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CONSTITUCIÓN POLÍTICA

Actividad 8

Documento sobre acción constitucional

Presentado a:
Juan Gabriel Gordillo Gonzales

NRC: 23368

Diana Paola Santos Muñoz


ID: 716861
Isabel Cristina Pinto Feijoo
ID:518254
Nikole Alexandra Ramirez
ID: 733505
Victor Mauricio Arizala Rosero
ID: 556469

Corporación universitaria minuto de Dios


Constitución Política
Cali Valle
2021
INTRODUCCION

En Colombia a partir de la nueva constitución política se dice que se abren


nuevos procesos de participación ciudadana, como son el respeto por los derechos
humanos, también se reconoce los derechos sociales fundamentales que
garantizan condiciones de vida digna como lo son: la integridad física, la misma
vida, la salud y la seguridad social, la educación, el reconocimiento jurídico, la
libertad de culto, de conciencia, de expresión, el trabajo y la participación, entre
otros. De esta manera, se hace énfasis en la igualdad de condiciones, deberes y
derechos de todos los ciudadanos, sin distinción alguna.
OBJETIVO

La constitución intento modernizar el mundo político, y aunque su impacto se


ha visto limitado a ámbitos específicos logró transformar algunos de los sentidos
atribuidos a la relación estado y sociedad y convertirse en una de las referencias
utilizadas por actores colectivos para reivindicar sus derechos. Precisamente, la
carta constitucional opera como el marco histórico desde el cual preguntarnos por
la construcción de gobernanza en Colombia. Es ella la que propone un tipo
específico de articulación entre ciudadanos y estado.
ACCIÓN DE TUTELA

La acción de tutela es como se denomina al mecanismo previsto en el


artículo 86 de la Constitución Política de Colombia vigente, que se busca proteger
los Derechos constitucionales fundamentales de los individuos "cuando quiera que
éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier
autoridad pública", es decir al no haber otro recurso para hacerlos cumplir o en el
caso de que exista peligro inminente.

PROBLEMA PLANTEADO

Fuero reforzado por incapacidad.

Un trabajador sufre un accidente de tránsito dirigiéndose hacia su lugar de


trabajo. Al asistir al médico éste le otorga incapacidad por 10 días, debido a que la
lesión es un poco grave, después tiene cita médica con otro especialista y más
exámenes para corroborar que no tenga alguna otra lección.

El día lunes el trabajador debe hacer presencia en su lugar de trabajo, pero


por su incapacidad no hace presencia y en cambio envía la incapacidad a su
empleador, el cual manifiesta inconformidad por tantos días que le otorgaron
incapacidad al trabajador y por la zozobra de saber que esta incapacidad se pueda
extender. Transcurridos 8 días de incapacidad el trabajador recibe en su casa
comunicación por parte del empleador, señalándole que le ha sido consignada la
liquidación de su contrato a la cuenta bancaria y que por lo tanto se da por terminada
la relación laboral, es decir el trabajador ha sido despedido y el empleador no señala
causa alguna para justificar dicho despido.
DESARROLLO ACTIVIDAD

En el anterior caso se incurre en dos faltas graves por parte del empleador,
primera la de no reconocer la incapacidad de su empleado y la segunda ejecutar un
despido injustificado ambos, van en contra del derecho al trabajo.

La acción de tutela como herramienta para lograr el reintegro o la


indemnización en un despido alegado injustificado, es excepcional, esto es, opera
y procede únicamente en casos muy particulares.

Un trabajador del sector público o privado puede recurrir a una acción de


tutela cuando considera que ha sido despedido sin justa causa, pero sólo si se
cumplen ciertos requisitos que la corte constitucional ha reiterado en su
jurisprudencia.

Al ser la acción de tutela una figura de aplicación excepcional y sólo cuando


el accionante no cuenta con otro mecanismo de defensa, el amparo de tutela
procede únicamente cuando por el despido injustificado cuando a consecuencia de
ellos se ven afectados derechos fundamentales del trabajador, y además este se
encuentra en estado de indefensión o goza de estabilidad laboral reforzada debido
precisamente a su especial estado de indefensión.

En una de las sentencias la corte ha dicho:


Se observa entonces, que la jurisprudencia de esta Corporación ha establecido que
la acción de tutela, en principio, no es procedente para lograr el fin que pretende el
demandante, a menos que, por conexidad, se involucren otros derechos
fundamentales cuyo núcleo esencial se vea vulnerado por la decisión de terminar el
contrato de trabajo. Tales casos, sin embargo, son excepcionales y su
procedibilidad debe ser determinada individualmente. Al respecto, ha dicho la
Corte:
“En cuanto a las pretensiones formuladas por los demandantes encaminadas a que
el Juez de tutela disponga el reintegro a los cargos que venían ejerciendo al
momento de proferirse el acto administrativo que dispuso la supresión de los cargos,
cabe igualmente anotar que, ella no resulta procedente, por cuanto la tutela no
puede llegar hasta el extremo de ser el instrumento para satisfacerlas, por cuanto
como lo ha señalado esta Corporación, “no se deduce de manera tajante que un
retiro del servicio implica la prosperidad de la tutela, porque si ello fuera así
prosperaría la acción en todos los casos en que un servidor público es desligado
del servicio o cuando a un trabajador particular se le cancela el contrato de trabajo;
sería desnaturalizar la tutela si se afirmara que por el hecho de que a una persona
no se le permite continuar trabajando, por tutela se puede ordenar el reintegro al
cargo. Solamente en determinados casos, por ejemplo, cuando la persona estuviera
en una situación de debilidad manifiesta, o de la mujer embarazada, podría
estudiarse si la tutela es viable” [Sentencia T-546 del 2000).

Es claro que el camino correcto a tomar cuando se es despedido sin justa


causa, en la mayoría de los casos será la jurisdicción laboral ordinaria, y sólo
cuando hay una evidente afectación de algún derecho fundamental de alguna
persona en situación de debilidad manifiesta, se puede intentar recurrir a la acción
de tutela.
CONCLUSIÓN

Según el artículo 1 del Decreto 2591 de 1991, toda persona tendrá derecho
acción de tutela para reclamar ante los jueces en todo momento y lugar, mediante
un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre,
la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando
quieran que estos resulten vulnerados por la acción u omisión de cualquier autoridad
pública o de los particulares en los casos que señale este decreto. Todos los días y
horas son hábiles para interponer la acción de tutela, siendo este un mecanismo
preferente y residual.
BIBLIOGRAFIA

http://www.gerencie.com/
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2014/T-041-14.htm

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