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LECTURA 1

Escurra Rivero, Huáscar. (1996) El “Superprivilegio” del Crédito Laboral vs. el

Sistema de Garantías Reales. Revista Themis Nº 36, págs. 141-163, Asociación Civil
Themis, Lima, Perú.

Escurra hace un análisis económico de la disposición de la norma concursal,

constitucionalmente consagrada, que concede a la acreencia de origen laboral el primer
lugar en el orden de prelación para el cobro de los créditos, a la que denomina el
Superprivilegio del Crédito Laboral, con el objetivo de comparar dicha prerrogativa con
el sistema de garantías reales, en el marco del procedimiento concursal. El autor critica la
conveniencia de mantener el Superprivilegio del Crédito Laboral, puesto que encarece el
acceso al crédito en el mercado, en la medida que quienes lo otorgarán elevarán la tasa de
interés y gastos, ante una eventual crisis del deudor, el que, de ingresar a un procedimiento
concursal, no pagará estos créditos garantizados sino los laborales en primer lugar.

1. ¿En qué se sustenta el Superprivilgio del Crédito Laboral, según el autor?

El superprivilegio del crédito laboral por la que se sustenta es el carácter
alimentario con respecto a los trabajadores quienes gozan de créditos por
remuneraciones y beneficios sociales, es por ello que el autor sostiene que para el
trabajador es la única fuente de ingreso para el trabajador y su familia, es por eso
que el legislador debe tener un trato diferenciado respecto a los créditos de otra
naturaleza y que los créditos laborales deben tener un tratamiento especial.
El crédito laboral respecto al trabajador no se debe descuidar ni desprotegerlos,
para esto se debe crear mecanismos de protección y el costo social de tener
consagrado un superprivilegio para así no generar intereses y que no resulte tan
costoso.
Gracias al superprivilegio del crédito laboral se logra proteger a un gran numero
de trabajadores frente a la liquidación o quiebre de una empresa, a pesar de no
tener una cifra exacta que permita evaluar con certeza el beneficio que significaría
proteger a los trabajadores, los beneficios en términos sociales pueden significar
la consagración del superprivilegio del crédito laboral.
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2. ¿Un mundo imaginario sin privilegios al crédito hace más eficiente el sistema
de garantías reales?

Si nuestro sistema general estuviera constituido por preferencias surgidas a partir

de la consagración legal de privilegios no tendrían cabida los demás créditos que
son mas importantes. Los agentes económicos cuando contratan tienen la
seguridad plena de que la constitución de un derecho real de garantía a favor de
su crédito los protege contra la eventualidad del incumplimiento e insolvencia de
su contraparte, cuando se obtiene la publicidad necesaria frente a los demás
sujetos de derechos tendría un status que le protegería adecuadamente contra la
desventaja estratégica de los demás sujetos.
Las distorsiones ocasionadas por el superprivilegio del crédito laboral el sistema
de garantías reales se constituye en mecanismo idóneo para reducir costos de
transacción, en un mundo sin privilegios de créditos no habría un desperdicio de
recursos, en cambio en un mundo con privilegios si, la opción más razonable y
acorde dentro de un mundo donde los recursos son cada vez más escasos por ello
se debe procurar por una asignación eficiente de recursos.

3. ¿El Superprivilegio Laboral desvirtúa el sistema de garantías reales?

Las garantías reales otorgan al acreedor en desventaja estratégica un derecho
preferente para el cobro que les protege contra la eventualidad de incumplimiento,
con respecto a los privilegios de créditos se puede hacer una distinción entre los
alcances de la protección que otorgan los privilegios especiales y los alcances de
la protección que otorgan los privilegios generales.
Tratándose de los privilegios especiales donde el acreedor privilegiado no solo
resulta protegido contra el incumplimiento que se puede generar, sino que además
contra la insolvencia que pueda existir, por su carácter especial dichos privilegios
gravan una porción predeterminada e individualizada del patrimonio del deudor.
Los privilegios generales que gravan el patrimonio general del deudor otorgan una
protección contra el incumplimiento pero que no se encuentra garantizada
totalmente, puesto que en una eventual insolvencia pueda que el acreedor resulte
impago por extinción del patrimonio.
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En el caso de los privilegios generales como en el caso de privilegios especiales

la preferencia que se consagra tiene publicidad solamente a nivel normativo y no
existen los mecanismos de regocnoscibilidad que pueda permitir conocer el
contenido del derecho que se otorga. Los derechos reales de garantía como los
privilegios de créditos tienen por virtud otorgar al titular del crédito protegido un
derecho preferente para el cobro, nuestro sistema de garantías reales y nuestro
sistema de privilegios de créditos forman parte de un sistema general de
preferencias.

