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El documento proporciona información sobre varias civilizaciones antiguas incluyendo Egipto, Mesopotamia, China, India y Grecia. Describe brevemente la historia y características clave de cada civilización, como su ubicación geográfica, principales períodos históricos, desarrollo de la escritura y contribuciones culturales.
El documento proporciona información sobre varias civilizaciones antiguas incluyendo Egipto, Mesopotamia, China, India y Grecia. Describe brevemente la historia y características clave de cada civilización, como su ubicación geográfica, principales períodos históricos, desarrollo de la escritura y contribuciones culturales.
El documento proporciona información sobre varias civilizaciones antiguas incluyendo Egipto, Mesopotamia, China, India y Grecia. Describe brevemente la historia y características clave de cada civilización, como su ubicación geográfica, principales períodos históricos, desarrollo de la escritura y contribuciones culturales.
Civilizaciones antiguas Egipto y Mesopotamia china e india
otras civilizaciones antiguas (creta, la polinesia) Grecia
antigua Antiguo Egipto El Antiguo Egipto fue una civilización agrícola de la Antigüedad, que se originó a lo largo del cauce medio y bajo del río Nilo, cuya historia abarca más de tres milenios. Se la considera una de las más importantes de la Humanidad.1 El área denominada Antiguo Egipto ha variado a lo largo de los siglos, pero en general se acepta que abarcaba desde el delta del Nilo en el norte, hasta Elefantina, en la primera catarata del Nilo, en el sur. Además controlaba el desierto oriental, la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí, y un gran territorio occidental dominando los dispersos oasis. Históricamente, estaba formado por el Alto y el Bajo Egipto, al sur y al norte respectivamente, que precedieron a la creación de un estado unificado. En su período de mayor expansión controló los reinos amorreos de Palestina y el norte de Siria, llegando hasta el Éufrates medio, y las jefaturas nubias del Sudán, hasta el Jebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo. Ejerció una importante influencia cultural entre los pueblos vecinos, e incluso en regiones tan alejadas como Chipre, la costa de Anatolia y la península helénica. La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3500 años. Comenzó con la unificación de algunas ciudades del valle del Nilo, alrededor del año 3150 a. C., y convencionalmente se da por finalizada en el año 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, el cual desapareció como Estado. Este acontecimiento no representó el primer período de dominación extranjera en Egipto, pero condujo a una transformación gradual en la vida política y religiosa del valle del Nilo, marcando el final del desarrollo independiente de su identidad cultural. Esta, sin embargo, había comenzado a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los persas (siglo VI a. C.) y los macedonios (siglo IV a. C.), especialmente durante el período de los Ptolomeo. La llegada del cristianismo, y su expansión entre los nativos egipcios, cortó uno de las últimas supervivencias de antigua cultura egipcia. En 535, por orden de Justiniano I, fue prohibido el culto a la diosa Isis, en el templo de File con lo cual terminó una religión de más de cuatro milenios. No obstante, el idioma egipcio (llamado copto) siguió siendo utilizado, escrito en un alfabeto derivado del griego, y los egipcios nativos se identificaron plenamente con el cristianismo, en especial con la doctrina monofisita. Surgió entonces una literatura copta, de carácter cristiano, que recogía mitos, costumbres y creencias de la antigua religión tradicional. La desaparición del copto y su sustitución por el árabe, en el marco de la islamización del país después de su conquista, supuso el final definitivo de los últimos restos del Antiguo Egipto. Mesopotamia antigua En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre el 6000 y el 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al Neolítico. Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones de desarrollo más tardío, entre ellas Mesopotamia interior. Este hecho conllevó el desarrollo de las ciudades, siendo algunas de las primeras Bouqras, Umm Dabaghiyah y Yarim y, más tardíamente, Tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la llamada cultura Umm Dabaghiyah. Posteriormente esta fue sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra, entre el 5000 y el 5600 a. C., y por la cultura Halaf entre el 5600 y el 4000 a. C. (Halaf tardío). Aproximadamente en el 3000 a. C., apareció la escritura, en aquella época utilizada solo para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Los primeros escritos que se han hallado están grabados sobre arcilla (muy frecuente en aquella zona) con unos dibujos formados por líneas (pictogramas). La civilización urbana siguió avanzando durante el período de El Obeid (5000 a. C. –3700 a. C.) con avances en las técnicas cerámicas y de regadío7 y la construcción de los primeros templos urbanos. Tras El Obeid, se sucede el Período de Uruk, en el cual la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro y que evolucionaría hacia las primeras formas de escritura Antigua china La historia de China, una de las civilizaciones más antiguas del mundo con continuidad hasta la actualidad, tiene sus orígenes en la cuenca del río Amarillo donde surgieron las primeras dinastías Xia, Shang y Zhou. La existencia de documentos escritos hace cerca de 3500 años ha permitido el desarrollo en China de una tradición historiográfica muy precisa, que ofrece una narración continua desde las primeras dinastías hasta la Edad Contemporánea. La cultura china, según