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Procedimientos Administrativos
Universidad de Caldas
Manizales, Caldas
02 de octubre de 2020
EL SILENCIO ADMINISTRATIVO NEGATIVO EN COLOMBIA
En el mismo sentido encontramos que, los profesores Fabio Cesar Amorocho y Jorge Eliecer
Bolívar, consideran que “El silencio administrativo es un fenómeno jurídico que ocurre cuando la
administración pública no ejerce la publicidad del acto administrativo, es decir, no notifica dentro
de los términos previstos por el ordenamiento jurídico, decisión expresa alguna sobre las
peticiones o recursos administrativos formulados por el particular afectado, interesado o por el
administrado, lo cual incluye aquellos sucesos en los cuales la respuesta que se dé a la petición
correspondiente sea puramente formal o de trámite, pero sin adoptar decisión o sin resolver de
fondo el objeto de la petición, también los casos en que expedida la decisión, la misma no se
notifica en la forma y con el lleno de los requisitos señalados en la ley (C.C.A., Art. 44 y 45), ya
que la falta de notificación o la irregularidad de esta no permite que produzca efectos legales en
cuanto al acto administrativo proferido en virtud de una petición (C.C.A., Art. 48), por lo cual su
sola expedición sin la notificación en debida forma, no tiene como resultado el de interrumpir el
término señalado en la legislación para la configuración del silencio administrativo, el cual se
constituye en una ficción legal 4 establecida en garantía de los administrados para unos y para
otros asume la categoría jurídica de presunción, acto que se conoce como acto presunto o ficto. 5”2
De lo expuesto podemos decir que, el silencio administrativo es una presunción legal que
surge cuando la administración no otorga una respuesta, es decir no emite un acto administrativo
derivado de la petición o recurso que ante ella interpone el ciudadano y/o no lo notifica en debida
forma, esta ficción legal existe para favorecer los derechos e intereses de los ciudadanos y no para
que la administración pueda eludir obligaciones y compromisos. De tal manera que, ante una
inactividad de la administración, permite que los ciudadanos no se queden en un limbo jurídico
esperando de manera indefinida una respuesta de la administración y origina un acto ficto o
presunto, el cual permite a los ciudadanos acceder a la jurisdicción contenciosa administrativa
Ahora bien, el marco jurídico del silencio administrativo en Colombia se encuentra en los
artículos 83 a 86 de la Ley 1437 de 2011 por la cual se expide el Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo; y el silencio administrativo negativo, que es el
tema que nos avoca se encuentra regulado en los artículos 83 3 y 864 de la misma norma.
1
Penagos, G. 2005. Vía Gubernativa. Tercera edición, Ediciones Doctrina y Ley Ltda. Colombia,
p. 205.
2
Amorocho Martínez, F. C. y Bolívar Ríos J. C. 2008. El silencio administrativo y sus matices a la
luz de la legislación y la jurisprudencia en un Estado Social de Derecho. Revista Justicia, No.
13. Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, pp. 47-56, ISSN: 0124-7441.
Dicho lo anterior, haremos un breve recuento de los antecedentes históricos que dieron origen
a la institución jurídica del silencio administrativo, el docente Jaime Vidal Perdomo, advierte que
“en Francia existe una ley en la materia desde 1900, como también con posterioridad se dictaron
en Argentina y en España”. Por otro lado, esta institución es incorporada en el ordenamiento
jurídico colombiano a través del primer Código de lo Contencioso Administrativo, contenido en la
Ley 167 de 1941, posteriormente, fue ampliado con el Decreto 01 de 1984 y modificada con el
Decreto Ley 2304 de 1989, modificaciones a la parte procedimental de dicho Código que fueron
declaradas inexequibles por la Corte Suprema de Justicia, mediante Sentencia 2066 del 20 de junio
de 1990. M.P. Fabio Morón Díaz.
Es de aclarar que esta institución jurídica, en Colombia propende también por garantizar el
derecho al acceso a la administración de justicia, contenido en el artículo 229 de la Constitución
Política de Colombia5 y el derecho de petición, el cual fue elevado a derecho constitucional
fundamental a través del artículo 23 de la Constitución Política de Colombia 6 y fue regulado por
medio de los artículos 13 a 33 de la Ley 1755 de 2015.
Así las cosas, y habiendo hecho un corto recuento de la generalidad del silencio
administrativo, nos concentraremos en el silencio administrativo negativo, el cual ocurre en dos
3
“ARTÍCULO 83. SILENCIO NEGATIVO. Transcurridos tres (3) meses contados a partir de la
presentación de una petición sin que se haya notificado decisión que la resuelva, se entenderá
que esta es negativa.
