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LA GUERRA DEL CHACO

Antecedentes

El Jueves Negro tuvo lugar el 24 de octubre de 1929, día en el que dio


comienzo la caída en la Bolsa de Nueva York y con ella el Crack del 29 y
la Gran Depresión. El desplome de la Bolsa de Nueva York o el Jueves Negro
produjo una situación de verdadero pánico que provocó la posterior crisis
bancaria en Estados Unidos y se expandió por todo el mundo.

El estaño, los años del auge y la gran depresión

El comienzo de los años veinte encuentra a los grandes empresarios mineros


consolidados. Patiño es ya un hombre poderoso en el mundo entero y está en
pleno proceso de transnacionalización de sus empresas. Aramayo instala su
razón social y su residencia en París y Hoschild está en el apogeo de su
producción no sólo en minas propias, sino rescatando minerales de los
productores medianos y chicos.

El número de trabajadores en las minas llegaba en 1925 a casi 23.000, sólo en


las minas de estaño. Probablemente fue en esta etapa en que la minería
boliviana tuvo más tecnología de punta en el sector, con maquinaria sofisticada
y presencia de personal especializado en el área técnica y administrativa.

La evolución de los precios internacionales tuvo su tope en 1920 (295 libras por
tonelada) y su mínimo en 1922 (159 libras). El promedio de la década fue de
250 libras. La depresión de 1929 determinó, en cambió, una severa caída para
la década de los años treinta. Fue un golpe tan duro que marcó un quinquenio
negro para la industria estañífera. La sobreoferta mundial de esos años obligó
a la creación de un Comité Internacional del Estaño (manejado en gran parte
por Patino), para limitar la producción y determinar progresivamente cuotas a
los principales productores. La producción tuvo su punto más bajo en 1921 con
sólo 19.086 toneladas exportadas y su tope histórico que Bolivia nunca más
pudo repetir de 47.191 toneladas en 1929. El promedio de la década fue
33.000 toneladas exportadas En este período la minería, pero sobre todo el
estaño, representó el 70 % de las exportaciones bolivianas. Los beneficios del
estado vía impuestos habían sido mínimos en el período liberal. En 1920 se
introduce por primera vez el impuesto sobre utilidades, sumándolo al impuesto
por exportaciones. En 1923 Saavedra definió los montos del impuesto sobre
utilidades y creó la comisión fiscal permanente. Estas medidas determinaron
que el impuesto sobre exportaciones pase de 7,4 % en 1923 a 15,6 % en 1924.
La minería cubría el 50 % de los impuestos de exportación y el 30 % de los
impuestos por utilidades que recibía el tesoro general. A pesar de que estas
medidas no representaban sino un muy pequeño beneficio al estado, los
grandes mineros, Patiño especialmente, se opusieron y presionaron al gobierno
de todas formas, una de ellas fue un crédito por 600.000 libras que el
empresario minero otorgó al gobierno a cambio de que éste no hiciera
modificaciones impositivas en cinco años.

Efectos económicos de la crisis en Bolivia.


Desde que se inicio la crisis, a fines de 1929 y particularmente desde 1930, se
sintió fuertemente la paralización de numerosas actividades económicas dado
el hecho de que el país vivía o por lo menos dependía – en lo fiscal y en lo
concerniente a su económica monetaria – principalmente de la minería y puede
decirse más concretamente del estaño. Las minas proveían una parte
importante de los recursos fiscales y casi la totalidad de las pocas divisas con
que el país podía atender sus importaciones.

