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Causas de la ocupación

Al imperialismo norteamericano le interesaba modernizar la economía del país, sobre todo


construir carreteras para ampliar sus inversiones en la economía de exportación. La influencia
de Estados Unidos era cada vez mayor en ese rubro, principalmente en la industria azucarera,
que con la guerra mundial de 1914-1918 se había vuelto más rentable, debido a la baja de la
producción de azúcar de remolacha en los países europeos involucrados en el conflicto.

La guerra mundial disparó los precios del azúcar de 3 dólares el quintal, en 1914, a 25 dólares
en 1920. Las exportaciones de azúcar pasaron de casi 5 millones de dólares a 45 millones en
esos años. Otros rubros, como el cacao y el tabaco en hoja también crecieron. El café, en cambio,
creció hasta el año 1919, cuando alcanzó los 6.6 millones de dólares de exportación y se
desplomó tras la crisis que se presentó en 1920. Las exportaciones totales del país pasaron de
poco más de 10 millones de dólares

La profunda división de la clase política de la época y el caudillismo.


Las exportaciones totales del país pasaron de poco más de 10 millones de dólares a casi 59
millones. Esos fueron los años de la llamada “Danza de los Millones”. Las exportaciones
dominicanas garantizaban el pago de la deuda externa, contraída en buena medida con Estados
Unidos.
En plena primera guerra mundial, Estados Unidos también quería prevenir la influencia de
otros imperialismos y fortalecer sus posiciones en América Latina, donde podía proveerse de
alimentos y materias primas, en tanto tenía que desviar parte de sus recursos para la guerra.
La invasión a Dominicana fue la salida que encontró el imperialismo para imponer el orden que
los grupos políticos criollos no lograban establecer.

Para el imperialismo, ayer y hoy, la búsqueda de mercados donde invertir y generar ganancias
es vital. Medidas políticas del gobierno invasor
Disolvieron las fuerzas regulares del ejército dominicano y las sustituyeron por tropas de
Estados Unidos, que asumieron las tareas de defensa y orden público. •
Decretaron el desarme de la población y la obligaron a entregarles sus armas a las autoridades
norteamericanas. A quienes se negaban se les perseguía.
Esa medida garantizaba que no hubiera brotes de militares caudillistas y que se redujera la
posibilidad de resistencia a la ocupación. Se confiscaron 9,337 fusiles, 25,760 revólveres y otras
armas.
En 1918 reorganizaron los cuerpos armados bajo su propia dirección. Se creó así la Guardia
Nacional, que luego pasó a llamarse Policía Nacional Dominicana.
Atraer capitales norteamericanos que podrían instalarse en zonas que antes eran
impenetrables.

Para que llegaran compañías azucareras norteamericanas Se despojó de sus tierras a muchos
campesinos y hasta a algunos terratenientes en las zonas de plantación de azúcar y en lugares
cercanos a ellas. Para tal fin, se aprobaron dos leyes:
La de impuestos a la propiedad territorial, que proveía recursos al Gobierno y obligaba a
muchos propietarios a vender sus parcelas debido a que no podían pagar el impuesto.
La de registro de tierras, que obligaba a dividir los terrenos comuneros y despojar de sus
tierras a quienes no podían legalizarlas.
Resistencia a la ocupación
Los “gavilleros” Los llamados gavilleros fueron un agrupamiento armado que luchó contra la
ocupación hasta inicios del año 1922, cuando ya se habían anunciado los primeros planes de
desocupación. Operaron en el este del país y estaban integrados mayormente por campesinos y
trabajadores de las zonas rurales donde se expandía la producción azucarera. Incluso, hubo
participación minoritaria de delincuentes comunes que operaban antes de la ocupación.
Durante los años de la ocupación, sectores intelectuales urbanos mantuvieron un rechazo a la
misma, aunque no con acciones armadas.

El organismo coordinador de este movimiento fue la Unión Nacional Dominicana, a la que


pertenecían intelectuales como los hermanos Henríquez y Carvajal, Américo Lugo, Emiliano
Tejera, Fabio Fiallo, Federico García Godoy y otros.

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