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7. Proyecto Profesional y de Vida

La acción orientadora en relación con el desarrollo de programas de orienta-


ción profesional se debe realizar atendiendo a personalizar la educación, contri-
buir al diseño y al desarrollo del proyecto de profesional y de vida, facilitar la tran-
sición a la vida adulta y activa., favorecer la madurez personal, académica y
profesional e informar, ayudar y mediar para buscar y procesar información sobre
itinerarios formativos, profesionales y laborales.
Es en este contexto donde cobra especial sentido la Orientación Profesional,
llamada a potenciar el esclarecimiento de posibilidades personales con sentido,
al que nos venimos refiriendo a lo largo de la obra.
En la Orientación Profesional, es tradicional hablar de proyecto profesional,
como parte integrante de la vida profesional de una persona, esto a su vez es una
parte de la planificación de la vida, del proyecto vital, por lo que es mejor hablar
de proyecto profesional y vital. Las transiciones que hacemos a lo largo de la
vida debemos de relacionarlas con el proyecto profesional y de vida, porque a lo
largo de estos cambios, nos proponemos distintas metas y elegimos opciones y
alternativas, es decir tomamos decisiones.
La construcción del proyecto profesional implica llegar a ser independiente y
autónomo. Las culturas francófonas han puesto a disposición de la Orientación
Profesional la elaboración del proyecto profesional y de vida como estrategia de refle-
xión para un mejor conocimiento de sí mismo y una acertada toma de decisiones.
Romero, S (2004:338) define el proyecto profesional y de vida como “una
construcción activa en la que se trabaja sobre y se expresa la propia imagen de sí
mismo, que implica la adquisición de una serie de conocimientos, habilidades y
actitudes, que requieren de un proceso previo de información/exploración/for-
mulación de objetivos, que se concreta en un plan de acción, que genera desa-
rrollo personal y que puede ser aprendido”.
El proyecto profesional y de vida implica anticipación. Rodríguez Moreno,
Mª L (2003:75) señala que sólo se puede adentrar en él de manera circular, es
decir, representando desde el presente (el ahora) lo que percibo que ha de ser el
futuro (el después). Esta anticipación tiene que ser intencional, así podrá prever
lo que se desea ser o hacer en el futuro. Ello resalta la necesidad de desarrollar la
autonomía y la construcción de la identidad. Desde esta perspectiva el proyecto
es un proceso cíclico.
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Para Romero, S. (2004), la intencionalidad en la construcción de proyectos pro-


fesionales y vitales reside en tener una actitud constante de cuestionamiento,
gracias a la cual se puede realizar un ejercicio de anticipación de futuro, que se
forjará en un plan de acción. Para esta autora, el proyecto es intencional y siste-
mático, tiene una intención y necesita de una planificación previa.
La construcción de los proyectos profesionales y vitales parte de las teorías del
desarrollo de la carrera experienciales y educativas por lo que sus fundamentos
son dobles (Rodríguez Moreno, Mª L. 2003:77-78):
– Filosóficos: Su origen se ha de encontrar en la fenomenología y en el exis-
tencialismo alemán y francés. Igualmente se ve influido por el pensamien-
to de la psicología humanista, representado en el contexto educativo por John
Dewey y en el contexto de la orientación por C. Rogers. También encuen-
tra fundamentación el la psicología cognitiva con J. Piaget y en la psicolo-
gía de la motivación con J. Nuttin., este ultimo inspiró los trabajos de D. E.
Super y de D. Pellitier.
– Psicosociológicos: En estos fundamentos, encontramos la escuela sociológi-
ca francesa, la escuela micro-sociológica americana, así como los trabajos de
J. Mead y Cooley y los de M. Crozier. Mas adelante, en los años setenta, influ-
yen los enfoques marxistas, con los trabajos de P. Naville, de G. Friedman
y los de S. Mallet y las teorías y prácticas psicológicas norteamericanas con
las aportaciones de C.R. Rogers y E.H. Erikson. Desde una perspectiva más
psicológica ha contribuido la aproximación clínica y psico-social francesa
con los trabajos de R. Kaes y Winnicot y los estudios de Moscovici y Enríquez
sobre la psicología intervencionista en el medio laboral.

