Está en la página 1de 4

LA VERDAD RESTAURADA

El plan de salvación y felicidad del Padre… te ayudará a vencer todo desafío que se
presente en tu vida.

Como resultado del aumento de desastres causados por la naturaleza y por el hombre,
vemos a nuestro alrededor el deseo cada vez mayor que se ha manifestado por todo el
mundo de obtener dirección espiritual. Ese anhelo por conseguir guía espiritual es
consecuencia del ser hijos de un Padre Celestial divino. Es normal que al afrontar
dificultades acudamos a nuestro Creador para pedir ayuda. Nuestro amoroso Padre
Celestial sabía que el deterioro de las condiciones del mundo, los graves problemas
personales y los desastres llevarían a Sus hijos a buscar Su sustento espiritual; el reto es
cómo encontrarlo.
En la vida preterrenal, vivíamos en la presencia de Dios, nuestro Santo Padre y Su
Amado Hijo Jesucristo. Allí obtuvimos el conocimiento del plan de salvación de nuestro
Padre y de la promesa de que se nos ayudaría cuando naciéramos como seres mortales
en la tierra. Se explicó el propósito principal de la vida, y se nos dijo:

“…haremos una tierra sobre la cual éstos puedan morar;

“y con esto los probaremos, para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les
mandare;

“y a los que guarden su primer estado [o sea, ser obedientes en la vida preterrenal] les
será añadido… y a quienes guarden su segundo estado [o sea, ser obedientes durante
la vida terrenal], les será aumentada gloria sobre su cabeza para siempre jamás 1 ”.

Esas palabras expresan el propósito más fundamental de tu existencia en la tierra. Ese


propósito es demostrar que eres obediente a los mandamientos del Señor y de ese
modo progresar en entendimiento, capacidad y en todo atributo digno. Es recibir toda
ordenanza requerida, y hacer y guardar todo convenio necesario. Es organizar y criar
una familia. Esa experiencia vivida contiene períodos de pruebas y de felicidad con el
propósito de regresar triunfantes al haber afrontado los problemas y aprovechado bien
las oportunidades de la vida terrenal para recibir las bendiciones gloriosas prometidas
como recompensa a esa obediencia.
Nuestro Santo Padre, que conoce perfectamente a cada uno de Sus hijos, se dio cuenta
de que con el correr del tiempo muchos serían tentados, se volverían mundanos y
rechazarían el testimonio y las enseñanzas de Sus profetas. La tiniebla espiritual
reemplazaría a la luz de la verdad y se crearía una condición llamada apostasía. A ese
lapso de tiempo, desde la introducción de la verdad hasta su pérdida general originada
por el pecado, se le llamaría dispensación. Se elegiría un profeta tras otro, en una serie
de dispensaciones, para mantener la verdad sobre la tierra en beneficio de los fieles, a
pesar de que muchos la distorsionaran o la rechazaran.
Ahora quiero que mediten en estas preguntas y las contesten personalmente, ¿Cómo
podemos conocer esas verdades? ¿Cómo puedes confirmar su validez? Ves a tu alrededor gran
confusión acerca de la naturaleza de Dios, de Sus enseñanzas y del propósito de la vida.
Entonces, ¿cómo guía Dios, nuestro Padre Celestial a Sus hijos en la tierra? ¿Cómo comunica la
verdad y Su voluntad para que Sus hijos fieles y creyentes tomen las decisiones correctas y
reciban las bendiciones que nuestro Padre Celestial desea que tengan?.

Adán se esforzó por compartir con cada uno de sus hijos y sus descendientes. Pero sucedió que
algunas personas le creyeron y fueron bendecidos, pero hubieran otras que decidieron utilizar
el albeldrio moral para rechazar estas enseñanzas y su evangelio. Justp allí es que se empezó a
distorsionar estas verdades, con el tiempo la luz de la verdad fue tornándose oscuridad
espiritual y el sacerdocio y la iglesia verdadera se perdieron.

En el meridiano de los tiempos, Jesucristo, el Amado Hijo de Dios, nació en la tierra. Él


restauró la verdad y ministró con amor y compasión; volvió a establecer Su Iglesia
sobre la tierra, con apóstoles y profetas. Por medio de intenso sufrimiento, Él cumplió
la comisión divina que le había dado Su Padre Santo para convertirse en nuestro
Salvador y Redentor. Él permitió que se le crucificara; resucitó y venció la muerte física.
Su sacrificio expiatorio infinito es un don divino que permite que el penitente sea
perdonado de sus pecados y que sea merecedor de la vida eterna. Aún así, el Hijo de
Dios fue rechazado por todos, con excepción de unos pocos. Sus apóstoles y los
miembros de la Iglesia fueron perseguidos y muchos fueron muertos. La tierra se sumió
en un largo y terrible periodo de intensa oscuridad espiritual.
Las Escrituras registran que a lo largo de la historia, en ocasiones de importancia
excepcional, se ha oído la voz de Dios el Padre. En repetidas ocasiones, Jesucristo se ha
aparecido personalmente a ciertas personas. Pero que nosotros sepamos, sólo existe
una ocasión celestial y única en la que el mismo Dios el Padre se apareció en persona.
Lo hizo con Su preciado Hijo Santo, Jesucristo, a sólo una persona. Se trataba del joven
José Smith, un espíritu extraordinario que había sido preparado desde antes de la
fundación de la tierra. Él llegaría a ser el profeta más extraordinario enviado a la tierra.
A punto de salir a luz, estaba el retorno de la autoridad del sacerdocio, la plena
restauración de la Iglesia que estableció el Salvador, con Escrituras adicionales
necesarias para nuestra época recibidas por medio de la revelación continua del
Salvador.

