E – 802-A-35

Patología mamaria
de la adolescente
N. Boudaoud, E. Raimond, L. Pouzet, N. Correia, M.-A. Bouche Pillon,
P. Birembaut, M.-L. Poli-Mérol, C. François

Resumen: La patología mamaria de la adolescente está dominada por las anomalías

morfológicas y el fibroadenoma. La exploración física a menudo es suficiente para su
diagnóstico. La rareza de la patología maligna a esta edad permite tranquilizar, casi
siempre, a la adolescente y a su familia desde el primer examen. La ecografía es el mejor
examen complementario. Es indispensable antes de cualquier tratamiento quirúrgico.
La mamografía no está indicada en la adolescencia. Las anomalías morfológicas están
representadas por las anomalías de número (politelia, polimastia), de volumen (hiper-
trofia mamaria, hipotrofia mamaria, amastia), las asimetrías y las anomalías de forma
(mamas tuberosas, síndrome de Poland). A menudo, tienen un fuerte impacto emocional
y requieren un tratamiento adecuado, sin posponer la edad de la cirugía si la paciente
lo espera. El fibroadenoma es el principal tumor de la adolescencia. El diagnóstico es
clínico. En el caso más frecuente de un fibroadenoma simple, no es necesario ningún
tratamiento. En cambio, el fibroadenoma gigante debe ser objeto de una exéresis qui-
rúrgica, y la poliadenomatosis, de un tratamiento hormonal. La patología inflamatoria se
debe a la sobreinfección de una ectasia galactófora. El tratamiento a menudo es médico.
Las indicaciones operatorias indiscutibles durante la adolescencia son el fibroadenoma
gigante y los tumores malignos. Las otras peticiones deben discutirse caso por caso,
según la forma clínica y la repercusión psicológica. La cirugía se difiere hasta la madurez
física (normalidad y estabilidad del peso, fin del crecimiento mamario) y psicológica,
en la medida de lo posible, para limitar los problemas cicatriciales y para favorecer la
estabilidad del resultado.
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Palabras clave: Adolescencia; Dismorfia mamaria; Tumor mamario; Fibroadenoma;

Ecografía mamaria

Plan  Introducción
■ Introducción 1 La adolescencia corresponde al período de crecimiento
■ Desarrollo de la mama 2 y desarrollo que se sitúa entre la infancia y la edad adulta,
Estadios embrionario y fetal 2 es decir, entre las edades de 10 y 19 años [1] . Es el período
Al nacer 2 en que las mamas se desarrollan en la chica joven. La
Durante la primera infancia 2 incidencia de la patología mamaria (masa u otras anoma-
Estadio puberal, adolescencia 2 lías benignas) en período puberal se estima en un 4,5%
■ Anatomía de la mama 3 en las adolescentes [2] . Se trata principalmente de etiolo-
gías benignas. Una alimentación sana (consumo de aceites
■ Examen mamario de la adolescente 3 vegetales, frutos secos, vitamina E y fibra, con limitación
Anamnesis 3 de las grasas animales, la carne roja y el alcohol) y una
Examen físico 4 normalidad ponderal son factores protectores de las enfer-
Exámenes complementarios 5 medades mamarias [3] .
■ Anomalías y enfermedades mamarias de la En el plano diagnóstico, deben disociarse dos tipos
adolescente 6 de enfermedades mamarias: las enfermedades tumorales
Enfermedades mamarias no tumorales de la adolescente 6 (benignas o malignas) y las enfermedades no tumorales.
Enfermedades mamarias tumorales de la adolescente 11 Los tumores mamarios de la adolescente son benignos
■ Tratamiento quirúrgico de las enfermedades mamarias en más del 99% de los casos. Corresponden en los dos
en la adolescente 14 tercios de los casos a un fibroadenoma. La segunda enfer-
Enfermedades mamarias no tumorales de la adolescente 14 medad más frecuente es la mastopatía fibroquística [2] .
Enfermedades mamarias tumorales de la adolescente 16 Las enfermedades mamarias benignas de la adolescente
pueden clasificarse en función de su origen «histológico»
■ Conclusión 19
(Cuadro 1) [4] .

EMC - Ginecología-Obstetricia 1
Volume 55 > n◦ 4 > diciembre 2019
http://dx.doi.org/10.1016/S1283-081X(19)43014-2
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E – 802-A-35  Patología mamaria de la adolescente

Cuadro 1.
Clasificación de las enfermedades benignas de la mama de la
adolescente según Hughes y Mansel.
Fisiología Anomalías Enfermedades A

Embriología, Hipoplasia Amastia ± atelia

crecimiento Asimetría menor Asimetría mayor
1
Politelia Mamas tuberosas
Polimastia
Desarrollo de los Ectasia galactófora Abscesos
conductos B
Desarrollo lobular Fibroadenoma Fibroadenoma
simple gigante
Poliadenomatosis
Desarrollo del Hipertrofia Gigantomastia 2
estroma
Variaciones cíclicas Mastodinias
Densidad
Crestas mamarias C
La exploración física permite evidenciar los retrasos, 4
excesos o asimetrías de crecimiento, o las anomalías del
desarrollo. En caso de una masa palpable, la exploración
física a veces debe repetirse para confirmar la benignidad
de una lesión. En algunos casos, es necesaria una prueba 3
de imagen, con un lugar importante reservado a la eco-
grafía mamaria, como complemento de esta exploración
física. Es raro recurrir a exámenes invasivos o a la ciru- D
gía, tanto más cuanto que son actos que no carecen de
riesgo sobre el esbozo mamario en formación. El objetivo Figura 1. Desarrollo de las glándulas mamarias. Las crestas
del médico es hacer el diagnóstico, pero también tran- mamarias aparecen en la 4.a semana en forma de líneas engro-
quilizar a la adolescente en caso de lesión benigna. Estas sadas de la epidermis que se extienden del tórax hasta la ingle.
enfermedades aparecen en un contexto psicológico parti- Estas crestas desaparecen, excepto en la zona pectoral, donde
cular relacionado con el trastorno hormonal y corporal. aparece el esbozo primario (1). Este esbozo primario se ramifica
Esta situación puede constituir, en estas mujeres jóvenes, para dar lugar a esbozos secundarios (2). Estos esbozos se cana-
una fuente de inquietud que no debe pasarse por alto. En lizan para formar los conductos galactóforos (3). 4. Depresión
consecuencia, la repercusión psicológica debe buscarse y mamaria.
tratarse. A. Aspecto en la 6.a semana.
B. Aspecto en la 7.a semana.
C. Aspecto al 4.◦ mes.
 Desarrollo de la mama D. Aspecto al 6.◦ mes.

El desarrollo de glándula mamaria empieza en las pri-
meras semanas de la vida fetal y sigue las etapas de la vida
hormonal de la mujer: pubertad, embarazo, lactancia y
menopausia.
Estadios embrionario y fetal
Durante la 4.a semana, aparece la cresta mamaria, que es
un engrosamiento bilateral y lineal del ectodermo que se
extiende desde la zona de la futura axila hasta la futura
región inguinal. Estas crestas desaparecen, excepto en
la zona pectoral, donde aparece el esbozo primario de
la glándula mamaria durante la 5.a semana. Existen dos
esbozos simétricos. Estos esbozos crecen en profundidad,
en el mesodermo subyacente. El esbozo primario se rami-
fica. A las 12 semanas, se han formado varios esbozos
secundarios. Los conductos, inicialmente llenos, se canali-
zan secundariamente en el 7.◦ mes para dar lugar al esbozo
de los conductos galactóforos. Estos conductos se abren
a la altura de una depresión epitelial situada en la zona
del futuro pezón en el 8.◦ mes. En profundidad, los con-
ductos se diferencian en unidades glandulares (Fig. 1). Al
final del período fetal, la mama está representada por un
ligero relieve cutáneo donde se sitúan los orificios de los
conductos galactóforos [5] .
Al nacer
Al nacer, las glándulas mamarias comprenden 15-25
conductos galactóforos que se abren en una pequeña
depresión superficial llamada fosa mamaria. En las
semanas siguientes al nacimiento, la proliferación del
mesodermo convierte la fosa en un pezón evertido. De
manera ocasional, el pezón puede quedar deprimido e
invertido. La piel que rodea el pezón también prolifera
para formar la areola.
En este período, la estructura de la glándula mamaria
está inacabada. No existen diferencias entre el varón y la
niña: la glándula está organizada en unidades terminales
y comporta muy poco tejido conjuntivo.
Durante la primera infancia
La glándula se desarrolla lentamente, con un alarga-
miento de los conductos galactóforos. En la niña, durante
el período prepuberal, se produce un ligero aumento de la
ramificación de los conductos galactóforos y de la lobula-
ción a partir del tejido conjuntivo.
Estadio puberal, adolescencia
El desarrollo de las mamas, la telarquia, acompaña,
precediéndolo unos meses, el desarrollo de los demás
caracteres sexuales secundarios (pilosidad, modificaciones
vulvares). Empieza antes de la aparición de la regla, la
menarquia. Se clasifica en cinco estadios clínicos según
Tanner y tiene relación con la edad de la niña:
• estadio 1 (E1): ausencia de desarrollo mamario antes de
los 9 años;
• estadio 2 (E2): hacia los 10-12 años; aparición del
esbozo mamario y ensanchamiento de la areola poco
pigmentada (sobreelevación de un pezón por una
pequeña glándula);