En los casos en que la ley señale un plazo superior a los tres (3) meses para resolver la petición sin
que esta se hubiere decidido, el silencio administrativo se producirá al cabo de un (1) mes
contado a partir de la fecha en que debió adoptarse la decisión.
La ocurrencia del silencio administrativo negativo no eximirá de responsabilidad a las autoridades.
Tampoco las excusará del deber de decidir sobre la petición inicial, salvo que el interesado
haya hecho uso de los recursos contra el acto presunto, o que habiendo acudido ante la
Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo se haya notificado auto admisorio de la
demanda.”
4
“ARTÍCULO 86. SILENCIO ADMINISTRATIVO EN RECURSOS. Salvo lo dispuesto en el
artículo 52 de este Código, transcurrido un plazo de dos (2) meses, contados a partir de la
interposición de los recursos de reposición o apelación sin que se haya notificado decisión
expresa sobre ellos, se entenderá que la decisión es negativa.
El plazo mencionado se suspenderá mientras dure la práctica de pruebas.La ocurrencia del silencio
negativo previsto en este artículo no exime a la autoridad de responsabilidad, ni le impide
resolver siempre que no se hubiere notificado auto admisorio de la demanda cuando el
interesado haya acudido ante la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo.
<Aparte tachado INEXEQUIBLE> La no resolución oportuna de los recursos constituye falta
disciplinaria gravísima.”
5
“Artículo 229. Se garantiza el derecho de toda persona para acceder a la administración de
justicia. La ley indicará en qué casos podrá hacerlo sin la representación de abogado.”
6
“ARTICULO 23. Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a las
autoridades por motivos de interés general o particular y a obtener pronta resolución. El
legislador podrá reglamentar su ejercicio ante organizaciones privadas para garantizar los
derechos fundamentales”.
casos, el primero es el silencio administrativo negativo del derecho de petición, el cual se encuentra
reglado en el artículo 83 del C.P.A.C.A. 7, de conformidad con este artículo, el silencio
administrativo sustancial, como también se le conoce, no requiere de declaratoria judicial cuando
haya transcurrido por regla general un plazo de tres (3) meses contados a partir de la presentación
de una petición sin que se haya realizado la debida notificación del acto que la resuelve; la
excepción en el término ocurre cuando la ley señala un plazo superior a los tres (3) meses para
resolver la petición, en este caso el silencio administrativo negativo se produce al cabo de un (1)
mes contado a partir de la fecha en que debió adoptarse la decisión; de tal manera que, en un caso o
el otro, a partir del momento en que se cumple el tiempo legal que tenía la administración para
emitir una respuesta y notificarla debidamente, será a voluntad del peticionario que se dé la
configuración del silencio administrativo, esto porque será él quien decida si seguir esperando una
respuesta de la administración o configurar el silencio administrativo negativo.
Ahora bien, el segundo silencio administrativo negativo es en recursos, este silencio también
es conocido como el silencio administrativo adjetivo o procesal y se encuentra regulado en el
artículo 86 del C.P.A.C.A.9, este por regla general requiere del vencimiento de un plazo de dos (2)
meses, contados a partir de la interposición de los recursos contra un acto administrativo sin que la
administración haya notificado en debida forma una decisión expresa sobre dichos recursos. Es
importante aclarar que al igual que el silencio administrativo de petición, este silencio
administrativo surge a voluntad del recurrente, debido a que es él quien decide si cumplido el
término de los dos (2) meses seguir esperando una decisión por parte de la administración o acudir a
la Procuraduría General de la Nación para agotar la conciliación prejudicial y posteriormente
demandar ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
El actor, inconforme con la decisión tomada por la Secretaría de Transporte presentó recursos
de reposición y en subsidio de apelación ante la mencionada resolución, alegando, que esta era
objeto de falsa motivación y que violentaba el derecho de igualdad frente a las demás empresas
transportadoras del municipio, así como también, que la Resolución 339 de 2003 carecía de
Las normas que señaló el demandante como violadas son las siguientes: Constitución Política
artículos 25,29,38,58,93; 43 del Decreto Nacional 170 de 2001; 49 a 52, 60, 63, 85, 135, 136, 137,
139, 140 y 142 del Código Contencioso Administrativo y la Ley 446 de 1998.
La parte actora, inconforme con la decisión del tribunal hizo uso del recurso de alzada,
sustentado que la decisión había desprovisto las pruebas que hacían parte del proceso.
“(…) En esta última fecha la administración perdió competencia para decidir los recursos de
reposición y apelación contra la Resolución 339 de 17 de diciembre de 2003 dado que por
virtud del inciso tercero del artículo 60 del C.C.A., “la ocurrencia del silencio administrativo
negativo previsto en el inciso primero no exime a la autoridad de responsabilidad ni le
impide resolver mientras no se haya acudido ante la jurisdicción de lo contencioso
administrativo”.
