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SENTENCIA T – 043 DE 2019

RECONOCIMIENTO DE PENSIÓN DE INVALIDEZ

PRESENTACIÓN DE LA SENTENCIA

En el presente caso, el ciudadano Jesús Antonio Giraldo Ochoa, de 55 años, instauró en


nombre propio acción de tutela con el fin de solicitar el amparo de sus derechos
fundamentales al mínimo vital, a la seguridad social y a la dignidad humana, luego de que
la Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A, se negara a reconocer
la pensión de invalidez a la cual considera tener derecho.
El contenido de la sentencia reitera los requisitos para acceder a la pensión de invalidez. se
recuerda que los requisitos a la fecha exigidos para acceder a la pensión de invalidez son:
(i) que el afiliado sea declarado en estado de invalidez mediante dictamen médico, que
realizan Colpensiones, los fondos o las juntas de calificación y (ii) que haya cotizado 50
semanas dentro de los últimos 3 años inmediatamente anteriores a la fecha de
estructuración. no obstante, la densidad de semanas exigidas varia en dos circunstancias, a)
cuando se trata de personas menores de veinte años de edad, quienes sólo deben acreditar
26 semanas cotizadas en el último año anterior al hecho generador de la invalidez o su
declaratoria y b) cuando se trata de personas afiliadas al sistema de seguridad social que
hayan cotizado por lo menos el 75% de las semanas requeridas para acceder a la pensión de
vejez, quienes solo deben comprobar 25 semanas de cotización en los últimos tres años.
REGLAS DE DERECHO DEMANDADAS
Reglas sobre el requisito de subsidiariedad para el reconocimiento de derechos
pensionales. Reiteración de jurisprudencia
Como ya lo ha señalado esta Sala de Revisión en anteriores oportunidades, la
jurisprudencia constitucional ha establecido, en virtud del artículo 86 de la Carta Política,
que la acción de tutela es un medio judicial con carácter residual y subsidiario, que puede
utilizarse frente a la vulneración o amenaza de derechos fundamentales cuando no exista
otro medio de defensa de lo invocado, o existiéndolo, no resulte eficaz e idóneo, o se
requiera acudir al amparo como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable.

Al respecto este Tribunal ha señalado que “no es suficiente la mera existencia formal de
otro procedimiento o trámite de carácter judicial. Es indispensable que ese mecanismo sea
idóneo y eficaz, con miras a lograr la finalidad específica de brindar inmediata y plena
protección a los derechos fundamentales, de modo que su utilización asegure los efectos
que se lograrían con la acción de tutela. No podría oponerse un medio judicial que colocara
al afectado en la situación de tener que esperar por varios años mientras sus derechos
fundamentales están siendo vulnerados.” (Negrillas fuera del texto original).

En lo referente a la posibilidad de instaurar acción de tutela para solicitar el reconocimiento


y pago de prestaciones sociales, esta Corporación ha dejado sentado que si bien estos
asuntos deben someterse a consideración de los jueces de la Jurisdicción Ordinaria Laboral,
tal regla puede replantearse a medida que surjan circunstancias excepcionales que ameriten
la necesidad de salvaguardar garantías iusfundamentales cuya protección resulta
impostergable.

En este sentido, esta Corte ha indicado que en aquellos eventos en los que se busca el
reconocimiento de un derecho pensional por vía tutela, el análisis de procedibilidad formal
se flexibiliza dependiendo de las circunstancias personales del accionante, es por ello que
debe analizarse, por ejemplo, si se trata de un sujeto de especial protección constitucional,
como es el caso de personas que por sus condiciones físicas o mentales se encuentren en
estado de debilidad manifiesta, y además se encuentren imposibilitados para procurarse los
medios necesarios que garanticen sus necesidades básicas.

En virtud del artículo 86 de la Constitución Política, esta Corporación, en Sentencia SU-


337 de 2014, especificó las reglas jurisprudenciales en cuanto a la legitimación por activa, a
saber: (i) la tutela es un medio de defensa de derechos fundamentales, que toda persona
puede instaurar “por sí misma o por quien actúe a su nombre”; (ii) no es necesario que el
titular de los derechos interponga directamente el amparo, pues un tercero puede hacerlo a
su nombre; y (iii) ese tercero debe, sin embargo, tener una de las siguientes calidades: a)
representante del titular de los derechos, b) agente oficioso, o c) Defensor del Pueblo o
Personero Municipal
El Decreto 2591 de 1991 reglamenta en su artículo 10 la legitimidad e interés en la
acción de tutela, y señala que:
“la acción de tutela podrá ser ejercida, en todo momento y lugar, por cualquier persona
vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales, quien actuará por sí misma
o a través de representante (…)”