Igualmente, desde una perspectiva mas orientadora tenemos que señalar los
trabajos de Reuchlin, Huteau y Chatillon sobre psicología de la orientación, y más
concretamente sobre las representaciones cognitivas de las profesiones junto al
enfoque clínico de Guillaumin. Finalmente son interesantes las aportaciones de
G. Latreille sobre las nuevas estructuras laborales.
En definitiva, un proyecto es el resultado de relacionar categorías del pasado
con acciones de presente, para preparar el futuro. Para Rodríguez Moreno, Mª L.
(1998:257) “la prospectiva es, de alguna manera reinterpretar, releer lo pasado,
para que, con los hallazgos y actualidades del presente, se pueda determinar el
futuro preparar el futuro…el proyecto es acción y una reflexión de triple orden:
sobre la situación presente, sobre el futuro que se desea y sobre los medios que
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se van a precisar para conseguirlo….a partir de ese planteamiento, se han de ree-


valuar y redefinir los objetivos y metas hacia las que la persona apunta (proyec-
tos personales y proyectos profesionales)…el proyectar está en intima relación con
la identidad personal el sentido de la propia existencia”.

7.1. Necesidad de aprender a construir proyectos profesionales


y de vida.

Son muchos los motivos que justifican la necesidad de construir el proyecto


profesional y vital, sobre todo si partimos de la perspectiva crítica de la acción orien-
tadora, que propone Romero, S. (2004). Esta autora, entiende que la finalidad de
ésta es mediar y ayudar a la persona a enfrentarse críticamente a los cambios que
se están produciendo en su entorno socio-económico y laboral, a través del desa-
rrollo de una cultura de la anticipación, una cultura del proyecto y una cultura
de la acción. Estos tipos de cultura guardan una relación con los tres principios
de intervención que tradicionalmente se le han atribuido a la Orientación
Profesional (prevención, desarrollo y acción social), tal y como hemos visto en
el módulo anterior.
De acuerdo a esta perspectiva crítica, la profesora Romero, R. (2004) propone
que las áreas de la Orientación Profesional serán:
– Aprender a anticiparse: Vinculado al aprendizaje de la conducta explorato-
ria y a la construcción de la propia identidad como persona y colectivo.
Las tareas de desarrollo vocacional asociadas a este aprendizaje son la explo-
ración y la cristalización.
– Aprender a construir proyectos: Esta construcción facilita la anticipación a
las situaciones que se pueden presentar en un futuro. Como hemos visto
antes, el proyecto profesional es una concreción del proyecto de vida, que
se construye a lo largo del ciclo vital, y tiene una intencionalidad y es pla-
nificado. Las tareas del desarrollo vocacional asociadas a este aprendizaje son
la especificación (concretamente la toma de decisiones) y la realización
(construcción de proyectos profesionales y vitales).
– Aprender a actuar: La cultura de la acción está relacionada con el desarro-
llo de estrategias, conocimientos, actitudes y competencias participativas rela-
cionadas con la estructuración de organizaciones o asociaciones que traba-
jen en función de un proyecto colectivo. En este aprendizaje es necesario
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desarrollar habilidades de empleabilidad y ocupabilidad, el desarrollo de


competencias participativas y una planificación del ocio y tiempo libre.

En relación a lo expuesto, una de las finalidades de los procesos de la orien-


tación profesional es la construcción de proyectos profesionales y vitales, que
encuentra su justificación en diversas fuentes como las que se relacionan (Romero,
S. 2004:341):
La transformación tecnológica, económica y social ha caracterizado a la socie-
dad de hoy como sociedad cambiante, esto influye para que las trayectorias que
hacemos a lo largo de la vida sean mas complejas, lentas, diversificadas e incier-
tas, por lo que es necesario que la persona tenga herramientas y estrategias que
le permitan un óptimo desarrollo y desenvolvimiento en sus distintos escenarios
o contextos.
Las propias características del desarrollo de la carrera, son muchos los plante-
amientos teóricos que señalan que la carrera esta definida por su carácter evolu-
tivo (a lo largo de todo el ciclo vital), paradójico (conflicto de roles, contradic-
ciones personales y contextuales), complejo (no lineal), contextual o ecológico
(desarrollo personal en dialéctica con el desarrollo social) y colectivo (optimiza-
ción del desarrollo integral a través de la acción participativa y cooperativa).
Las propias características de los proyectos de profesionales y de vida, éstas hacen
que se conviertan en un elemento básico para la comprensión, dominio y trans-
formación del propio contexto y del desarrollo personal y profesional.

