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Plaga de Justiniano

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Díptico Barberini, que podría mostrar a Justiniano I
Díptico Barberini, que podría mostrar a Justiniano I.
La plaga de Justiniano fue una pandemia que afectó al Imperio romano de Oriente o
Imperio bizantino, incluyendo a la ciudad de Constantinopla y otras partes de
Europa, Asia y África entre los años 541 y 549. Se estima que, entre 541 y 549, la
población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas, es decir, entre el 13
y el 26 % de la población estimada en el siglo VI. Se ha llegado a considerar como
una de las más grandes plagas de la historia. Se supone que la causa fue la peste
bubónica,1 y las investigaciones más recientes confirman que se trata de la misma
plaga bubónica relacionada con las infecciones actuales o de la época medieval.2

La pandemia fue recurrente en torno a los puertos del Mediterráneo hasta


aproximadamente el año 750, causando un gran impacto en la historia de Europa.
Historiadores modernos le dieron su nombre en referencia al emperador romano
Justiniano I, que regía entonces el Imperio bizantino. El impacto sociocultural en
el período de Justiniano ha sido comparado al de la muerte negra. Según algunos
historiadores del siglo VI, la plaga epidémica tuvo repercusiones a nivel mundial,
atacando Asia, África y Europa. Los estudios tradicionales señalan el inicio del
contagio, y su penetración en Europa, en el este de África, aunque recientes
estudios genéticos señalan que el reservorio original de la cepa pudo estar en
China.1

Índice
1 Características de la enfermedad
2 Origen
3 La epidemia en el Imperio bizantino o Imperio romano de Oriente
4 Expansión y ciclos epidémicos
4.1 Primer brote
4.2 Segundo brote
4.3 Otros
5 Consecuencias
5.1 Económicas y demográficas
5.2 Territoriales
5.3 Sociales
6 Historia de las investigaciones
7 Personajes célebres afectados por la epidemia
8 Véase también
9 Referencias
9.1 Notas
9.2 Bibliografía
Características de la enfermedad
En la bibliografía, la causa más aceptada de la pandemia es la peste bubónica, que
posteriormente también causaría la pandemia llamada «peste negra» en el siglo XIV,
aunque un estudio de 2011 ha señalado que los agentes patógenos de estas dos
enfermedades son diferentes.3 No obstante, podemos señalar que ambas enfermedades
serían variantes de peste bubónica pero provenientes de cepas diferentes.45

Así pues, esta epidemia fue causada por la bacteria Yersinia pestis. Los estudios
para identificar el vector causante de la enfermedad comenzaron en 1998 cuando un
grupo de biólogos liderados por Michel Drancourt, Oliver Dutour y Didier Raoult
empezaron a trabajar conjuntamente con arqueólogos e historiadores. Estos
investigadores extrajeron el ADN proveniente de la pulpa dentaria de cadáveres
encontrados en Marsella entre 1590 y 1720. Estos estudios llegaron a la conclusión
de que estos individuos sufrieron una enfermedad provocada por Yersinia pestis.
Posteriormente, estas investigaciones se hicieron con cadáveres del siglo VI,
encontrados en Alemania, llegando a la misma conclusión.6

Yersinia pestis, la bacteria que causó la enfermedad.


Esta plaga es causada por la bacteria Yersinia pestis, anteriormente conocida como
Pasteurella pestis. Normalmente esta enfermedad es transmitida de roedores a
humanos, siendo el vehículo transmisor por excelencia la rata negra o Rattus
rattus. La rata negra es un transmisor de la peste bubónica, debido a su cercanía a
los hábitats del ser humano. Normalmente la plaga se transmite de las ratas a los
humanos y algunas veces entre humanos. Dependiendo del vector de contagio tendremos
una variante de peste bubónica u otra. Las pulgas suelen infectar a las ratas y
otros roedores. El estómago de la pulga es infectado por la bacteria Yersinia
pestis. En general la bacteria suele tardar unos catorce días en bloquear el
estómago de su huésped. La enfermedad se produce porque al tener el estómago
bloqueado la pulga no puede alimentarse y, por lo tanto, debe morder varias veces a
su huésped, regurgitando finalmente el contenido de su estómago en su torrente
sanguíneo. En general, todos los mamíferos pueden contraer la enfermedad, siendo
los hombres, los gatos y algunos roedores más susceptibles de contraerla, mientras
otros, como los perros, son más resistentes.7

