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Las expectativas del cliente son aquello que esperan encontrar en cada interacción con la empresa. Gestionar adecuadamente las expectativas del cliente es importante para garantizar su satisfacción, incluso si los objetivos formales del proyecto no se cumplen totalmente. Algunos factores que influyen en las expectativas del cliente son la experiencia previa, la comunicación, opiniones de terceros y experiencias similares. Es importante definir las expectativas de manera realista, entender la motivación del proyecto e involucrar tempranamente al gerente del proyecto.
Las expectativas del cliente son aquello que esperan encontrar en cada interacción con la empresa. Gestionar adecuadamente las expectativas del cliente es importante para garantizar su satisfacción, incluso si los objetivos formales del proyecto no se cumplen totalmente. Algunos factores que influyen en las expectativas del cliente son la experiencia previa, la comunicación, opiniones de terceros y experiencias similares. Es importante definir las expectativas de manera realista, entender la motivación del proyecto e involucrar tempranamente al gerente del proyecto.
Las expectativas del cliente son aquello que esperan encontrar en cada interacción con la empresa. Gestionar adecuadamente las expectativas del cliente es importante para garantizar su satisfacción, incluso si los objetivos formales del proyecto no se cumplen totalmente. Algunos factores que influyen en las expectativas del cliente son la experiencia previa, la comunicación, opiniones de terceros y experiencias similares. Es importante definir las expectativas de manera realista, entender la motivación del proyecto e involucrar tempranamente al gerente del proyecto.
Las expectativas del cliente son todas aquellas situaciones y resultados que tu cliente espera encontrar en cada interacción con tu empresa. Algunas de estas expectativas tendrán un carácter estratégico, es decir, que son producto de una evaluación y un proceso de información detallado, mientras que otras serán más emocionales o reactivas. Todo lo que el cliente sepa de ti previamente como empresa le permitirá construir sus ideas acerca de tu forma de trabajo, y conforme se desarrolle el proyecto se fortalecerá o debilitará la relación. Cuando planificamos un proyecto estamos creando expectativas; expectativas relativas a lo qué vamos a entregar, cuando lo vamos a entregar y cuánto va a costar hacerlo. “El cliente siempre tiene la razón”, es un refrán que, en este contexto, significa que deberás entender y gestionar sus expectativas de forma adecuada, incluso en los casos en que creíste que fueron inadecuados algunos de sus comentarios o comportamientos. ¿Cuál es el peor resultado posible, y a la vez realista, que puede tener un proyecto? Un proyecto que se completó exitosamente, pero el cliente está disconforme e insatisfecho con tu empresa. Esto ocurre muy a menudo porque no se definieron las expectativas del cliente o hubo desacuerdos en cuanto a ellas. Es un problema que se presenta frecuentemente cuando nos damos prisa al abordar un proyecto o cuando una empresa desea tanto el trabajo que no quiere sembrar dudas en el cliente haciéndole demasiadas preguntas. Un proceso de incorporación bien definido y fácil de replicar puede solucionar muchos de los problemas que hacen que pasemos por alto las expectativas del cliente, pero también hay algunos consejos prácticos para gestionar y establecer expectativas que permiten que ambas partes estén en sintonía. Hay varios factores que influyen en el desarrollo de estas expectativas. Entre ellos están: Experiencia previa: Quizás el factor más fuerte es la experiencia que esta persona ha tenido con su empresa en otra ocasión. Por ejemplo, si estuvieran extremadamente satisfechos, es muy probable que mantengan un alto nivel de expectativa. Por el contrario, si el contacto anterior fue desagradable, es posible que no tengan confianza en usted. Comunicación y Marketing: Todas las comunicaciones entre su organización y el cliente influyen en su visión de su marca. La publicidad en radio y televisión, publicaciones en blogs y redes sociales, su sitio web, correos electrónicos y cualquier otra publicidad contribuyen a la expectativa generada. Por eso es tan importante que esta comunicación sea clara y consistente. Opiniones de terceros: Las experiencias de otras personas también influyen significativamente en la imagen de su cliente y, en consecuencia, en sus expectativas. Esto incluye no solo el