2 EMC - Ginecología-Obstetricia

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S1
S2
S3
S4
S5
Figura 2. Estadios de crecimiento según Tanner.
• estadio 3 (E3): hacia los 12-13 años; prominencia bien
visible de la glándula mamaria que supera el tamaño de
la areola. Pigmentación de la areola y del pezón. Apari-
ción de los tubérculos de Montgomery periareolares;
• estadio 4 (E4): 13-14 años; desarrollo máximo de la
mama con proyección de la areola y del pezón por
delante de la glándula. Formación de un surco infra-
mamario;
• estadio 5 (E5): 14-16 años; aspecto mamario adulto-
desaparición de la prominencia de la areola, que se
vuelve eréctil. El surco inframamario está bien marcado
(Fig. 2).
El paso de E2 a E5 tiene lugar en un promedio de 4 años.
La velocidad de crecimiento de la glándula es máxima en
el momento de la pubertad. El desarrollo de las dos mamas
puede ser asincrónico, lo cual produce una asimetría tran-
sitoria.
En el plano micromorfológico, el aumento del volumen
mamario tiene relación con el aumento del tejido mama-
rio y del tejido graso periférico. Se observa la maduración
de la unidad terminal ductolobular (Fig. 3). El desarrollo
de la glándula mamaria continúa después de la pubertad;
su desarrollo no se completa hasta después de un emba-
razo, en el momento de la lactancia.
 Anatomía de la mama
La anatomía de la mama puede describirse de
manera puramente anatómica, pero también de manera
«artística».
La mama es una unidad cutaneoglandular. La piel que
recubre la glándula es su único medio de suspensión, a
través de los ligamentos de Cooper, que unen la cara pro-
funda de la dermis a la cara anterior de la glándula y a
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Patología mamaria de la adolescente  E – 802-A-35
2
3
4
6
7
Figura 3. Estructura lobular de la mama. 1. Músculo pec-
toral mayor; 2. tejido adiposo; 3. tejido conjuntivo; 4. seno
galactóforo; 5. conductos galactóforos; 6, 7. unidad terminal
ductolobular: 6. dúctulo; 7. lóbulo.
través del pezón [6] . Su vascularización procede de dos
redes, dérmica y retroglandular, anastomosadas entre sí
por arterias anteroposteriores.
La anatomía morfológica de una mama considerada
ideal se define por parámetros objetivos mensurables. De
frente, se aprecia la situación de la placa areolomamilar
y la simetría de las mamas en forma y en volumen. Se
distinguen cuatro segmentos. El segmento I se sitúa entre
el borde inferior de la clavícula y el surco supramamario.
El segmento II se sitúa entre el surco supramamario y el
polo superior de la placa areolomamilar. Los segmentos
I y II corresponden a los dos tercios superiores, apro-
ximadamente, de la proyección sobre la base mamaria.
La placa areolomamilar habitualmente mira ligeramente
hacia arriba y hacia fuera. El segmento III se extiende del
polo inferior de la placa areolomamilar al surco inframa-
mario (longitud de los segmentos II y III cercana a 5 cm).
Su unión con el segmento torácico inframamario (seg-
mento IV) forma el diedro inframamario, que debe ser
superior a 90◦ en una mama no ptósica (Fig. 4). El tamaño
de estos diferentes segmentos en una paciente en posición
de pie con los brazos a lo largo del cuerpo debe recogerse
en la exploración física de la paciente.
 Examen mamario
de la adolescente
El diagnóstico en patología mamaria se basa, en la
mayoría de los casos, en los datos de la exploración
física [7] .
Anamnesis
La búsqueda del motivo de consulta es el primer ele-
mento clave. La consulta puede estar motivada por la
propia paciente, pero también por la familia o el médico
de cabecera. El motivo de la consulta puede ser variado:
una anomalía morfológica, la percepción de una masa, un
dolor, etc. Es primordial escuchar a la paciente e identificar
su problema en la anamnesis.
3
E – 802-A-35  Patología mamaria de la adolescente
17 cm
9,5 cm
5 cm
Se busca el principio de los síntomas: cuándo se ha
observado la asimetría; cuándo se ha palpado una masa
por primera vez; cuándo se ha iniciado el dolor, su topo-
grafía y su ritmo.
Se evalúa la molestia ocasionada; por ejemplo, en caso
de hipertrofia mamaria, se buscan dorsalgias, un impacto
sobre la práctica deportiva, dificultades con la ropa, la
repercusión psicológica (mecanismos de evitación, sufri-
miento psicológico hasta el extremo de no ir a la escuela
y de intento de suicidio, etc.).
Se pide a la paciente que precise el tamaño de su suje-
tador (contorno y copa). Se le pregunta si utiliza una
compensación en el sujetador (uni o bilateral) y si ha
observado una asimetría entre ambas mamas. Se busca la
repercusión en la vida cotidiana de la enfermedad (nega-
tiva a ir a la piscina/playa, a desnudarse, molestias para
practicar deporte, etc.).
Conviene precisar si existe o no una amenorrea pri-
maria o secundaria (fecha de la primera y de la última
regla). El tabaquismo debe buscarse y cuantificarse. La
búsqueda de antecedentes personales y familiares de cán-
cer de mama es indispensable. De manera clásica, deben
registrarse los demás antecedentes médico-quirúrgicos y
posibles alergias.
Examen físico
En el marco de una consulta por motivo de las mamas,
es imperativo pesar y medir a la paciente (búsqueda de un
trastorno del crecimiento, anomalía del índice de masa
corporal [IMC]). La exploración física debe ser completa
y orientada según las constataciones clínicas. Durante el
examen de las mamas propiamente dichas, la paciente
debe encontrarse en una situación de confianza. Se pide a
los acompañantes que salgan si ella lo desea. Después, se le
explica lo que se va a hacer (observar, tocar y fotografiar).
Inspección
La paciente se encuentra con el torso desnudo. La
inspección se hace de frente y de perfil de manera com-
parativa. En un primer tiempo, la paciente se examina de
pie frente al médico. La inspección permite el análisis de la
postura en busca de asimetría (asimetría de los hombros,
de la columna, etc.). Se busca:
• un signo del sujetador (una marca cutánea dejada por
el sujetador) en los hombros, que es un signo de hiper-
trofia mamaria;
• una disimetría/asimetría del tamaño o la forma entre las
dos mamas. Sin embargo, una discreta asimetría puede
ser frecuente y no patológica. Es importante recordar
que algunos tumores deforman la mama (retracción,
protuberancia o aplanamiento anormal de la mama);
• anomalías cutáneas: una anomalía de color, un adel-
gazamiento de la piel, que se vuelve brillante, zonas
inflamatorias, un eritema cutáneo, un relieve, una
arruga, un pliegue, una depresión de la piel al movi-
4 EMC - Ginecología-Obstetricia
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Figura 4. Anatomía artística de la mama.
Segmento I
Surco
supramamario
Segmento II
Placa areolomamilar
Segmento III
Surco
inframamario
Segmento IV
lizarla, una atracción cutánea, fenómenos de «piel de
naranja», estrías, una micosis de los pliegues, un nevo,
un pezón supernumerario, telangiectasias, una lesión
ulcerada, una modificación de la circulación cutánea,
una red vascular;
• anomalías de la areola: un pezón umbilicado, retraído,
un aspecto de eccema, una secreción.
Se evalúa el estadio de Tanner (desarrollo de las mamas)
(Fig. 2). En caso de trastorno del desarrollo mamario, se
evalúa el desarrollo de los demás caracteres sexuales, en
busca de un posible trastorno puberal.
Después, puede examinarse a la paciente con la espalda
inclinada y los brazos extendidos hacia delante (el exami-
nador sentado frente a ella). En esta situación, las mamas
están libres y se pueden visualizar mejor los fenómenos
de retracción.
Algunas maniobras ponen de manifiesto anomalías
discretas del contorno de la mama (prominencias o retrac-
ciones) y aumentan la sensibilidad de la exploración
física: la elevación de los brazos por encima de la cabeza,
la posición de «manos en las caderas».
Palpación
La palpación debe ser bilateral y comparativa. Se realiza
con la paciente sentada o de pie y después en posición
acostada; con las dos manos calentadas, bien planas, cua-
drante por cuadrante, haciendo rodar la glándula sobre
la parrilla costal (Fig. 5A). La palpación de los cuadrantes
internos se realiza con los brazos elevados, y la palpación
de los cuadrantes externos se efectúa con los brazos a lo
largo del cuerpo.
En la adolescente, la mama a menudo es firme, con-
gestiva, tensa y sensible. El tejido mamario es granuloso
y multinodular. La palpación de la mama a esta edad no
siempre es fácil, porque la densidad de la glándula hace
que la mama sea firme y tensa. Por lo tanto, a veces es útil
repetir el examen al cabo de un tiempo y en otro período
del ciclo antes de hacer un diagnóstico.
Se buscan nódulos, zonas hinchadas (mastosis) y zonas
dolorosas.
Debe precisarse (en un esquema) cualquier anomalía
percibida:
• su localización: cuadrante u horario, distancia mamilar,
uni o bilateral;
• su número: única o múltiple;
• su tamaño;
• su forma: redonda, discoide;
• sus contornos: regulares o irregulares, bien o mal deli-
mitados, uni o polilobulados;
• su consistencia: blanda, firme o dura, elástica;
• su sensibilidad: dolor a la palpación;
• su movilidad: hay que buscar una adherencia a la piel,
al pectoral mayor o a la pared torácica movilizando
el tumor bajo la piel o haciendo contraer el pectoral
mayor mediante una aducción contra resistencia del
brazo (maniobra de Tillaux);
 Patología mamaria de la adolescente  E – 802-A-35

Figura 5. Examen de la mama.