Esta plaga parece ser que es la primera epidemia atestiguada en la historia de


peste bubónica. Posiblemente hubiese brotes anteriores, pero no han dejado
documentos escritos de su existencia. Este primer brote de peste bubónica afectaría
a varias partes de Europa, África y Asia desde el año 541 al 750. Posteriormente
desaparecería de Europa hasta el siglo XIV, fecha en la que se propagarían los
fenómenos epidemiológicos que se conocen como «peste negra». Esta segunda oleada de
peste bubónica afectaría Europa hasta el año 1720 fecha en la que se registra el
último brote de peste en la ciudad de Marsella. La última gran pandemia de peste
bubónica se data a mediados del siglo XIX y se desarrolló hasta 1893-1923,
expandiéndose desde China e India al resto del mundo.8

Por otro lado podemos decir que la propagación de Yersinia pestis en el estómago de
la pulga alcanza condiciones óptimas a una temperatura por debajo de 27,5 ºC. Esta
temperatura sería la que se daría en el este y centro de África después del cambio
climático del año 535-536. Con esta temperatura la bacteria libera una enzima que
provoca una rápida expansión en el estómago de la pulga. La reducción de la luz
solar debido a los cambios climáticos provocaría que muchas zonas de África
estuvieran dentro de este intervalo de temperatura. Este fenómeno provocaría una
rápida expansión de la epidemia. Las temperaturas más frescas favorecerían, por lo
tanto, la propagación de la enfermedad.9

Origen

Mosaico representando a Justiniano, Emperador de Bizancio, durante cuyo mandato se


desencadenó la plaga que lleva su nombre.
Los últimos estudios han permitido esclarecer mejor el vector de contagio de
roedores a humanos.10

Las enclaves comerciales del este de África son los lugares más aceptados como
origen de la epidemia.
Según las fuentes disponibles, la epidemia surgió en algún lugar del este de África
y desde allí se trasladó al Alto Egipto y al Mediterráneo. Uno de los posibles
orígenes de la epidemia pudo ser Rhapta, en Tanzania, que es descrita como un
importante enclave comercial por el geógrafo griego Claudio Ptolomeo y por el
Periplo del mar Eritreo. Estas fuentes nos señalan que era un próspero centro
comercial que se dedicaba al comercio de marfil, conchas de tortugas y cuernos de
rinocerontes. La ciudad estaba cerca de un río, no muy lejos del mar. Esta plaza
comercial estaba dominada por los comerciantes árabes del Yemen. Los mercaderes
árabes se casaban con las mujeres locales e importaban a la zona grano, vino,
productos de hierro y vidrio. Rhapta era uno de los enclaves comerciales situados
más al sur de África. No obstante, otros puertos importantes eran Opone, que es la
actual ciudad de Ras Hafun, Essina y Toniki en Somalia.

Opone estaba estratégicamente situada en una isla conectada a las costa por una
barrera arenosa y tendría cientos de habitantes. Esta ciudad fue abandonada durante
el siglo VI, fecha en la que se datan los últimos restos cerámicos. Hasta esta
fecha fue un centro importante donde pasaban las rutas comerciales del
Mediterráneo, la India y África.11

Los puertos de Essina, Toniki y Raphta no han podido ser detectados


arqueológicamente, lo que parece indicar, que al igual que Opone, estos puertos
debieron desaparecer en el siglo VI.

El siglo VI debió de ser un periodo dramático en la historia del Este de África, ya


que muchos enclaves comerciales clave desaparecieron. Este periodo catastrófico se
puede relacionar con el periodo de declive demográfico que se vive en Europa
durante este mismo siglo, a consecuencia de la plaga de Justiniano. Además el Este
de África es un reservorio natural de los animales que difunden la peste bubónica.