Los menores tonelajes exportados en 1930 y su menor valor relativo y


absoluto, determinaron una disminución de ingresos fiscales lo que movio al
gobierno a designar una comisión para que recomendaran las medidas de
emergencia que debían ser adoptadas. No contribuyeron en poco a esta
medida del Gobierno las dificultades que atravesaba el comercio importador,
que sufría aguda escasez de “giros sobre el exterior” o divisas y necesitaba
créditos bancarios, sobre todo porque la política deflacionista seguida por el
gobierno transitorio del General Blanco Galindo y en un principio por el de
Daniel Salamanca había causado un verdadero pánico. Al mismo tiempo- y
esta era otra de las razones para el nombramiento de la citada comisión –
Bolivia se veía imposibilitada de hacer los pagos de su deuda externa, basada
en niveles más altos de exportaciones mineras. La crisis económica se tradujo
en una crisis política que coadyuvo a la toma de decisiones que influyeron en la
guerra.

El tratado de 1929, un candado para el Mar. Fortín vanguardia y el no a la


guerra

En las relaciones internacionales del país se produjeron dos hechos muy


importantes. El primero fue la resolución de la cuestión de Tacna y Arica. El
laudo de Estados Unidos de 1925 fue el preámbulo del tratado del 29. Tanto
Chile como Perú rechazaron la propuesta Kellogg de una solución tripartita del
problema. El 3 de Junio de 1929, Chile y Perú firmaron en Lima el tratado por el
que se definía la nacionalidad de Arica (Chile) y Tacna (Perú). De ese modo,
Perú renunciaba a la soberanía sobre Arica. En lo tocante a Bolivia el texto
decía: "(Chile y Perú) no podrán sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una
tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que...quedan bajo sus
respectivas soberanías". En la práctica toda negociación bilateral de Bolivia con
Chile quedó bloqueada, entre otras razones por esa condición del tratado.

El tema del Chaco volvió a avivarse peligrosamente. Se celebró una


conferencia en Buenos Aires en la que Paraguay insistió en su reclamo de todo
el territorio chaqueño para sí. El encuentro se frustró. En el Chaco, en tanto,
unas maniobras paraguayas en zona en litigio derivaron en el apresamiento de
un oficial paraguayo. La respuesta fue el ataque paraguayo a fortín Vanguardia
el 5 de diciembre de 1928. Bolivia había construido entre 1923 y 1928, 11
fortines de avanzada en el Chaco, Vanguardia era uno de ellos. Bolivia en
represalia tomó los fortines paraguayos Boquerón y Mariscal López pero Siles
no fue más allá, prefirió con sabiduría el camino de la paz. Un comité de
conciliación de varias naciones latinoamericanas determinó que la
responsabilidad era paraguaya y la obligó a reconstruir y dejar Vanguardia. A
su vez Bolivia abandonó los dos fortines tomados. Así se resolvió una situación
de tensión pre-bélica, pero la espina ya estaba clavada.