LECTURA 2

Puelles Olivera, Guillermo. (2002) Las garantías reales y la nueva Ley General del
Sistema Concursal. Revista Advocatus Nº 7, págs. 443-449. Universidad de Lima, Lima,
Perú.

En dicha lectura, Puelles hace un análisis del régimen de garantías a la luz de lo dispuesto
en el artículo 42 de la Ley General del Sistema Concursal, que regula la prelación de
pagos para las acreencias garantizadas con bienes del deudor. Asimismo, Puelles
cuestiona el hecho que las garantías constituidas con posterioridad al inicio del concurso
no serán tomadas en cuenta para conceder el orden de prelación a los créditos
reconocidos, pues esto conlleva a que la constitución de tales derechos reales no tenga
ninguna utilidad. En esa línea, el autor opina que la ineficacia de tales garantías solo pueda
ser declarada por el Juez. Seguido a ello, refiriéndose a los créditos post concursales,
Puelles concluye que no existirán incentivos para las entidades financieras de otorgar
préstamos puesto que no será posible obtener un respaldo real sobre un bien del deudor.

Finalmente, el autor colige que los Warrants constituidos a favor de Bancos, no están
afectos a la protección patrimonial, y por tanto sí pueden ser ejecutados.

1. ¿Qué requisitos establece el artículo 42 de la Ley General del Sistema

Concursal, para otorgar el tercer orden de prelación?
En los procedimientos de disolución y liquidación, el orden de preferencia en ego
de los créditos es:
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a. Remuneraciones y beneficios sociales adeudados a los trabajadores,

aportes impagos sistema privado de pensiones (SPP) o los regímenes
previsionales administrados por la oficina de normalización previsional
(ONP), ESSALUD,.
b. Los créditos alimentarios.
c. Los créditos garantizados con hipoteca, garantía mobiliaria, anticresis,
warrants, derecho de retención o medidas cautelares que recaigan sobre
bienes del deudor.
d. Los créditos de origen tributario del estado.
e. Los créditos no comprendidos en los ordenes precedentes y la parte de los
créditos tributarios que conforme al literal d del numeral 48.3 del artículo
48.
Los pagos efectuados por el deudor a alguno de sus acreedores sean en
ejecución del plan de reestructuración o el convenio de liquidación será
imputado.
Los acreedores que cuenten con garantías reales o medidas cautelares
sobre bienes del deudor se encuentran en el tercer orden de preferencia
para el pago de sus créditos en un eventual escenario de liquidación del
deudor concursado.
siempre que la garantía correspondiente haya sido constituida o la medida
cautelar correspondiente haya sido trabada con anterioridad a la fecha de
publicación a que se refiere el artículo 32. Las citadas garantías o
gravámenes, de ser el caso, deberán estar inscritas en el registro antes de
dicha fecha, para ser oponibles a la masa de acreedores.
Según el articulo 42 de LGSC, menciona que el orden de preferencia se
aplica en el caso de liquidación del deudor concursado, solo así se tomara
en cuenta la preferencia de los requisitos establecidos por dicha ley para
la distribución de forma ordenada.
2. ¿Es absoluto el principio de universalidad y el manto de protección del
patrimonio del deudor?
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Cabe mencionar que en el articulo IV del titulo preliminar como en el articulo 14

de la Ley General del Sistema Concursal plasman un principio de universalidad
que no es absoluto y que admite excepciones sustentadas en normas especiales
como la ejecución de los warrants. La Ley General contiene una disposición
especifica aplicable únicamente a las garantías a favor de las entidades del sistema
financiero mientras que las disposiciones de la LGSC tienen carácter de norma
genera.
Las normas de la LGSC sobre el principio de universalidad no son absolutas y
admiten expresamente supuestos de excepción fundados en normas especiales.
Con la Ley de reestructuración y su principio implícito y absoluto de universalidad
se concluía que habían quedado derogadas tácitamente las disposiciones del
Decreto Legislativo N 770 que permitía a las entidades del sistema financiero la
ejecución de los warrants emitidos a su favor sin importar la situación de concurso
del deudor, si la LGSC hubiese buscado la eliminación del privilegio de ejecución
de warrants de las entidades del sistema financiero habrían tenido que regular un
principio de universalidad absoluto o se tenia que derogar expresamente al inciso
B) del articulo 132 de la Ley General.