El yacimiento de Unguja ukuu en Zanzíbar ha mostrado evidencias de que zonas tan


alejadas de África tenían contactos con el Imperio romano, ya que se ha encontrado
cerámica romana proveniente del norte de África que se ha datado por radio carbono
en la segunda mitad del siglo VI. También se han hallado huesos de Rattus rattus y
otros roedores, que los habitantes de ese lugar utilizaban como alimento. Todo esto
provocó que se dieran las condiciones adecuadas para que se propagara la epidemia.7

Hoy en día se reconocen como lugares endémicos de la peste bubónica la zona del
Himalaya, el centro y este de África y las estepas asiáticas. La epidemia del siglo
VI parece haberse originado en África y no en Asia. No encontramos testimonios de
peste bubónica en Asia hasta el siglo VII. China fue infectada por la epidemia pero
cien años después y posiblemente lo sería desde Persia, infectada, a su vez, por su
contacto con el Imperio bizantino. Por otro lado no hay evidencias de peste
bubónica en las estepas asiáticas hasta bien entrada la Edad Media.12

Las fuentes primarias, como Evagrio Escolástico, señalan que la epidemia provenía
de África, más en concreto de Etiopía o Aethiopea.13 Siguiendo estas teorías las
primeras zonas afectadas de esta pandemia serían las zonas de Etiopía y el Yemen,
alrededor del año 540.14

David Keys señala que la propagación de la epidemia, en esta época está relacionada
con los cambios climáticos sucedidos durante los años 535 - 536. Estos cambios se
centrarían en la disminución de la luz solar que entraría en la tierra debido al
oscurecimiento del sol. Para el autor, las consecuencias de este fenómeno
provocarían un auténtico caos que se traduciría en hambre, epidemias, migraciones e
inestabilidad política de muchas regiones. Sería un fenómeno mundial que afectaría
a África, Europa, Asía, Mesoamérica y Sudamérica. En cuanto a la epidemia los
cambios climáticos provocarían excesivas lluvias seguidas de sequías que
provocarían la expansión de los vectores que propagaban la epidemia. En el este de
África hay gran cantidad de especies que pueden propagar la epidemia como ratones o
gerbilinos. Los gérbilinos tienen un carácter muy territorial y se pueden desplazar
varios kilómetros para habitar otros lugares. Estos gérbidos pudieron ir infectando
a otros roedores y así extender la enfermedad. Estos roedores pudieron contagiar la
enfermedad a la rata negra o Rattus rattus que es uno de los principales vectores
de la epidemia.15

En Europa una de las primeras fuentes que parecen hablar de este cambio climático
es el historiador Procopio de Cesarea que señala que durante estos años el Sol
estaba como apagado, sin luz y que provocó gran terror en mucha gente.16 Este
cambio climático favorecería la expansión de los vectores de la epidemia como
pueden ser las pulgas o los roedores y su desplazamiento a diversos lugares del
mundo. El cambio climático, según Keys, pudo ser provocado por una gran erupción
volcánica u otro factor que provocase una gran explosión que liberase millones de
toneladas de polvo a la atmósfera. Keys centra sus pruebas en la dendrocronología,
estudiando los anillos de los árboles de lugares como Escandinavia y Europa
occidental, observando que se produce una reducción de su grosor desde el año 536
al 542, no recuperándose su tamaño hasta el año 550. Estas perturbaciones
explicarían los anomalías climáticas que se observan en algunos lugares como
Britania del año 535 al 555.