7. 2. Características de los proyectos profesionales y de vida.

De acuerdo a las definiciones que hemos ofrecido y las razones que lo justifi-
can, podemos destacar algunos de los rasgos que lo definen y que sintetizamos
en (Sebastián Ramos, A. (2003:200):
– Es un instrumento para el desarrollo profesional y personal
– Es intencional
– Es anticipativo y previsivo (reflexiona sobre lo que se puede hacer)
– Es cíclico
– Busca la autorrealización
– Supone acción e interacción
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– Refuerza y favorece la toma de decisiones


– Presupone cambio y evolución
– Es proclive a la crítica, autocrítica y redefinición
– Produce interacción social.

Para Romero, S. (2004:339), los rasgos característicos de los proyectos profe-


sionales y de vida los representa en la siguiente figura:

Gráfico 5: Rasgos del proyecto profesional y vital. (Romero, S. 2004).

Construcción activa que se desarrolla a lo largo de todo el ciclo vital: El pro-


yecto profesional y de vida no es algo puntual ni para siempre, la persona es “un
ser en proyecto” como señala Bernard, F (1995), requiere que la persona este en
un constante estado de búsqueda de sentido de su propia vida, supone una refle-
xión de la forma de ser, las situaciones del entorno, la manera de relacionarse, los
acontecimientos del pasado, los sueños, lo deseable en el futuro...
La construcción de un proyecto profesional y de vida necesita un cuestiona-
miento permanente, se trata de comprender el presente, relacionándolo con el
pasado para preparar el futuro. Esto implica buscar un estilo de vida, que será el
hilo conductor sobre el que se articulará la conjunción de los diferentes roles a
desempeñar a lo largo de la vida, permitiendo el equilibrio y la coherencia.
Es un proceso no lineal: El proyecto profesional y de vida se concreta en un
plan de acción abierto a las oportunidades que va ofreciendo el contexto, por ello
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también es dinámico e intencional, es decir, implica una disposición de querer


comprender, afrontar y enfrentarse a las condiciones del entorno que están en con-
tinuo cambio y dentro de las cuales se desarrolla la trayectoria personal y profe-
sional.
Romero (2004:340) señala que “es necesario que la persona adopte una acti-
tud consciente e intencional de apertura en relación a las situaciones y aconte-
cimientos inesperados, a los que le buscará sentido tomando como referencia
sus propios valores y sus necesidades, que anteriormente han sido analizadas.
Solo a partir de este proceso de valoración de las oportunidades, podrá aprove-
char el potencial de estas situaciones e integrarlas como parte de su propio pro-
yecto profesional y de vida”.
Es una expresión de libertad: Este estado de búsqueda, permite a la persona con-
cienciarse de los determinantes que inciden en su trayectoria profesional y vital
y facilita la búsqueda de medios para superar los obstáculos que se encuentre o
bien adaptarse a ellos. En este sentido, los proyectos profesionales y de vida,
deben ayudar a la persona a relativizar los estereotipos y a potenciar las capaci-
dades que facilitan la autonomía personal, tal y como expresa Boutinett, J.P
(1990).
Tienen un carácter colectivo y social: Este carácter se debe a tres motivos funda-
mentalmente; a) se desarrolla a partir de las experiencias, de situaciones que se
dan en un contexto social determinado, b) se facilita la construcción de dichos
proyectos a través del trabajo en grupo, en el que se comparten las experiencias,
o los distintos puntos de vista, que ayudan a comprender y dar sentido a la situa-
ción personal de cada uno de los participantes y c) la toma de conciencia colec-
tiva de los obstáculos que pueden dificultar el desarrollo personal y profesional.

