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PRIn¡eR¡ PARTE
Sncu¡.tpa PARTE
TERcERa PARTE
CapÍruro 5
Situación Situación
inicial final
Pnl Pn5
Nudo <- Desenlace
Pn2 --------> Pn4
Acción
Evaluación
Pn3
5.1. "El cautivoo como relato ejemplar Se produce entonces el Nuno. Esta parte de la secuen-
cia determina todo el desarrollo de la acción v fue definida
Volvamos de nuevo al texto de Borges "EI cautivo>. Las así por los formalistas rusos:
oraciones sucesivas que componen el primer párrafo (que
ya hemos analizado) pueden agruparse de modo que dibu- Para poner la trama20 en movimiento se introducen mo-
jen una estructura narrativa canónica. Si la organización tivos dinámicos que destruyen el equilibrio de la situación
semántico-sintáctica determina ciertas características rít- inicial. El conjunto de los motivos que rompen la inmovili-
micas, como señala U. Eco, en narrativa se crean movi- dad de la situación inicial y que desencadenan la acción se
mientos discursivos de mayor amplitud "mediante macro- llama nudo. Habitualmente el nudo determina toda la evo-
proposiciones más extensas, mediante la escansión de los lución de la trama y la intriga se reduce a las variaciones de
los motivos principales que han sido introducidos por el
acontecimientos, (Postille e "Il non'rc della rosA>>, trad. esp., nudo. Estas variaciones se llaman peripecias (el paso de una
1986, pág. a8). Analicemos la escansión de acontecimientos situación a otra) (Boris Tomashevski, 1970, trad. esp. 1987,
s¡ uEl cautivor: páe.207).
Aparece en primer lugar una proposición que sirve de El nudo que crea la intriga (Pn2), desencadenante del
introducción y que corresponde a lo que se denomina, a relato, queda introducido por un organizador temporal
partir de los trabaios sobre la narración oral (cf. capítulo
3), una ENITRA¡¡-PREFACIo o proposición PnO. La entrada- (O 3') al cabo de los años, (O 3") un soldado que venía
prefacio y la EvIIUACIóN FINAL PnQ abren y cierran el rela- de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes que
to, están situadas en sus fronteras y constituyen (unto con bien podía ser su hijo. (O 4) Dieron al tin cón él [.. ] y cie-
las proposiciones evaluativas encajadas) elementos de tran- yeron reconocerlo.
sición entre la interacción verbal y el relato (o diégesis).
El paréntesis, como hemos sugerido más arriba, no es
Pn0: (O 1) En Junín o en Tapalqué refierer¡ la historia. una nueva proposición sino un comentario de la voz na-
rrativa que da la impresión de distanciarse de lo contado al
El primer componente del esquema de base de la se-
insistir en que este suceso-crónica de la conquista del Oes-
cuencia narrativa es la llamada Stru¡CtÓN INICIAL. En ella se te es transmitido con toda fidelidad. Siguiendo a W. Labov
plantean las circunstancias espacio-temporales, es[o es, un y a J.Waletzky, consideramos que este tipo de proposición
lugar y un tiempo (que pueden ser algo vagos), los agentes es evaluativa, exterior a la historia aunque no al acto de n¿i-
(personajes) y los acontecimientos. Esta situación se pre- rración. Como hemos indicado más arriba, situamos l¿rs
senta como estable. oraciones evaluativas encajadas en el mismo nivel pragnrnr-
Por ejemplo, en uEl cautivo, nada se dice del lugar, el tico de la interacción que PnO y PnQ.
momento tomado como referencia temporal es aproxima-
do (después de un malón, cf. cuadro 23), per-o las cir- (O 4') (la crónica ha perdido las circunstancias y no
cunstancias del actor principal quedan claramente enun- quiero inventar lo que no sé)
ciadas en estas tres oraciones que definen la situación ini-
cial (Pnl) de este relato:
(O 2) Un chico desapareció después de un marlón; (O 2')
20. El traductor ha optado por tratna para designar. lo que los fbr-
malistas r-Llsos denominalon lábula, por lcl que pensamos que éste es el ti:r-
se dijo quc lo habían robado los indios (O 3) Sus padrcs l<r r-trino quc convendría :rc¡uí. Rccordcmos qLre tronra es sinónimo de intri-ea
buscaron inútilmente; (cf. nota 7).