Durante algún tiempo la jurisprudencia de la Sección estimó que de acuerdo con el aparte
subrayado de la norma transcrita la administración perdía competencia para decidir los
recursos de la vía gubernativa, con relación a los cuales se había configurado el silencio
administrativo, desde que se notificaba el auto admisorio de la demanda ante la jurisdicción
contencioso administrativa.
Ese criterio fue modificado por la Sala mediante sentencia de 29 de mayo de 2008 2, donde
precisó que “si bien es cierto que la administración debe decidir el recurso de la vía
gubernativa aún después de haber ocurrido el silencio negativo; pero solo podrá hacerlo,
según lo dispone el art. 60 CCA. Y si llegare a decidir el recurso luego de presentada la
demanda, aduciendo no habérsele notificado aún el auto admisorio, tal decisión
extemporánea no produce efectos contra el interesado, ni puede coexistir con el acto ficto
con el cual ya se entendió resuelto el recurso, y deviene en acto carente de todo fundamento,
expedido sin competencia y desligado de la actuación en que ya se había agotado la vía
gubernativa”.
Por lo considerado, el Consejo de Estado decidió declarar la nulidad de las resoluciones que
decidieron de manera expresa los recursos contra la Resolución No. 339 de 17 de diciembre de
2003, y por otro lado, confirmó la decisión del a quo, de negar la pretensión de nulidad contra la
Resolución No. 339 de 27 de diciembre de 2003 proferida por la Secretaría de Tránsito y Transporte
del Municipio de Pasto, así como la pretensión de nulidad del acto ficto derivado del silencio
12
Ibidem.
administrativo negativo frente a los recursos de la vía administrativa contra esa resolución porque
consideró que la Secretaría mencionada invocó la condición de autoridad delegada para fijar la
capacidad transportadora de TESA S.A., y le correspondía al actor la carga probatoria para
demostrar que no tenía esa competencia, situación que no logró demostrar el accionante.
De la sentencia citada encontramos, que con la entrada en vigencia del nuevo código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, es decir, del regulado en la Ley
1437 de 2011, se le prorroga al ejecutivo la oportunidad para que decida sobre la petición inicial y/o
de los recursos interpuestos contra los actos fictos negativos, ya que su competencia se extiende
hasta la notificación del auto admisorio de la demanda, situación que era diferente en la norma
anterior, es decir, en el Código de lo Contencioso Administrativo, en donde se contemplaba que la
administración perdía la competencia para decidir sobre los recursos interpuestos desde la mera
presentación de la demanda, es decir, desde el instante en que el recurrente acudía a la jurisdicción
contenciosa.
“En reiterada jurisprudencia, la Corte Constitucional ha sostenido que el hecho de que opere
la figura del silencio administrativo, previsto en los artículos 40 y 41 del Código Contencioso
Administrativo, no hace improcedente la acción de tutela para la protección del derecho
fundamental de petición, ya que este último es independiente de la posibilidad de acudir a la
jurisdicción contencioso administrativa.
(…)
(…)
“Por esta razón, el silencio administrativo no puede ser entendido como resolución o
pronunciamiento de la administración, ya que éste no define ni material ni
sustancialmente la solicitud de quien propone la petición, circunstancia que hace
evidente que dentro del núcleo del derecho de petición se concrete la materialización
de una obligación de hacer por parte de la administración, - la de contestar y
comunicar-, que ha sido reconocida claramente por la doctrina
constitucional.”(Sentencia T-301 de 1998, MP Alejandro Martínez Caballero)”” 13
Así las cosas, podemos concluir, que el silencio administrativo negativo se presenta en inicio
como una puerta abierta a la trasgresión del derecho de petición, pero que paralelamente es una
figura que busca la protección del administrado en el entendido, que propone una línea limite a esa
espera a la que debe someterse el administrado al momento de presentar una petición y hacerse
acreedor de una respuesta, donde el deudor es la administración - Estado y la materialización del
derecho en juego se presenta como respuesta a la petición planteada.
Adicionalmente, con la figura del silencio administrativo negativo, la ley garantiza de algún
modo una respuesta para el administrado, pero paralelamente la entidad estatal gesta una violación
al derecho de petición, ya que, si no existiese el silencio administrativo como respuesta, el
administrado quedaría en el limbo a la espera de una respuesta mientras las decisiones de la
administración general cambios serios en su situación.
BIBLIOGRAFÍA
Penagos, G. 2005. Vía Gubernativa. Tercera edición, Ediciones Doctrina y Ley Ltda.
Colombia.