El proyecto profesional y de vida es acción y necesita de una reflexión, ya que


puede encontrar resistencias a la hora de ponerse en marcha, pero como señala
Gallego, S (1999) los proyectos no pueden reducirse al planteamiento de un obje-
tivo y a la determinación de unos medios para alcanzarlo. Sino que su puesta en
práctica lleva siempre, desde el primer momento, a interrogarse acerca de la vali-
dez del objetivo al que el proyecto apuntaba en un principio. De esta postura inte-
rrogativa puede suceder que se cuestionen radicalmente las intenciones origina-
les. Pero el proyecto está, por esencia, más allá de cualquier objetivo que una
persona pretenda alcanzar.
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7.3. Contenidos de los proyectos profesionales y de vida

La construcción de proyectos profesionales y de vida implican el desenvolvi-


miento de las diferentes tareas del desarrollo vocacional (exploración, cristaliza-
ción, especificación y realización), éstas se integran en los tres tipos de cultura que
deben desarrollarse desde una perspectiva crítica de la orientación, tal y como vimos
anteriormente.
Romero, S. (2004:342) nos ofrece un esquema que representa las áreas de
acción orientadora profesional y las relaciona con las tareas del desarrollo voca-
cional y los contenidos que se tienen que trabajar para la construcción de pro-
yectos profesionales y de vida

Gráfico 6: Contenidos de los Proyectos Profesionales y de Vida. (Romero, S. 2004).

A continuación siguiendo a esta autora vamos analizar cada uno de los con-
tenidos que se deben desarrollar en cada uno de los aprendizajes:
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Aprender a anticiparse

1. Aprender a explorar: Exploración de si mismo y exploración del entorno


– Exploración de si mismo; en esta primera tarea se realiza una exploración
de los valores profesiones, el cuestionamiento de la propia historia de vida,
los interese profesionales, los sueños y expectativas, la motivación las com-
petencias profesionales y la formación y los estilos de aprendizaje.
– Exploración del entorno; esta tarea implica la recogida, valoración, análi-
sis crítico y utilización de información académica (oportunidades educati-
vas, exigencias académicas, requisitos de ingreso), profesional y ocupacio-
nal, donde se incluyen experiencias de acercamiento al entorno de trabajo
(características del puesto de trabajo, requisitos de admisión, condiciones de
trabajo, fuentes de información situación del mercado de trabajo,…)y sobre
la comunidad (situación y organización geográfica, antecedentes históri-
cos, proceso de cambio cultural, características de la población, organización
social, características políticas,…).
2. Construcción de la identidad personal y colectiva (cristalización): Los aspec-
tos implicados en el desarrollo de la tarea de cristalización son la identidad per-
sonal y profesional, la identidad grupal, roles profesionales vs. roles vitales y sig-
nificado del trabajo.
– Identidad personal-profesional; no es suficiente con tener mucha informa-
ción de sí mismo y del entorno, hay que dar un significado personal a dicha
información; esto facilita, conocer lo que se puede llegar a ser, mejorar la
autoestima, potenciar habilidades y destrezas para comprender el propio
desarrollo, fomentar el equilibrio personal con la conjunción de los distin-
tos roles, actuar de forma coherente y tomar conciencia de si mismo como
principal agente de la propia vida.
– Identidad grupal o colectiva; significa a prender a pensar, sentir, asociarse
y actuar como grupo (De la Riva, F, 1998).
– Roles profesionales y su relación con los roles vitales; se plantea la necesi-
dad de aprender a conceptuar los roeles que se desempeñan o se desean
desarrollar así como a resolver los conflictos que se producen entre distin-
tos roles y los sentimientos que esto provoca.
– Significado de trabajo; es la importancia que la persona le atribuye al tra-
bajo, dependiendo de las situaciones en las que se desarrolla éste y la forma
personal de cada uno.
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Aprender a construir proyectos

3. Aprender a tomar decisiones (especificación): Esta tarea implica contrastar


lo deseable con lo posible, identificar las motivaciones que subyacen a los pro-
pios comportamientos, valorar críticamente las informaciones que se poseen,
buscar el equilibrio entre los deseos y las posibilidades, tomar conciencia de sí
mismo y el grupo, afrontar los sentimientos que surgen en la toma de decisiones
y aprender nuevas formas e ideas de acción colectiva.
4. Aprender a elaborar proyectos (realización): Las tareas implicadas en este pro-
ceso son, descripción detallada del plan de acción a llevar a cabo (elaboración),
previsión de las consecuencias que pueden tener en un futuro las acciones y
situaciones presentes (extrapolación) y prepararse para afrontar dificultades y
superar obstáculos (estrategia) y finalmente aprender a organizarse como grupo.

