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SUBE A NACER POEMA 20

Sube a nacer conmigo, hermano. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

PABLO NERUDA
Dame la mano desde la profunda Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
zona de tu dolor diseminado. y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo. El viento de la noche gira en el cielo y canta.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Mírame desde el fondo de la tierra, Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares: En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
albañil del andamio desafiado: La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados: Ella me quiso, a veces yo también la quería.
agricultor temblando en la semilla: Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
vuestros viejos dolores enterrados. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado, Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
porque la joya no brilló o la tierra Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
y la madera en que os crucificaron, La noche está estrellada y ella no está conmigo.
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
a través de los siglos en las llagas Mi alma no se contenta con haberla perdido.
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. Como para acercarla mi mirada la busca.
A través de la tierra juntad todos Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
como si yo estuviera con vosotros anclado, Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso, Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
afilad los cuchillos que guardasteis, Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos, De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
como un río de tigres enterrados, Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes. Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Apegadme los cuerpos como imanes. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Acudid a mis venas y a mi boca,

Hablad por mis palabras y mi sangre.

1
DÉCALOGO DEL ARTISTA

I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.

II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.

IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.

V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las
ferias no es Ella.

VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.

VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.

VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.

IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas
de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.

X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso
de Dios, que es la Naturaleza.

LOS SONETOS DE LA MUERTE

GABRIELA MISTRAL
Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una


dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,


y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,


¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!
(…)
Se detuvo la barca rosa de su vivir...
¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

2
QUÉ LES QUEDA A LOS JÓVENES TE QUIERO

¿Qué les queda por probar a los jóvenes Tus manos son mi caricia
en este mundo de paciencia y asco? mis acordes cotidianos
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo? te quiero porque tus manos
también les queda no decir amén trabajan por la justicia
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía si te quiero es porque sos
ser jóvenes sin prisa y con memoria mi amor mi cómplice y todo
situarse en una historia que es la suya y en la calle codo a codo
no convertirse en viejos prematuros somos mucho más que dos

¿qué les queda por probar a los jóvenes tus ojos son mi conjuro
en este mundo de rutina y ruina? contra la mala jornada
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas? te quiero por tu mirada
les queda respirar / abrir los ojos que mira y siembra futuro
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos tu boca que es tuya y mía
entenderse con la naturaleza tu boca no se equivoca
y con la lluvia y los relámpagos te quiero porque tu boca
y con el sentimiento y con la muerte sabe gritar rebeldía
esa loca de atar y desatar
si te quiero es porque sos
¿qué les queda por probar a los jóvenes mi amor mi cómplice y todo
en este mundo de consumo y humo? y en la calle codo a codo
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas? somos mucho más que dos
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe y por tu rostro sincero
tender manos que ayudan / abrir puertas y tu paso vagabundo
entre el corazón propio y el ajeno / y tu llanto por el mundo
sobre todo les queda hacer futuro porque sos pueblo te quiero
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente. y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