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES
Principio de dignidad humana y en la satisfacción real de los derechos humanos, pues, a
través de éste, resulta posible que las personas afronten con decoro las circunstancias
difíciles que les obstaculizan o impiden el normal desarrollo de sus actividades laborales y
la consecuente recepción de los recursos que les permitan ejercer sus derechos subjetivos.
El principio de eficiencia cuyo propósito consiste en obtener la mejor utilización
económica de los recursos administrativos y financieros disponibles para asegurar el
reconocimiento y pago en forma adecuada, oportuna y suficiente de los beneficios a que da
derecho la seguridad social.
Principio de universalidad, consiste en la protección para todas las personas, sin ninguna
distinción, en todas las etapas de la vida.
Principio de solidaridad, permite que el derecho a la seguridad social se realice, si es
necesario, a través de la exigencia de prestaciones adicionales por parte de las entidades
que han cumplido con todas sus obligaciones prestacionales, conforme a lo establecido en
las leyes. El principio aludido también impone un compromiso sustancial del Estado en
cualquiera de sus niveles (Nación, departamento, municipio), así como de los empleadores
públicos y privados en la protección efectiva de los derechos fundamentales de los
trabajadores y de sus familias.
El principio de subsidiariedad, debe ser atemperado debido a que, según lo ha establecido
el artículo 47 del texto constitucional, el Estado debe ofrecer a las personas que padecen
disminuciones de orden físico, sensorial o síquico un tratamiento privilegiado, obligación
en la cual se encuentra comprendido el deber de ofrecer a los discapacitados la atención
especializada que requieran. En idéntico sentido, el artículo 13 superior consagra la
obligación en cabeza del Estado de promover las condiciones que procuren una igualdad
real y efectiva entre los ciudadanos, lo cual supone la adopción de ‘medidas a favor de
grupos discriminados o marginados. En consecuencia, la solución de este tipo de
controversias debe llevarse a cabo con esmerada cautela y prontitud, en la medida en que se
encuentran comprometidos los derechos de un sector de la población que se haya en
condiciones de acentuada indefensión.

FUENTES

A manera de introducción, en términos del derecho internacional la corporación hace


mención al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el cual en su
Observación General No. 19 destacó que: 
• “El derecho a la seguridad social incluye el derecho a obtener y mantener
prestaciones sociales, ya sea en efectivo o en especie, sin discriminación, con el
fin de obtener protección, en particular contra: a) la falta de ingresos
procedentes del trabajo debido a enfermedad, invalidez, maternidad, accidente
laboral, vejez o muerte de un familiar; b) gastos excesivos de atención de
salud; c) apoyo familiar insuficiente, en particular para los hijos y los
familiares a cargo.”

En términos constitucionales, el artículo 48 de la Carta Política, dispone que la seguridad


social es un derecho irrenunciable y un servicio público en cabeza del Estado, que debe
garantizarse a todas las personas “en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad
y solidaridad”
El accionante invoca el derecho al mínimo vital, la seguridad social y la dignidad
humana. En tal sentido, la Corporación ha señalado que la fundamentalidad de este
especial derecho, es decir, el derecho a la seguridad social, encuentra sustento en su
vínculo funcional con el principio de dignidad humana y en la satisfacción real de los
derechos humanos, pues, a través de éste, resulta posible que las personas afronten con
decoro las circunstancias difíciles que les obstaculizan o impiden el normal desarrollo de
sus actividades laborales y la consecuente recepción de los recursos que les permitan
ejercer sus derechos subjetivos. Otro aspecto central como fuentes que utiliza la Corte
Constitucional en la providencia se encuentra en la materialización del modelo de Estado
que hemos acogido y que nos define como una sociedad fundada en los principios de
dignidad humana, solidaridad, trabajo y prevalencia del interés general.

Finalmente, la normativa legal se fundamenta en la Ley 100 de 1993; Ley 860 de 2003.

OBITER DICTA

En el entendido de que son las acotaciones no centrales para sustentar la decisión adoptada.

Se aclara que aunque los medios de prueba fundamentales que analizó la corporación
consistían en demostrar si el accionante había sido calificado con pérdida de capacidad
laboral más del 50% y había cotizado durante los 3 últimos años 50 semanas, no obstante,
varios elementos constituyen complemento a la síntesis de la decisión.

En primer lugar su historia de vida, la de sus seres queridos, acontecimientos que vivió
buscando trabajo, porque padece de tres patologías como enfermedad común.

En segundo lugar constituye un complemento la evolución o historia que ha tenido el


marco jurídico y jurisprudencial sobre la pensión de invalidez en Colombia.

RATIO DECIDENDI
Es la parte medular de la argumentación de una sentencia es la formulación de un
razonamiento que le permite resolver como finalmente lo hace.

Sobre dos ejes temáticos transita la sentencia: (i) derecho a la seguridad social, (ii) el
régimen jurídico de la pensión de invalidez en el marco legal y jurisprudencial. Reiteración
de jurisprudencia.

DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL ART. 48 C.P

Señala la Corporación que la garantía del derecho a la seguridad social, se debe entender
como el mecanismo a partir del cual es posible asegurar la efectividad de los demás
derechos de un individuo, en los eventos en los que éste se ha visto afectado por ciertas
contingencias, se constituye en uno de los institutos jurídicos que un Estado que pretenda
ostentar la condición de Social de Derecho debe asegurar.

REGIMEN JURIDICO – PENSION DE INVALIDEZ

Esta Corporación ha señalado que la pensión de invalidez tiene como finalidad “proteger a
las personas de las contingencias derivadas de una enfermedad de origen común o
profesional o por haber padecido un accidente que disminuye o finiquita su capacidad
laboral. Así las cosas, para solventar esta circunstancia, se otorga una prestación mensual
destinada a satisfacer las necesidades básicas que garanticen la subsistencia digna del
afectado”

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 39 de la Ley 100 de 1993, modificado por el


artículo 1° de la Ley 860 de 2003.

Por ello, concluye la Corporación que los requisitos a la fecha exigidos para acceder a la
pensión de invalidez son: (i) que el afiliado sea declarado en estado de invalidez mediante
dictamen médico, que realizan Colpensiones, los fondos o las juntas de calificación; y (ii)
que haya cotizado 50 semanas dentro de los últimos 3 años inmediatamente anteriores a la
fecha de estructuración.

El problema central se circunscribe en resolver la siguiente pregunta: ¿La Sociedad


Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A, vulneró los derechos
fundamentales al mínimo vital, a la seguridad social y a la dignidad humana del señor Jesús
Antonio Giraldo Ochoa, al negarle el reconocimiento de la pensión de invalidez a la cual
considera tener derecho, bajo el argumento de que el actor no cumple con el requisito de 50
semanas de cotización en los últimos tres años inmediatamente anteriores a la fecha de
estructuración de su estado de invalidez, según lo establece el artículo 39 de la Ley 100 de
1993, modificado por el artículo 1° de la Ley 860 de 2003 ?

En este sentido, al examinar las condiciones fácticas y jurídicas del presente caso, se
constató que el señor Jesús Antonio Giraldo Ochoa, (i) fue calificado con un porcentaje de
pérdida de capacidad laboral del 56.20%, con fecha de estructuración del 25 de septiembre
de 2017, a causa de enfermedad de origen común, y (ii) cotizó 56.42 semanas dentro de los
tres años inmediatamente anteriores a la fecha de estructuración de su estado de invalidez.
Así, se demuestra que, el accionante sí cumple con los requisitos exigidos en el artículo 39
de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 1° de la Ley 860 de 2003, contrario a lo
que la Sociedad Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A
argumentó, al negar el reconocimiento de la prestación reclamada.

Bajo esta consideración, la Sala atribuye a dicha entidad la vulneración de los derechos
fundamentales al mínimo vital, a la seguridad social y a la dignidad humana del señor Jesús
Antonio Giraldo Ochoa.

La corporación revocó las decisiones de instancia, en las cuales se declaró la improcedencia


de la presente acción de tutela, para en su lugar tutelar los derechos fundamentales al
mínimo vital, a la seguridad social y a la dignidad humana del ciudadano Jesús Antonio
Giraldo Ochoa, por lo cual se ordenó a la Sociedad Administradora de Fondos de Pensiones
y Cesantías Porvenir S.A que, realice el reconocimiento y pago de la pensión de invalidez a
la cual tiene derecho, de acuerdo con el artículo 39 de la Ley 100 de 1993, modificado por
el artículo 1° de la Ley 860 de 2003. Esto, a partir de la causación del derecho (25 de
septiembre de 2017) junto con la suma adeudada por el concepto de retroactivo.

Por último, la corporación le hizo una advertencia al Fondo de Pensiones y Cesantías


Porvenir S.A para que, en lo sucesivo se abstenga de negar el reconocimiento de pensiones,
sin razón jurídica que lo fundamente, sobre todo cuando la persona haya cumplido con los
requisitos establecidos en las disposiciones normativas respectivas y las reglas
jurisprudenciales.

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