A. Palpación de la mama.
B. Palpación de las áreas ganglionares.

A B

• sus modificaciones con respecto al ciclo menstrual y su

posible evolución.
Se busca una secreción mamilar exprimiendo el pezón S O
entre el pulgar y el índice. Ésta debe caracterizarse: 5 cm
• uni o bilateral, uniporo o multiporo, transmamilar
o transareolar; una secreción uniporo por el pezón
debe diferenciarse de una secreción procedente de
los tubérculos de Montgomery (glándulas sebáceas
periareolares) o de una galactorrea (secreción láctea
multiporo y bilateral);
• espontánea o provocada por la presión de la mama y la A
expresión del pezón; Seg. int.
• su volumen; PAM

III
M
• su color y su consistencia: incolora, marrón, verde, lác- Contorno de pecho

g.
Se
tea, serosa o sanguinolenta (sospechosa);
• su topografía (cuadrante del que procede la secreción): Contorno de tórax
por presión suave de la mama con un dedo, de la
periferia hacia el pezón para identificar el galactóforo
implicado.
La sensibilidad de la placa areolomamilar se examina
mediante el tacto. La hipoestesia no es rara en caso de
Mama Mama
hipertrofia mamaria.
derecha izquierda
La palpación de las mamas debe acompañarse de la
palpación de las áreas ganglionares axilares y supra- OA
claviculares. La búsqueda de adenopatías en las áreas SM
ganglionares axilares se realiza con la paciente sentada Segmento interno
con el brazo sobre el hombro del médico, que se coloca Segmento III
frente a ella y palpa el hueco con la mano del lado opuesto PAM
(los dedos en gancho) (Fig. 5B). También hay que precisar
Base mamaria
la topografía, el carácter de los ganglios (banales, nódu-
Base mamaria
los pequeños, duros, regulares, móviles o fijos entre sí y
respecto a los otros elementos). Contorno de tórax
Contorno de tórax
Medidas estandarizadas, fotografías
y esquema Figura 6. Medidas tomadas durante el examen físico. S se sitúa
Se toman medidas estandarizadas de las mamas (Fig. 6). en la parte superior del manubrio esternal, en la horquilla ester-
Se adjuntan fotografías médicas (de frente con los brazos a nal. O se sitúa a 5 cm de S en el borde inferior de la clavícula.
lo largo del cuerpo, de frente con los brazos levantados, de A se sitúa en el borde superior de la areola. M corresponde al
perfil derecho e izquierdo, de tres cuartos a la derecha y a la pezón. El segmento interno es la distancia entre la línea media y
izquierda) a la historia clínica con el acuerdo de la paciente el borde interno de la placa areolomamilar (PAM). La base mama-
y de sus padres (en la paciente menor de edad) [6] . Como ria se sitúa entre el surco supramamario y el surco inframamario.
complemento de las fotografías médicas, se recomienda Se mide su altura (h) y su anchura (l).
realizar un esquema recapitulativo de las constataciones
del examen para seguir la evolución. músculo dorsal ancho [síndrome de Poland], pectus exca-
vatum o carinatum). Se anota la presencia frecuente de
Examen del tórax y la columna una espalda «encorvada» en caso de hipertrofia mamaria.
La exploración física comprueba la correcta simetría del
tórax. Se interesa por la identificación de las asimetrías Exámenes complementarios
de la postura (asimetría de altura entre los dos hom-
bros). Debe efectuarse una búsqueda sistemática de una La exploración física es esencial, porque la mayoría de
escoliosis. Se buscan anomalías asociadas a la malforma- las veces es suficiente para hacer el diagnóstico. Debe com-
ción mamaria (agenesia del músculo pectoral, agenesia del pletarse con una prueba de imagen mamaria en caso de

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detección de una lesión en la exploración física o antes de
un acto quirúrgico [8] . Un nódulo que no desaparece des-
pués de la regla o no se modifica con el ciclo menstrual
debe ser objeto de una prueba de imagen.
Si se descubre una masa mamaria en una paciente
menor de 35 años, la guía de buenas prácticas en radio-
logía recomienda la realización de una ecografía de
entrada [9, 10] . Es un examen eficiente en las pacientes jóve-
nes que tienen unas mamas densas. Permite caracterizar
una masa descubierta en la exploración física. Precisa prin-
cipalmente su naturaleza sólida o líquida, pero también la
homogeneidad de su contenido, su forma y su eje mayor
con respecto a la piel, y define sus bordes.
Es importante saber que existen diferentes aspectos evo-
lutivos de la mama en función de la edad en ecografía [11] .
Siempre están presentes tres constituyentes, sea cual sea
la edad:
• piel: visible en forma de una línea gruesa hiperecogé-
nica superficial;
• tejido graso: formado por lóbulos confluentes hipoeco-
génicos homogéneos;
• plano muscular retromamario: constituido por el mús-
culo pectoral y su fascia, representada por múltiples
líneas ecogénicas de aspecto fibrilar, más o menos para-
lelas al plano cutáneo.
En cambio, el tejido conjuntivo de sostén y el glandular
epitelial sufren importantes modificaciones a lo largo de
la evolución. El esbozo mamario se traduce por un nódulo
discoide retroareolar, más hipoecogénico que la grasa que
se ensancha y da ramificaciones.
Es importante precisar que es indispensable una prueba
mamaria de imagen (ecografía reciente) de menos de
6 meses antes de cualquier acto quirúrgico.
La mamografía debe evitarse en la adolescente. La den-
sidad de la mama dificulta su interpretación (opacidad no
perceptible), con un porcentaje de falsos negativos impor-
tante [12] . La patología maligna es rara. Además, se trata
de un examen con radiación, y la radiosensibilidad es
máxima hasta los 19 años.
La resonancia magnética (RM) está indicada excepcio-
nalmente. Sus indicaciones se limitan al estudio de las
lesiones voluminosas, el estudio de un linfangioma u otra
malformación arteriovenosa de la zona mamaria, la detec-
ción de tumores mamarios en las pacientes de alto riesgo
de cáncer de mama (en el estado actual de los conocimien-
tos, esta detección se suele iniciar después de los 20 años)
o el seguimiento de las pacientes portadoras de prótesis
mamarias (sin embargo, la presencia de prótesis mamarias
es excepcional en la adolescente).
La citopunción y la biopsia tienen raras indicaciones en
esta franja de edad. La citopunción puede justificarse ante
una lesión sólida que se decide controlar. También puede
ser útil para vaciar un quiste doloroso.
La microbiopsia puede utilizarse para diferenciar un
fibroadenoma de un tumor filodes y guiar el tamaño de la
tumorectomía, o en caso de discordancia clínica y ecográ-
fica. Las macrobiopsias ecoguiadas con aspiración todavía
son más raras; pueden practicarse ante masas mal siste-
matizadas y heterogéneas que sugieren una mastopatía
fibroquística o ante una masa ya etiquetada de fibroa-
denoma pero que aumenta de tamaño y hace temer un
tumor filodes. Estas muestras son más voluminosas que
en microbiopsia y permiten un diagnóstico más fiable [13] .
Las determinaciones hormonales no son útiles, excepto
en las alteraciones endocrinas.
 Anomalías y enfermedades
mamarias de la adolescente
Como se ha visto anteriormente, las enfermedades
mamarias pueden clasificarse en enfermedades tumorales
y no tumorales [11, 14–18] .
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Enfermedades mamarias no tumorales
de la adolescente
Las enfermedades mamarias no tumorales de la adoles-
cente están representadas por las anomalías morfológicas
(anomalía de número, de volumen, asimetrías, anomalías
de forma [mamas tuberosas, síndrome de Poland]), que
son congénitas o adquiridas, y las enfermedades inflama-
torias (abscesos mamarios).
Anomalías morfológicas
Para caracterizar las anomalías, se toma como referen-
cia la anatomía morfológica de una mama considerada
ideal, que se define por parámetros objetivos mensurables.
Se distinguen varios tipos de anomalías morfológicas: las
anomalías de número (congénitas), las anomalías de volu-
men, las asimetrías y las anomalías de forma (adquiridas).
En lo referente a las dismorfias adquiridas que aparecen
durante la pubertad, si el crecimiento y la pubertad tienen
lugar de manera normal, no es necesario realizar determi-
naciones hormonales.
Anomalías de número
Son anomalías relacionadas con la embriogénesis.
Puede ocurrir, debido a la ausencia de regresión de las cres-
tas mamarias durante el período embrionario, que una
mujer presente una mama supernumeraria. Se habla de
politelia ante varias placas areolomamilares (pezón super-
numerario) y de polimastia si existen varias glándulas
mamarias (mama supernumeraria) (Fig. 7).
Politelia. Es una anomalía frecuente: el 1-2% de la
población general [19] . El daño estético a menudo es poco
importante. A veces, puede tomarse erróneamente por un
nevo (Fig. 7A, B).
Polimastia. Es más rara. La mama supernumeraria
también sufre modificaciones durante el embarazo y la
lactancia. Debe examinarse de la misma manera que
las mamas ectópicas. En función de las molestias oca-
sionadas, puede ser necesaria una corrección quirúrgica
(Fig. 7C).
Anomalías de volumen
Entre las anomalías de volumen, la hipertrofia mama-
ria bilateral es la enfermedad más frecuente y la única
que puede producir un perjuicio funcional, mientras que
la hipoplasia mayor bilateral malformativa es rara. La
hipertrofia mamaria y la gigantomastia son dismorfias
puberales por exceso de volumen mamario relacionadas
con el desarrollo del estroma.
Hipertrofia mamaria. El volumen mamario normal
puede estimarse entre 250-350 g para una estatura normal
en ausencia de sobrecarga ponderal. Más allá, existe una
hipertrofia mamaria, acompañada de una ptosis o caída
de la mama y su areola hacia abajo.
Se pueden distinguir tres estadios:
• la hipertrofia moderada: con o sin molestias según la
percepción que la adolescente tiene de sí misma;
• la hipertrofia mayor (más allá de 300 g de excedente),
con una repercusión funcional y dorsalgias;
• la gigantomastia (más de 1.000 g de excedente) [20] .
La hipertrofia tiene relación con un desarrollo excesivo
de unas mamas normales. Se constituye en la peripu-
bertad. La hipertrofia mamaria representaría el 72% de
las anomalías morfológicas de las mamas de la adoles-
cente [21] . Puede ser de varios tipos:
• glandular pura: constitucional, de forma familiar (el
IMC es normal);
• adiposa (en la paciente con sobrepeso o en caso de obe-
sidad);
• mixta.
Cuando es importante, puede acompañarse de una pto-
sis mamaria y de degradación cutánea (telangiectasias,
estrías) (Fig. 8). Puede producir dificultades físicas (inco-
modidad con dificultad para las actividades cotidianas),
 Patología mamaria de la adolescente  E – 802-A-35

A B

Figura 7. Politelia y polimastia.

