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Hablar fuerte, mostrar autoridad e incluso gritar y responder de manera tosca, y hasta
humillante a veces, son características que suelen asociarse a un líder. Sin embargo,
aunque esta postura agresiva es la más reconocida, está lejos de ser la mejor, ya que la
mayoría de las veces el líder agresivo no permite que el equipo a su cargo desarrolle a
cabalidad su potencial y menos que se logren los objetivos deseados.
En el otro extremo se encuentran aquellos líderes que no logran imponer su criterio, que
se comunican en forma pasiva y que en vez de guiar a sus equipos con ciertas directrices
prácticamente desaparecen de escena.
Además, García Franco, recuerda que ser asertivo no es sinónimo de no equivocarse, por
el contrario, es saber moverse en el error, en determinar que somos complejos, que no
tenemos que estar de acuerdo en que el ser humano es por naturaleza mal entendido.
Líderes empáticos
Tan importante como la asertividad en el desarrollo de un líder es la empatía, una de las
habilidades prácticas de la inteligencia emocional que nos permite conectarnos con el
otro.
Hoy, cada vez más, se pide a los jefes y líderes de equipos de trabajo que desarrollen esta
habilidad. En este aspecto, el psicólogo norteamericano Daniel Goleman plantea que la
empatía significa tener en consideración los sentimientos de los trabajadores, junto con
otros factores, en el proceso de toma de decisiones inteligentes.
A juicio de Goleman, habría al menos tres razones que permiten considerar a esta
habilidad como un factor relevante en el liderazgo. Éstas son:
Si consideramos que en los equipos de trabajo muchas veces cuesta llegar a consenso
entenderemos la relevancia del líder. Pues es quien debe ser capaz de percibir y
comprender los puntos de vista de todos y aunar voluntades.
Por otra parte, la globalización representa un desafío constante para las organizaciones
que las obliga a estar permanentemente en la vanguardia en muchos aspectos. Por
ejemplo, el diálogo intercultural puede conducir fácilmente a equivocaciones y
malentendidos. En este sentido, las personas empáticas saben distinguir las sutilezas del
lenguaje corporal, pueden captar el mensaje que se esconde detrás de las palabras,
comprenden la existencia y la importancia de las diferencias culturales y étnicas.
Referencias: