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La asertividad y la empatía en el liderazgo

Hablar fuerte, mostrar autoridad e incluso gritar y responder de manera tosca, y hasta
humillante a veces, son características que suelen asociarse a un líder. Sin embargo,
aunque esta postura agresiva es la más reconocida, está lejos de ser la mejor, ya que la
mayoría de las veces el líder agresivo no permite que el equipo a su cargo desarrolle a
cabalidad su potencial y menos que se logren los objetivos deseados.

Cuando un equipo le teme a su líder no lo respeta y difícilmente estará dispuesto a


jugársela por él.

En el otro extremo se encuentran aquellos líderes que no logran imponer su criterio, que
se comunican en forma pasiva y que en vez de guiar a sus equipos con ciertas directrices
prácticamente desaparecen de escena.

En el centro de ambas posturas se ubican los líderes asertivos. Y es que la asertividad es


una cualidad inherente al liderazgo. Un líder que se maneja con asertividad tiene
mayores resultados y es más eficiente, logra influir en los demás, motivándolos a
desarrollar todo su potencial.

Es esencial que todo el que quiera desarrollar su liderazgo desarrolle su asertividad. Y


para lograrlo es importante tener en cuenta los siguientes ítems:

1- Tener un objetivo claro y asegurarse que beneficie a todo el equipo.


La meta u objetivo debe valer la pena no solo para el líder. Y estar basado en un ideal,
en algo que lo haga sentirse orgulloso. Mientras más claro tenga ese objetivo y
cuánto vale, el líder se comunicara con mayor asertividad y luchará con más firmeza.

2- Reconocer sus fortalezas y debilidades y las de cada miembro de su


equipo. Conocerse as í mismo y tomarse el tiempo para conocerlos, aumentará su
asertividad y su liderazgo pues estará más seguro y a la vez será más humilde para
pedir ayuda o delegar. Escuchará más a su equipo, lo que es primordial en el
liderazgo.

3- Ser íntegro. Que sus acciones y sus opiniones se apoyen mutuamente. El


liderazgo es influencia y no se puede influir en nadie sin generar confianza. La
integridad le hará sentir mejor consigo mismo y se comunicará cada día con más
asertividad.

La comunicadora y docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de


Antioquia, Deisy García Franco, señala que las personas asertivas “tienen que estar muy
pendientes de ser motivadores, conocer bien su público, saberse expresar, usar las
palabras en el momento que es oportuno, estar pendientes de realimentar, de preguntar,
pues se vale no entender, repetir, pedir explicaciones”.

Además, García Franco, recuerda que ser asertivo no es sinónimo de no equivocarse, por
el contrario, es saber moverse en el error, en determinar que somos complejos, que no
tenemos que estar de acuerdo en que el ser humano es por naturaleza mal entendido.

Líderes empáticos
Tan importante como la asertividad en el desarrollo de un líder es la empatía, una de las
habilidades prácticas de la inteligencia emocional que nos permite conectarnos con el
otro.

Hoy, cada vez más, se pide a los jefes y líderes de equipos de trabajo que desarrollen esta
habilidad. En este aspecto, el psicólogo norteamericano Daniel Goleman plantea que la
empatía significa tener en consideración los sentimientos de los trabajadores, junto con
otros factores, en el proceso de toma de decisiones inteligentes.

A juicio de Goleman, habría al menos tres razones que permiten considerar a esta
habilidad como un factor relevante en el liderazgo. Éstas son:

1. El creciente uso de trabajo en equipo.


2. El rápido ritmo de la globalización.
3. La necesidad cada vez mayor de retener el talento.

Si consideramos que en los equipos de trabajo muchas veces cuesta llegar a consenso
entenderemos la relevancia del líder. Pues es quien debe ser capaz de percibir y
comprender los puntos de vista de todos y aunar voluntades.

Por otra parte, la globalización representa un desafío constante para las organizaciones
que las obliga a estar permanentemente en la vanguardia en muchos aspectos. Por
ejemplo, el diálogo intercultural puede conducir fácilmente a equivocaciones y
malentendidos. En este sentido, las personas empáticas saben distinguir las sutilezas del
lenguaje corporal, pueden captar el mensaje que se esconde detrás de las palabras,
comprenden la existencia y la importancia de las diferencias culturales y étnicas.

Finalmente, la empatía es clave en la retención de talento. Los líderes siempre han


necesitado empatía para formar y retener a las personas valiosas. En los últimos años ha
surgido con fuerza la figura del coaching y el mentoring en búsqueda de un mejor
rendimiento y mayor satisfacción de los equipos de trabajo.
Según Goleman, “los mejores mentores e instructores se introducen en la mente de las
personas a las que ayudan, intuyen cómo ofrecer un feedback efectivo y saben cuándo
forzar un mayor rendimiento y cuándo contenerse”.

Referencias:

 Susset Romero S. (2010) “La asertividad en el liderazgo”. Recuperado en marzo 2014 de


www.Comunicación asertiva7.wordpress.com
 Goleman, D (2004) ¿Qué hace a un líder? Harvard Business Review, América Latina.
 “La organización es comunicación” (N,D). Universidad de Antioquía. Recuperado en
marzo 2014 de www.udea.edu.co

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