Los antecedentes y causas de la guerra del Chaco son complejos. Cuando


Bolivia y Paraguay se volvieron estados independientes heredaron de la época
colonial una vaga determinación de los límites de esa zona inhóspita y
despoblada por lo que tuvieron que fijar sus respectivas jurisdicciones de
acuerdo con documentos muchas veces contradictorios o mediante el trazado
de líneas geodésicas. Los cuatro tratados de límites que se acordaron entre
1879 y 1907 no fueron aceptados definitivamente por ninguna de las partes.
Cuando Bolivia perdió la salida al océano Pacífico, como consecuencia de
la Guerra del Pacífico (1879), esa región adquirió un valor estratégico para ese
país: la ocupación del Chaco Boreal fue necesaria para salir al océano Atlántico
por el río Paraguay. Ambos países realizaron pocas expediciones al Chaco.
Otra causa fue la supuesta existencia de petróleo en el subsuelo chaqueño que
la empresa norteamericana Standard Oil ya extraía en sus bordes serranos.
Esa empresa había fracasado en su intento por sacar el petróleo boliviano por
un oleoducto en territorio argentino hasta la refinería que tenía una subsidiaria
suya sobre el río Paraná quedándole como única opción cruzar por el Chaco
Boreal hacia el río Paraguay, lo más al sur posible.15
Paraguay, unas décadas antes, había sido devastado por la Guerra de la Triple
Alianza (1865-1870). Una de las consecuencias fue la pérdida de enormes
territorios en la zona oriental. Respecto del Chaco Boreal, Argentina pretendió
incorporar una parte a su territorio, pero tras recurrir en 1879 al arbitraje del
presidente estadounidense Rutherford Hayes, este falló que la zona
comprendida entre el río Pilcomayo y el Verde, al norte, correspondía al
Paraguay. Con estos antecedentes, era difícil que ese país pudiera aceptar las
pretensiones bolivianas sobre el Chaco Boreal.
En el marco de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932-1935) tuvo
lugar una intensa participación de actores externos a los Estados en pugna.
Dicha intervención asumió diferentes formas, fue encarnada por
agentes diversos, y jugó un rol central, tanto en el transcurso de la contienda
como en las negociaciones de paz que la sucedieron; por lo cual se hace
indispensable encarar un análisis detenido al respecto.
Entre la mencionada multiplicidad de actores que intervinieron en el conflicto un
párrafo aparte merecen las empresas multinacionales, especialmente las del
sector petrolero (a saber: Royal Dutch-Shell, de capitales anglo-holandeses,
instalada en Paraguay; y Standard Oil of New Jersey, de capital
norteamericano, radicada en Bolivia), cuyos objetivos e intereses en la zona
litigiosa se combinaron no sólo con los de los países en guerra sino también
con los de las Naciones de origen de dichas compañías, que estaban librando
una sorda disputa por acaparar mercados y fuentes de materias primas en esta
región del planeta; y, más aún, con los de algunos de los Estados limítrofes
que, como Argentina y Brasil, aspiraban a ejercer una cada vez
mayor influencia regional.
A lo anterior hay que agregar que, en el caso argentino, contaba con una
empresa petrolera estatal fuerte (YPF), la cual estaba librando,
fronteras adentro, su propia batalla contra los mismos trusts petroleros que
operaban en Paraguay y Bolivia. Todo ello, por último, debe ser enmarcado en
un contexto internacional signado por el ascenso de Estados Unidos
como potencia dominante a nivel global en detrimento de Gran Bretaña; el
cambio de rumbo de la política internacional del primero, adoptando
hacia América Latina la denominada “Buena vecindad”; la sustitución del
carbón por el petróleo como principal insumo energético; y los efectos del crack
de la bolsa neoyorquina de1929, entre otros.

DESARROLLO Y LIMITACIONES DE LA GUERRA DEL CHACO

La guerra de Chaco

Guerra del Chaco. Guerra fronteriza entre Bolivia y Paraguay, ocurrida


entre 1932 y 1935 por el control del Chaco Boreal, donde se presumía existían
grandes reservas de petróleo y gas. Los británicos y norteamericanos apoyaron
a los gobiernos de Paraguay y Bolivia respectivamente, razón por la cual
muchos especialistas han calificado esta guerra como una guerra "importada".

Los intentos para solucionar pacíficamente el conflicto fracasaron al negarse


Bolivia a aceptar como solución la concesión de un puerto sobre el río
Paraguay, por considerarla insuficiente. En 1932 la guerra estalló con fuerza.

El Ejército Boliviano

Bolivia contaba con un ejército de 10 000 hombres activos y 2 000 reservistas


entrenados, que poseía algunas ventajas militares, sobre todo en equipamiento
sobre el ejército paraguayo. Durante el conflicto llegaron a movilizar 250 000
hombres.

El presidente boliviano Daniel Salamanca, quien había llegado al poder


en 1931 había comenzado un proceso de modernización del ejército. La
economía boliviana pasaba por un buen momento, amparada en su riqueza
minera y podía contar con ventajosos créditos para abastecerse de material de
guerra moderno. La población boliviana era el doble de la paraguaya, 2 300
000 de habitantes por un 1 200 000 de sus enemigos.

Tanque vickers MK B boliviano en el frente de batalla en el Chaco

Los bolivianos contaban con un grupo de asesores militares extranjeros dentro


de sus fuerzas armadas, particularmente alemanes – aunque también hubo
chilenos y checoslovacos. El general alemán Hans Kundt, veterano de
la Primera Guerra Mundial, llegó incluso a hacerse cargo del ejército boliviano
tras los descalabros iniciales del mismo al comenzar la guerra.

La fuerza aérea de Bolivia era superior en número de aviones a la de


Paraguay. El ejército boliviano contaba además con tres tanques vickers y dos
tanquetas Carden Lloyd de fabricación británica, mientras los paraguayos
carecían de fuerzas blindadas.

El Ejército Paraguayo

El ejército paraguayo era más pequeño que el boliviano sólo 3 500 soldados –
durante el conflicto se movilizaron 150 000 soldados - y la población de su país
era poco más de la mitad de la boliviana con 1 200 000 habitantes. El ejército
había sido asesorado por instructores franceses y argentinos, ya durante la
guerra los italianos participarían en la reorganización de la fuerza aérea. La
economía de Paraguay era también más pobre que la de Bolivia, dependiente
de la agricultura y una ganadería intensiva. Al frente del ejército paraguayo fue
elegido el general José Félix Estigarribia, quien se había formado militarmente
en Francia.

Al comienzo del conflicto el ejército paraguayo tenía cinco regimientos


de infantería, dos regimientos de caballería, dos grupos de artillería y un
batallón de zapadores. Su fuerza aérea era inferior a la de Bolivia; pero sus
unidades navales que operaban con la ventaja de estar río abajo en el sistema
del río de la Plata podían transportar todo el material, personal y equipos
extranjeros hacia el área del conflicto a través de los ríos, mientras los
bolivianos debían hacer todos sus movimientos por tierra, con la sola excepción
del sistema fluvial Madeira - Mamoré, parte del sistema fluvial del Amazonas,
que podía ser usado para transportar materiales al norte del Chaco.

Acciones militares

La guerra estalló cuando el ejército boliviano atacó y tomó el fuerte paraguayo


Carlos Antonio López en julio de 1932, y luego fue recapturado por los
paraguayos. Las fuerzas bolivianas atacaron y capturaron también durante el
27 y 28 de julio los fortines paraguayos de Corrales, Boquerón y Toledo.

Las tropas bolivianas que en agosto llegaron a sumar 12 000 hombres en el


frente de batalla se desplazaban por tierra en una zona carente de medios y
vías de comunicación, llegando totalmente extenuadas al área de conflicto.

Los paraguayos por su parte habían desplegado 8 000 hombres en la isla Poí,
donde construyeron una pista de aterrizaje; 1 500 en Nanawa (al suroeste del
Chaco) y 3 000 en el Alto río Paraguay. Desde Asunción enviaron luego un
refuerzo de 3 000 hombres.

Las fuerzas paraguayas del Segundo Regimiento que avanzaban contra el


fuerte de Boquerón con el objetivo de recapturarlo fueron descubiertas por
aviones bolivianos que las ametrallaron. A pesar de esa acción el 8 de
septiembre, 18 500 paraguayos cercaron a 619 bolivianos en el fuerte
Boquerón. Los bolivianos recibieron la orden de resistir. Tras once días de
combates los paraguayos tomaron el fuerte, perdieron en el asalto 7 000
hombres, los bolivianos 150.

Tras la derrota de Boquerón los bolivianos pusieron el ejército bajo las órdenes
del general Hans Kundt en el mes de diciembre. Éste ordenó un ataque frontal
sobre los paraguayos en Nanawa y Toledo, pero no pudo abrirse paso entre las
líneas paraguayas. En julio de 1933 lo intentó nuevamente, pero los
paraguayos camuflados entre los matorrales le infligieron una costosa derrota,
2 000 soldados bolivianos murieron en combate por sólo unos 150 paraguayos.
En este segundo ataque a Nanawa los bolivianos emplearon sus tanques,
flanqueados por soldados con lanzallamas, pero con escaso éxito, debido a la
irregularidad del terreno y el intenso calor que obligaba a las dotaciones de los
blindados a combatir con todas las portillas abiertas.

