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Sube a nacer conmigo, hermano. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
PABLO NERUDA
Dame la mano desde la profunda Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
zona de tu dolor diseminado. y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo. El viento de la noche gira en el cielo y canta.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Mírame desde el fondo de la tierra, Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares: En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
albañil del andamio desafiado: La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados: Ella me quiso, a veces yo también la quería.
agricultor temblando en la semilla: Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
vuestros viejos dolores enterrados. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado, Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
porque la joya no brilló o la tierra Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
y la madera en que os crucificaron, La noche está estrellada y ella no está conmigo.
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
a través de los siglos en las llagas Mi alma no se contenta con haberla perdido.
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. Como para acercarla mi mirada la busca.
A través de la tierra juntad todos Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
como si yo estuviera con vosotros anclado, Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso, Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
afilad los cuchillos que guardasteis, Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos, De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
como un río de tigres enterrados, Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Apegadme los cuerpos como imanes. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Acudid a mis venas y a mi boca,
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DÉCALOGO DEL ARTISTA
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.
III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las
ferias no es Ella.
IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas
de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.
X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso
de Dios, que es la Naturaleza.
GABRIELA MISTRAL
Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.
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QUÉ LES QUEDA A LOS JÓVENES TE QUIERO
¿Qué les queda por probar a los jóvenes Tus manos son mi caricia
en este mundo de paciencia y asco? mis acordes cotidianos
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo? te quiero porque tus manos
también les queda no decir amén trabajan por la justicia
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía si te quiero es porque sos
ser jóvenes sin prisa y con memoria mi amor mi cómplice y todo
situarse en una historia que es la suya y en la calle codo a codo
no convertirse en viejos prematuros somos mucho más que dos
¿qué les queda por probar a los jóvenes tus ojos son mi conjuro
en este mundo de rutina y ruina? contra la mala jornada
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas? te quiero por tu mirada
les queda respirar / abrir los ojos que mira y siembra futuro
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos tu boca que es tuya y mía
entenderse con la naturaleza tu boca no se equivoca
y con la lluvia y los relámpagos te quiero porque tu boca
y con el sentimiento y con la muerte sabe gritar rebeldía
esa loca de atar y desatar
si te quiero es porque sos
¿qué les queda por probar a los jóvenes mi amor mi cómplice y todo
en este mundo de consumo y humo? y en la calle codo a codo
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas? somos mucho más que dos
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe y por tu rostro sincero
tender manos que ayudan / abrir puertas y tu paso vagabundo
entre el corazón propio y el ajeno / y tu llanto por el mundo
sobre todo les queda hacer futuro porque sos pueblo te quiero
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente. y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
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Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. vaga entre los bostezos, las afueras.
Al primer muerto nunca lo olvidamos, Aunque cerremos puertas, él insiste.
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos. Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Oigo el bastón que duda en un peldaño, Rostros perdidos en mi frente, rostros
el cuerpo que se afianza en un suspiro, sin ojos, ojos fijos, vaciados,
la puerta que se abre, el muerto que entra. ¿busco en ellos acaso mi secreto,
De una puerta a morir hay poco espacio el dios de sangre que mi sangre mueve,
y apenas queda tiempo de sentarse, el dios de yelo, el dios que me devora?
alzar la cara, ver la hora Su silencio es espejo de mi vida,
y enterarse: las ocho y cuarto. en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
La que murió noche tras noche Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
y era una larga despedida, El pensamiento disipado, el acto
un tren que nunca parte, su agonía. disipado, los nombres esparcidos
Codicia de la boca (lagunas, zonas nulas, hoyos
al hilo de un suspiro suspendida, que escarba terca la memoria),
ojos que no se cierran y hacen señas la dispersión de los encuentros,
y vagan de la lámpara a mis ojos, el yo, su guiño abstracto, compartido
fija mirada que se abraza a otra, siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
ajena, que se asfixia en el abrazo el deseo y sus máscaras, la víbora
y al fin se escapa y ve desde la orilla enterrada, las lentas erosiones,
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma la espera, el miedo, el acto
y no encuentra unos ojos a que asirse... y su reverso: en mí se obstinan,
¿Y me invitó a morir esa mirada? piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
Quizá morimos sólo porque nadie beber el agua que les fue negada.
quiere morirse con nosotros, nadie Pero no hay agua ya, todo está seco,
quiere mirarnos a los ojos. no sabe el pan, la fruta amarga,
amor domesticado, masticado,
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. en jaulas de barrotes invisibles
Al que se fue por unas horas mono onanista y perra amaestrada,
y nadie sabe en qué silencio entró. lo que devoras te devora,
De sobremesa, cada noche, tu víctima también es tu verdugo.
la pausa sin color que da al vacío Montón de días muertos, arrugados
o la frase sin fin que cuelga a medias periódicos, y noches descorchadas
del hilo de la araña del silencio y amaneceres, corbata, nudo corredizo:
abren un corredor para el que vuelve: "saluda al sol, araña, no seas rencorosa..."
suenan sus pasos, sube, se detiene...
