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Universidad Nacional Experimental De La Seguridad

Maestría En Seguridad Ciudadana


Unidad Curricular: Perspectiva Empírica de la Violencia y el Delito
Unidad I; Objetivo 1.1: Medición de la Delincuencia
Docente: Dr. Ender Carrillo
Participante: Ayrton José Colina Cordova C.I.: 24.517.583
Correo Electrónico: ayrtonjosecolinacordova@gmail.com

En los últimos años se ha podido evidenciar una transformación relevante en


cuanto a la manera de afrontar la violencia y el delito en el mundo. Sobre la base de las
ideas expuestas, actualmente el estudio o medición de esto factores inmersos en la
sociedad no es una tarea única y exclusiva de la administración pública, puesto que se
ha convertido en un asunto dividido entre las instituciones públicas, organismos no
gubernamentales y la comunidad en general. Con la entrada en vigencia de la
Constitucion de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 (CRBV), el
componente Participación Comunitaria se hizo sentir en todos los aspectos sociales del
país, pues así lo ratifica el artículo 55 que enuncia: “…la participación de los
ciudadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad
ciudadana y administración de emergencias será regulada por una ley especial…”, por
lo tanto reflexionar sobre el rol de la participación comunitaria desde este punto es
esencial.

Sin embargo, el delito y la violencia siempre han existido a lo largo de la historia


de la humanidad, aunque este fenómeno se ha producido principalmente por la pérdida
de las raíces colectivas de las ciudades o, como sugiere Giddens (2000), por la pérdida
de su seguridad ontológica. No obstante, se ha incorporado la idea de la seguridad
como bien público y se ha reconocido la centralidad de la participación comunitaria.
Sobre la base de esta premisa, un enfoque participativo es fundamental para cualquier
estrategia de desarrollo, lo que implica descentralización de la gestión y mayor
participación de las personas. En este sentido, resaltar las prácticas comunitarias en la
prevención del delito y la reducción de la inseguridad pública, así como en su
prevención, contribuye a mejorar el capital social en la sociedad y, por lo tanto, la
adopción de prácticas sociales sostenibles con miras a la creación de mecanismos de
cohesión social.
Con esta finalidad, según Sozzo (2004), este enfoque postula acciones donde la
comunidad es responsable de su seguridad, a través del fortalecimiento de
instrumentos de control en el sentido de conseguir soluciones eficaces. Estos
elementos pueden ser la medición de la delincuencia, que está en relación directa con
la actividad humana y fenomenológicamente ligada al contexto cultural y permuta de
acuerdo con los cambios de valores de la sociedad y de los medios de los que dispone
la misma. Esta tarea es considerada importante porque permite conocer la realidad
social del delito y posibilita el predecir y aplicar medidas sociales, económicas y
penales para reducirlo o controlarlo. Sin embargo, se debe reconocer que cualquier
práctica comunitaria que logre responder a ciertas posibilidades, como formas de
participación activa, emergiendo desde la base sin herramientas ni orientación del
Estado (o partidos políticos), como objetivo de lucha contra el crimen, busca mejorar
las relaciones comunitarias y la confianza en los demás.

Ahora bien, entender y comprender mencionado factor conlleva estudiar diversas


aristas, que permiten un mayor abordaje y alcance en aras de obtener los resultados
más propicios y en donde el beneficio emerge desde el punto de vista comunitario,
trascendiendo a una realidad que embarga el desarrollo tanto individual como colectivo
de nuestra sociedad.

El Contexto Comunitario como Fuente de Información sobre la Delincuencia:


Ciertamente, la participación de la comunidad en las iniciativas de prevención es un
paso importante en la redefinición de las políticas de seguridad en el marco del estado
de derecho. Sin duda, abrir la puerta a nuevos actores en la identificación y toma de
acciones preventivas puede fortalecer el capital social a nivel local. De esta manera, su
impacto puede medirse no solo en términos de su efectividad en la reducción de la
violencia y el crimen, sino también en términos de aumentar el interés y la participación
ciudadana en las iniciativas locales. Además, tiene el potencial de mejorar la conciencia
pública sobre las agencias clave involucradas en el asunto (policía, poder judicial y
gobierno local). Además, este compromiso cívico fortalece a las organizaciones no
gubernamentales dedicadas a este tema a nivel local, así como a las asociaciones
públicas y privadas desarrolladas con el objetivo de prevenir la violencia y la
delincuencia.