La epidemia en el Imperio bizantino o Imperio romano de Oriente


La epidemia se extendió desde el año 541 por todas las partes del Imperio
bizantino. Destacan las descripciones que realizaron varios autores contemporáneos
sobre como la enfermedad afectó a la capital del Imperio, Constantinopla. La
primera ciudad afectada fue el puerto de Pelusium, que era un centro comercial por
el cual entraban las mercancías provenientes de Egipto y África. Esta ciudad es la
zona de entrada natural al Mediterráneo, siendo utilizada por muchos invasores a lo
largo de la historia. Los barcos solían llegar a Pelusium mediante un canal creado
por el emperador Trajano varias siglos antes. Después de devastar Pelusium,
siguiendo los canales comerciales habituales, la epidemía se desplazó a Alejandría.
Desde Alejandría, posiblemente debido a la Anona o distribución de trigo, la
enfermedad llegó a Constantinopla y Antioquía.1317

El historiador y eclesiástico, Juan de Éfeso nos señala como la gente fue afectada
por una enfermedad que consistía en la aparición de bubones, ojos sanguinolentos,
fiebre y pústulas. Las personas solían morir en dos o tres días, rápidamente
después de un largo periodo de confusión mental.Juan de Éfeso intenta señalar,
sobre todo, la rapidez del contagio, siendo en los centros públicos como iglesias y
mercados donde había más víctimas. No obstante, este historiador señala que algunas
personas conseguían recobrarse aunque solían morir por infecciones posteriores. El
origen para el historiador está claro, era un castigo de Dios a la humanidad por
sus pecados y su misión era informar a las generaciones posteriores de los posibles
castigos que Dios tenía preparados para la humanidad. Nos informa del primer brote
de peste de este ciclo ocurrido en Bizancio ocurrido entre el año 541 al 543.17

Juan de Éfeso destaca, en su descripción, cómo la peste dejó asoladas y sin


habitantes diversas partes del Imperio, atacando por igual a ricos y pobres, y
dejando villas, pueblos y ciudades sin habitantes. El principal problema en la
capital, según el autor, eran los cuerpos sin enterrar de las personas que se
morían en las calles, en las iglesias, en los porches y en las esquinas. El autor
señala varías cifras sobre la cantidad de muertos diarios: 5000, 7000, 12 000, es
decir, al final de la epidemia habría alrededor de unas 300 000 bajas. Si bien las
cifras son discutidas por diversos autores, esta gran mortandad paralizó la ciudad
y su abastecimiento. El historiador bizantino Procopio de Cesarea registró que, en
su clímax, la peste llegó a matar hasta 10 000 personas diariamente en la ciudad,
aunque esta cantidad no se puede comprobar.16

Las respuestas de las autoridades imperiales ante estos hechos fueron las
siguientes: por un lado realizaron un recuento de muertos y por otro lado
organizaron cementerios especiales para enterrar a las víctimas. Juan señala cómo
había diversos barcos que se dedicaban a sacar los cuerpos de la ciudad y
colocarlos en lugares especiales escogidos para ello. Al principio las medidas de
desalojo de cadáveres consistieron en llenar los barcos de cadáveres y lanzarlos al
mar. Después, el emperador Justiniano decidió disponer grandes fosas comunes para
depositar los cadáveres al otro lado del mar en las afueras de la ciudad, en el
norte, al otro lado del Cuerno de Oro. El encargado de realizar esta tarea fue el
Referendarii Teodoro, uno de los cargos civiles más importantes de la ciudad.
Justiniano dio a Teodoro grandes cantidades de dinero e instrucciones precisas para
realizar esta tarea. Teodoro gastó grandes cantidades de dinero para contratar a
personas que cavaran estas grandes fosas y trajeran los cadáveres.

Según nos narra Procopio en su Historia Secreta el primer brote de la epidemía


provocó una serie de conspiraciones políticas. En este primer brote fue afectado el
emperador Justiniano, lo que provocó una serie de conspiraciones y movimientos
políticos en cuanto a la sucesión. Este problema se solucionó debido a que
Justiniano se recobró de la enfermedad.18