Y alguien entre nosotros se levanta Es un desierto circular el mundo,
y cierra bien la puerta. el cielo está cerrado y el infierno vacío.
Pero él, allá del otro lado, insiste.
Acecha en cada hueco, en los repliegues,
OCTAVIO PAZ
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CIUDAD SIN SUEÑO GACELA DEL NIÑO MUERTO
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. Todas las tardes en Granada,
No duerme nadie. todas las tardes se muere un niño.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas. Todas las tardes el agua se sienta
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan a conversar con sus amigos.
FEDERICO
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. Los muertos llevan alas de musgo.
El viento nublado y el viento limpio
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. son dos faisanes que vuelan por las torres
No duerme nadie. y el día es un muchacho herido.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años No quedaba en el aire ni una brizna de alondra
porque tiene un paisaje seco en la rodilla; cuando yo te encontré por las grutas del vino.
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto No quedaba en la tierra ni una miga de nube
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase. cuando te ahogabas por el río.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Un gigante de agua cayó sobre los montes
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda y el valle fue rodando con perros y con lirios.
GARCÍA
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos,
Pero no hay olvido, ni sueño: era, muerto en la orilla, un arcángel de frío.
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
El lagarto está llorando.
Un día
La lagarta está llorando.
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
El lagarto y la lagarta
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
con delantalitos blancos.
LORCA
Otro día
Han perdido sin querer
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
su anillo de desposados.
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Ay, su anillito de plomo,
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
ay, su anillito plomado!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
Un cielo grande y sin gente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
monta en su globo a los pájaros.
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
El sol, capitán redondo,
donde espera la mano momificada del niño
lleva un chaleco de raso.
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
¡Miradlos qué viejos son!
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
¡Qué viejos son los lagartos!
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!
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TÚ ME QUIERES BLANCA QUEJA
6
TU VOZ LA JAULA EL MIEDO
Emboscado en mi escritura En el eco de mis muertes
cantas en mi poema. Afuera hay sol.
No es más que un sol aún hay miedo.
Rehén de tu dulce voz ¿Sabes tu del miedo?
petrificada en mi memoria. pero los hombres lo miran
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Pájaro asido a su fuga. y después cantan.
Es el miedo,
Aire tatuado por un ausente. el miedo con sombrero negro
Reloj que late conmigo Yo no sé del sol. escondiendo ratas en mi sangre,
para que nunca despierte. Yo sé la melodía del ángel o el miedo con labios muertos
y el sermón caliente bebiendo mis deseos.
del último viento. Sí. En el eco de mis muertes
Sé gritar hasta el alba aún hay miedo.
PIZARNIK
ALEJANDRA
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
ORFANDAD
7
HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS LOS HERALDOS NEGROS
Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga, Me moriré en París con aguacero,
porque, como iba diciendo y lo repito, un día del cual tengo ya el recuerdo.
¡tánta vida y jamás! ¡Y tántos años, Me moriré en París ?y no me corro?
y siempre, mucho siempre, siempre, siempre!
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
8
LAS MANOS Otras, como las manos de María,
hostias fueron de luz vivificante,
¡Oh manos de mujeres encontradas y en su dedo anular brilló el diamante
una vez en el sueño y en la vida: entre la augusta ceremonia pía:
manos, por la pasión enloquecida ¡jamás los rizos del amante!
opresas una vez, o desfloradas
con la boca, en el sueño, o en la vida. Otras, cuasi viriles, que oprimimos
GABRIELE D’ANNUNZIO
con pasión, de nosotros la pavura
Frías, muy frías algunas, como cosas arrebataron y la fiebre oscura,
muertas, de hielo, (¡cuánto desconsuelo!) y anhelando la gloria, presentimos
o tibias cual extraño terciopelo, iluminarse la virtud futura.
parecían vivir, parecían rosas:
¿rosas de qué jardín de ignoto suelo? Otras nos produjeron un profundo
calofrío de espasmos sin iguales;
Nos dejaron algunas tal fragancia y comprendimos que sus liliales
y tan tenaz, que en una noche entera palmas podrían encerrar un mundo
brotó en el corazón la primavera, inmenso, con sus bienes y sus male
y tanto embalsamó la muda estancia,
que más aromas el abril no diera. ¡Oh alma, con sus bienes y sus males!
9
LOS QUE SUFREN
DRUMMOND DE ANDRADE
10
Sus escritorios están llenos de planes criminales
AL PERDERTE y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba Hablan con la boca de las ametralladoras
y tú porque yo era el que te amaba más. sus lenguas relucientes
ERNESTO CARDENAL
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: son las bayonetas...
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti Castígalos oh Dios
pero a ti no te amarán como te amaba yo. malogra su política
confunde sus memorándums
impide sus programas
SE OYERON UNOS TIROS
A la hora de la Sirena de Alarma
Se oyeron unos tiros anoche. tú estarás conmigo
Se oyeron del lado del Cementerio. tú serás mi refugio el día de la Bomba
Nadie sabe a quién mataron, o los mataron.
Nadie sabe nada. Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
Se oyeron unos tiros anoche. ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
Eso es todo. tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
DETRÁS DEL MONASTERIO como con tanques blindados.
11
NO QUIERO ROSAS, CON TAL QUE HAYA ROSAS...
CUANDO ELLA PASA
No quiero rosas, con tal que haya rosas.
FERNANDO PESSOA
Sentado junto a la ventana, Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
A través de los cristales, empañados por la nieve, ¿Qué voy a hacer con las cosas
Veo su adorable imagen, la de ella, mientras que cualquier mano puede coger?
Pasa... pasa... pasa de largo...
No quiero la noche sino cuando la aurora
Sobre mí, la aflicción ha arrojado su velo:- la hizo diluirse en oro y azul.
Una criatura menos en este mundo Lo que mi alma ignora
Y un ángel más en el cielo. eso es lo que quiero poseer.
Sentado junto a la Ventana,
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
A través de los cristales, empañados por la nieve,
Pienso que Veo su imagen, la de ella, versos para decir que aún no lo sé.
Que no pasa ahora... que no pasa de largo... Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...
He pasado toda la noche sin dormir, viendo, NO SOY IGUAL EN LO QUE DIGO Y ESCRIBO
sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes Cambio, pero no cambio mucho.
de como ella me parece. El color de las flores no es el mismo bajo el sol
Hago pensamientos con el recuerdo de lo que que cuando una nube pasa
es ella cuando me habla, o cuando entra la noche
y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo y las flores son color de sombra.
con su semejanza. Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.
Amar es pensar. Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo
Y yo casi me olvido de sentir sólo pensando en ella. fijaros bien en mí:
No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no si estaba vuelto para la derecha
pienso más que en ella. me volví ahora para la izquierda,
Tengo una gran distracción animada. pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies.
Cuando deseo encontrarla El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
casi prefiero no encontrarla, y a mis ojos y oídos atentos
Para no tener que dejarla luego. y a mi clara sencillez de alma.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que
quiero. Quiero tan solo
Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.
ODA
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LOS PASOS EL BOSQUE AMIGO
Pasos nacidos de un silencio
En las sendas pensamos cosas puras,
tenue, sagradamente dados,
hacia el recinto de mis sueños
uno al lado del otro, fugitivos,
vienen tranquilos, apagados. cogidos de la mano, y pensativos
en medio de las flores más oscuras.
Rumores puros y divinos,
todos los dones que descubro Íbamos solos, como enamorados,
-¡oh blandos pasos reprimidos!- entre la verde noche del sendero,
llegan desde tus pies desnudos. compartiendo el fugaz fruto hechicero
del astro que aman los enajenados.
Si en el convite de tus labios
recoge para su sosiego
Después, muy lejos, en la sombra densa
mi pensamiento -huésped ávido-
el vivo manjar de tu beso. de aquel íntimo bosque rumoroso,
morimos -solos!- sobre el césped blando.
Avanza con dulzura lenta,
con ternura de ritmos vagos: Y arriba, en medio de la luz inmensa,
como ha vivido de tu espera, ¡oh, amigo del silencio más hermoso,
mi corazón marcha en tus pasos. nos encontramos otra vez, llorando!
PAUL VALÉRY
13
A UN GATO ALGUIEN
DESPEDIDA
14
POESÍA
DEL SIGLO XX
(Antología)