Sin embargo, la participación de la comunidad si no se planifica, organiza e


implementa bajo el liderazgo y la coordinación de las autoridades locales puede tener
efectos negativos. En primer lugar, algunos expertos en el tema afirman que la
participación puede ser la base del estigma social regional. En otras palabras, se
sugiere que la participación sea únicamente con el propósito de prevenir la violencia y
el crimen, porque su contraparte es claramente diferente de "otros" que son
considerados peligrosos. Por tanto, se pueden identificar mecanismos participativos
con el objetivo de "construir un muro" o instalar un sistema colectivo de protección o
alerta. Estas iniciativas surgen de la identificación de objetos o espacios peligrosos,
que a menudo se identifican como "malos" y se pueden categorizar como pequeños,
pobres y, en algunos países, miembros étnicos.

En segundo lugar, la participación puede relacionarse con problemas específicos


que enfrentan las autoridades gubernamentales. Un buen ejemplo de esta situación es
la frecuente necesidad de atender denuncias por narcotráfico en un lugar determinado,
que no se resuelven rápidamente. Si este es el caso, los ciudadanos tienen el potencial
de convertirse en justificadores de agravios, lo que respalda la necesidad de una
respuesta represiva general a los problemas. En tercer lugar, puede cruzar
rápidamente el umbral de la decepción pública. En las iniciativas que se centran en la
realización de reuniones vecinales para "establecer un diagnóstico", siempre es
necesaria la acción de la policía o del gobierno para abordar cuestiones específicas.
Debido a la falta de respuesta rápida del gobierno, así como a la necesidad de seguir
diferentes procedimientos para abordar estos problemas, las personas tienden a
sentirse beneficiadas por dicha participación e incluso ridiculizadas cuando se
enfrentan al consentimiento de dicha participación.

En cuarto y último lugar, los sentimientos de abandono o frustración de las


personas, junto con la necesidad constante de "resolver" el problema, pueden crear
mecanismos de justicia social en sus propias manos, como un tribunal conjunto o un
juicio. En los últimos años, en muchas ciudades latinoamericanas, los gobiernos locales
han descubierto que su capacidad para actuar está empantanada en iniciativas o
movimientos de justicia auto dirigidos para ejecutar a presuntos delincuentes. En
definitiva, el diseño de mecanismos participativos para prevenir la violencia y la
delincuencia a nivel local debe tener en cuenta los beneficios, así como las
externalidades negativas que pueden estar asociadas a ellos. Esto evitará su presencia
diseñando elementos que reduzcan su impacto potencial.

En resumen, a menudo se considera a la sociedad como un recurso utilizado en la


prevención del delito. Esta visión de la apropiación criminal de las comunidades ha
motivado sus esfuerzos por movilizar recursos económicos y personales para reducir la
presencia delictiva en su lugar de residencia o lugar de trabajo (Dammert, 2002). Sin
embargo, cabe señalar que, paradójicamente, la mayoría de las políticas de prevención
comunitaria otorgan a la sociedad un papel pasivo, considerándola meramente
receptora de mecanismos de resolución. Un claro ejemplo de este tipo de negocios es
la visión de la intervención estatal como una generación de proyectos de corto plazo,
olvidando que en muchos casos, las áreas con mayores problemas de criminalidad
también tienen poca presencia de estructuras sociales que generen estrategias de
prevención localmente sustentables a largo plazo.

La Observación en los Espacios Comunitarios como Técnica para la


Obtención de Datos: En lo que respecta a la observación, el uso de esta estrategia se
describe como la creación y promoción de procesos participativos e investigativos en
seguridad ciudadana desde una perspectiva comunitaria. En este sentido, el objetivo
es, por un lado, describir la construcción de contextos propugnados por el uso de la
estrategia, y por otro lado, revelar el desarrollo interno de la propia estrategia, e
informar sobre la herramienta obtenida. Este método de investigación y participación en
un entorno comunitario brinda a los participantes la oportunidad de observarse
sistemáticamente a sí mismos y a los demás, enfocando su atención en situaciones
problemáticas en las que se encuentran. Los participantes, una vez conscientes de
esto, están listos para desarrollar habilidades de observación, tales como el registro,
analizando e interpretando la información observada.
Por consiguiente, la observación dentro de los espacios comunitarios se hace
mediante una metodología estandarizada en todo el mundo. Este método consiste en
una visita planificada, de aproximadamente una hora, por parte de la policía, realizada
por un grupo de tres personas (un líder de equipo y dos representantes de la
comunidad) que utilizan una herramienta de seguimiento que incluye veinte preguntas
correspondientes a cinco categorías: orientación a la comunidad, condiciones físicas,
igualdad de tratamiento al público, transparencia y rendición de cuentas y condiciones
de detención. El resultado de la evaluación, una breve descripción, dada en la
herramienta de seguimiento antes mencionada, del hecho resuelto, arroja lo siguiente
para cada categoría:

a. Orientación a la comunidad: en donde los ciudadanos deben observar en qué


medida la estación de policía está orientada a entregar un buen servicio a la comunidad
que atiende.