Expansión y ciclos epidémicos

La reconquista de Justiniano devolvió al Imperio el control del Mediterráneo pero


también propició la rápida expansión de la epidemia.
La pandemia se fue extendiendo por los puertos del Mediterráneo, continuando luego
por el territorio europeo, alcanzando en el norte, a Dinamarca y al oeste a
Irlanda. Uno de los propagadores de la epidemia fue la rata negra que es una
especie que suele habitar en los lugares próximos a la actividad humana como pueden
ser granjas, almacenes, mercados, puertos, barcos y cualquier tipo de ciudad o
villa. En algunas ocasiones se suele denominar a esta especie como Rata de los
barcos o rata de las casas. En condiciones ambientales óptimas, un par de ratas
negras puede tener al año, gran cantidad de descendientes. Es una especie muy
agresiva, muy adaptativa y cuya dieta es muy amplia, pudiendo comer insectos,
carne, huesos y frutas. Las ratas serían transportadas por los barcos y con ellas
viajaría la enfermedad.19

La epidemia se trasladó del este de África hacía al Imperio bizantino debido al


comercio. El marfil era un objeto de lujo muy demandado por las altas clases
bizantinas. Con este producto se realizaban tablas para escribir, juguetes,
relicarios y otras obras de arte. Durante el siglo VI los elefantes del mar Rojo y
Eritrea estaban prácticamente extintos debidos a su masiva explotación los siglos
anteriores, pero en Kenia y Tanzania todavía había abundantes elefantes y, por lo
tanto, eran la fuente básica para las cantidades de marfil que el Imperio bizantino
solicitaba. El Imperio bizantino importaba como media unas cincuenta toneladas de
marfil cada año del este de África, que suponía la muerte de cinco mil elefantes.20

La pandemia continuó con brotes locales y esporádicos hasta aproximadamente el año


750. La enfermedad se expandió a Persia después de infectar al Imperio bizantino
debido a las campañas militares entre ambos imperios.21

La peste bubónica es una enfermedad que se transmite entre los humanos a partir de
varios ciclos o brotes epidémicos a lo largo del tiempo. El escritor de la iglesia
Evagrio Escolástico vivió durante cuatro de esos grandes brotes que se repetían
cada 8 o 10 años. En su obra nos relata como en el transcurso del primer brote de
peste bubónica, durante el año 541 al 543, fue afectado por la enfermedad cuando
era un escolar y como en los ciclos posteriores fue perdiendo a su mujer, a sus
hijos y a toda su familia. Escribió este relato a los 58 años en la ciudad de
Antioquía.13Esta variante de la peste bubónica afectó a varias partes del mundo y
no es hasta el año 543 cuando se registran los últimos brotes de peste
desapareciendo hasta el siglo XIV.

Primer brote
El primer brote aparecería en torno a 540 - 541 y duraría hasta 547 - 548,
dependiendo de las cronologías que se utilicen para datar la epidemia en las islas
británicas. El primer brote siempre es el más extenso y mortífero y por lo tanto
afectaría a Etiopía, el norte de África, Europa oriental y occidental, el Imperio
persa, el Imperio bizantino y el Yemen. Las primeras zonas afectadas serían Etiopía
y Yemen alrededor del año 540 y después afectaría al Imperio bizantino y Persa del
541 al 543, por último llegaría a Europa Occidental a partir del año 543 - 544.21
Segundo brote
Según el abogado y escritor Agatías desde el año 558 - 561 se produciría un nuevo
brote. Este brote sería especialmente grave durante la primavera del año 558 en
Constantinopla muriendo muchas personas.22

Otros
Evagrio nos informa de la presencia de la epidemía de peste bubónica en el año 594
en Antioquía.22Según la fuente, Los milagros de San Demetrio, la ciudad de
Tesalónica, al igual que otras partes del Imperio bizantino, fueron devastadas por
una epidemia entre los años 597, aunque se desconoce la naturaleza de esta
enfermedad. La ciudad de Tesalónica fue especialmente afectada debido a que en ese
momento estaba siendo asediada por una horda de ávaros.23