MARIO te quiero en mi paraíso


es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

BENEDETTI si te quiero es porque sos


mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

3
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. vaga entre los bostezos, las afueras.
Al primer muerto nunca lo olvidamos, Aunque cerremos puertas, él insiste.
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos. Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Oigo el bastón que duda en un peldaño, Rostros perdidos en mi frente, rostros
el cuerpo que se afianza en un suspiro, sin ojos, ojos fijos, vaciados,
la puerta que se abre, el muerto que entra. ¿busco en ellos acaso mi secreto,
De una puerta a morir hay poco espacio el dios de sangre que mi sangre mueve,
y apenas queda tiempo de sentarse, el dios de yelo, el dios que me devora?
alzar la cara, ver la hora Su silencio es espejo de mi vida,
y enterarse: las ocho y cuarto. en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
La que murió noche tras noche Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
y era una larga despedida, El pensamiento disipado, el acto
un tren que nunca parte, su agonía. disipado, los nombres esparcidos
Codicia de la boca (lagunas, zonas nulas, hoyos
al hilo de un suspiro suspendida, que escarba terca la memoria),
ojos que no se cierran y hacen señas la dispersión de los encuentros,
y vagan de la lámpara a mis ojos, el yo, su guiño abstracto, compartido
fija mirada que se abraza a otra, siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
ajena, que se asfixia en el abrazo el deseo y sus máscaras, la víbora
y al fin se escapa y ve desde la orilla enterrada, las lentas erosiones,
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma la espera, el miedo, el acto
y no encuentra unos ojos a que asirse... y su reverso: en mí se obstinan,
¿Y me invitó a morir esa mirada? piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
Quizá morimos sólo porque nadie beber el agua que les fue negada.
quiere morirse con nosotros, nadie Pero no hay agua ya, todo está seco,
quiere mirarnos a los ojos. no sabe el pan, la fruta amarga,
amor domesticado, masticado,
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. en jaulas de barrotes invisibles
Al que se fue por unas horas mono onanista y perra amaestrada,
y nadie sabe en qué silencio entró. lo que devoras te devora,
De sobremesa, cada noche, tu víctima también es tu verdugo.
la pausa sin color que da al vacío Montón de días muertos, arrugados
o la frase sin fin que cuelga a medias periódicos, y noches descorchadas
del hilo de la araña del silencio y amaneceres, corbata, nudo corredizo:
abren un corredor para el que vuelve: "saluda al sol, araña, no seas rencorosa..."
suenan sus pasos, sube, se detiene...
Y alguien entre nosotros se levanta Es un desierto circular el mundo,
y cierra bien la puerta. el cielo está cerrado y el infierno vacío.
Pero él, allá del otro lado, insiste.
Acecha en cada hueco, en los repliegues,

OCTAVIO PAZ

4
CIUDAD SIN SUEÑO GACELA DEL NIÑO MUERTO

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. Todas las tardes en Granada,
No duerme nadie. todas las tardes se muere un niño.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas. Todas las tardes el agua se sienta
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan a conversar con sus amigos.

FEDERICO
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. Los muertos llevan alas de musgo.
El viento nublado y el viento limpio
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. son dos faisanes que vuelan por las torres
No duerme nadie. y el día es un muchacho herido.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años No quedaba en el aire ni una brizna de alondra
porque tiene un paisaje seco en la rodilla; cuando yo te encontré por las grutas del vino.
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto No quedaba en la tierra ni una miga de nube
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase. cuando te ahogabas por el río.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Un gigante de agua cayó sobre los montes
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda y el valle fue rodando con perros y con lirios.

GARCÍA
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos,
Pero no hay olvido, ni sueño: era, muerto en la orilla, un arcángel de frío.
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
El lagarto está llorando.
Un día
La lagarta está llorando.
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
El lagarto y la lagarta
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
con delantalitos blancos.
LORCA

Otro día
Han perdido sin querer
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
su anillo de desposados.
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Ay, su anillito de plomo,
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
ay, su anillito plomado!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
Un cielo grande y sin gente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
monta en su globo a los pájaros.
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
El sol, capitán redondo,
donde espera la mano momificada del niño
lleva un chaleco de raso.
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
¡Miradlos qué viejos son!
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
¡Qué viejos son los lagartos!
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

5
TÚ ME QUIERES BLANCA QUEJA

Tú me quieres alba, Renueva tejidos Señor, mi queja es ésta,


Me quieres de espumas, Con salitre y agua; Tú me comprenderás;
Me quieres de nácar. Habla con los pájaros De amor me estoy muriendo,
Que sea azucena Y lévate al alba. Pero no puedo amar.
Sobre todas, casta. Y cuando las carnes
De perfume tenue. Te sean tornadas, Persigo lo perfecto
Corola cerrada Y cuando hayas puesto En mí y en los demás,
En ellas el alma Persigo lo perfecto
Ni un rayo de luna Que por las alcobas Para poder amar.
Filtrado me haya. Se quedó enredada,
Ni una margarita Entonces, buen hombre, Me consumo en mi fuego,
Se diga mi hermana. Preténdeme blanca, ¡Señor, piedad, piedad!
Tú me quieres nívea, Preténdeme nívea, De amor me estoy muriendo,
Tú me quieres blanca, Preténdeme casta. ¡Pero no puedo amar!
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas


Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
ALFONSINA STORNI
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines LA CARICIA PERDIDA
Negros del Engaño
Vestido de rojo Se me va de los dedos la caricia sin causa,
Corriste al Estrago. se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
Tú que el esqueleto la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros, Pude amar esta noche con piedad infinita,
Me pretendes blanca pude amar al primero que acertara a llegar.
(Dios te lo perdone), Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
Me pretendes casta La caricia perdida, rodará... rodará...
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
Huye hacia los bosques, si estremece las ramas un dulce suspirar,
Vete a la montaña; si te oprime los dedos una mano pequeña
Límpiate la boca; que te toma y te deja, que te logra y se va.
Vive en las cabañas;
Toca con las manos Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
La tierra mojada; si es el aire quien teje la ilusión de besar,
Alimenta el cuerpo
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas; en el viento fundida, ¿me reconocerás?
Duerme sobre escarcha;

6
TU VOZ LA JAULA EL MIEDO
Emboscado en mi escritura En el eco de mis muertes
cantas en mi poema. Afuera hay sol.
No es más que un sol aún hay miedo.
Rehén de tu dulce voz ¿Sabes tu del miedo?
petrificada en mi memoria. pero los hombres lo miran
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Pájaro asido a su fuga. y después cantan.
Es el miedo,
Aire tatuado por un ausente. el miedo con sombrero negro
Reloj que late conmigo Yo no sé del sol. escondiendo ratas en mi sangre,
para que nunca despierte. Yo sé la melodía del ángel o el miedo con labios muertos
y el sermón caliente bebiendo mis deseos.
del último viento. Sí. En el eco de mis muertes
Sé gritar hasta el alba aún hay miedo.
PIZARNIK
ALEJANDRA
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.


Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños
enfermos.

Afuera hay sol.


Yo me visto de cenizas.
LA CARENCIA

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.

LA PALABRA QUE SANA

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien


canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no
porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por
eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.

ORFANDAD

Si viera un perro muerto


me moriría de orfandad
pensando en las caricias que recibió

7
HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS LOS HERALDOS NEGROS

Hoy me gusta la vida mucho menos,


pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra. Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
Hoy me palpo el mentón en retirada se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tánta vida y jamás!
¡Tántos años y siempre mis semanas!... Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
Mis padres enterrados con su piedra en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
y su triste estirón que no ha acabado; Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos, o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
y, en fin, mi ser parado y en chaleco.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
Me gusta la vida enormemente
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
y viendo los castaños frondosos de París de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo: Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
¡Tánta vida y jamás me falla la tonada! cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
¡Tántos años y siempre, siempre, siempre! vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga, Me moriré en París con aguacero,
porque, como iba diciendo y lo repito, un día del cual tengo ya el recuerdo.
¡tánta vida y jamás! ¡Y tántos años, Me moriré en París ?y no me corro?
y siempre, mucho siempre, siempre, siempre!
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso


estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,

CÉSAR con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban


todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

VALLEJO también con una soga; son testigos


los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

8
LAS MANOS Otras, como las manos de María,
hostias fueron de luz vivificante,
¡Oh manos de mujeres encontradas y en su dedo anular brilló el diamante
una vez en el sueño y en la vida: entre la augusta ceremonia pía:
manos, por la pasión enloquecida ¡jamás los rizos del amante!
opresas una vez, o desfloradas
con la boca, en el sueño, o en la vida. Otras, cuasi viriles, que oprimimos

GABRIELE D’ANNUNZIO
con pasión, de nosotros la pavura
Frías, muy frías algunas, como cosas arrebataron y la fiebre oscura,
muertas, de hielo, (¡cuánto desconsuelo!) y anhelando la gloria, presentimos
o tibias cual extraño terciopelo, iluminarse la virtud futura.
parecían vivir, parecían rosas:
¿rosas de qué jardín de ignoto suelo? Otras nos produjeron un profundo
calofrío de espasmos sin iguales;
Nos dejaron algunas tal fragancia y comprendimos que sus liliales
y tan tenaz, que en una noche entera palmas podrían encerrar un mundo
brotó en el corazón la primavera, inmenso, con sus bienes y sus male
y tanto embalsamó la muda estancia,
que más aromas el abril no diera. ¡Oh alma, con sus bienes y sus males!