A fines del año 1933 los paraguayos atacaron por sorpresa a la Cuarta y
Novena divisiones bolivianas ubicadas en Campo Vía cercándolas el 3 de
diciembre. A pesar de los contraataques bolivianos estas se rindieron. Los
bolivianos tuvieron 2 600 muertos y 7 500 fueron hechos prisioneros. Después
de esta derrota en Campo Vía el general Kundt fue reemplazado por el coronel
Peñaranda.

Los soldados paraguayos de la Segunda División fueron a su vez cercados en


la Cañada Strongest por las fuerzas bolivianas al mando del coronel Bilbao
Rioja, perdiendo más de 500 hombres en el combate.

Los paraguayos fueron derrotados en Picuiba en julio de 1934, pero derrotaron


a las reservas bolivianas en El Carmen en noviembre. Desde agosto habían
propinado un duro golpe a las fuerzas bolivianas al cortarles las
comunicaciones e impedirles abastecerse de agua de los pozos ubicados en
Yrendagué.

El fin de la Guerra

La Liga de las Naciones impuso un embargo de armas a ambos países e hizo


una propuesta de paz en noviembre de 1934. Esta propuesta fue aceptada por
Bolivia pero rechazada por Paraguay. A consecuencia de esto el embargo le
fue levantado sólo a Bolivia.

En 1935 ambos contendientes estaban totalmente agotados. Los bolivianos se


habían retirado a Villamontes. En abril de ese año los paraguayos traspusieron
el río Parapití. Tomaron Crandaití, Izozoq y la importante ciudad de Villamontes
amenazando los pozos de petróleo bolivianos en explotación pero fuero
repelidos por las fuerzas bolivianas hasta aproximadamente los límites de la
frontera actual.

Desde enero el gobierno chileno había propuesto a Argentina una gestión


conjunta para lograr la paz. Con este objetivo se comisionaron a Luis Podestá
Costa a Paraguay, y luego a Félix Nieto del Río a Bolivia. En abril de ese año
se unieron a la mediación, Perú y Estados Unidos, posteriormente lo harían
Brasil y Uruguay.
El 12 de junio de 1935 se logró un armisticio que se concretó en el campo de
batalla dos días después. Siguieron tres años de arduas negociaciones.
Finalmente se firmó el tratado de paz en Buenos Aires el 21 de julio de 1938.

Consecuencias de la guerra

En 1936, durante la Conferencia de Buenos Aires, Paraguay logró el


reconocimiento de casi toda la zona en disputa a su favor. En 1938 Paraguay
obtuvo 233 000 km² del Chaco Boreal, mientras los bolivianos obtenían el
acceso al río Paraguay y al poblado de Puerto Casado, perteneciente a
Paraguay. Dentro del territorio boliviano quedaron las grandes reservas de
petróleo y gas.

Paraguay al final de la guerra, en el año 1935 reportó aproximadamente 34 000


caídos y 2 000 desaparecidos, más los 2 500 prisioneros de guerra en Bolivia,
aproximadamente. Bolivia por su parte, reportó 56 000 muertos y 10 000
desaparecidos, más los 17 000 prisioneros de guerra en Paraguay
aproximadamente.La malaria y la escasez de agua causaron una gran
mortandad en ambos ejércitos.

TRANSFORMACIONES SOCIALES POST GUERRA.

Nuestro ejercito, menos adaptado al clima y al terreno, perdió y retrocedió en la


mayoría de los combates cediendo buena parte del territorio del Chaco al
Paraguay.