Consecuencias
Económicas y demográficas
El Imperio bizantino se encontraba en guerra con los vándalos en la región de
Cartago, con los ostrogodos en la península italiana y con el Imperio sasánida.
Además se habían realizado grandes esfuerzos económicos para la construcción de
grandes iglesias como la iglesia de Santa Sofía. La peste tuvo efectos
catastróficos sobre la economía, al disminuir los ingresos por impuestos, paralizó
las actividades comerciales y devastó grandes asentamientos y núcleos urbanos
dedicados a la agricultura que eran vitales para el desarrollo del Imperio causando
graves conflictos. No hay que olvidar, que la Rata negra, uno de los principales
vectores propagadores de la epidemia se siente atraído por los cultivos de los
campos o por los almacenes dónde se guardan las cosechas.15

Juan de Éfeso describe como afectó al medio rural y urbano la epidemia, debido a
que señala como los campos se quedaron abandonados al igual que el ganado, es decir
el medio rural quedó muy afectado.17 Otra ejemplo de esta devastación en el mundo
rural serían las evidencias sobre las plagas de langostas que se expanden por el
mediterráneo en este periodo.24 Estas invasiones fueron frecuentes desde el 570 al
670 en la Europa Occidental y en el Próximo oriente. En el 576 una plaga de
langostas atacó Siria e Irak. En el año 578, según nos señala el cronista Gregorio
de Tours una plaga de langostas devastó Hispania, siendo especialmente fuerte en
los alrededores de la capital Toledo.25 Gregorio señala como atacaron las vides,
frutas y cualquier planta aniquilándolo todo. El autor nos cuenta como este
problema duró alrededor de cinco años y como después la nube de langostas se
expandió por el resto de provincias del Reino visigodo.26 Las plagas de langostas
son frecuentes en los territorios abandonados de cultivo y por lo tanto estos
extensos territorios abandonados puede ser debido a la epidemia. Las langostas
prefieren aquellos territorios donde hay diversas variedades de especies vegetales
y esto es frecuente en los antiguos terrenos agrícolas si se compara con aquellos
territorios que son cultivados y mantenidos. Las especies salvajes proliferan en
los territorios abandonados lo que proporciona más opciones de alimentación para
las langostas y por lo tanto provoca que su reproducción en estos terrenos sea más
prolífica.27 Se considera que el Imperio bizantino perdió entre el 13–26% de su
población.

Las plagas de langostas son una consecuencia de la despoblación que provocó en el


medio rural la plaga de Justiniano.
Durante esta pandemia a lo largo del siglo VI y VII, numerosos pueblos y villas
debieron de quedar sin población. Juan de Éfeso y Evagrio parecen coincidir en sus
relatos al señalar este fenómeno.1713 Se han señalado numerosos asentamientos que
pudieron quedarse sin habitantes o verse especialmente dañados en cuanto a su
demografía durante estos ciclos epidemiológicos como pueden ser Anamur, Anazarba,
Canbazli, Corcycus y Dag Pazari en el sur de Turquía; El Bara, Sinhar, Deir Sim´an,
Serjilla y Kfer en el norte de Siria y Dougga, Sbeitla, Thuburbo Maius y el norte
de Cartago en el norte de África. Esta despoblación afectó a los núcleos rurales y
urbanos. Los estudios demográficos de Dougga han señalado que esta ciudad pierde el
70% por ciento de su población durante los años 550-600 y Cartago pierde el 50% de
su población durante los años 550- 650.28

La plaga ayudó al declive de los mercados urbanos, las comunicaciones y el gobierno


urbano, que en grandes partes de Asia, la zona más rica del Imperio bizantino,
quedaron colapsadas. Las ciudades dejaron de ser un foco de resistencia y seguridad
ante las invasiones y no pudieron controlar el territorio, como habían hecho hasta
entonces. Constantinopla, la capital del Imperio bizantino debió de tener antes de
la pandemia una población aproximada de medio millón de habitantes. En torno a 750
el número de habitantes se reducía a unas trescientas mil personas. No obstante
esta reducción tan drástica, del 40%, se debe a varios factores no solo
epidemiológicos sino también climáticos y bélicos.29