Aprender a actuar

5. Empleabilidad: Es la capacidad para insertarse en el empleo, los contenidos


implicados son:
– Variables personales; currículum, capacidad de aprendizaje, actitudes de
inserción, autoestima profesional y disponibilidad laboral.
– Técnicas y estrategias de inserción; planificación de la búsqueda de empleo,
pasos para determinar las ocupaciones adecuadas para cada persona, cana-
les de información para hacer la oferta, técnicas de búsqueda de empleo, espí-
ritu emprendedor, estrategias de autoempleo,…
6. Ocupabilidad: Es la capacidad para adaptarse a las nuevas exigencias reque-
ridas en el mercado de trabajo, implica:
– Preparación para a movilidad geográfica y cultural, para facilitar la inserción
laboral, el desarrollo de la carrera y el incremento de opciones formativas.
– Desarrollo continuo de competencias profesionales.
7. Desarrollo de competencias participativas: Implica el desarrollo de proyec-
tos colectivos, como colegios profesionales, proyectos empresariales, organizacio-
nes sin ánimo de lucro y voluntariado.
8. Planificación del ocio y tiempo libre: Consiste en aprender a buscar el equi-
librio entre tiempo de trabajo y tiempo libre. Se entiende que tiene que haber una
interrelación estrecha entre trabajo, ocio y proyecto de vida.
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7.4. El portafolio como herramienta en el proyecto profesional


y de vida

El portafolio como un instrumento para el desarrollo profesional es de gran


utilidad en la construcción del proyecto profesional y de vida, implica que la
persona viva un proceso de indagación rigurosa y sistemática del propio crecimien-
to personal y profesional y adquiera la capacidad de autorregulación.
Se puede considerar una herramienta que favorece la recolección y análisis de
información de experiencias, percepciones, conocimientos, vivencias… a fin de con-
vertirlas en fuentes de aprendizaje. Puede definirse como una recopilación de evi-
dencias (documentos diversos, artículos, notas, diarios, trabajos, ensayos,) consi-
deradas de interés, debido a los significados que con ellas se han construido.
En el portafolio la narrativa constituye el elemento fundamental. A través del
mismo las personas construyen su propia historia, para ello realizan tareas de
exploración, cristalización, especificación y realización, pues narran las situacio-
nes relevantes de su praxis, las observan para conocer más sobre ellas, sobre sí mis-
mos y las personas con las que trabaja o interactúa., por tanto, es una herramien-
ta complementaria al proyecto profesional y vital.
Este instrumento o herramienta, surge del mundo del arte, y en particular de
la arquitectura y el diseño “un portafolio es, en muchos aspectos, como una ven-
tana que se abre, no sólo ante el trabajo del estudiante, sino ante su manera de
pensar. La presentación del material y el análisis e interpretación del interés pues-
to en la creación de cada elemento, daría lugar a volúmenes enteros sobre el
carácter de la persona que ha compaginado todo el material”. (Roger Spears,
Profesor del Architecture School of Design)
Su valor reside en la capacidad de estimular la experimentación, la reflexión,
la investigación… Es a partir de las evidencias que lo componen cuando identi-
ficamos las cuestiones claves para ayudar a las personas a reflexionar sobre cua-
les son los propósitos, aquello que está bien planteado, dónde los esfuerzos han
sido inadecuados, y cuales resultan ser, por el contrario, las líneas más interesan-
tes para desarrollos posteriores. Intentando, en la medida de lo posible, conser-
var la reflexión natural y conversación informal que se producen en el transcur-
so de cualquier aprendizaje práctico, o esa conversación reflexiva con los materiales
de la situación, en palabras de Schön, D. (1992).
Los propósitos que guían el portafolio hacen referencia a la potencialidad de
la herramienta para evidenciar cómo se van produciendo los procesos de ense-
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ñanza y aprendizaje desde dentro, es decir, desde el punto de vista de los prota-
gonistas. De este modo, es la propia persona la que organiza su trayectoria de refle-
xión en diferentes momentos a lo largo del proceso e “inventa y crea” su propio
camino; el portafolios es, en definitiva, un recurso para la vida que pone de mani-
fiesto las señas de identidad de sus protagonistas.
El portafolio es una autorreflexión de nosotros mismos, es un recurso docu-
mental y justificado que intenta que la persona reflexione sobre ella misma y su entor-
no. Las habilidades que se pueden trabajar con esta técnica y que fomentan y esti-
mulan el proyecto profesional y de vida son (Rodríguez Moreno, Mª L. 2003:96):

Cuadro 4: Habilidades a trabajar en un portafolios. (Rodríguez Moreno, Mª L. 2003).

