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Antecedentes
La evolución de los precios internacionales tuvo su tope en 1920 (295 libras por
tonelada) y su mínimo en 1922 (159 libras). El promedio de la década fue de
250 libras. La depresión de 1929 determinó, en cambió, una severa caída para
la década de los años treinta. Fue un golpe tan duro que marcó un quinquenio
negro para la industria estañífera. La sobreoferta mundial de esos años obligó
a la creación de un Comité Internacional del Estaño (manejado en gran parte
por Patino), para limitar la producción y determinar progresivamente cuotas a
los principales productores. La producción tuvo su punto más bajo en 1921 con
sólo 19.086 toneladas exportadas y su tope histórico que Bolivia nunca más
pudo repetir de 47.191 toneladas en 1929. El promedio de la década fue
33.000 toneladas exportadas En este período la minería, pero sobre todo el
estaño, representó el 70 % de las exportaciones bolivianas. Los beneficios del
estado vía impuestos habían sido mínimos en el período liberal. En 1920 se
introduce por primera vez el impuesto sobre utilidades, sumándolo al impuesto
por exportaciones. En 1923 Saavedra definió los montos del impuesto sobre
utilidades y creó la comisión fiscal permanente. Estas medidas determinaron
que el impuesto sobre exportaciones pase de 7,4 % en 1923 a 15,6 % en 1924.
La minería cubría el 50 % de los impuestos de exportación y el 30 % de los
impuestos por utilidades que recibía el tesoro general. A pesar de que estas
medidas no representaban sino un muy pequeño beneficio al estado, los
grandes mineros, Patiño especialmente, se opusieron y presionaron al gobierno
de todas formas, una de ellas fue un crédito por 600.000 libras que el
empresario minero otorgó al gobierno a cambio de que éste no hiciera
modificaciones impositivas en cinco años.
La guerra de Chaco
El Ejército Boliviano
El Ejército Paraguayo
El ejército paraguayo era más pequeño que el boliviano sólo 3 500 soldados –
durante el conflicto se movilizaron 150 000 soldados - y la población de su país
era poco más de la mitad de la boliviana con 1 200 000 habitantes. El ejército
había sido asesorado por instructores franceses y argentinos, ya durante la
guerra los italianos participarían en la reorganización de la fuerza aérea. La
economía de Paraguay era también más pobre que la de Bolivia, dependiente
de la agricultura y una ganadería intensiva. Al frente del ejército paraguayo fue
elegido el general José Félix Estigarribia, quien se había formado militarmente
en Francia.
Acciones militares
Los paraguayos por su parte habían desplegado 8 000 hombres en la isla Poí,
donde construyeron una pista de aterrizaje; 1 500 en Nanawa (al suroeste del
Chaco) y 3 000 en el Alto río Paraguay. Desde Asunción enviaron luego un
refuerzo de 3 000 hombres.
Tras la derrota de Boquerón los bolivianos pusieron el ejército bajo las órdenes
del general Hans Kundt en el mes de diciembre. Éste ordenó un ataque frontal
sobre los paraguayos en Nanawa y Toledo, pero no pudo abrirse paso entre las
líneas paraguayas. En julio de 1933 lo intentó nuevamente, pero los
paraguayos camuflados entre los matorrales le infligieron una costosa derrota,
2 000 soldados bolivianos murieron en combate por sólo unos 150 paraguayos.
En este segundo ataque a Nanawa los bolivianos emplearon sus tanques,
flanqueados por soldados con lanzallamas, pero con escaso éxito, debido a la
irregularidad del terreno y el intenso calor que obligaba a las dotaciones de los
blindados a combatir con todas las portillas abiertas.
A fines del año 1933 los paraguayos atacaron por sorpresa a la Cuarta y
Novena divisiones bolivianas ubicadas en Campo Vía cercándolas el 3 de
diciembre. A pesar de los contraataques bolivianos estas se rindieron. Los
bolivianos tuvieron 2 600 muertos y 7 500 fueron hechos prisioneros. Después
de esta derrota en Campo Vía el general Kundt fue reemplazado por el coronel
Peñaranda.
El fin de la Guerra
Consecuencias de la guerra
• Este grupo que nos gobierna nos ha dirigido al fracaso en el Chaco pero
no estuvieron en el frente de batalla.
El descontento popular llevará al poder a David Toro (1936-1937) y German
Busch (1937-1939), militares jóvenes, de pensamiento nacionalista que habían
participado en la guerra del Chaco.