ó0 LINGÜÍSTICA DE LOS TEXTOS NARRATIVOS LA SECUENCIA COMO UNIDAD TEXTUAL 6l
El núcleo central del relato es la Rr,-acctóx-Pn3 susci- Cierra el texto una EvRLUACTóN FrNAL-Pnf), a modo de
tada por el desencadenante: corolario, contenida enteramente en el período largo que
hemos presentado más arriba. En este período la voz na-
(O 5) El hombre, (O 5") trabajado por el desierto y por rrativa enuncia Ia moraleja del relato, en la que manifiesta
la vida bárbara, (O 5") ya no sabía oír las palabras de la len-
explícitamente su orientación, sobre la que volveremos en
gua natal, (O 5") pero se dejó conduciq (O 5") indiferente
y dócil, (O 5") hasta la casa. (O ó) Ahí se detuvo, (O 6") el capítulo 7:
talvez porque los otros se detuvieron. (O 7) Miró la puefia,
(O 7"\ como sin entenderla. (O 12) Yo querría saber qué sintió en aquel instante de
vér1igo en que el pasado y el presente se confundieron; (O
La acción principal desemboca en una resolución, que l2') yo querría saber si el hijo perdido renació y murió en
constituye el D¡,sENLAcE-Pn4. Los momentos nudo-desenla-
ce constituyen los dos elementos principales de la creación
:Hl ffr:il"ffi ;tlT:-:, iü.'"jrTi: J 3"ii" 1'$:T
de la intriga:
La secuencia narrativa propiamente dicha, por lo tanto,
(O 8) De pronto bajó la cabeza, (O 8") gritó, (O 8") está compuesta por las proposiciones Pnl + Pn2 + Pn3 +
atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se me- Pn4 + Pn5. Reducida a su estructura mínima, corresponde
tió en la cocina. (O 9) Sin vacilar, (O 9") hundió el brazo en a las tres partes denominadas tradicionalmente Pr-RNr¡a-
la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de MIENTo (Pnl), Nuoo (Pn2+Pn3) y Dnsr,¡llacn (Pn4+Pn5).
asta que había escondido ahí, (0 9") cuando chico. Se trata de una estructura ternaria (cf. capítulo 8).
Pero entonces se inicia una nueva secuencia narrativa Pnl' Situación inicial lla h15'Situación final 1l"c
breve que viene a modificar el final del primer relato. Se
trata de un pequeño relato condensado cuyas proposicio- \ I
nes están subrayadas por organizadores temporales y el co- Pn2' Nu do 1l"b Pn4' Desenlace ll"c
nector pero:
Situación inicial-Pn 1': [sncuENcrA NARRATTva, Rrrero l]
O lla Acaso a este recuerdo siguieron otros, Pnl Situación inicial (2)-(3)->Pns Situación final (11)
Nudo-Pn2:
\/
o ll"b pero el indio no podía vivir entre paredes Pn2 Nudo (3')-(a) <----->Pn4 Desenlace (8)-(10)
Desenlace-Pt:.3'-4'
o 1l"c y un día fue a buscar su desierto.
\ ar
Pn3 Acción (s)-(7)
62 LINGÜÍSTICA DE LOS TEXTOS NARRATIVOS LA SECUENCIA COMO UNIDAD TEXTUAL 63
Pn2 Nudo (v 5; 02 )<->Pn4 Desenlace (v 7-lO; o2) MUNDo IuL Tsasado ;quión safu sc ha llet¡arkt MUNDo
LLENo un calnllcnt ¡xr qué pasóJ \Acto
\
Pn3 Evaluación (v 6; O2') La muy elemental narratividad de este pequeño poema
contrasta con la narratividad plena del texto de Borges. En
Podemos constatar que la situación final no se explicita este último se pone el acento en el sentido de las acciones
y que, de este modo, la estructura canónica quinaria del re- relatadas, mientras que la narración de Machado parece
lato no queda actualizada completamente. Este tipo co- vaciarse de contenido. Las razones del actuar, los motivos
rriente de elipsis resulta posible porque la situación final y los fines del ser simbólico introducido en el verso .5, el
puede deducirse sin dificultades de lo que precede. Al final, caballero, son silenciados. E,sta diferencia manifiesta cl
tras el paso del caballero, que se lo ha llevado todo, no que- clima ideológico de la llamada ngeneración del 98" f aclt'-
da nada. El mundo "|ls¡eo del principio está ahora vacío más, en unos pocos versos, se anticipa un aspecto f-uncla-
por entero y, por lo tanto, no hay ya absolutamente nada mental de la modernidad narrativa. El sentido misnro clc l¿r
qr-re describir. Subsiste el enigma de las razones del actuar acción se ha desmoronado, el mundo se ha hecho opaco -y
del caballero y su significación simbólica: ¿se trata del de la máquina de explicar y prescribir que constituye el re-
tiempo que se lo lleva todo al pasar?, ¿es la pasión entre lato sólo queda una concha formal vacía. Poder únicamen-
hombre y mujer la que puede aniquilarlo todo? Este relato te describir las acciones y los acontecimientos sin explicar-
singular sólo presenta el advenimiento de hechos brutos, los es en puridad renunciar a conferir un sentido al mun-
acontecimientos que constituyen el nudo y el desenlace de do y al lugar que ocupa en él el suieto.