b. Condiciones físicas: donde se evalúa si las estaciones de policía cuentan con


las instalaciones físicas mínimas para recibir de manera óptima a quienes solicitan
atención.

c. Igualdad de tratamiento al público sin discriminación basada en el género, la


pertenencia étnica, la nacionalidad, la situación de minoría o la orientación sexual: en
este ítem en particular, uno de los relatos más recurrentes tiene que ver con la
ausencia de áreas adecuadas para la recepción de denuncias de víctimas de violencia
intrafamiliar o delitos sexuales.

d. Transparencia y rendición de cuentas: en donde se evalúa si la estación de


policía entrega información básica al público, dando cuenta de su labor o dando
espacios para formular quejas acerca de la actuación policial.

e. Condiciones de detención: donde se evalúa si el área de detención de las


estaciones cumple con los estándares básicos de respeto y seguridad al detenido.

Esto es de vital importancia en el campo de la prevención del crimen local, frente


a una policía fuerte y confiable, ya que, las comunidades estarán más dispuestas a
cooperar con las investigaciones policiales, más cerca de abordar los problemas de
seguridad que afectan los incidentes. Al mismo tiempo, los ciudadanos y las agencias
debe ver a la policía como un potencial pacificador en materia social, ya que la
proximidad a los ciudadanos puede proporcionar una ventaja en la recopilación de
información relevante para combatir el delito, construyendo así relaciones espaciales
para la paz comunitaria y reducir la inseguridad.

Finalmente, la evidencia anterior nos permite ver que cuando se mide la


delincuencia desde un área de la sociedad, es poco probable que este factor tenga
éxito si no se identifican las formas habituales en que las personas y organizaciones
tratan con este factor. En este sentido, en muchas partes de América Latina y el Caribe
le dan a la sociedad y a los grupos cívicos, más que a la policía, el papel principal en la
prevención de la delincuencia comunitaria, especialmente a nivel local, y el impacto y la
conformación del medio ambiente en el uso de una variedad de medidas objetivas y no
coercitivas para involucrar a los ciudadanos en la prevención del delito. Por tanto, la
implementación a nivel local de acciones encaminadas a mejorar la seguridad
individual y colectiva, requiere una visión clara y certera del delito y la delincuencia en
una sociedad determinada, así como diferentes percepciones de la seguridad
involucrada.

En el tema comunitario, existen diferentes enfoques de participación, que se


pueden organizar según dos coordenadas: se desarrollan la definición del participante y
la forma de participación. Si bien estos no son los únicos factores que se toman en
consideración, pero parecen ser los más importantes en la investigación dirigida a
describir la prevención del delito en la comunidad que se ha desarrollado a nivel local.
Es importante destacar que los ciudadanos deben ser considerados coproductores de
la seguridad, junto con la policía. Como se explica en esta sección, la participación
pública en el sector de la seguridad mejora la responsabilidad social y el
reconocimiento de las actividades policiales. Por lo tanto, la comunidad se convierte
tanto en un factor como en un objeto de acción porque participa activamente en la
presentación de problemas a la policía, así como en las posibles soluciones para
mejorar las condiciones de seguridad en su barrio.
Referencias Bibliográficas:

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999: Gaceta Oficial de la


República Bolivariana de Venezuela, 5453 (Extraordinario) marzo 24, 2000.

Dammert, 2002. “Inseguridad y temor en Argentina: el impacto de la confianza en la


policía y la corrupción sobre la percepción ciudadana del crimen”.

Giddens, 2000. La tercera vía. La renovación de la social democracia, Taurus, Madrid.

Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, 2010. Boletín +Comunidad


+Prevención. Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana.

Rekalde, I.; Vizcarra, M.T. y Macazaga, A.M. (2014). La observación como estrategia
de investigación para construir contextos de aprendizaje y fomentar procesos
participativos.

Sozzo, 2004. “Seguridad Urbana y Tácticas de Prevención del Delito”.

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