Otra, que acaso ardía el fuego extremo


de un alma (¿dónde estás, oh breve mano UN SUEÑO
intacta ya, que con fervor insano
oprimí?), clama con el dolor supremo; Estaba muerta, sin calor La herida
¡tú me pudiste acariciar no en vano! era visible apenas en el flanco:
¡estrecha fuga, para tanta vida¡
De otra viene el deseo, el violento
deseo que las carnes nos azota, El lienzo funeral no era más blanco
y suscita en el ánimo la ignota que el cadáver. Jamás humana cosa
caricia de la alcoba, el morir lento verá el ojo, más blanco que aquel blanco.
bajo ese gesto que la sangre agota.
Huyó de ella el calor, Yo dije: ¿Duermes?
Otras (aquéllas?) fueron homicidas, Con un salvaje sonreír violento
maravillosas en engaños fueron: más cerca repetíle: ¿duermes? ¿Duermes?
de arabias los perfumes no pudieron
endulzarlas, hermosas y vendidas ¿Duermes? Y al recordar que aquel acento
¡cuántos ¡ay! por besarlas perecieron! no era el mío, me crispó de pavura,
escuché. Ni un murmullo, ni un acento.
Otras (¿las mismas?) de marmóreo brillo
y más potentes que la recia espira, Cautivo de la roja arquitectura,
nos congelaron de demencia o ira, se dilataba en el bochorno un fuerte
y las sacrificamos al cuchillo olor a destapada sepultura.
( y, ni en sueños, la manca se retira.
El hálito invisible de la muerte
vive en el sueño inmóvilmente erguida me estaba sofocando en la cerrada
la atroz mujer sin manos. Junto brota habitación. A la mujer inerte
fuente de sangre y sin cesar rebota
el par de manos en la enrojecida ¿Duermes?, le dije. ¿Duermes? Nada nada...
charca, sin salpicarse de una gota ). el lienzo funeral no era mas blanco.
Sobre la tierra de los hombres, nada
verá el ojo más blanco que aquel blanco!...

9
LOS QUE SUFREN

Las plantas sufren como nosotros


EN MITAD DEL CAMINO sufrimos.
¿Por qué no habrían de sufrir
En mitad del camino había una piedra si esta es la llave de la unidad del
había una piedra en la mitad del camino mundo?
había una piedra
en la mitad del camino había una piedra. La flor sufre, tocada
por la mano inconsciente.
Nunca olvidaré la ocasión Hay una ahogada queja
nunca tanto tiempo como mis ojos cansados permanezcan abiertos. en su docilidad.

Nunca olvidaré que en la mitad del camino La piedra es sufrimiento


había una piedra paralítico, eterno.
había una piedra en la mitad del camino
en la mitad del camino había una piedra. Nosotros -animales- no tenemos
ni siquiera el privilegio de sufrir.

UNIDOS POR LAS MANOS

No seré el poeta de un mundo caduco.


Tampoco cantaré al mundo futuro.
Estoy atado a la vida y miro a mis compañeros. VAMOS, NO LLORES
Están taciturnos pero alimentan grandes esperanzas.
Entre ellos considero la enorme realidad. Vamos, no llores...
El presente es tan grande, no nos apartemos. La infancia se ha perdido.
No nos apartemos mucho, vamos unidos por las manos. La juventud se ha perdido.
Pero la vida aún no se ha perdido.
No seré el cantor de una mujer o de una historia,
no hablaré de suspiros al anochecer, El primer amor ya pasó.
del paisaje visto desde la ventana, El segundo también pasó.
no distribuiré estupefacientes o cartas de suicida, El tercer amor pasó.
no huiré hacia las islas ni seré raptado por serafines. Pero aún continúa vivo el corazón.
El tiempo es mi materia, el presente tiempo, los hombres presentes,
la vida presente. Perdiste a tu mejor amigo.
No realizaste ningún viaje.
No posees tierra, ni casa, ni barco,
pero tienes un perro.

Algunas duras palabras


en voz tenue, te golpearon.

CARLOS Esas, nunca, nunca cicatrizan.


Sin embargo, ¿existe el humor?

DRUMMOND DE ANDRADE

10
Sus escritorios están llenos de planes criminales
AL PERDERTE y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba Hablan con la boca de las ametralladoras
y tú porque yo era el que te amaba más. sus lenguas relucientes

ERNESTO CARDENAL
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: son las bayonetas...
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti Castígalos oh Dios
pero a ti no te amarán como te amaba yo. malogra su política
confunde sus memorándums
impide sus programas
SE OYERON UNOS TIROS
A la hora de la Sirena de Alarma
Se oyeron unos tiros anoche. tú estarás conmigo
Se oyeron del lado del Cementerio. tú serás mi refugio el día de la Bomba
Nadie sabe a quién mataron, o los mataron.
Nadie sabe nada. Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
Se oyeron unos tiros anoche. ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
Eso es todo. tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
DETRÁS DEL MONASTERIO como con tanques blindados.