la intriga, que no se resuelve, por lo que la interpretación Sin embargo, describir y relatar acciones sin tratar de
queda abierta. crear una intriga, rechazar el relato, es tomar una posición
Además de presentarse como una estructura narrativa poética que es también expresión de una visión del mundo.
incompleLa en la que domina la n¡,scnrpcróN-RELACTóN DE E,n estas consideraciones radica, en nuestra opinión, el in-
ACCIoNES (cf. capítulo 8), este poema de Antonio Machado terés de las distinciones técnicas que nos parece útil esta-
contiene también una secuencia descriptiva que estudia- blecer. Al construir la intriga se organiza esa (escansión de
mos más abajo (cf. capítulo 10). acontecimientos>) a que se refería Umberto Eco, de acuer-
do con un dispositivo elemental qr-re comporta, además,
posibilidades combinaLor-ias de las sectrencias en textos:
coordinación lineal, presentación paralela o alternada, ),
encaie-inserción de una en otras (cf'. 6.4 y cuadro 16).
66 LINGÜÍSTICA DE LOS TEXTOS NARRATIVOS LA SECUENCIA COMO UNIDAD TEXTUAL 67
CapÍrulo 11
LA EI{UI{CIACIÓN NiARRATIVA
Texto 37: El autor v el narrador La vida ha querido que me haya visto en circunstancias
y situaciones delicadas. Entonces he tratado de reconvertir-
Por fin dije la verdad a la vez que reanudaba el paso: las del modo más divertido posible [...]. (Entrevista con Ma-
ese no soy yo, es el narrador de la novela, yo no es- deleine Chapsaf Cahiers Céline 2, París, Gallimard (NRF),
-Pero
toy casado ni tengo ningún hijo, al menos que yo sepa. Y 1957 -197 6, pág. 20.)
creo saberlo.
estuviste en Oxford una de ellas. Sin embargo, cuando se le pregunta por ciertos frag-
-Pero
Una sola coincidencia -objetó
segura (la solapa del libro influía mentos de sus novelas, en que se describe la degradación
en el libro) bastaba para atribuirne el resto, pensé, y aque- de algunos personajes, subraya el autor:
llo me pareció una reacción lectora demasiado elemental
para tratarse de licenciados, la mayoría filólogos de diversas Yo soy un médico de barrio muy meticuloso y muy tran-
lenguas. quilo. Hay que ser lo opuesto de lo que uno escribe. Ésa es
Ia sorpresa (op. cit., pág. 35).
hr¡rrR MaBÍ¡s, Negra espalda del tiempo,
Madrid, Alfaguara, 1998, págs. 34-35. La especificidad y la complejidad de la voz narrativa
n¿lce precisamente de la relación entre lo vivido y lo crea-
Quien relata en las obras de ficción es un vo distinto del do, de la ordenación poética o pragmática del narrador.
autor del relato, pero este fenómeno se produce también de También Maruia Torres, en Llna entrevista qlle se le realizó
alguna forma en cualquier conducta narrativa: ante la publicación de su primera novela, un calor tan cer-
cuno, tras años de eiercicio del periodismo, cuantificaba en
Si hablase (o escribiese) de un acontecimiento que me un ochenta por ciento 1o in.,,enlado y precisaba:
hubiera sucedido a mí mismo, ahora mismo, me encontra-
ría, cottto narrador (o escritor) de ese acontecimiento, fuera Quiero que qucde rnuy claro qtrc ésta es una obra dc
ya del tiempo-espacio en que sc acababa dicho aconteci- creaci(rn, aunque, como diccn Cela, Greene, Le Carré, He_
miento. Identificar de manera absoluta a uno mismo, al mingu,ary v t¿rntcls otros maestros, s<ilo sc debc e.scribir. .so-
propio (yo)) acerca del que estoy hablando, cs tan imposible bre lo que se conoce, desde un punto de vista propio. y yo
como levantarse a uno mismo por el pelo (Mijaíl Baitín, Teo- añadiría quc l'abulando, inventando, cn definitiva creanclo.
ría y estética de la novela, trad. esp. 1991, pág. 1O7). sobre lo que se conocc (EL País, 19-1-1997).
enunciación. Como preconizaba la retórica antigua, para E,n la 7.ona exterior del acto de narración se encuentran
hablar es preciso antes representarse al auditorio y adaptar cl autor y el lecto¡ desdoblados: los seres reales se repre-
el discurso al interlocutor real o imaginario. sentan separados del proceso enunciativo por un trazo más
Toda interacción verbal supone, por lo tanto, un desdo- grueso, y son los que, respectivamente, producen y leen el
blamiento. El enunciador que construye su discurso es di- texto; los seres modelizados (o imaginados) se hallan en
rigido por un sujeto que obserrya o calcula las reacciones de el interior del proceso enunciativo. Y en el espacio n-rás in-
su interlocutor para organizar sus estrategias discursivas, y terior, producido por la escritura, el texto en que se realiza
ambos sujetos se van alternando.3o En el caso de la enun- el universo diegético, se representan los seres de discur-
ciación narrativa escrita, este desdoblamiento se produce so, el narrador; los personajes-actores y el narratario.