informe de una persona cercana, sino también los comentarios que están en Internet, por ejemplo. Es por eso que debes estar al tanto de lo que se dice en foros, blogs y redes sociales sobre ti. RUTH ARROCHA 11L - 151 3-742-2324 Experiencia con empresas similares: tal vez su cliente le compre por primera vez. Pero es posible que haya tenido alguna experiencia con empresas y / o productos similares a los suyos. Seguramente el cliente esperará, como mínimo, el mismo servicio que tenía en el competidor. Pero debes superar esta expectativa. Por lo tanto, una parte importante en la planificación de proyectos es gestionar las expectativas que se crean; como lo son: 1. Ser realista con las expectativas Para poder cumplir con las expectativas, debemos tener una certeza razonable de que seremos capaces de ejecutar el trabajo requerido con los recursos disponibles. Por lo tanto, un aspecto muy importante en la gestión de expectativas es asegurarse de que estas son realistas antes de aceptarlas. Esto es muy típico en empresas pequeñas, que tienden a seguir la frase “tu di que sí y ya veremos lo qué hacemos”. Para ello es recomendable confirmar con los responsables de los recursos implicados su disponibilidad y capacidad técnica para cumplir con un objetivo antes de aceptarlo; ya que, en última instancia, cumplir con este requiere del compromiso de todas las partes involucradas. 2. Entender la motivación del proyecto Cualquier proyecto se hace por algún motivo; y cuando hacemos proyectos para terceros existen los motivos del cliente (¿por qué quiere hacer el proyecto?) y la motivación de nuestra empresa en aceptar hacerlo (normalmente ganar dinero, aunque también puede ser estratégico). Entender estos motivos permitirá poner las expectativas y los objetivos formales en contexto, y por tanto entender su importancia relativa y cómo priorizarlos en caso de necesitar reajustar los planes. 3. Involucración temprana del gerente del proyecto. Esto está muy ligado a los dos puntos anteriores, ya que las expectativas se crean cuando se inicia a plantear el proyecto, lo que, en términos de planificación de proyectos, sería la fase de inicialización. Durante esta fase inicial el proyecto no suele estar aún aprobado, por lo que el gerente del proyecto no suele estar seleccionado; lo que implica que estas expectativas son generadas por la dirección, o el equipo comercial junto con el cliente. Esta falta de involucración temprana del gerente del proyecto supone dos problemas: 1. Se dificulta el análisis de la factibilidad de las expectativas de acuerdo a las restricciones existentes; lo que puede implicar que se incluyan expectativas que no se puedan cumplir. RUTH ARROCHA 11L - 151 3-742-2324 2. Si el responsable del proyecto desconoce las motivaciones que han llevado a la aprobación del proyecto, se reduce su capacidad para tomar decisiones acertadas durante la ejecución.
4. Oficializar y definir el alcance
Parece una estrategia obvia, pero en muchos proyectos reales no se cumple y estos se inician con una definición incompleta del alcance y responsabilidades; por lo que las expectativas tampoco lo están. Empezar un proyecto sin tener el alcance definido y firmado por la dirección o el cliente tiene las siguientes consecuencias sobre la gestión de expectativas: 1. El alcance es la expectativa del cliente en términos del producto resultante, por lo que será muy difícil cumplir con este si no la conocemos. 2. La indefinición, o no aprobación oficial del alcance, implica que este está abierto, por lo que continuamente pueden solicitarse cambios que generen cambios de expectativas. Sin una definición escrita y aprobada, el director del proyecto no podrá parar estas solicitudes y gestionarlas como una solicitud de cambio. Afectando los costes y plazos. 5. Cuantificar las expectativas La mayoría de expectativas están ligadas a conseguir un determinado objetivo u objetivos; por lo tanto, si hemos definido estos correctamente y disponemos de métricas para su control, deberíamos ser capaces de usar estas mismas métricas para gestionar la expectativa. Estas métricas deben de identificarse y compartirse con el equipo del proyecto, ya que al final serán las que deberemos seguir durante la ejecución del proyecto. 