Detrás del monasterio, junto al camino,


existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos TE MATARON
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín Te mataron y no
y zinc, plástico envejecido, llantas rotas, nos dijeron donde
esperando como nosotros la resurrección. enterraron su cuerpo,

Pero desde entonces


SALMO 5 todo el territorio
es tu sepulcro
Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos o más bien;
Escucha mi protesta en cada palmo
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores de territorio nacional
ni partidario de su política en que
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster. no está tu cuerpo
tú resucitaste
No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa Creyeron que te
mataban con una orden
Hablan de paz en sus discursos de ¡fuego!
mientras aumentan su producción de guerra
Creyeron que te
Hablan de paz en las Conferencias de Paz enterraban
y en secreto se preparan para la guerra
Y lo que hacían
Sus radios mentirosos rugen toda la noche era enterrar una semilla.

11
NO QUIERO ROSAS, CON TAL QUE HAYA ROSAS...
CUANDO ELLA PASA
No quiero rosas, con tal que haya rosas.

FERNANDO PESSOA
Sentado junto a la ventana, Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
A través de los cristales, empañados por la nieve, ¿Qué voy a hacer con las cosas
Veo su adorable imagen, la de ella, mientras que cualquier mano puede coger?
Pasa... pasa... pasa de largo...
No quiero la noche sino cuando la aurora
Sobre mí, la aflicción ha arrojado su velo:- la hizo diluirse en oro y azul.
Una criatura menos en este mundo Lo que mi alma ignora
Y un ángel más en el cielo. eso es lo que quiero poseer.
Sentado junto a la Ventana,
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
A través de los cristales, empañados por la nieve,
Pienso que Veo su imagen, la de ella, versos para decir que aún no lo sé.
Que no pasa ahora... que no pasa de largo... Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...

HE PASADO TODA LA NOCHE SIN DORMIR

He pasado toda la noche sin dormir, viendo, NO SOY IGUAL EN LO QUE DIGO Y ESCRIBO
sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes Cambio, pero no cambio mucho.
de como ella me parece. El color de las flores no es el mismo bajo el sol
Hago pensamientos con el recuerdo de lo que que cuando una nube pasa
es ella cuando me habla, o cuando entra la noche
y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo y las flores son color de sombra.
con su semejanza. Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.
Amar es pensar. Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo
Y yo casi me olvido de sentir sólo pensando en ella. fijaros bien en mí:
No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no si estaba vuelto para la derecha
pienso más que en ella. me volví ahora para la izquierda,
Tengo una gran distracción animada. pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies.
Cuando deseo encontrarla El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
casi prefiero no encontrarla, y a mis ojos y oídos atentos
Para no tener que dejarla luego. y a mi clara sencillez de alma.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que
quiero. Quiero tan solo
Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.

ODA

Para ser grande, sé entero: nada


Tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
En lo mínimo que hagas,
Por eso la luna brilla toda
En cada lago, porque alta vive.

12
LOS PASOS EL BOSQUE AMIGO
Pasos nacidos de un silencio
En las sendas pensamos cosas puras,
tenue, sagradamente dados,
hacia el recinto de mis sueños
uno al lado del otro, fugitivos,
vienen tranquilos, apagados. cogidos de la mano, y pensativos
en medio de las flores más oscuras.
Rumores puros y divinos,
todos los dones que descubro Íbamos solos, como enamorados,
-¡oh blandos pasos reprimidos!- entre la verde noche del sendero,
llegan desde tus pies desnudos. compartiendo el fugaz fruto hechicero
del astro que aman los enajenados.
Si en el convite de tus labios
recoge para su sosiego
Después, muy lejos, en la sombra densa
mi pensamiento -huésped ávido-
el vivo manjar de tu beso. de aquel íntimo bosque rumoroso,
morimos -solos!- sobre el césped blando.
Avanza con dulzura lenta,
con ternura de ritmos vagos: Y arriba, en medio de la luz inmensa,
como ha vivido de tu espera, ¡oh, amigo del silencio más hermoso,
mi corazón marcha en tus pasos. nos encontramos otra vez, llorando!