A. Localización posible de una mama o una areola supernumerarias.
B. Varón joven que presenta placas areolomamilares supernumerarios
(politelia).
C. Paciente que presenta una mama supernumeraria en la zona axilar
derecha (polimastia con atelia).

dorsalgias por trastornos de la estática vertebral con una
cifosis dorsal (a menudo, empeorada por el deseo de ocul-
tarse), pero también dificultades psicológicas.
La hipertrofia virginal o juvenil es una forma particular
de hipertrofia mamaria. A menudo es bilateral y simétrica,
sin masa tumoral palpable, con mamas firmes y tensas, un
adelgazamiento cutáneo y la aparición de una red venosa.
La areola y el pezón están centrados.
Gigantomastia. Aparece de forma brusca y es de
evolución rápida en período peripuberal. Es unilate-
ral o bilateral. Proporciona un aspecto inflamatorio a
la mama. En el plano fisiopatológico, se sospecha la
hipótesis de la hormonodependencia con una hiper-
sensibilidad a los estrógenos (desarrollo frecuente en
período puberal y durante los embarazos), pero se observa
una ausencia de receptores de estrógenos, el estrógeno
E2 circulante es normal y los tratamientos hormona-
les son ineficaces. Existe una asociación a enfermedades
autoinmunitarias: tiroiditis, miastenia, polimialgia reu-
mática [22] . Produce un trastorno físico y psicológico
intenso.
Amastia (con o sin atelia). Es la ausencia total de
glándula mamaria. El tamaño de la copa es inferior a una
copa A. Se constata la mayoría de las veces que la dife-
rencia entre la medida circular torácica (bajo la mama) y
la medida circular mamaria es inferior o igual a 3 cm. La
atelia es la ausencia de placa areolomamilar.
Casi siempre, la amastia es congénita. Si es adquirida,
puede ser secundaria a una enfermedad de la zona mama-
ria (Fig. 9) o a un traumatismo (quemaduras [Fig. 10],
radiación, cirugía, etc.). Las enfermedades congénitas o
traumáticas durante la infancia pueden ser responsables
de trastornos del crecimiento mamario.
Hipotrofia mamaria. El tamaño final de la mama se
obtiene 2-3 años después del inicio de las primeras reglas.
La hipotrofia mamaria se define como una insuficiencia de
volumen de la mama después del crecimiento mamario.
La mama está presente, pero es pequeña. Esta insuficiencia
puede ser objetiva, relacionada con un volumen inferior
a 250 g para una estatura y un peso normales [23] . La
hipotrofia mamaria representaría el 12% de las anomalías
morfológicas de las mamas de la adolescente [21] .

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E – 802-A-35  Patología mamaria de la adolescente

La hipotrofia mamaria está relacionada con un fallo
en el desarrollo mamario durante la pubertad. Los otros
caracteres sexuales secundarios se desarrollan normal-
mente.
Suele ser constitucional, de origen familiar (Fig. 11A, B).
En algunos casos, una hipoplasia puede revelar una
situación patológica (enfermedad endocrina, secuelas
traumáticas [quemaduras] o quirúrgicas). Puede ser secun-
daria a secuelas de adelgazamiento o de embarazos; en
estos dos casos, existe un aspecto de mama vacía (pequeño
volumen de la glándula mamaria con un exceso de piel
asociado a ptosis) (Fig. 11C).
En la exploración física, la glándula mamaria es normal,
pero está poco desarrollada. Se observa la presencia de un
surco mamario.
A menudo, se tolera mal en el plano psicológico, con
una infravaloración de sí misma. Es conveniente para
el tratamiento, si no existen repercusiones psicológicas
importantes, saber esperar a que la mama alcance su volu-
men final (la ausencia de aumento de volumen de la
mama en dos exámenes sucesivos, después de los 19 años,
permite confirmar que su tamaño es definitivo) y la madu-
rez de la joven.
Asimetrías mamarias
Las asimetrías mamarias moderadas son muy frecuentes
y pueden considerarse como fisiológicas. Sólo se conside-
ran patológicas cuando son claramente visibles.
La asimetría constitucional es frecuente sobre todo al
principio del crecimiento mamario. Probablemente tenga
relación con un trastorno de la receptividad hormonal.
Su intensidad es variable. Sólo puede valorarse correc-
tamente una vez terminada la pubertad. Las asimetrías
pueden ser asimetrías de volumen o de forma (Fig. 12).
La asimetría mamaria también puede ser adquirida des-
pués de un acto invasivo (cirugía, irradiación, quemadura)

A B
Figura 8. Hipertrofia mamaria.
A. Paciente que presenta una hipertrofia mamaria con asimetría mamaria asociada. Presencia de estrías (paciente de 15 años).
B. Paciente que presenta una hipertrofia mamaria con una ptosis mamaria de estadio III.

A B
Figura 9. Amastia unilateral secundaria a un hemolinfangioma operado. Paciente de 20 años que presenta una asimetría mamaria con
amastia izquierda secundaria a un hemolinfangioma de la mama izquierda operado a los 6 meses de vida.
A. Frente.
B. Perfil.

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C D
Figura 9. (continuación) Amastia unilateral secundaria a un hemolinfangioma operado. Paciente de 20 años que presenta una asimetría
mamaria con amastia izquierda secundaria a un hemolinfangioma de la mama izquierda operado a los 6 meses de vida.
C, D. Tres cuartos.
Figura 10. Asimetría mamaria secundaria a una quemadura
torácica. Niña de 9 años, quemada con agua hirviendo a los
15 meses, que presenta una quemadura que afecta al 18% de
la superficie corporal de 2.◦ y 3.er grado en el miembro superior
derecho y el tronco, tratada con escisión e injerto de piel delgada
expandida. Se constata una deformación de la mama después del
crecimiento en el marco de una tracción cutánea por defecto de
crecimiento de la zona injertada.
o de una enfermedad particular llamada melanosis de
Becker. Esta última aparece en la pubertad y se asocia
a un nevo desarrollado en la región pectoral. Existe un
aumento de los receptores de los andrógenos causante de
la hipoplasia de la mama subyacente.
Es importante saber diferenciar la asimetría mamaria de
la presencia de un tumor subyacente. La aparición rápida
de una asimetría en una chica joven debe hacer sospechar
la existencia de un fibroadenoma, a veces muy volumi-
noso, e induce a realizar un estudio ecográfico (incluso
una RM si persiste la duda).
Finalmente, pueden existir «seudoasimetrías» en caso
de deformación torácica, escoliosis o también de pectus
excavatum.
Anomalías de forma
Estas anomalías malformativas están compuestas por
las mamas tuberosas y el síndrome de Poland.
Mama tuberosa. Es la anomalía de forma más fre-
cuente. Su incidencia se conoce mal: cinco de cada 10.000
en la población general [24] . Representaría el 10% del
conjunto de las malformaciones mamarias [25] . Esta mal-
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Patología mamaria de la adolescente  E – 802-A-35
formación se manifiesta en la pubertad con el crecimiento
glandular.
Las mamas tuberosas se caracterizan por una deficien-
cia de la base mamaria que predomina en el polo inferior
de la glándula y por un desarrollo anterior exagerado de
la mama. Las mamas son hipotróficas o de forma alargada
(forma de trompa o de tubo), con una base estrecha y una
areola ancha. Producen la impresión de una hernia de la
glándula mamaria por la areola. Se asocia a una asime-
tría mamaria en más de dos tercios de los casos (Fig. 13).
La clasificación de Grolleau reconoce tres grados según la
gravedad de la deficiencia de la base mamaria [26] .
Síndrome de Poland. El síndrome de Poland es
una malformación rara que asocia en diversos grados
anomalías torácicas y anomalías del miembro superior
homolateral. La anomalía constante es la agenesia de los
haces esternocostales del pectoral mayor. Existe frecuente-
mente una asimetría mamaria con hipoplasia de la mama
y de la placa areolomamilar homolateral (Fig. 14). Este sín-
drome puede asociarse a una braquimesofalangia [27] . Por
lo tanto, es imperativa la exploración física de las manos
en caso de sospecha de síndrome de Poland y, a la inversa,
una paciente portadora de una braquimesofalangia debe
someterse a un examen torácico y mamario en la infan-
cia y durante la adolescencia. No existen consecuencias
funcionales en el marco de la afectación torácica del sín-
drome de Poland. La hipótesis etiopatogénica implicaría
la hipoplasia de la arteria subclavia durante la embriogé-
nesis.
Enfermedades inflamatorias
Tienen relación con el desarrollo de los conductos.
Ectasia galactófora
Corresponde a la dilatación de un conducto galac-
tóforo. Se presenta como un nódulo retroareolar en
ocasiones asociado a una secreción. Se manifiesta en la
peripubertad. La ecografía muestra una imagen líquida.
Su regresión es espontánea. Las recidivas son frecuentes,
homo o contralaterales. Puede complicarse con abscesos.
Quiste retroareolar
Es la enfermedad quística más frecuente a esta edad.
Corresponde a la dilatación de una glándula mamaria
accesoria que tiene a menudo un final común con una
9
E – 802-A-35  Patología mamaria de la adolescente

A B

Figura 11. Hipoplasia mamaria.