entre el lector imaginario (nnonerrznlo) y el r-EcroR sER DEL Los universos diegéticos creados pueden ser asumidos
MUNDo (el que realmente lee el relato en un sillón, en su por narradores diversos, según el nivel de inserción en el
cama o en la biblioteca). Del mismo nod<¡ los que leen, a relato y según la persona gramatical por la que se opte. Re-
través de los relatos se hacen una idea de su productor (au- presentaremos en el cuadro 32 las diferentes posiciones
ToR MoDEI-IZADo), más o menos alejada del auroR sER DEL del narrador; de acuerdo con estos parámetros:
MUNDO.
A este desdoblamiento hay que añadir la creación, en el
texto, de unos entes de discurso (el NARRADoB, el NARRATARTo
implícito y los ACToRES-eERSoNAJes) que pueden tener y tie-
nen sin duda elementos de los dos seres del mundo que in-
ter-vienen en el acto de enunciación narratir¡a. Este cont-
plejo tuncionamiento puede ser representado del modo si-
suiente:
T
Narrador -r Narratario
LECTOR
acto de
MODALIZADO
lectura
limro,-rr) (cn el mrrndo)
Cuadro 32. Repertorio de las posiciones posibles G. Genette (1972) distingue, por una parte, los niveles
del narrador de inserción del relalo, y, por otra parte, la relación de
identidad o no entre las figuras del narrador y de los acto-
Relación de Heterodiegético Homodiegético Autodiegético res en ia diégesis por él construida.
\ pelsonas Testigo- Protagonista
\ El narrador printero (A) de un relato englobanLe
Niveles.d\
participante -voz
¿rnónima o provista de aigún tipo de identidad- es EXrRA-
tnscrclon DIEGÉTICo, como es el caso del narrador de Don Quijote de
narratlva \ \
la Mancha y también el narrador de la novela de Manuel
Narración o persona
Rivas, recientemente traducida del gallego, El lápiz del car-
3.u persona I
1." persona
englobante
I
pintero. E,l narrador (B), a quien se cede la palabra en un
relato encajado es INTRADTEGÉTrco, como el de la novela E/
curioso impertinente (intercalada en Don Quiiote). El visir,
A3 AI A'
Nan-ador de Dott Juan (Cora?.ón tatt Bardamu (Viaje al padre de Sahrazad, que cuenta la historia del asno, el buey
-y el labrador, es un actor del relato-marco en Las mil y una
Qtrijote de Ia Mancha blattco) fur de la trcc|rc)
(Nivel A)
Nan-ador de El kipi:. Alfonso rc¡n !\brrlen
noclrcs. Pero tiene una relación HETERoDTEGÉTICA (esto es,
del carpirttero (EI rrwtuscrito <cuenta en tercera person¿r) con la diégesis que propone a
ltallado err Zaragoza)
su hija para tratar de convencerla de que no se case con el
Jutn (Cora:.órt tart sultán. La misma relación heterodiegética se establece en
blatrco)
el reiatar de Sahrazad noche tras noche.
En la novela ya citada, El lápiz del carpfutero, Herbal
[iene una re]ación HoMoDTEGÉTrcA con los acontecimientos
Extradiegético A2 Álrar-o rs",¡o, ¿i),1,"11)?ii0",.,"' (Gutinde:)
que cuenta a María da VisitaEao, la historia de Carlos Sou-
Vous (/-a lllodilicatiott ) sa \¡ Marisa Mallo, de la que es testigo. Pero es TNTRADTEGE-
TICo, ya que su relato está encajado en el relato englobante
de un narrador anónimo. Sindbad el Marino, en el cuento
independiente de Las ntil y utLa noc/zes, es AUToDTEGÉTlco,
Narracicin 2." persona puesto que es también actor de Io que relata.