No debemos olvidar los problemas que originó en el comercio. La plaga redujo la


población y destruyó numerosos puertos. El comercio de marfil del Imperio bizantino
con el este de África cesó. Este hecho lo podemos observar en la cantidad de obras
de arte de marfil bizantinas que han perdurado hasta la actualidad. Del año 400 al
540 se han conservado ciento veinte piezas pero del año 540 al 700 solo se han
conservado seis. A partir del año 540 el comercio del marfil se detuvo y las
cantidades de este material que llegaban al Imperio eran mínimas.2020

En general, según las estimaciones más recientes el Imperio bizantino reduciría su


tasa impositiva durante el siglo VI - VII, aproximadamente en un tercio.2030

El primer brote de peste provocó una mayor austeridad en la corte bizantina, como
se puede observar en el ceremonial y en el vestuario utilizado.31

Territoriales

Las invasiones eslavas del siglo VI fueron ayudadas por las pérdidas demográficas
que sufrieron el Imperio bizantino y el este de Europa, debido a las epidemias.
La plaga perjudicó los planes de Justiniano de restaurar el Imperio romano y su
conquista de los territorios de occidente. También permitió diversas Invasiones
bárbaras, iniciadas por distintos pueblos que formarían nuevos reinos y estados. En
557 y en 558 un pueblo de origen asiático denominados ávaros, procedentes de
Mongolia arrasó diversas partes del este de Europa como los Balcanes y Grecia. Esta
invasión se relaciona con la pérdida demográfica y debilidad que sufrió el Imperio
romano de Oriente después de largos años de epidemias y guerras. Hacia 568 los
ávaros se habían extendido por el este de Hungría, el oeste de Rumanía, Eslovenia,
Moravia, Bohemia, el este de Alemania y el oeste de Ucrania. No obstante, hay que
citar las invasiones de los pueblos eslavos, vasallos de los pueblos ávaros y que
se instalaron permanentemente el este de Europa, invasiones históricamente más
importantes. Las invasiones de estos pueblos cambiaron el panorama político
europeo.32

Las invasiones de ávaros y eslavos empezaron a ser especialmente fuertes a partir


del 541, año que coincide con el primer gran ciclo de mortalidad de la plaga de
Justiniano. La epidemia reduciría la población del Imperio bizantino y por lo
tanto, la resistencia a la invasión que ofrecieron las zonas del este de Europa fue
menor. Las invasiones eslavas habían empezado a ser especialmente fuertes a partir
del año 536. En el año 545 cuando los territorios imperiales habían salido
recientemente del primer ciclo de esta plaga, los eslavos lanzaron otra gran
invasión. Procopio de Cesarea señala la dureza de esta campaña, en el que los
invasores recurrían al empalamiento de sus víctimas. Otra invasión se produjo entre
los años 558 y 559 y asoló Grecia y los alrededores de Constantinopla. En el año
560, ante la negativa del Imperio de conceder tierras a estos pueblos, estos
invadieron Hungría. En el año 578 los ávaros comienzan el asedio de Sirmio, una de
las ciudades bizantinas más importantes del este de Europa, ya que controlaba las
rutas de comunicación entre las partes occidentales y orientales del Imperio. Tras
dos años de un largo asedio, la ciudad fue conquistada. En 586, estos pueblos,
saquearon las zonas de Grecia y asediaron Tesalónica, considerada la segunda ciudad
más importante del Imperio. Según cuenta la fuente Los Milagros de San Demetrio, la
ciudad de Tesalónica estaba en una situación delicada debido a que había sido
diezmada por una epidemia, pero se salvó del ataque debido a la intervención
sobrenatural del patrono de la ciudad, San Demetrio.33

Los pueblos ávaros y eslavos se aliaron a otro pueblo bárbaro procedente de


Germania, los lombardos. Estos pueblos procedían de la actual República Checa y
Eslovaquia y acabaron invadiendo los territorios imperiales del norte de Italia y
la Toscana.33