A, B. Paciente de 30 años que presenta una hipoplasia mamaria cons-
titucional (A: frente, B: perfil).
C. Paciente que presenta una hipoplasia mamaria con un aspecto
de mama vacía (pequeño volumen mamario con un exceso de piel
asociado a una ptosis), secuela de adelgazamiento.

glándula sebácea; este conducto se abre en los tubérculos
de Montgomery.
La presentación clínica es la de un nódulo retroareo-
lar, indoloro excepto en los episodios inflamatorios, que
puede ser responsable de una secreción parduzca, incluso
sanguinolenta, transareolar o a la altura de un tubérculo
de Montgomery. Esta secreción puede ser espontánea o
provocada.
La ecografía es lo que establece el diagnóstico, al
mostrar una colección líquida redondeada u ovalada
directamente retroareolar de contenido a menudo espeso,
con un refuerzo posterior.
El carácter doloroso y el engrosamiento de la pared
traducen su inflamación. La evolución es generalmente
favorable con la edad, y la regresión espontánea es la
regla. A veces, es necesario un tratamiento antiinflamato-
rio. Raramente, estos quistes pueden sobreinfectarse; en
este caso, existen signos de infección local y, en la ecogra-
fía, las paredes del quiste están engrosadas. En este caso, el
tratamiento consiste en antibióticos y antiinflamatorios.
Abscesos de la mama
Los abscesos se producen raramente en la adolescente,
excepto en un contexto preciso (traumatismo, infec-
ción sistémica, inmunodepresión, diabetes) y afectan casi
siempre a la piel y el tejido subcutáneo. Los gérmenes
suelen ser polimorfos aerobios y anaerobios. Existen dos
posibilidades: el absceso retroareolar y el absceso perifé-
rico.
Absceso retroareolar. Es el más frecuente. Se debe a
la sobreinfección de una ectasia galactófora, con ruptura
del conducto galactóforo en el tejido de alrededor y for-
mación de un absceso. Forma una masa más o menos
voluminosa de 4-10 cm, retroareolar, sensible a dolorosa,
asociada a signos inflamatorios más o menos marcados.
Con frecuencia, existe fiebre.
La ecografía muestra, en el estadio precoz, una zona
heterogénea mal delimitada, a veces con atenuación del
haz. En el estadio de colección, se observa una imagen
quística de paredes engrosadas, con refuerzo posterior,
con un contenido más o menos ecogénico, en ocasiones
asociada a una hiperemia de la pared.
Debe preferirse un tratamiento médico con pristina-
micina (3 g/día durante 8 días). Es eficaz si se inicia
precozmente. Son posibles las recidivas. Puede conside-
rarse el tratamiento quirúrgico, que es excepcional, en
caso de fracaso del tratamiento médico. Consiste en un
drenaje quirúrgico e incluso en una resección en bloque
del conducto galactóforo afectado. Puede persistir una
ectasia residual durante unas semanas después del episo-
dio.
Absceso periférico. La tumefacción no está centrada
en la areola. Este tipo de absceso a menudo es secunda-
rio a un traumatismo o a una infección cercana (acné
sobreinfectado).

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A B
Figura 12. Asimetría mamaria constitucional en pacientes de 19 años (A, B).

A B
Figura 13. Mamas tuberosas.
A. Mamas tuberosas de grado I.
B. Mamas tuberosas de grado II con asimetría mamaria.

El tratamiento es similar al de la forma anterior y se basa
en un tratamiento médico con pristinamicina (3 g/día
durante 8 días) o en un drenaje quirúrgico en caso de
fracaso.
Enfermedades relacionadas con
las variaciones cíclicas
En la joven adolescente, la mastodinia y las modi-
ficaciones perceptibles clínicamente de densidad de la
glándula mamaria en fase premenstrual son excepciona-
les. Su frecuencia aumenta con la edad.
La mastodinia se define por un dolor mamario bilateral,
de predominio en los cuadrantes externos, duración supe-
rior a 4 días en período premenstrual y cíclico (intensidad
máxima perimenstrual) durante varios meses. Desapare-
cen con la menopausia y reaparecen con tratamiento
hormonal sustitutivo. Su tratamiento consiste en anal-
gésicos y antiinflamatorios no esteroideos. A veces, es
necesario un tratamiento hormonal (progesterona).
Enfermedades mamarias tumorales
de la adolescente
La adolescencia es un período de sensibilidad extrema
a los estrógenos, con un hiperestrogenismo relativo. Es
un contexto propicio para la aparición de mastodinias
benignas.
Tumores mamarios benignos
de la adolescente
Fibroadenoma
El fibroadenoma es la principal enfermedad tumoral en
la adolescencia [28] . Existen diferentes variantes histológi-
cas descritas que, a veces, pueden llevar a confusión. En
la práctica, el fibroadenoma puede clasificarse según:
• su tamaño: fibroadenoma gigante (> 5 cm);
• la edad: fibroadenoma juvenil;
• su tipo de celularidad: tumor filodes benigno.
Según la celularidad del estroma, se distinguen, por
orden creciente: el fibroadenoma simple, el fibroadenoma
juvenil y el tumor filodes. La proliferación es periductal en
el fibroadenoma juvenil e intraductal en el tumor filodes.
Fibroadenoma simple («fibroadenoma clásico»). Es
el tumor más frecuente en la adolescencia («el tumor
de la novia»), que es un período de crecimiento lobular
intenso. Corresponde al 70-95% de los nódulos biop-
siados [29] . Es más frecuente en las pacientes de origen
africano. Corresponde a una exageración del desarrollo
lobular (Fig. 15A, B). Produce clínicamente una tumefac-
ción elástica, firme, redondeada, ovalada o polilobulada,
bien circunscrita, indolora e inmóvil con respecto a la piel

EMC - Ginecología-Obstetricia 11
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A B

Figura 14. Enfermedades mamarias en un contexto sindrómico.

A. Síndrome de Poland en una niña de 11 años: agenesia del pectoral
mayor izquierdo y dismorfia de la placa areolomamilar izquierda.
B. Síndrome de Klippel en una chica de 17 años.
C. Hemihipertrofia corporal en una chica de 17 años.

y los planos profundos (encapsulación), sin reacción de
vecindad. Suele ser único y de pequeño tamaño, de 1-3 cm
(fibroadenoma gigante si el tamaño es superior a 5 cm).
Su aspecto no varía con el ciclo.
La ecografía muestra una lesión ovalada hipoecogénica,
homogénea (heterogénea en las lesiones de gran tamaño)
y de límites regulares. Su eje mayor longitudinal es para-
lelo a la piel (relación entre longitud y anchura superior a
1,4 en el 86% de los casos). A menudo presenta un refuerzo
posterior, porque el tumor es muy celular a esta edad.
Esta lesión suele descubrirse fortuitamente en la ado-
lescencia. Puede alcanzar 2-3 cm y después se mantiene
estable o regresa, incluso desaparece (aumenta muy rara-
mente de volumen). La hormonodependencia disminuye
con su duración de evolución. En caso de crecimiento
rápido, está indicada una exéresis quirúrgica.
Fibroadenoma gigante. Es una auténtica enferme-
dad y no una simple desviación de la normalidad.
Se define como un tumor de más de 5 cm de diámetro
o de volumen superior a 500 g o que ocupa más de cuatro
quintas partes de la glándula. Su crecimiento a menudo
es rápido en el momento de la pubertad y puede alcanzar
15-20 cm [29] .
Es un tumor raro. En el plano histológico, corresponde
con mayor frecuencia al tipo clásico que al tipo juvenil.
Fibroadenoma juvenil. Es un fibroadenoma que apa-
rece durante la adolescencia, de crecimiento rápido, con
un estroma abundante y celular. Se trata de una forma
rara, que representa el 4-7% del conjunto de los fibroade-
nomas [30] . Aparece en las chicas jóvenes de 14-19 años. Su
aparición es precoz: antes o después de las primeras reglas.
Es de crecimiento muy rápido, por lo tanto, inquietante, y
alcanza tamaños a menudo superiores a 5 cm (de entrada,
gigante).
El examen detecta una masa móvil, que deforma la
mama y aplasta el tejido subyacente. Cuando el tumor
alcanza un gran tamaño, puede ser difícil de palpar.
Su aspecto es «inquietante», con anomalías de la piel
adyacente: la piel puede estar adelgazada, inflamatoria y
brillante, tensa, incluso preulcerada, con una red venosa
superficial. La paciente se queja de tensión y pesadez
mamaria.
El diagnóstico diferencial con una hipertrofia virginal
unilateral no siempre resulta fácil. Pero, en este caso, al
contrario que en la hipertrofia virginal, los contornos de
la mama son asimétricos, y los pezones, divergentes.
La ecografía es posible, pero, a menudo, poco informa-
tiva cuando el tumor invade toda la mama. Cuando se
puede realizar, muestra, o bien los mismos signos que
los observados en un fibroadenoma clásico, o bien un
nódulo heterogéneo con pequeñas zonas anecogénicas
que corresponden a zonas de necrosis. Los septos ecogéni-
cos son típicos de un fibroadenoma y corresponden a las
bandas de colágeno entre los nódulos. Si existen dudas clí-
nicas entre hipertrofia unilateral o tumor, se puede realizar
una RM.
Desde el punto de vista histológico, existe un estroma
especialmente abundante y celular, formado por células

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A B

C D
Figura 15. Aspectos histológicos de dos tumores mamarios benignos: cortes histológicos con tinción de hematoxilina-eosina-safranina
(HES) con aumento × 100 (A, C) y aumento × 250 (B, D).
A, B. Aspecto histológico de un adenofibroma que muestra una proliferación epitelial (flechas) y estromal (estrellas) de distribución
homogénea.
C, D. Aspecto histológico de una displasia fibroquística: remodelaciones distróficas fibrosas (estrellas) con secciones dilatadas de los
conductos (flechas).