HABILIDAD COMPONENTES

Aptitudes para Ser capaz de autoevaluarse honradamente y de forma realista


conocerse y criticarse a sí Ser capaz de usar el feed back de las otras personas
mismo Ser capaz de definir y redefinir las propias aspiraciones
personales y profesionales.

Aptitudes para planificar Ser capaz de visualizar el futuro


Ser capaz de identificar las fases que se necesitarán para
alcanzar la meta
Ser capaz de estar preparado para solucionar contingencias.

Habilidades para recoger Identificar los requisitos de la información


información Saber buscar la información profesional y académica idónea y
al alcance.
Ser capaz de utilizar bien las fuentes de información.

Habilidades para Saber comunicar sus planes


comunicarse Saber comunicar sus necesidades
Saber definir e implementar su propia agend

Habilidades para revisar Ser capaz de revisar, honradamente, si se han conseguido los
el propio itinerario objetivos y las metas y analizar las causas de los fracasos.

De forma que lo que caracteriza al portafolio es el interés por reflejar la evo-


lución de un proceso de aprendizaje, la capacidad para estimular la experimen-
tación, la reflexión y la investigación, el diálogo que a través de él se mantiene
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con los problemas, los logros, los temas… los momentos claves del proceso, y el
punto de vista personal de sus protagonistas. Un reto importante para quienes
lo utilizan es saber plasmar, analizar y valorar los puntos fuertes y logros, así
como aquellos aspectos más débiles, de manera que sean posibles acciones para
superarlos.
En definitiva, el portafolio es una forma de comunicación o de autorreflexión
sobre la propia trayectoria personal y profesional, su estructura y contenido va a
depender del uso que se haga, así hay portafolios para evaluar los resultados de
un aprendizaje, otros para evaluar las competencias, o para reflexionar sobre los
itinerarios o transiciones que realizamos a lo largo de la vida y la consecuente toma
de decisiones.
Estamos de acuerdo con Rodríguez Moreno, Mª L (2003:97) cuando señala
que las grandes ventajas del portafolio son: “el autor del portafolio reflexionará
directamente sobre sus propios atributos, su proceso de aprendizaje, sus resulta-
dos y sus conclusiones…. Es una persona activa que, en pleno procedimiento
mayéutico y heurístico, será consciente del punto de partida, del progreso de su
reflexión y las condiciones del mismo. Será consciente del panorama total de su
trabajo y podrá construir sobre ello su propia autocrítica y evaluación”.
Actualmente ya son varios los países que utilizan el portafolios, y mas concre-
tamente el portafolios de competencias para trabajar con los jóvenes que van a
transitar de la escuela al mundo adulto y activo, o bien a aquellas que desean ges-
tionar su carrera profesional a través de un proyecto de profesional y de vida. Para
ello se parte del balance de competencias que se considera “una comparación entre
lo que se posee y lo que se necesita y no se posee, es decir, como una reflexión
hacia la construcción de las competencias requeridas en el futuro puesto de tra-
bajo, la construcción del proyecto profesional facilita a la persona orientada
conocer hasta dónde ha llegado y hasta dónde le interesa llegar (expectativas
profesionales); dar significado al trabajo al que aspira (motivación profesional);
poder organizar y prever planes formativos (protagonismo en la formación con-
tinua y en la actualización de los saberes y la competencia laboral); y finalmen-
te, comprender que la dinámica personal es compleja y que las valoraciones han
de ser hechas sopesando muchos platillos de la balanza (valor educativo o forma-
tivo). El balance es múltiple y complejo, y desemboca en el proyecto profesional”.
(Rodríguez Moreno, Mª L. 2007: 135).
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