encajada 82 Jesúrs Gal índe-z ( Calú r dc :) Bardamu, en Viaje al final cle la noclrc, es un narrador
extradiegético y autodiegético. En EI fttanuscrito hallado en
Zaragoz.a, un primer narrador (extradiegético y autodiegéti-
(Nivel B) 3." persona l.' persona 1." persona
co), Al{'onso von Worden, explica sr-r propia historia, pet'o
luego da paso a la voz de otros actores que intervienen en
ella y cuentan además la suya, como las hermanas Emina
B] BI B. y Zibedea (relación intradiegética y autodiegética). En Co-
Narrador de E/ Herbal Emina y Zibedea razón tan blanco, Juan tiene una relación extradiegética
ct rioso ir t t¡te rti tt er Ie (El lápi: dcl (EI rrnrtttscrito
con lo que relata, heterodiegética respecto a la historia de
t
vasco va alternando con la de la estudiante americana que Las injerencias, variaciones y alternancias constituyen
hace su tesis sobre él y con la de quienes, pagados poi lu toda una gama de recursos que permiten la realización de
cIA tratan de impedir que dicha investigación se lleve a las diferentes FUNcIoNEs del narrador (Nnnnartv4 DE coN-
cabo. Las dos primeras son relatadas en segunda persona, rRoL, FÁTICA Y CONATIVA, TESTIMONIAL E IDEOLÓGICa, G. Ge-
mientras que la de los perseguidores de Muriel colbert lo nette, 1972, trad. esp. 1989, págs. 308-312).
es, con alguna excepción, en tercera persona. A estos cam- Pero, como veremos en el punto siguiente, no sólo la voz
bios de voz narrativa hay que añadir la alternancia de pa- narrativa puede ser objeto de variaciones y alternancias.
sado y presente, aunque es menos sistemática.
En la obra de L.-F. Céline, la progresiva emergencia de
la voz narrativa va acompañada de alternancias tempora- 11.3. Focalización y punto de vista
les. El narrador será en su trilogía final el propio autor,
céline, y el presente de la narración alternará con el pre- Debemos diferenciar el cambio de narrador del cambio
sente de lo relatado. La elección del autor mismo como de perspectiva (o Eocar-IZACIóN). La diégesis puede ser pre-
voz narradora va asociada a una exploración sobre la sentada escogiendo (o no) un punto de vista restrictivo (el
aventura de la escritura,'' y p,lede ir acompañada, simé- MoDo, que G. Genette fue uno de los primeros en distinguir
tricamente, por la presencia del lectoq ser del mundo, que, de la voz):
en este fragmento, por ejemplo, interrumpe su lectura y
con ello autoriza las digresiones del narrador:32 . Focalización cero (neutra). El narrador no adop-
ta ningún punto de vista concreto y da al lector una infor-
Texto 39: Recogiendo al lector mación completa. Los dos son omniscientes, saben más
que ningún actor de la diégesis.
Ni asomo de viento, ya os lo dije... el humo espeso se . Focalización externa. Los actores son contempla-
eleva recto... y eso que el mar está cerca... nos encontramos dos sólo desde el exterio¡, sin acceso ninguno a sus pensa-
de nuevo donde os dejé, delante de Hamburgo... en fin, cle mientos; como en el teatro, el lector-espectador sabe menos
sus escombros... yo la verdad me ausento a veces... con el
cosas que los actores-personajes. Desde esta visión externa
tiempo justo para un breve resumen, evocar sombras, as-
pectos... el inventario, al fin y al cabo, tampoco os pregunro no queda favorecido ningún punto de vista particular.
dónde estabais... os recoio tal cual...
. Focalización interna. En este caso el narrador res-
tringe la información al punto de vista de un solo actor (fo-
Rigodón, trad. de José Elías, Barcelona, calización interna fija) o de varios (focalización interna va-
Barral F,d., 1971, pág. 174. riable).
ción hacia Frédéric, pero el narrador está tan cer-ca de los Como hemos señalado en el capítulo 10, los fragmen-
pensamientos del personaie que la distinción se hace di- Los descriptivos son también un espacio de pr edilección
fícil. como ya hemos señalado, el discurso libre indirecto Irara la modalización, pues, efectivamente, al seleccionar
es particularmente apto para estos efeclos de polifonía liis pr-opied¿rdes de los ¿rctantes del relato, el narr-ador ma-
(cf. 7.1). nifiesta indirectamente una apreciación.
A este tipo de indicadores de subietividad han de añadir-
se los graclos de certeza que rnanifiesta el narador en el re-
| | .4. La mod alización del relato lato, mediante MoDALIDADES, que se relacionan con las posi-
ciones qLle ocupa respecto a lo relatado. Debemos a A. J.