La reducción de la base impositiva del imperio bizantino provocó que fuera


susceptible al ataque de pueblos bárbaros como los ávaros, ya que hasta ese momento
el Imperio había podido pagarles dinero a cambio de su retirada. Los largos años de
epidemias, ataques bárbaros y guerras debilitaron los efectivos militares y
financieros tanto del Imperio Persa como del Imperio bizantino y los hicieron
susceptibles a las rápida conquista por parte del ejército árabe que se produciría
en el siglo VII. El Imperio bizantino perdió territorios en la península balcánica,
fuente imprescindible de recursos humanos para el ejército. Tras estás pérdidas, el
Imperio bizantino solo fue capaz de reclutar un ejército de 30 000 o 40 000
hombres, cuyo mando estaba repartido entre varios generales.34

Sociales
Los sucesivos brotes de epidemia crearon un clima de inestabilidad social que
culminó con una serie de revoluciones. Un ejemplo es la revolución de Flavio
Nicéforo Focas Augusto contra el emperador Mauricio durante el 602 en el Imperio
bizantino. La revuelta contra la familia imperial empezó, como otras revueltas del
Imperio, en el hipódromo, encabezada por la facción de los «verdes». El reinado de
Focas se caracterizó por la represión, la inestabilidad social y las revueltas.35

Historia de las investigaciones


Los primeros estudios contemporáneos sobre esta epidemia se remontan al siglo XIX,
en concreto a los estudios del alemán Valentín Seibel, que en 1857 realizó un
estudio de las fuentes griegas y latinas sobre esta enfermedad. En 1880, el alemán
Alfred von Kremer realizó este mismo estudio, pero centrándose en las fuentes
árabes.36

A partir de los años sesenta se produce un periodo de desarrollo en las


investigaciones sobre la plaga de Justiano. Una obra clásica es la realizada en
1969 por Jacques Le Goff y Jean-Noël Biraben relacionados con la escuela de los
annales.37

Se puede decir que el principal problema de las investigaciones es que el área


geográfica que hay que cubrir es amplia y culturalmente muy rica y, por lo tanto,
hay pocos investigadores con los conocimientos suficientes para poder leer todas
las fuentes primarias de los lugares en los que afectó la epidemia. En 1989, el
investigador Jean Durliat mostró todos estos problemas. El historiador investigó,
además de las fuentes narrativas, la historía del arte, la arqueología, la
epigrafía, la paleografía y numismática. No obstante, llegó a la conclusión de que
el efecto real de la epidemía no fue tan catastrófico como se había pensado
tradicionalmente.38

Personajes célebres afectados por la epidemia


Justiniano I. Emperador bizantino afectado en el brote que asoló Constantinopla y
el Imperio bizantino durante el 541 - 542. Sobrevivió.
Evagrio Escolástico. Historiador de la Iglesia, fue afectado cuando era un
estudiante, durante el primer brote de la epidemia. Sus familiares fueron muriendo
en los posteriores brotes de la epidemia. Sobrevivió.
Pelagio II. Papa. Muerto durante un brote de esta epidemia en el 590.
Véase también
Cambio climático en los años 535 y 536
Peste antonina
Reconquista de Justiniano
Referendarii Teodoro
Plaga de Atenas
Referencias
Notas
Nicholas Wade (31 de octubre de 2010). «Europe’s Plagues Came From China, Study
Finds». The New York Times. Consultado el 1 de noviembre de 2010. «The first
appeared in the 6th century during the reign of the Byzantine emperor Justinian,
reaching his capital, Constantinople, on grain ships from Egypt. The Justinian
Plague, as historians call it, is thought to have killed perhaps half the
population of Europe and to have enabled the Arab takeover of Byzantine provinces
in the Near East and Africa.»
http://phys.org/news/2013-05-modern-lab-ages-plague-dna.html
Reseña en El País, 13/10/2011.
Harbeck, Michaela; Seifert, Lisa; Hänsch, Stephanie; Wagner, David M.; Birdsell,
Dawn; Paríse, Katy L.; Wiechmann, Ingrid; Grupe, Gisela et al. (2013). "Yersinia
pestis DNA from Skeletal Remains from the 6th Century AD Reveals Insights into
Justinianic Plague". In Besansky, Nora J. PLoS Pathogens 9 (5): e1003349.
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