6. Comunicar las expectativas y los problemas Como en cualquier otro aspecto del proyecto, la comunicación es clave; tanto para saber lo que debemos hacer, informar a los implicados sobre lo que deben hacer, como para recibir respuesta sobre lo realmente ejecutado. Por ello, una vez tengamos claras las expectativas y objetivos, los debemos comunicar al equipo del proyecto, dividiéndolos en tareas con responsables y plazos definidos. Igualmente debemos comunicar las métricas que se usarán para seguir el proyecto, ya que estas solo serán útiles si se retroalimentan con valores actualizados (comunicación bidireccional). Dentro de la comunicación también debemos considerar la comunicación hacia fuera del equipo del proyecto; la cual debe considerar diferentes puntos: Comunicación de los problemas. Lo habitual en cualquier proyecto es que surjan problemas que hagan que este se desvíe de la situación planificada. Si somos capaces de descubrir de forma prematura estos problemas, o mejor, prevenirlos cuando aún son riesgos, nuestra capacidad de controlar el proyecto y cumplir con los objetivos RUTH ARROCHA 11L - 151 3-742-2324 aumentará de forma significativa. Para ello la comunicación periódica y abierta dentro del equipo es básica. Escalación. Cuando no seamos capaces de gestionar internamente los problemas, necesitaremos la ayuda de la dirección del proyecto. Para ello debemos definir cuándo, qué y a quien debemos escalar estos problemas. Comunicación con el cliente. Independientemente de si hablamos de un cliente interno o externo, va a existir un aspecto personal en la gestión de expectativas que solo puede gestionarse con una correcta comunicación. - A veces aparecen problemas y situaciones de emergencia porque el cliente piensa que el proyecto no va bien y se queja; cuando lo que realmente ocurre es que este desconoce la situación y esto le crea preocupación. - Igualmente, si la relación con el cliente es buena, es posible conseguir cierta flexibilidad en los objetivos; por lo que este estará satisfecho (expectativas cumplidas) aunque estrictamente no se hayan cumplido los objetivos. Ambos aspectos pueden evitarse o aprovecharse con una correcta comunicación con el cliente. 10 expectativas básicas de un cliente
1. Fiabilidad. Los clientes pueden creer y confiar en la empresa y en la calidad
constante. Los productos no tienen defectos “de ingeniería”. 2. Capacidad de respuesta. Los empleados están siempre dispuestos a suministrar el servicio cuando el cliente lo necesita (no cuando la empresa lo considera conveniente). 3. Profesionalidad. Los empleados poseen la habilidades y conocimientos necesarios para prestar, de forma correcta, y precisa, (como expertos), los servicios solicitados por los clientes. Los clientes pueden ponerse fácilmente en contacto con la empresa, a través de múltiples canales, todos los días, a cualquier hora. Los directivos se muestran disponibles y accesibles. 4. Cortesía. Todo el personal de la empresa trata a los clientes con atención, respeto y consideración y con una actitud y disposición basada en la amistad (los clientes son amigos, no “oponentes”). La empresa tiene protocolos y guiones de cómo gestionar operativamente la relación con los clientes en cada situación que se pueda producir. 5. Comunicación informal y frecuente. La empresa mantiene un flujo de comunicación, abierta y sincera, en ambos sentidos con la clientela. Se trata de información fluída, bidireccional e intensa. - Funcional (De valor para el cliente). Tres de cada cuatro contactos son de información de alto valor para el cliente y uno de cada cuatro “intenta vender”. - Flexible (exhibe “one to one”, conocimiento del cliente) Feedback (en la comunicación se pregunta al cliente de manera informal por su satisfacción, de manera complementaria a otros instrumentos más formales. El roce hace el cariño, pero, dice el refranero “lo poco agrada y lo mucho cansa”. RUTH ARROCHA 11L - 151 3-742-2324 6. Credibilidad. En sus actuaciones y conversaciones, todo el personal proyecta una imagen de confianza, fe y honestidad, reforzando, en su caso, posibles imágenes publicitarias. 7. Seguridad. La empresa se preocupa y asegura que los clientes se mantengan al margen de todo tipo de daños, riesgos y dudas. 8. Conocimiento y comprensión del cliente (empatía). La empresa mantiene mecanismos que le permiten conocer con precisión las necesidades, deseos y expectativas de los clientes, sus cambios y tendencias y sus problemas y aspiraciones, usando un lenguaje afín, próximo y llano, que genera vinculaciones emocionales en los diferentes segmentos. 9. Elementos tangibles. La empresa se preocupa de que las evidencias físicas del servicio proyecten siempre una imagen de calidad. 10. Accesibilidad. Posibilidad de acceder a ciertos productos con facilidad.
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