Al producirse la enunciación, el hablante no sólo cr-ea Greimas la primera aproximación a las n-rodalidades del re-
en tolno suyo un universo de r-efterencia sino que aden-rás lato (cf. capítulo 2). Más tarde, Philippe Hamon (1981) h¿r
rn¿rnifiesl"a sus subjetividad respecto a lo que dice, pues lie- clistinguido las modalidades de la enunciación (qr-re implican
ne (una actitud indicada, (É. Benveniste, 1966, [rlacl. esp. al narrador y al narratario) de las mod¿rlidades del enuncia-
re7 r). do (que afectan a los personajes-actores). Si las acciones de
El narrador de un relato sitúa las acciones en un tiem- éstos quedan determinadas por una red de relaciones entre
po y un espacio, puede ocupar diferentes posiciones, adop- euERER / saeEn / ponnR, el narrador se caracteriza por des-
tar perspectivas diversas y también indicar su actitud, eslo plegar un sABER que nsobremodaliza, los Fragmentos des-
es, MODALIZAR su relato. criptivos como espacios cognitivos (op. cit., pág. I l8)
Los elementos lingüísticos modalizadores no constitu- Lo propio del narrador omnisciente y anónimo que re-
yen una categoría homogénea. Por ejemplo, en las narra- lata en tercera persona son las aseveraciones (textos 13 y
ciones orales, la actitud del narrador puede manifestarse 14, por ejemplo). E,n nEl cautivoo (texto 4), a los enun-
en componentes lingüísticos discretos pero también en el ciados constativos en lercera persona sucede una voz en
orden de enunciación de los acontecimientos y muy espe- primera persona que manifiesta no conocer todos los deta-
cialmente mediante la entonación y recursos no verbales, lles, por eso aparece también la hipótesis (utal vez porque
como los gestos y expresiones faciales. los otros se detuvieron>, (acaso a este recuerdo siguie-
En el relato escrito pueden transcribirse estos últimos ron otrosn); y en la evaluación final, el nar-rador en prime-
componentes paraverbales propios de la comunicación ra persona manifiesta la interrogación de nlanera indirecta
cara a cara, gracias a la tipografía. El uso de puntos sus- (uYo querría saber,).
pensivos, exclamaciones, interjecciones y onomatopeyas E,n general, cuando la focalización es externa, el narra-
constituyen otros tantos medios de transponer la emotivi- dor no puede dar cuenta de las motivaciones de los actores
dad del narr-ador. Y, en general, las diferentes manifesta- de la acción. Así, en el texto 5, la voz narrativa se interro-
ciones del ritmo del discurso narrativo modalizan sutil- ga, indirectamente, como en el relato anterior, por el obrar
mente el relato: las variaciones de velocidad, el desorden de del mister'ioso c¿rbailero (u¡quién sabe por qué pasó!,).
lo relatado (cf. 9.2) son factores relacionados con la distin- Pero también se interroga el narrador autodiegético cuan-
ta importancia que el narrador confiere a los diversos epi- do la focalización es interna. Se halla inmerso en los acon-
sodios. Desde esta perspectiva, conviene recordar también Lecimientos, de los que tiene una perspectiva limitada, la
que las formas aspectuales escogidas (cf. 9.1.3) presentan suya. Por eso, el narrador del texto 24 utiliza numerosos
distintos ,.modos,, del desarrollo de la acción: relatar en modalizadores de dr-rda y de diferentes grados de seguridad
presente implica una actitud narrativa más emotiva que respecto a los hechos que está relatando (quizá, tal vez, no
hacerlo en pasado (cf. 9.1.4). lo creo, sin duda tampoco puedo decir). Para terminatl
r
LA ENUNCIACION NARRAIIVA t7l
170 LINGUISTICA DE LOS TEXTOS NARRATTVOS
La repr-esentación dei tnundo (que C. Bally clenomirió
señalemos que la opción enunciativa puede modalizar en- tlíctttttt, tomando este térrnino de la lógica) es inseparlablc:
teramente el relato y conferirle un sistema discursivo par- rlc l¿r enunciación, erpresión de la n-rodalidad o nrcdtts ("el
ticular.3a rrlrna de [a fl'ase,, C. Balll', i965, pág,.3ó). La enunciación
eonstituye, por lo demás, el elemento artictrlador entre el
rrrundo creado en el texto y el objetivo pragmático que con-
1 1.5. La enunciación como componente pragmático rliciona su producción, ya que la modalidacl de la rept'e-
de los textos
se'ntación referencial depende de las tinalidades qLle se per-
El mundo creado mediante el complejo acto de narra- sigan.
ción puede tener diferentes anclajes enunciativos y ser
modalizado muy diversamente. En el relato, además, hay
una referencialidad de carácter temporal, ya que puedl
definirse como una redescripción de la accién humana en
el tiempo. Las unidades lingüísticas que conforman dichas
dimensiones del texto, estudiadas en esta tercera parte,
dependen del contexto situacional en que se prodüce la
narración, y son, por lo tanto, esenciales para la finalidad
pragmática del relato.
De manera general, en todos los textos, junto a los ele-
mentos lingüísticos frásticos y transfrásticos (presentados
en la segunda parte), han de tomarse en consideración
este segundo grupo de elementos, que podemos sintetizar
como coMpoNENTE pRAcn¿Ártco.
CoprpoNENrr pRacuÁrrco
. RnpRnspruracróru sel,rÁr{rrca: Contenido oracional.