fusiformes de tipo fibroblástico sin atipia. Esto puede
inducir a considerar este tumor como a medio camino
entre el fibroadenoma clásico y el tumor filodes [31] .
Tumor filodes
Existen diferentes grados:
• grado 1: benigno, más rico en células que el fibroade-
noma;
• grado 2: tumor de malignidad limitada, con un poten-
cial evolutivo difícil de determinar (según la edad de la
paciente, el riesgo evolutivo no es el mismo);
• grado 3: tumor maligno.
El tumor filodes, muy raro en la adolescente, se consi-
dera excepcional antes de los 20 años, cuando, en general,
es de grado 1. Las formas malignas sarcomatosas (grado 3)
son muy raras en la chica joven y se encuentran con
mayor frecuencia en las mujeres ancianas. La edad más
temprana descrita en las publicaciones es de 10 años y
sólo se han publicado unos 50 casos en la adolescente.
La afectación puede ser bilateral y múltiple. La clínica a
menudo es idéntica a la del fibroadenoma, pero presenta
un tiempo de doblamiento a menudo inferior a 3 meses. El
tamaño medio de este tumor es de alrededor de 6 cm en las
series referidas a la chica joven [32] . Los signos observados
en la mamografía son los de un tumor benigno.
La ecografía no siempre es informativa. Su aspecto
puede ser similar al descrito para el fibroadenoma juvenil.
Pero existe un aspecto bastante típico del tumor filodes,
con zonas líquidas bien circunscritas en el interior del
tumor, principalmente en su periferia.
Poliadenomatosis mamaria (adenofibromatosis)
Se habla de poliadenomatosis mamaria cuando se
observan tres fibroadenomas o más en la misma mama.
La afectación puede ser uni o bilateral. La aparición de los
fibroadenomas puede ser simultánea o sucesiva en las dos
mamas. La poliadenomatosis mamaria se observa en el
10-20% de los casos de fibroadenomas. En algunos casos,
la ecografía es lo que descubre los adenomas, que eran
imperceptibles clínicamente. Esta enfermedad es más fre-
cuente en las chicas jóvenes de piel negra. La presentación
clínica es idéntica a la de un fibroadenoma simple.
Mastopatía fibroquística
La mastopatía fibroquística reúne un conjunto hete-
rogéneo de lesiones benignas en proporciones variables
según la involución (quistes, hiperplasia epitelial de tipo
ductal, adenosis) (Fig. 15C, D).
Papilomatosis juvenil. La papilomatosis juvenil se
diagnostica cada vez con mayor frecuencia. Aparece en
las mujeres menores de 30 años. Se trata de una distrofia
fibroquística localizada.
Desde el punto de vista clínico, puede tratarse:
• o bien de un tumor único, localizado, más o menos bien
delimitado, a veces difícil de distinguir de un fibroade-
noma;
• o bien de un tumor que se presenta en forma de una
placa irregular y sensible de 3 cm en promedio.
Con frecuencia es dolorosa. Puede asociarse a una secre-
ción casi siempre láctea, a veces sanguinolenta. Se sitúa
con mayor frecuencia en los cuadrantes externos.

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La ecografía es sugestiva y muestra quistes muy
pequeños en la periferia de una zona hipoecogénica sin
refuerzo posterior ni atenuación.
La mamografía puede objetivar microcalcificaciones
(en alrededor del 75% de los casos) en el seno de una
sobredensidad mal delimitada o polilobulada, nódulos
confluentes o una desorganización estructural. Pero puede
ser normal cuando el tejido conjuntivo es demasiado
denso.
La citología a menudo es ambigua. La histología mues-
tra la asociación de fibrosis, quistes y una hiperplasia
epitelial ductal florida, a veces atípica (Swiss cheese disease).
Cáncer de mama en la adolescente
Los tumores mamarios malignos son excepcionales
en la adolescencia: menos del 1% de los tumores de
la infancia, menos del 0,1% de todos los cánceres de
mama [33] . La incidencia es inferior a 0,1/100.000 antes
de los 20 años [34] . No hay que pensar en ellos de entrada,
pero conviene mantenerse alerta ante el riesgo de indu-
cir un retraso diagnóstico y terapéutico de un cáncer de
mama. Debe llamar la atención una paciente que tiene
antecedentes de cáncer o una lesión que evoluciona rápi-
damente o tiene un aspecto atípico en la ecografía. Si la
adolescente presenta una predisposición genética fami-
liar al cáncer de mama, debe acudir a una consulta de
oncogenética. Se proponen a la paciente modalidades de
vigilancia y tratamiento de manera personalizada [35] .
Las mutaciones predisponentes actualmente identifi-
cadas son BRCA1, BRCA2, TP 53 (Li-Fraumeni), PTEN
(enfermedad de Cowden), PALB2.
La clínica, el tipo histológico, el tratamiento y la evo-
lución son muy diferentes de los del cáncer de mama de
la mujer adulta [36] . Su pronóstico es más sombrío [37, 38] .
Desde el punto de vista clínico, el tumor suele ser firme e
indoloro. La secreción y la retracción cutánea, a menudo
observadas en la mujer adulta, se describen excepcional-
mente.
La ecografía mamaria es el examen de imagen de elec-
ción para el diagnóstico de cáncer de mama en la niña y
la adolescente. Se completa sistemáticamente con un aná-
lisis histológico. El análisis positivo requiere una biopsia
cuando la clínica y la ecografía orientan hacia una masa
sospechosa.
En dos tercios de los casos, se trata de un cáncer secun-
dario (metástasis de leucemia o de linfoma). El cáncer
primario está representado por el carcinoma secretorio
juvenil, el adenocarcinoma, el sarcoma filodes y el lin-
foma.
Localizaciones secundarias mamarias
Se trata principalmente de linfomas, leucemias o metás-
tasis de rabdomiosarcoma alveolar. El aspecto ecográfico
puede ser el de una masa hipoecogénica, con el eje mayor
perpendicular a la piel. Este aspecto atípico en la ecografía
debe inducir a tomar una muestra para citología.
Carcinomas
Carcinoma secretorio juvenil. Es el más frecuente,
pero es excepcional. Se trata de una masa de 2-3 cm, a
menudo móvil, bien circunscrita con una seudocápsula,
retroareolar y de crecimiento lento. El tumor suele ser
firme e indoloro. La secreción y la retracción cutánea son
raras. La ecografía permite identificar tejidos densos fibro-
glandulares y guía la punción biópsica con aguja fina, que
confirma el diagnóstico. El examen histológico muestra,
en las células, material positivo para el ácido peryódico
de Schiff (PAS). El pronóstico parece mejor que el de los
otros tipos de cáncer de mama después de cirugía, con
raros casos de metástasis [39] .
Adenocarcinomas poco diferenciados y cáncer
inflamatorio. Son muy excepcionales. Los carcinomas
inflamatorios se manifiestan por una masa de crecimiento
rápido asociada a un enrojecimiento, un edema y un
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engrosamiento de la piel que supera la mitad de la mama.
El aspecto ecográfico es variable e inespecífico. Se trata a
menudo de masas hipoecogénicas con ecos intralesiona-
les no homogéneos y contornos irregulares. Su pronóstico
es muy malo [40, 41] .
Sarcoma
Se trata del tumor filodes maligno (sarcoma filodes) y
del rabdomiosarcoma alveolar. Estos sarcomas son más
voluminosos que los carcinomas y tienen una velocidad
de crecimiento superior.
Tumor filodes maligno. Es el sarcoma de la mama
más frecuente en la niña y la adolescente. Da lugar a una
masa indolora, abollada, móvil, que rechaza los tejidos
vecinos, a menudo incompletamente encapsulada y de
crecimiento rápido. A veces, se observan anomalías cutá-
neas en la zona de la lesión. En la ecografía, se manifiesta
como una formación heterogénea, redondeada, lobulada,
de contornos regulares con pequeños ecos intraquísti-
cos, sin microcalcificaciones y con un refuerzo posterior.
Desde el punto de vista histológico, existe un doble
componente, epitelial y conjuntivo, con una celularidad
importante del estroma y una proliferación elevada. No se
disemina por vía linfática (las adenopatías axilares palpa-
das son reactivas a la inflamación), pero puede propagarse
por vía hematógena [42] .
Rabdomiosarcoma. A menudo, se diagnostica en
estadio metastásico. Da lugar a una masa redonda, firme,
poco tensa y móvil. Se muestra como una formación lobu-
lada bien circunscrita, con una estructura heterogénea,
un refuerzo posterior y áreas centrales hipodensas que
corresponden a la necrosis. Pueden existir adenopatías
locorregionales en el 50% de los casos y metástasis [43, 44] .
Localización primaria de hemopatías
Se han descrito algunos casos de localización prima-
ria aislada de linfoma y enfermedad de Hodgkin en la
mama. Es importante reconocerlas para poder iniciar lo
antes posible un tratamiento adecuado.
Se ha realizado una revisión de las publicaciones (datos
no publicados), que va de 1966 a 2016, con el objetivo de
estudiar las particularidades del cáncer primario de mama
en la chica joven menor de 18 años. Esta revisión agrupa
157 casos de cáncer de mama primario en la niña y la
adolescente desde 1966, distribuidos en tres tipos histo-
lógicos: carcinomas, sarcomas y linfomas. El carcinoma
secretorio juvenil se diagnosticó más bien en la niña. Pre-
sentaba pocas manifestaciones clínicas y su evolución era
buena después de la exéresis. El tumor filodes maligno era
el sarcoma más frecuente, diagnosticado sobre todo en la
adolescente, y presentaba una buena evolución después
de tumorectomía, a pesar de un crecimiento rápido. Los
linfomas primarios, que son excepcionales, presentaban
una evolución peyorativa después de una quimioterapia
a menudo poco eficaz [34, 45, 46] .
 Tratamiento quirúrgico
de las enfermedades
mamarias en la adolescente
Las particularidades de la cirugía mamaria en la ado-
lescente son múltiples. Se trata de tomar la decisión de
intervenir en una mama en desarrollo, en un contexto
frágil psicológicamente y, a la vez, respetar el contexto
médico-legal (el acuerdo de los dos progenitores es indis-
pensable en la chica menor de edad).
Enfermedades mamarias no tumorales
de la adolescente
Las anomalías morfológicas de la mama tienen un
fuerte impacto emocional en la adolescente. Es impor-
tante evaluar la vivencia de la paciente y no banalizarla.
EMC - Ginecología-Obstetricia