Nuestro Padre benevolente vino a esta tierra desde Sus vastas creaciones con el fin de
aclarar la verdad, dispersar las densas nubes de oscuridad espiritual, establecer Su
verdadera identidad, restaurar la plenitud de la verdad y proporcionar la única vía para
obtener guía espiritual segura. Esa notable restauración comenzó con la sencilla frase
del Padre: “Éste es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo! 2 ”. A ello le siguió la restauración de la
verdad, del sacerdocio, de las ordenanzas sagradas y de la Iglesia verdadera con el plan
de salvación y felicidad del Padre. Ese plan, al vivirlo, te ayudará a vencer todo desafío
que se presente en tu vida. Te ayudará a ser merecedor, por medio de la fe y la
obediencia, de tener la guía espiritual y divina que necesitas. Ese apoyo te brindará
fortaleza para vivir cómo tú sabes que debes hacerlo, sin importar si las condiciones del
mundo empeoran.

¿Qué suceso sería tan extraordinariamente importante para justificar esa visita sin
precedentes de Dios el Padre? Fue para iniciar la “dispensación del cumplimiento de los
tiempos” predicha por los profetas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Había llegado
el momento de que el Padre reuniera todas las cosas en Cristo 3 , de entregar todas las
llaves del reino y de restaurar el conocimiento que se había dado en dispensaciones
pasadas 4 al establecer Él la última dispensación del Evangelio sobre la tierra.

El Salvador, sabiendo que sería difícil para muchos creer que hubiera tenido lugar una
restauración tan gloriosa, proporcionó un testigo tangible para establecer la veracidad
de ello, a saber, el Libro de Mormón. La forma de confirmar la autenticidad de la
restauración se describe en sus páginas. Además, por medio de José Smith, Él
proporcionó Escritura adicional revelada en Doctrina y Convenios y la Perla de Gran
Precio. No es de extrañar entonces que casi todo el ministerio de José Smith se haya
concentrado en el Salvador, en Su expiación y en la doctrina de liberación.

No obstante que ese mensaje preciado y esencial se ha proclamado por el mundo,


Satanás ha sido muy eficiente al hacer que la gente no le preste atención, o que lo
busque en los lugares equivocados. La gran mayoría de los hijos del Padre no sólo se
han olvidado de su Padre Celestial y del propósito de la vida terrenal, sino que
raramente piensan en Él, ni meditan sobre la razón por la que están en esta vida
terrenal. Se han dejado llevar y consumir por las cosas del mundo que los distraen de
las esenciales. No cometas ese error.

Como siervo de Jesucristo, testifico que lo que he descrito es verdadero. No es


suficiente tener una vaga comprensión de la verdad o de la autenticidad del Padre y de
Su Hijo, nuestro Salvador. Cada uno de nosotros debe llegar a saber quiénes son Ellos
en realidad. Es preciso que sientas cuánto te quieren. Debes confiar en que, a medida
que vivas en forma constante la verdad lo mejor que puedas, Ellos te ayudarán a hacer
realidad el propósito de tu vida terrenal y te fortalecerán para que seas merecedor de
las bendiciones prometidas. Para ser obediente a los mandamientos de Dios es
necesario comprenderlos; se debe tener fe en ellos. La mejor manera de obtener esa
comprensión es por medio del estudio personal de la doctrina. Esa es una de las
razones por las que en julio de este año, el presidente Hinckley y sus consejeros
instaron a todos los miembros a leer el Libro de Mormón antes de finalizar el año. Ellos
prometieron: “Los que lean el Libro de Mormón serán bendecidos con una medida
extra del Espíritu del Señor, así como con una mayor resolución de obedecer Sus
mandamientos y con un testimonio más firme de que el Hijo de Dios vive y es real 5 ”.
Yo he puesto a prueba esa promesa en mi propia vida y he confirmado su veracidad. Si
tú has obedecido ese consejo a conciencia, sabes de lo que estoy hablando. Si todavía
no has comenzado, todavía tienes tiempo de enriquecer tu vida al leer las páginas del
Libro de Mormón. Por favor, hazlo.

En calidad de Apóstol del Señor Jesucristo, solemnemente testifico que Dios nuestro
Padre y Jesucristo, por medio de José Smith, llevaron a cabo la Restauración de la que
hablé, que la luz resplandeciente de la verdad y la Iglesia de Jesucristo están de nuevo
en la tierra, que la verdadera naturaleza de Dios el Padre y de Su Hijo se ha revelado
nuevamente y que la manera correcta de recibir orientación espiritual se ha aclarado.
Testifico que el plan de salvación de Dios está al alcance de todos los que lo busquen
con sinceridad. Acéptenlo y vívanlo para que tengan paz y felicidad. En el nombre de
Jesucristo. Amén.

También podría gustarte