La población en general reaccionó en contra de los militares y la oligarquía


política que dirigían el país y la guerra. Al final de la guerra (1935) el ejercito
boliviano impidió que los paraguayos logren llegar a Villamontes, con lo que se
salvo la totalidad de los hidrocarburos del país.

En las trincheras y enfermerías del Chaco los hombres y mujeres de las


distintas regiones y departamentos de Bolivia se vieron en la misma situación
de desgracia, esto origino un sentimiento de unidad que dio lugar a la
emergencia de los movimientos nacionalistas posteriores.

Bolivia ya no fue la misma después de la guerra. Los impactos del conflicto en


el pensamiento de los bolivianos se pueden resumir en los siguientes puntos:

• Nos gobierna un pequeño grupo de la población responsable del hambre


y exclusión social de la gran mayoría.

• Hemos dado nuestra sangre para defender nuestro territorio y los


hidrocarburos, pese a esto, el gobierno los entrega a las empresas
extranjeras manteniendo nuestro país en condición de dependencia y sin
beneficios para el país.

• Este grupo que nos gobierna nos ha dirigido al fracaso en el Chaco pero
no estuvieron en el frente de batalla.
El descontento popular llevará al poder a David Toro (1936-1937) y German
Busch (1937-1939), militares jóvenes, de pensamiento nacionalista que habían
participado en la guerra del Chaco.

En el gobierno de David Toro se produce la nacionalización de los bienes de la


Standard Oil por evasión de impuestos e incumplimiento de contrato.

Todos los bienes y contratos de la Standard Oil pasaron a propiedad del


Estado boliviano, y para administrarlos, creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB). Además En su período se declaró la caducidad de las
concesiones petrolíferas a la Standard Oil Co.,

se creó también el Ministerio de Trabajo y Previsión social, el Banco Minero de


Bolivia.

En el gobierno de Busch. Se promulgó el Código del Trabajo, que establece


relación entre el capital y el trabajo. Se dictó Código de Educación. Creó la
Caja de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio. Nacionalizó el Banco Central
de Bolivia con acciones de la gran minería, posible causal de su muerte.

Los gobiernos posteriores no se preocuparon por fortalecer YPFB, a pesar de


ello, para 1952 abastecía totalmente el mercado interno de petróleo.

Las organizaciones sociales empiezan a fortalecerse, lastimosamente los


gobiernos de Carlos Quintanilla y Enrique Peñaranda aliados a los intereses de
la gran minería postergaron las aspiraciones populares, que fueron
postergadas.

En el gobierno de Gualberto Villarroel las organizaciones sociales tuvieron un


aliado que significo un impulso importante en la consolidación de als
organizaciones sociales que aún hasta hoy tiene un influencia en los destinos
del país.

la aprobación de leyes sociales favorables a la clase trabajadora, la abolición


del pongueaje, la intervención del Estado en las exportaciones mineras y otras
verdaderamente revolucionarias, dieron lugar a que la reacción organizara
varios movimientos subversivos, el principal el 20 de noviembre de 1944, que,
lamentablemente y por precipitación de oficiales miembros de RADEPA, dio
lugar a la ejecución de varios influyentes personajes. Finalmente, el 21 de julio
de 1946, triunfó la contrarrevolución, con la complicidad de jefes militares
adversos al régimen y de algunos miembros del propio gobierno. Villarroel y
sus más leales colaboradores fueron asesinados y sus cuerpos colgados de
faroles de la Plaza Murillo y del parque San Pedro, en tanto que la persecución
a los miembros del MNR, que en el momento de la caída ya no gobernaba, fue
intensa y se prolongó por meses.

Villarroel ha sido consagrado como el “Presidente Mártir” y su memoria es


venerada por las clases populares y los trabajadores.
Su filosofía se plasma en la frase:”No soy enemigo de los ricos, pero soy más
amigo de los pobres”. Sus restos descansan en la plaza de su nombre en la
ciudad de La Paz.

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