A veces son necesarios una opinión y un tratamiento por
un psicólogo, que pueden constituir una gran ayuda. Es
primordial disociar las peticiones que emanan de la pro-
pia paciente de las peticiones expresadas por sus padres
(madre/abuela, etc.). Una paciente que no expresa nin-
guna petición de tratamiento no debe ser operada por el
simple hecho de la presión familiar (aparte de un contexto
tumoral).
Puede ser necesario proponer una intervención qui-
rúrgica durante la adolescencia, incluso antes del final
del crecimiento mamario, en el marco de una dismorfia
marcada con repercusiones psicológicas, fuente de tras-
tornos del comportamiento o funcionales. Sin embargo,
es importante informar a la paciente y a su familia de la
especificidad de esta intervención quirúrgica en período
puberal y de las complicaciones inherentes a ésta. Es con-
veniente un apoyo del entorno para enmarcar el acto
quirúrgico.
En la adolescente, son obligatorias dos consultas qui-
rúrgicas, con un mínimo de 15 días de intervalo, como
para cualquier intervención quirúrgica mamaria. No hay
que dudar en multiplicar las consultas si es necesario,
para abordar con la paciente sus peticiones, así como el
impacto y las consecuencias de la cirugía.
Cirugía de las dismorfias mamarias
Las anomalías de tamaño y forma de las mamas se com-
binan para dar lugar, casi siempre, a asimetrías mamarias
de tratamiento complejo. El tratamiento de estas ano-
malías requiere un conocimiento perfecto de las bases
anatómicas y las técnicas de cirugía plástica y reconstruc-
tiva [47, 48] .
Las técnicas quirúrgicas son idénticas a las utilizadas
en el adulto, privilegiando las técnicas menos invasi-
vas (primum non nocere) de entrada. Las intervenciones
quirúrgicas generan muy a menudo una metamorfosis
psicológica en las jóvenes pacientes [49] .
Hipertrofia mamaria
El tratamiento quirúrgico se basa, en una paciente que
tiene un IMC inferior a 28 y no fuma, en un acto de
reducción mamaria y de tratamiento de la ptosis según los
mismos procedimientos que en la mujer adulta [50] . Exis-
ten numerosos procedimientos quirúrgicos basados en el
pedículo vascular de colgajo areolar. Sea cual sea la técnica
elegida, la paciente y su familia deben estar informadas de
las dificultades, incluso de la imposibilidad de lactancia,
después de este tipo de intervención.
El momento del tratamiento quirúrgico depende de
la petición de la paciente, su sufrimiento psicológico y
la toma de conciencia de los riesgos y complicaciones
debidas al acto. La paciente y su familia deben estar infor-
madas de la problemática relacionada con el crecimiento
de la mama, los trastornos cicatriciales específicos del
período puberal (cicatriz hipertrófica, queloide, remode-
lación larga) y la lactancia. Como complemento de la
información oral y escrita en la consulta, por ejemplo
en Francia se entrega a la paciente una ficha de infor-
mación procedente de la Société Française de Chirurgie
Plastique Reconstructrice et Esthétique. A fin de obtener
un resultado estable y con las menores molestias en el
aspecto cicatricial, es preferible una intervención quirúr-
gica al final del crecimiento mamario que en el período
puberal. Sin embargo, en caso de sufrimiento psicológico
importante, la intervención puede proponerse en cual-
quier momento.
En lo referente a la hipertrofia juvenil, el tratamiento
puede recurrir a un tratamiento hormonal (progestá-
genos, antiestrógenos), pero la cirugía a menudo es
necesaria. Pueden producirse recidivas después de la
reducción mamaria por hipertrofia juvenil o gigantomas-
tia. Las pacientes deben ser informadas de que el volumen
de las mamas seguirá su curva de peso (aumento de volu-
men en caso de aumento de peso, ptosis y mama vacía en
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Patología mamaria de la adolescente  E – 802-A-35
caso de pérdida de peso). El reto de la cirugía es realizar
una intervención en la medida justa (riesgo de hipoplasia
mamaria secundaria después de embarazo si la exéresis ha
sido demasiado importante).
Amastia e hipotrofia mamaria
El tratamiento quirúrgico de la amastia y la hipotrofia
mamaria consiste en un aumento del volumen mamario.
En las pacientes delgadas, la única posibilidad de
aumento mamario es la colocación de prótesis mama-
rias [51] . Las prótesis mamarias pueden ser redondas o
anatómicas, según la anomalía inicial y el deseo de forma
expresado por la paciente. Las pacientes y su familia reci-
ben una información clara, según el estado actual de
los conocimientos. Se las informa sobre los riesgos clá-
sicos relacionados con las prótesis mamarias (infección,
exposición, ruptura, movilización, tacto, aspecto de ola,
necesidad de cambios repetidos, trastorno de la sensibi-
lidad, trastorno cicatricial), pero también del riesgo de
linfoma anaplásico de células grandes [52] . Las prótesis
mamarias requieren un seguimiento prolongado. Su dura-
ción es limitada (una media de 10 años) y deben cambiarse
varias veces a lo largo de la vida. Es preferible proponer
este acto a una paciente mayor de edad.
La segunda opción terapéutica posible, en ausencia de
antecedentes de cáncer de mama familiar y en caso de pre-
sencia de zona dadora de grasa suficiente, es la inyección
de grasa autóloga en la zona mamaria [53] . Esta técnica, des-
arrollada inicialmente en el marco de la reconstrucción
mamaria después de mastectomía, requiere a menudo
varios tiempos operatorios y puede combinarse con otras
técnicas.
La reconstrucción de la placa areolomamilar se propone
en caso de agenesia de esta última, según los procedimien-
tos idénticos a los de la reconstrucción mamaria [54] .
Asimetrías mamarias
La elección de una opción terapéutica debe adaptarse
en función de la exploración física y las peticiones de
la paciente. Los actos quirúrgicos consisten clásicamente
en una disminución y/o un tratamiento de la ptosis de
la mama más grande y/o ptósica, y/o un aumento de
la mama más pequeña. Los factores predictivos de la
inestabilidad del resultado están representados por la utili-
zación de una prótesis mamaria unilateral, las variaciones
ponderales, los embarazos, la lactancia, los tratamientos
hormonales, el envejecimiento y la anomalía malforma-
tiva tuberosa [55] . Es preferible reducir el volumen de la
mama más voluminosa que aumentar el volumen de la
más pequeña (envejecimiento asimétrico en caso de pró-
tesis unilateral), siempre que la paciente esté de acuerdo.
La utilización de un diseño de resección cutánea preesta-
blecido es de una gran utilidad para tratar las asimetrías
mamarias [48] . La inyección de grasa autóloga también
puede utilizarse en caso de asimetría mamaria (Fig. 16).
Mamas tuberosas
Los objetivos del tratamiento son la restauración de
la base mamaria (ruptura del anillo de constricción), la
redistribución armoniosa del volumen glandular en el
volumen así creado, asociada, según los casos, a una dis-
minución o un aumento de volumen, la reducción del
diámetro de la placa areolomamilar y el tratamiento de
la hernia glandular. Para conseguirlo, existen diferentes
técnicas, en función del grado de la anomalía. Cada proto-
colo, que tiene por objetivo corregir la forma y la simetría
mamaria, se realiza a medida en función de las constata-
ciones clínicas. El volumen se corrige mediante el aporte
de grasa y/o técnica de desarrollo de la glándula mamaria
(Fig. 16) y/o prótesis mamaria (Fig. 17). Es necesario rea-
lizar un despegamiento glandular para que la glándula se
distribuya de manera más armoniosa: técnica de Puckett,
técnica de Ribeiro, despegamiento glandular con pedículo
cutáneo [56] . La cirugía de la mama tuberosa es una cirugía
delicada que puede requerir varias intervenciones.
15
E – 802-A-35  Patología mamaria de la adolescente
A B
Figura 16. Resultado postoperatorio intermedio de un tratamiento de asimetría mamaria en el marco de mamas tuberosas.
A. Paciente que presenta una asimetría mamaria con mamas tuberosas.
B. Resultado postoperatorio intermedio. La paciente se sometió a un tratamiento de la ptosis mamaria con desarrollo de la glándula por
colgajo glandular de Puckett en la mama derecha y un primer tiempo de inyección de grasa autóloga en la mama izquierda.
Síndrome de Poland
La cirugía de las formas toracomamarias consiste en la
corrección de la deformación. Recurre a numerosas téc-
nicas que pueden asociarse entre sí, en función de la
gravedad de la afectación. Las prótesis mamarias estánda-
res, las prótesis torácicas a medida, el colgajo pediculado
del dorsal ancho (en ausencia de anomalías de este último)
y el injerto autólogo de tejido adiposo según Coleman for-
man parte del arsenal terapéutico usual [57] . La utilización
de colgajos libres o la reconstrucción ósea de la pared torá-
cica son excepcionales. El tratamiento del síndrome de
Poland requiere equipos especializados [58] .
Cuándo operar una dismorfia mamaria
En caso de anomalía morfológica, la cirugía sólo se
propone cuando la paciente expresa una petición clara.
Antes de pensar en una intervención quirúrgica mamaria,
es importante restablecer una relación ponderoestatural
correcta o asegurarse de una estabilidad ponderal (caso
de las hipertrofias adiposas o mixtas). Idealmente, hay
que evitar la cirugía durante la infancia (excepciones:
evacuación de abscesos, tumor maligno, quemadura que
impide el crecimiento de la mama), para no correr el
riesgo de lesionar de manera irreversible el esbozo mama-
rio. En caso de asimetría mamaria, pueden iniciarse las
autotransferencias de tejido adiposo cuando la asime-
tría se diagnóstica durante el crecimiento mamario. En
la hipertrofia mamaria, es preferible esperar a la madu-
rez mamaria (medidas mamarias estables, observadas en
dos exámenes consecutivos, con 6 meses de intervalo,
en una chica de peso constante), excepto en caso de
repercusión psicológica importante. En los casos de hipo-
trofia mamaria, es más prudente esperar la mayoría de
edad de la paciente para realizar la colocación de la
prótesis.
En todos los casos, las pacientes y su familia deben
ser informadas de la problemática específica de la cica-
trización en período puberal (remodelación cicatricial
prolongada que puede llegar hasta los 2 años del
postoperatorio, cicatrices hipertróficas y queloides más
frecuentes).
Enfermedades mamarias tumorales
de la adolescente
La conducta práctica ante el descubrimiento de una
masa en una adolescente se resume en la Figura 18. Una
masa superior a 3 cm persistente debe retirarse. Resulta
benigna en la mayoría de los casos.
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Enfermedades mamarias tumorales
benignas de la adolescente
La cirugía de los tumores benignos tiene por objetivo la
exéresis del tumor a la vez que se privilegian unas reper-
cusiones lo más modestas posible de las cicatrices [59] .
Las vías de abordaje en la mama pueden ser directas o
indirectas, ocultas o no. Se describen numerosas incisio-
nes (periareolar, radial, circular, inframamaria, axilar), que
se adaptan a la localización del tumor.
Fibroadenoma
Un fibroadenoma simple se opera si mide más de 3 cm.
El fibroadenoma gigante requiere siempre una exéresis
quirúrgica. El aumento rápido de volumen del fibroade-
noma juvenil debe conducir a un tratamiento quirúrgico.
El examen patológico permite establecer el diagnóstico y
diferenciarlo de un tumor filodes. Cuando la intervención
quirúrgica de un fibroadenoma se considera necesaria,
hay que realizar una exéresis completa de la lesión (evita la
recidiva y permite un análisis patológico de todo el tejido
tumoral).
La incisión es:
• periareolar en el cuadrante correspondiente para los
tumores yuxtaareolares;
• periareolar con un corte radial de 10-30 mm para los
tumores periféricos;
• en el surco inframamario con un despegamiento retro-
glandular en caso de tumor localizado en los cuadrantes
inferiores;
• circular axilar en caso de tumor con prolongación axi-
lar.
En caso de fibroadenoma gigante o de fibroadenoma
juvenil, los tejidos cercanos comprimidos recuperan su
lugar y raramente es necesaria una cirugía correctiva. Es
necesaria la reevaluación a distancia (al menos 1 año
después del postoperatorio) para controlar el aspecto mor-
fológico de la mama.
En caso de poliadenomatosis, se debe elegir entre una
o dos incisiones, las menos posibles, privilegiando la vía
de abordaje del surco inframamario. Esta vía de abordaje
permite el acceso a un máximo de territorios, así como
una posible nueva intervención en caso de recidiva.
Tumor filodes
La evolución puede ser benigna, recidivante, maligna o
metastásica. A lo largo de las recidivas, la anatomía pato-
lógica puede mostrar una evolución maligna; por lo tanto,
la intervención quirúrgica inicial debe ser suficientemente
amplia para evitar la recidiva.
EMC - Ginecología-Obstetricia
 Patología mamaria de la adolescente  E – 802-A-35