Construcción de Ios objetos del discurso, ,.mundosn -
uDICTUM,
. en los parámetros situacionales del
ENu¡rrcracróru: Anclaje
acto de enunciación, asunción de las proposiciones y moda-
lización = .MODUS,
. Furnze rlocuroRra: Valor de acto de discurso.
objetivos, finalidad(es) propiamente pragmáticos del texto:
orientación argumentativa
lo tanto, some-
gen de libertad. Los géneros se hallan, por
tidos simultáneamente a dos tendencias contradictorias:
FoucRuLt, Michel, L'archéologie du savoir, Par-ís, Gallimard, 7969. Cost¡, La literatura conro provocctcirín, Barcelona, Península,
Tr¿rducción española de Aurelio G¿nzóru DEL CRltlNo, I'a 1976.
arqueología del saber, México, Siglo XXI, 1984 (10." ed.). Pour tme esthétir¡ue de lct réceptiort, prólogo de Jean Sr¡no-
FucHS, Catherine yLÉoNenD, Anne M.", Vers utrc théorie ¿les as-
-, BINSKT, París, Gallimard, I978.
pects, París-La Hatya, Moutcln, 1979. KenSRAI-ORECCIIIoNT, Catherine, Ic.s ütteractions t,erbales 1, París,
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ÍxorcE DE rÉnnnrr{os
accróNr: 95-1f I oescRlpctóN: *secuencia descrip-
esferas de acción: 23-24 tiva
- estmctura: 100-102 de estado y de acción: 147
- unidad: 104-105 - de objetos: 146
-ACoNTECTMTENTo: 95-97 - descripción de acciones: 109,
ACTANTE: *esquema actancial - 145-146
ACTos DE LENGUTe (oe HABLA o de una situación: 147-148
oE orscunso): 30-31, 83-92 - narrativizada: 147
ACroR / su¡ero: 24-25, 95-97 - por la acción: 145-146
ADYUVANTE: *esquema actancial - y relato: 7O-72, 152-153
AGENTE: *actor / sujeto -DESENLACE'. 57 -65, 7 2-79
ALTERNANCT¡ / coononv¡clóN: *com- DESTINADOB / oesrtNATARIo: *es-
binación de secuencias quema actancial
ANALEPSIS: *orden temporal uÉcEsts: 19-22; *mímesis, uni-
ANCLAJE / ¿rRreucróN: 142 verso diegético
ASPECTo DE r.A rccróN: l2O-123 DISCURSo LIBRE INDIRECTo: 86,
ASPECTUALTz,qcTóN: 142 167-168
¡uroorccÉTICo: *narrador run¡cróru: l2l-122, 132-133
AUTOR: *narrador
EJEMPLo NARRATIVo: "pragmáti-
súseuEoa: *esquema actancial ca del relato
ELEMENTOS:
cAUSA / c¡usRr-ruao: 95-100, 104- para la caracterización de la
105 - acción en el relato: 100,
coMBrNACróN oa SECUENCTAS: 79- 106-107, 109
8l para una definición del rela-
COMPONENTpS TRÁsTICoS Y TRANS- - to:67,68, 95, 131, 151
rRÁsrrcos: 55-5ó para una definición del tex-
coMPoNENTES PRAGMÁrrcos: I 70- - to 11, 44, 47, 49, 62, 69
17l slrrsrs: 133
CONTRATO: ENCADENAMTENTo / suceslóN: *com-
contrato de comunicación: binación de secuencias
- 177 ENCAJE / r¡¡sancró¡r: *combinación
contrato narrativo: 25 de secuencias
-cRoNor-oc͡: *orden temporal ENTRADA-PREFACIo: 58-64, 7 4-7 5
190 INDICE DE TERMINOS
ÍNorcn oe TÉRMINOS I9I
NARRADoR: 31, 87-89, 155-165 pRoposrcróN (Nenn,rrrva): 57
ENTJNCTACTó¡¡: I 14-120, *momcn- INTRADIEGÉrlco : * n¿rr-rador *narrador
NARRATARIO: PROTOTIPO:
to de la enunciación, enun- INTRIGA:
NARRAToLocÍa: 15, 23-35 de la secuencia narrativa: 35
ci¿rcirin narrativa cre¿rci<in de la intriga: 65- - de los actos de lenguaje: 84
ENUNCIACIÓN NARRATI\A: 30.31,
- 68,110-111
NORMA:
- de los géneros de discurso:
155-171
-
intriga y tcnsión clr¿imática: - ética: 102-104
sociocultural: 100 - 179-180
ESQUEMA: 66-68 -NOVELA: PUNTo DE vrsrA: *focalización