el mito, se inaugura con los tres emperadores originarios: Fuxi, Shennong y finalmente el Emperador Amarillo Huang, este último considerado como el verdadero creador de la cultura. Sin embargo, no existen registros históricos que demuestren la existencia real de estas personalidades, las que de acuerdo con la transmisión oral de generación en generación, habrían vivido hace unos 5000 a 6000 años. La enorme extensión geográfica del estado actual de la República Popular China hace que la historia de todo este territorio abarque, en sentido amplio, a un gran número de pueblos y civilizaciones. Sin embargo, la cronología tradicional de la historia china se centra, en un sentido más restringido, en el grupo étnico de los chinos, y está íntimamente asociada a la evolución de la lengua china y su sistema de escritura basado en los ideogramas. Esta continuidad cultural y lingüística es la que permite establecer una línea expositiva de la historia de la civilización china, que, tanto desde los textos más antiguos del I milenio a. C., como desde los clásicos confucianos, pasando por las grandes historias dinásticas promovidas por los emperadores, ha continuado hasta el presente. Los descubrimientos arqueológicos del siglo XX, muy en especial los de los huesos oraculares, que recogen las primeras manifestaciones escritas en lengua china, han contribuido en las últimas décadas a un conocimiento más detallado de los orígenes de la civilización china. La narración tradicional china de la historia se basa en el llamado ciclo dinástico, mediante el cual los acontecimientos históricos se explican como el resultado de sucesivas dinastías de reyes y emperadores que pasan por etapas alternas de auge y declive. Este modelo del ciclo dinástico ha sido criticado por muchos autores por dos razones fundamentales: En primer lugar, por su simplismo, ya que el modelo adopta un patrón recurrente según el cual los primeros emperadores son heroicos y virtuosos, mientras que los últimos son débiles y corruptos. Esta visión está sin duda influida por la interpretación de las propias dinastías reinantes, las cuales encontraban en la degradación de la dinastía precedente una legitimación de su propio ascenso al poder. En segundo lugar, el modelo dinástico ha sido también criticado por presentar una visión nacionalista artificial, pues lo que en una interpretación alternativa podría verse como una sucesión de diferentes estados y civilizaciones en un mismo territorio, aparece como una mera alternancia de regímenes de gobierno en el marco imperturbable de una entidad nacional única. La india en la antigüedad La historia de la India en la época precedente a 1950 es inseparable de la historia del subcontinente indio, al cual pertenece esta nación. Incluye los asentamientos y las sociedades prehistóricas en la región, la avanzada civilización del valle del Indo y la fusión de la cultura indoaria para formar la civilización védica;1 el origen del hinduismo, del jainismo y del budismo; la sucesión de poderosas dinastías e imperios durante más de tres milenios en varias áreas del subcontinente que incluye el crecimiento de dominios musulmanes interconectados con las potencias hindúes; la llegada de los comerciantes europeos que dio como resultado el establecimiento de la India Británica, y el subsecuente movimiento de independencia que condujo a la partición de la India y a la creación de la república de la India. La civilización del valle del Indo, considerada una civilización originaria, que se extendió y floreció en el noroeste del subcontinente indio entre 3300 y 1300 a. C., fue la primera gran civilización del sur de Asia. Durante el período Harappense, entre 2600 y 1900,que desarrolló una cultura urbana tecnológicamente avanzada. Esa civilización colapsó a inicios del II milenio a. C. y fue sucedida por la civilización védica de la Edad del Hierro. En esa era se compusieron los Vedas, textos seminales del hinduismo, se formaron los janapadas (entidades políticas monárquicas) y la estratificación basada en castas. La civilización védica tardía se extendió sobre la llanura indogangética y gran parte del subcontinente, y fue testigo del surgimiento de estados mayores conocidos como mahajanapadas. En Magadha, uno de estos reinos, Buda Gautama y Mahavira propagaron sus filosofías shramánicas durante los siglos V y VI a. C. Grecia antigua Las locuciones Antigua Grecia o Grecia Antigua se refieren al período de la historia griega que abarca desde la Edad oscura de Grecia, comenzando en el año 1200 a. C. y la invasión dórica, hasta el año 146 a. C. y la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera generalmente como la cultura seminal que sirvió de base a la civilización occidental. La cultura griega tuvo una influencia notable sobre el Imperio romano, que la difundió a través de sus territorios en Europa, norte de África y Oriente Próximo. La civilización de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos xv y xvi en el continente europeo y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos xviii y xix en este continente y América. La civilización griega era básicamente marítima, comercial y expansiva. Una realidad histórica en la que el componente geográfico jugó un papel crucial en la medida en que las características físicas del sur de la península de los Balcanes, de accidentado relieve, complicaban la actividad agrícola y las comunicaciones internas, mientras que su dilatada longitud costera favorecía su expansión hacia ultramar. Un fenómeno sobre el que incidirían también de forma substancial la presión demográfica originada por las sucesivas oleadas de pueblos (entre ellos los aqueos, los jonios y los dorios) que invadieron y ocuparon la Hélade a lo largo del iii y ii milenio a. C.