A B

C D

E F
Figura 17. Resultado postoperatorio de un tratamiento de mamas tuberosas.
A-C. La paciente presenta mamas tuberosas (A: frente, B: perfil, C: tres cuartos).
D-F. Resultado a los 8 meses de la operación, después de colocación de implantes mamarios de forma anatómica (D: frente, E: perfil, F:
tres cuartos).

Hay que realizar una zonectomía comparable a la de
las situaciones neoplásicas, sin vaciamiento ganglionar a
causa de la ausencia de diseminación por vía linfática de
este tipo de tumor. La realización de incisiones «ocultas»
no siempre es posible. En este caso, hay que realizar una
incisión inframamaria o circular. Si el examen extempo-
ráneo revela una exéresis en zona no sana o límite, hay
que ampliar la exéresis.
La evolución está dominada por el riesgo de recidiva
local posterior en los 2-5 años siguientes a la exéresis,
tanto más si el tumor estaba mal encapsulado o la exéresis
fue incompleta. Por lo tanto, estas pacientes requieren una
vigilancia regular después de la intervención quirúrgica.
Papilomatosis juvenil
El tratamiento es quirúrgico (segmentectomía amplia)
en caso de lesión localizada y en ausencia de antecedentes
familiares de cáncer de mama. En caso de lesiones difusas
y atípicas, puede discutirse una mastectomía subcutánea
con reconstrucción mamaria inmediata. Es necesaria una
vigilancia anual, porque las recidivas son posibles, sobre
todo cuando existen antecedentes familiares de cáncer de

EMC - Ginecología-Obstetricia 17
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E – 802-A-35  Patología mamaria de la adolescente

Figura 18. Árbol de decisiones. Con-

Masa persistente ducta práctica ante el descubrimiento de
después de la regla una masa mamaria en la adolescente.

Ecografía

Aspecto líquido Aspecto

retroareolar sólido

Quiste retroareolar
<3 cm con las ≥ 3 cm Aspecto que sugiere
características de un una papilomatosis
fibroadenoma simple juvenil
Regresión espontánea
o evacuación a través
de la areola Vigilancia Cirugía seguida de
vigilancia si se
confirma el
diagnóstico

Fibroadenoma Fibroadenoma Tumor

gigante juvenil filodes

Cirugía

Carcinoma secretorio juvenil Tumor filodes maligno Otros tumores malignos

Adenopatía Ausencia de Tumor bien Tumor de gran Mastectomía +

palpable adenopatía palpable delimitado sin tamaño mal delimitado limpieza axilar +
infiltración con infiltración vigilancia prolongada +
estromal estromal tratamientos
coadyuvantes
Reevaluación al según las características
cabo de 1 mes del tumor
Mastectomía +
Tumorectomía +
limpieza axilar o
biopsia del ganglio Tumorectomía +
tratamientos
centinela + vigilancia
coadyuvantes en caso
Persistencia o vigilancia prolongada
Regresión de diseminación +
acentuación prolongada
vigilancia prolongada

Mastectomía +
limpieza axilar +
vigilancia prolongada
+ tratamientos
coadyuvantes en caso
de diseminación

Figura 19. Árbol de decisiones. Tratamiento del cáncer de mama de la adolescente.

mama. La papilomatosis juvenil podría ser un marcador
de cáncer de mama familiar que justificara la vigilancia
estrecha de las pacientes y de sus familiares.
Enfermedades mamarias tumorales
malignas de la adolescente
El proceso diagnóstico y terapéutico que se aplica ante
una masa sospechosa en la mama de una chica joven está
relativamente bien establecido [60] . Después del diagnós-
tico de tumor maligno por biopsia de una masa de la
mama reciente y persistente, este tumor se clasifica en tres
categorías «carcinoma secretorio juvenil», «tumor filodes
maligno» u «otros tumores malignos» (Fig. 19). La técnica
quirúrgica, el porcentaje de recidivas y la supervivencia
dependen del tipo histológico, de la invasión ganglionar
y de la presencia o no de metástasis.
En función de las características presentadas por cada
tumor, como la presencia de adenopatías palpables en
caso del carcinoma secretorio juvenil o el tamaño del
tumor y la infiltración estromal en el tumor filodes
maligno, son posibles diferentes opciones terapéuticas,
que van de la simple tumorectomía a la mastectomía con
limpieza axilar completada con tratamientos coadyuvan-
tes para los tumores más agresivos [61, 62] . Por lo tanto,
se privilegia la cirugía conservadora en función del tipo
histológico.
Las opciones terapéuticas comportan riesgos de efectos
secundarios importantes y deben discutirse en reunión de
concertación pluridisciplinaria. Los tratamientos coadyu-
vantes tienen un lugar muy limitado en el tratamiento
de estos cánceres que todavía debe establecerse. Para una
mejor evaluación de estos cánceres, la creación de cen-
tros de expertos y de un registro nacional para registrar

18 EMC - Ginecología-Obstetricia

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los casos podría permitir un mejor tratamiento del cáncer
de mama en la chica joven.
 Conclusión
La patología mamaria de la adolescente tiene relación
con los procesos de embriogénesis y de desarrollo fisio-
lógico de la glándula mamaria en la pubertad. La baja
frecuencia de la patología maligna a esta edad permite,
la mayoría de las veces, tranquilizar a estas chicas en el
primer examen. A menudo, el diagnóstico es clínico.
Las indicaciones quirúrgicas en la adolescencia deben
hacerse de forma racional en función de la anomalía
clínica, por cirujanos que tengan experiencia en este
tipo de enfermedades y de pacientes. Debe dedicarse una
atención particular a la sensibilidad psicológica de estas
mujeres jóvenes, de manera benevolente. Deben tenerse
en cuenta las especificidades de cicatrización y remodela-
ción cicatricial en la reflexión de la indicación quirúrgica.
A veces, es necesaria la repetición de las consultas para
evaluar la petición de la paciente, pero también para ofre-
cerle una información clara y honesta. Parece preferible
esperar a la mayoría de edad en estas pacientes antes de
colocar prótesis mamarias con un objetivo estético.
La patología tumoral suele ser benigna. Se diagnos-
tica mediante la exploración física y se confirma con la
ecografía y el seguimiento. Ante lesiones de evolución
demasiado rápida, hay que sospechar la posibilidad de
una lesión maligna, que requiere una vigilancia frecuente,
investigaciones complementarias y un tratamiento qui-
rúrgico (y multidisciplinario) adecuado.
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N. Boudaoud.
Service de chirurgie infantile, American Memorial Hospital, Centre hospitalier universitaire, 47, rue Cognacq-Jay, 51100 Reims, France.
E. Raimond.
Service de gynécologie-obstétrique, Hôpital Maison-Blanche, Centre hospitalier universitaire, 45, rue Cognacq-Jay, 51100 Reims, France.
L. Pouzet.
N. Correia.
Service de chirurgie plastique, reconstructrice et esthétique, Hôpital Maison-Blanche, Centre hospitalier universitaire, 45, rue Cognacq-Jay,
51100 Reims, France.
M.-A. Bouche Pillon.
Service de chirurgie infantile, American Memorial Hospital, Centre hospitalier universitaire, 47, rue Cognacq-Jay, 51100 Reims, France.
P. Birembaut.
Service d’anatomopathologie, Laboratoire Pol Bouin, Hôpital Maison-Blanche, Centre hospitalier universitaire, 45, rue Cognacq-Jay, 51100
Reims, France.
M.-L. Poli-Mérol.
Service de chirurgie infantile, American Memorial Hospital, Centre hospitalier universitaire, 47, rue Cognacq-Jay, 51100 Reims, France.
C. François (cfrancois@chu-reims.fr).
Service de chirurgie plastique, reconstructrice et esthétique, Hôpital Maison-Blanche, Centre hospitalier universitaire, 45, rue Cognacq-Jay,
51100 Reims, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Boudaoud N, Raimond E, Pouzet L, Correia N, Bouche Pillon MA,
Birembaut P, et al. Patología mamaria de la adolescente. EMC - Ginecología-Obstetricia 2019;55(4):1-20 [Artículo E – 802-A-35].

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20 EMC - Ginecología-Obstetricia

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