UNA TARDE ADORNADA DE PALOMAS... HELENA


Una tarde adornada de palomas sublimes ¡Azul! Soy yo. Regreso de lúgubres canteras
la doncella suavemente se peina al sol. a ver el mar lanzando sus escalas sonoras,
Roza en la onda al nenúfar con su pie de arrebol y al filo de los remos de oro, en las auroras,
y entibia sus dos manos errantes y morosas zarpando de su rada nocturna las galeras.
tendiendo hacia el ocaso sus transparentes rosas.
Una onda inocente recorre en emoción Mis manos solitarias invocan los monarcas
su piel: es que una flauta toca un absurdo son. -yo hundía entre su barba de sal mis dedos puros-.
El músico, que tiene dientes de pedrería, Llorando he visto, al eco de sus himnos oscuros,
lanza una fútil brisa de sombra y fantasía huir los golfos ante la popa de sus barcas.
con el oculto beso que arriesga entre las flores.
Fría, ante el dulce juego de llantos y de amores, Oigo las caracolas hondas, los helicones
ni haciéndose divina con una frase sola marciales en las rítmicas alas de los timones;
de rosa, la belleza, gracias a su aureola, claros cantos remeros encadenan rugidos.
en suelta cabellera de mirra perfumada
mira, con ojo augusto entre la crencha dorada Y en las heroicas proas, los dioses exaltados,
la luz que antes pasó entre sus manos abiertas. con sus plácidos rostros de la espuma azotados,
Sobre su espalda húmeda cae una hoja muerta. me tienden indulgentes sus brazos esculpidos.
De la flauta, hasta el agua, cae una gota suave
y el pie puro se asusta como una bella ave
ebria de sombra...

PAUL VALÉRY

13
A UN GATO ALGUIEN

Un hombre trabajado por el tiempo,


No son más silenciosos los espejos un hombre que ni siquiera espera la muerte

JORGE LUIS BORGES


ni más furtiva el alba aventurera; (las pruebas de la muerte son estadísticas
eres, bajo la luna, esa pantera
y nadie hay que no corra el albur
que nos es dado divisar de lejos. de ser el primer inmortal),
Por obra indescifrable de un decreto un hombre que ha aprendido a agradecer
divino, te buscamos vanamente;
las modestas limosnas de los días:
más remoto que el Ganges y el poniente,
el sueño, la rutina, el sabor del agua,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
una no sospechada etimología,
Tu lomo condesciende a la morosa
un verso latino o sajón,
caricia de mi mano. Has admitido,
la memoria de una mujer que lo ha abandonado
desde esa eternidad que ya es olvido, hace ya tantos años
el amor de la mano recelosa. que hoy puede recordarla sin amargura,
En otro tiempo estás. Eres el dueño
un hombre que no ignora que el presente
de un ámbito cerrado como un sueño.
ya es el porvenir y el olvido,
un hombre que ha sido desleal
y con el que fueron desleales,
1964 puede sentir de pronto, al cruzar la calle,
una misteriosa felicidad
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. que no viene del lado de la esperanza
Ya no compartirás la clara luna sino de una antigua inocencia,
ni los lentos jardines. Ya no hay una de su propia raíz o de un dios disperso.
luna que no sea espejo del pasado,
Sabe que no debe mirarla de cerca,
cristal de soledad, sol de agonías. porque hay razones más terribles que tigres
Adiós las mutuas manos y las sienes que le demostrarán su obligación
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes de ser un desdichado,
la fiel memoria y los desiertos días. pero humildemente recibe
esa felicidad, esa ráfaga.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido Quizá en la muerte para siempre seremos,
nunca, pero no basta ser valiente cuando el polvo sea polvo,
esa indescifrable raíz,
para aprender el arte del olvido. de la cual para siempre crecerá,
Un símbolo, una rosa, te desgarra ecuánime o atroz,
y te puede matar una guitarra. nuestro solitario cielo o infierno.

DESPEDIDA

Entre mi amor y yo han de levantarse


trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.

14
POESÍA
DEL SIGLO XX
(Antología)

LENGUA Y LITERATURA III


PROF. RICARDO PATRICIO MUÑOZ AGUILA
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