ac:tancial:24-25
- del texto: 70,79-81 JUEGOS:
americana: 99
- de ideas: 9l-92
-ESTRUCTURA: de la voz narrativa: 162-164 -Nouveau ronnn: 12 REFoRMULACTóN: 7 l,
142-143
-- REcULAzuDADES Drscunsrvas: 174-
canónica dcl relato: 57-65 temporales: 127-l3O parodia:
- - 12 t7s
-
dc la accidrn: 100-102 -NUDo: 57-68,75-79 TExrueles: 173-
dc la composición: 72-79 LECToR: 157-159, *narrador REGULARTDADES
- dramática del relato: 68 r-ócrc¡:
174
- oBJETIVoS / rtN¡untDES DEL RE- RELACTóN DE AccroNes (oe DECLA-
-
ternaria de la receta: 108 -- dc las acc:iones: 95-100
LATo: ll-12, 124, xpragmá- RACIONES): 150
tcrnaria del relato: 108 de los acontecimiento.s: 95-
- tipificada: *esquema del - 100
tica del relato nprrnve: 145
- tCXtO oBJETo DE vALoR: *esquema ac- RITMO:
dcl mundo: 139-l4l
ÉrtcR: *nor-ma - de los scnlls: 100-102 tancial
- de las oraciones: 46, "período
- oPoNENTE: *esquema actancial de los acontecimientos: 58-
sr,'uu¡ctót¡: 57-65, 7 4-79 - 63
E,XTRADIEGÉTICO: *narrador
ORACIÓN:
MARCADORES ASPECTUALES: I 15,
semántico-sintáctica: del discurso: 148-149, 168-
rÁeuL¡: uhistori¿r, przrgmática dcl
t2t-122 - tipográfica: 44-46 46-50 - 170
vÍvesrs: l9-2O, 33-34, *diégesis -oRALTDAD DEL TEXTo: 12-13, 44-
rclato, géneros discursivos r\lAcRosEcueNrRcróx DEL TE\TO:
rtcctóN: *diégesis, jncgos tem- 41-44 46,124 scRlPr: 100-101
por-ales nrnrÁroRR (ueroNtnata / stNÉcoo- oRDEN TEMPoRAL: l3l-132, 134- SECUENCTA: 35, 173
69,9l
- argumentativa:
FocALrzACróN: 165- 168 138
ouE): 142-143
ruNcróN: oRGANTzADoRES TEMPonares: 1 16- descriptiva: 69, 142-145
de la descripción: 152-f 53
MICROSEGMENTACION DEL TEXTO:
120 - dialogal: 69,76-79
- de los personajes:23-24
44-51 - explicativa: 69, 72-79
- dcl narrador: 165 MODALIDAD:
y re¡uÁrl- - narrativa: 57-65,
-snrrlrórrcl NARRATTvA : 69
PAPELES ACTANCTALES
- dc los personajes: 25-27, cos:24-25
- t69 25-28
GÉNERoS DEL DISCURSO: 13, 28,
dcl narrador: 53, 169
pÁnna¡,o: 41 srru¡cróN rNrcrAL / slruacróN Fr-
32, 4l-43, 46, 62-63, 70, -MoDAr-rzACIóN DEL RELATo: l4l, p¡nÍooo: 51-55 ¡¡ar: 57-79
175-180 prrurpxro: 4l
168- 170
cR¡nrÁrrcn:
MO]\lENTO DE LA ENUNCIAC ION:
PERSoNATE; 24, 85-87, 158-159 rsNsIÓN: *intr-iga
de texto: 56 pn¡cuÁrrcA DEL RELATo: 29-35, TEXTo Y DrscuRso: 173-180
- del relato: 23-24
tr4-tt6 83-92, 170-t7l rrEMPo: 105- 106, I 13- 138
- MOTIVO / N¡ZÓN DE ACTUAR: 64.
65, 97-100
PRESENTE: rRa¡uccróN: 53-55, 128-129,
HETERODIEGÉTICO: *NATTAdOT ampliado: 116, 125-127 164, 167
vtóvtt-: *motivcr - atemporal: 145
HrPorrPosts: 124 TRAMA: xintriga
HrsroRrA: 2l-22, 131-132 MUNDO: - emotivo / histórico: 124 TRANSFoRMACTóN: 27, l08-lll
cre'ación 63-64, 139-l4l -PRETÉRITo IMPERFECTo: 145
INJERENCIAS:
- real, fantástico:75-76, 14O-
- l4l pRsrÉRrro TNDEFTNTDo'. 72, 96, uNrvERSo precÉrrco: 21
de la voz natrativa: 43, 61,
- 88-89, 145, 162-165
125-127,145
pRprÉzuro PERFECTo: 72, 125-127 vELocIDAD: *duración
-- de los organizadores tempo- NARRACION:
PRocRAMA NARRATTvo: 25-27 voz NARRATTva: 43, 59, 156-168
rales: 127-128, l3O, 167 acto de: 3I, 116
- PRoLEPSIS: norden temporal *enunciación narrativa
INTERPRETACTON (DEL reXrO): 31- englobante / encajada: 160-
34,89-92 - 162
i ¡.1" ${ }i$:.}
llilltrilLrilill[il][ut