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I. Teorías clásicas
Esta teoría fue de las primeras en salir a la luz. Se conoce también como teoría
del exceso de energía o la potencia superflua. Según Spencer, 1855, citado por
García y Llull (2009), el hombre como especie superior no necesita de toda la
energía interior para satisfacer sus necesidades básicas, por lo que esa
energía sobrante que no es consumida es destinada a otro tipo de actividades
que no son necesarias para la supervivencia, como es el caso del juego.
Esta teoría ha tenido varias críticas, ya que podemos encontrarnos con niños
cansados al haber agotado gran parte de su energía en una actividad muy
prolongada, pero que aun así está dispuesto a jugar. Para el niño jugar es una
“renovación de pilas” por la motivación y la fuerza que le da. Por lo tanto, el
juego no es solo la liberación de un exceso de energía sino un incentivo (Pecci
et al., 2010).
Sin embargo, hay algo que no le podemos discutir a esta teoría y que
contribuyó al pensamiento posterior sobre el juego, y es la concepción de este
como algo placentero (Delgado, 2012).
Stanley Hall fue un profesor que, inspirado en las ideas de Darwin, consideraba
el juego como la recapitulación de las actividades pasadas que realizaba la
especie. A lo largo de los años este autor fue mejorando su teoría, llegando a la
teoría del atavismo, en la cual el ser humano resume a lo largo de su vida la
evolución que ha sufrido la especie (Delgado, 2012). En otras palabras, Hall,
1904, citado por García y Llull (2009) explicó el orden de aparición de los
diferentes tipos de juego por los que pasa el niño, argumentando que son una
Pecci et at., (2010) presentan las diferentes etapas por las que pasa el juego.
Pasados los años este autor completa su teoría afirmando que el juego también
funciona como estímulo para el desarrollo y como preparación para la vida
adulta, (Delgado, 2012).
Como recoge Cabrera (1996), Piaget propuso una teoría muy detallada del
desarrollo cognitivo del niño. El niño pasa por unas etapas cognitivas que
llevan a sus procesos mentales a desarrollarse hasta el nivel de un adulto. El
juego es una experiencia lúdica acorde a su nivel de desarrollo cognitivo. Este
autor afirmó que debía haber una adaptación con el fin de aprender a formar
parte del juego. Para llegar a esta adaptación hay que seguir un proceso de
asimilación, entendiendo esta como la incorporación de nuevos
conocimientos y experiencias en esquemas ya existentes, y acomodación, es
decir, la modificación de esos esquemas por las nuevas experiencias y
conocimientos.
El juego asume un carácter social gracias a que el niño aprende a conocer sus
limitaciones y capacidades, así como las normas sociales de un grupo a
medida que juega con otras personas (Delgado , 2012).
para estos autores, lejos de ser una finalidad natural tiene una finalidad
recreativa. Éstos además afirman que este exceso de energía no lo tienen
solo los humanos sino también los animales (cuanto más poderosa sea la
especie, más energía les sobra). Pero la diferencia entre este gasto de
energía de los animales y los humanos es que nosotros, los humanos,
consumimos esa energía a través de actividades estéticas.
Karl Gross considera que la mejor manera que los niños tienen para
desarrollar sus habilidades es a través de la imitación a los adultos, por
tanto, éste observa en el juego una herramienta adecuada para practicar
estas habilidades que los más pequeños necesitarán en su vida futura
como adultos. La idea que defiende este autor se entiende a la perfección
a través del ejemplo que pone en su libro Garaigordobil (2003) cuando
dice: “Se juega como entrenamiento para la lucha por la vida y la
supervivencia, así el gato jugando con el ovillo aprenderá a cazar ratones,
y el niño jugando con sus manos aprenderá a controlar su cuerpo”. (p. 25)
Para Hall cuando los niños juegan lo que están haciendo es revivir las
actividades de las generaciones pasadas. De esta forma disfrutan algunas
de las actividades que desarrollaban sus antepasados y detecta
actividades antiguas e inútiles para el hombre, que por tanto, no llevarán a
cabo.
Unos años más tarde, Hall enuncia otra teoría cumplimentando la anterior,
en la que afirma que el juego tiene una función preparatoria para la vida
adulta.
A través del juego Carr afirma que los niños ejercitan el cerebro
estimulando de este modo el crecimiento físico y neurológico. Éste
manifiesta que a través del juego los niños se desahogan.
- La timidez.
Claparède opina que el juego viene definido por quién juega, que el juego
es una actitud del niño hacia el mundo y que la importancia de la actividad
lúdica está en el modo de actuar del niño. Para él es a través del juego
como se crea la personalidad del niño.
Esto viene a decir que los niños para jugar necesitan utilizar la
imaginación y que a través de la actividad lúdica se facilita la
incorporación al trabajo escolar.
Caillos
p Clásicas:
p Teoría de la energía sobrante Herbert Spencer (1855) y
Friedrich Schiller (1861)
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actividad lúdica en una zona de desarrollo próximo que
determina su evolución. Relaciona el juego con la
imaginación, la motivación y el contexto cultural y social. El
juego lleva intrínsecas unas reglas, y es el respeto hacia
ellas el objeto de placer que se debe aprovechar desde el
trabajo escolar para el desarrollo del pensamiento
abstracto, el lenguaje y la memoria lógica. Conforme el
niño o niña crece, busca el juego social o protagonizado
relacionándose con más gente, abandonando así el
individualismo, lo que le otorga un papel socializador al
juego.
Wallon, sostiene que el medio del niño es social y que en este medio el juego
se confunde como una actividad total en el niño.
Garvey, afirma que el juego forma parte del sistema afectivo-
comportamental.
Bühler, argumenta que el placer del juego está en el proceso que se
adquiere respecto a lo que se juega.
Piaget, plantea que el niño interioriza tres formas de juego: ejercicio,
simbólico y de reglas. También dice que el juego va evolucionando con el
desarrollo del pensamiento del niño.
Buytendjk, indica que jugar es algo propio de la infancia y que surge debido
a la interacción del niño con el medio que lo rodea.
Vygotski y Elkonin, afirman que el verdadero juego es el juego simbólico. Y
que en el juego se unen acción, símbolo y regla.
Freud, Stern, Erickson y Claparede, sostienen que el juego satisface deseos
de los niños.
Bruner, dice que tanto acción como pensamiento y lenguaje se unen en el
juego. También mantiene que el juego es una actividad de exploración y
resolución de problemas.
Carr, sostiene que el juego es capaz de fijar nuevos hábitos.
Secadas, dice que el juego constituye una actividad de refuerzo y que es
mediador de aprendizaje.
Gross, mantiene que el juego es un ejercicio de preparación para la vida.