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Tema 2 Cuadrante de Paz
Tema 2 Cuadrante de Paz
En las dos últimas décadas se ha descrito a América Latina como una región insegura y violenta.
Sin embargo, dicha caracterización está basada prácticamente en la tasa de homicidios. Si bien el
homicidio es uno de los delitos mejor reportados, éste no provee un entendimiento integral sobre
otros delitos violentos. Igualmente, gran parte de la investigación sobre delincuencia en la región
tiende a ser descriptiva y anecdótica.
No comprender las causas de la delincuencia y descartar evidencia puede conducir a que los
tomadores de decisión implementen estrategias ineficaces, particularmente a nivel local. Así, con
base en la Teoría de Desorganización Social, publicamos un estudio para explicar los delitos
violentos entre y al interior de ciudades seleccionadas de América Latina.
1. Una son las penurias económicas. Las conclusiones apoyan el argumento de la teoría de
desorganización social de que a las comunidades con recursos económicos bajos se les dificultará
más controlar su entorno y contrarrestar la delincuencia y otras conductas antisociales.
El desempleo y la marginalidad socioeconómica aumentan la delincuencia, pero no en todas
partes ni en todos los delitos. De igual modo, puede esperarse una mayor delincuencia en las
áreas de ciudades donde los habitantes cuentan con más escolaridad, pero aquí tampoco aplica
para todos los delitos. Estos resultados eran de esperarse, ya que los niveles de educación superior
pueden funcionar como generador de delincuencia, lo que quiere decir que los delincuentes saben
dónde viven las víctimas potencialmente adineradas (Brantingham y Brantingham, 1993). Una de
las principales lecciones es que el “problema de la delincuencia” no implica un solo un tipo de
problemática, sino muchos y diferentes, y sus soluciones varían dentro de cada ciudad y de ciudad
a ciudad.
Otros estudios han llegado a resultados similares. Por ejemplo, Martínez et al. (2008) encontraron
que mayores niveles de migración conllevan efectos positivos inesperados, como el impulso al
desarrollo económico y la construcción de una nueva dinámica de la comunidad. Esto demuestra
claramente que la inestabilidad residencial tiene efectos locales y requiere mayor atención en las
políticas públicas contra la delincuencia, pese a que no pueden formularse generalizaciones para
las ciudades de la región.
policia patrullando barrio4. Finalmente, el consumo de alcohol es otro factor relacionado con la
delincuencia. Fue de particular importancia en Zapopan: se registraron más lesiones en áreas de la
ciudad donde había más locales de venta de alcohol. De nuevo, este hallazgo no es universal; no
obstante, estudios anteriores realizados a nivel individual han revelado una correlación entre el
consumo del alcohol y la conducta delictiva. Por ejemplo, Vilalta y Fondevila (2013) encontraron
que el 35% de los presos en la zona metropolitana de la Ciudad de México consumieron alcohol
antes de cometer un delito. Por otro lado, una mayor cantidad de locales de venta de alcohol
podría incrementar la presencia de vigilantes, lo que frenaría el riesgo de que ocurran actos
delictivos (Eck y Weisburd, 1995). En este sentido, los locales de venta de alcohol también brindan
evidencia de los efectos contextuales.
1. Introducción
1. Objetivos
Identificar las principales causas de muertes por siniestros viales en Venezuela según
diversos factores.
Determinar los principales hallazgos sobre seguridad vial en Venezuela de manera
comparativa presentados por fuentes oficiales y privadas.
1. Situación mundial y nacional sobre la seguridad vial en Venezuela durante el
periodo 2013-2015
5. Metodología
1. Resultados
6.2 Hallazgos del Anuario Estadístico del INTT 2013 sobre la Seguridad Vial en Venezuela
entre ellos:
De los 44.636 siniestros registrados por estados, 6215 ocurrieron en el estado Miranda
siendo la entidad federal con mayor número de hechos viales registrados.
Asimismo, Miranda con 711 y Zulia con 671 son los estados con mayor número de
lesionados.
El número de lesionados fue de 6.675, duplicando el número total de fallecidos, que
fue de 2.770.
El 97% de los siniestros viales registrados se deben a causas humanas, es decir,
causas atribuibles directamente al conductor.
Dentro de las posibles causas relacionadas con el factor humano, el 35% de los
siniestros son asociados con imprudencias del conductor.
Entre las posibles causas asociadas con otros factores distintos al humano están las
fallas del vehículo en un 36% de los siniestros registrados.
1. Conclusiones relevantes
Los accidentes de vehículos de motor son la quinta causa de muerte a nivel nacional.
El 97% de los siniestros viales registrados se deben a causas humanas y hombres
jóvenes siguen siendo los más vulnerables tanto lesionados como fallecidos.
Dentro de las posibles causas relacionadas con el factor humano, el 35% de los
siniestros son asociados con imprudencias del conductor.
Entre las posibles causas asociadas con otros factores distintos al humano están las
fallas del vehículo ocasionando el 36% de los siniestros registrados.
Las motocicletas tienen un porcentaje de participación alarmante de siniestralidad
actualmente.
Falta de actualización de las fuentes oficiales para acceder a la información de manera
oportuna, y poder generar políticas correctivas y preventivas en un tiempo prudencial
para disminuir la siniestralidad, pues las que se tienen poseen por lo menos dos años
de antigüedad como es el Anuario de Mortalidad emanado por el Ministerio del Poder
Popular para la Salud, entre otros.
Implementación de campañas permanentes adecuadas a la situación y que abarquen
las diferentes aristas que forman parte del problema de Seguridad Vial: la educación,
la cultura, las sanciones, las normas, las leyes, la infraestructura, entre otras y se
adecuen a la realidad venezolana.
Las soluciones viales no necesariamente deben estar centradas en creación de
nuevas vías o ensanchamiento de las existentes, sino en alternativas de transporte
público que permitan una movilidad sustentable, sostenible y segura de todos los
usuarios del sistema.
Falta de atención a las necesidades de los peatones, los ciclistas y los motociclistas,
que en conjunto concentran el 49% de las muertes ocasionadas por los accidentes de
tránsito a nivel mundial.
En Venezuela es necesario hablar de ciclo vías, de transporte público eficiente, de
vías seguras e iluminadas, de conciencia ciudadana y de recuperación de espacios.
Incluir y adecuar el contenido de educación vial a los distintos niveles de escolaridad.
Finalmente, presentarles al INTT un Plan Nacional de Seguridad Vial en sintonía con
el Decenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y con un Reglamento
de la ley vigente, así como con un vigoroso movimiento ciudadano (que contenga a las
asociaciones de víctimas de accidentes de tránsito).
Los 5 mayores inconvenientes de Vivir en una Comunidad
Si bien es cierto que vivir en comunidad con los vecinos tiene numerosos beneficios para sus
habitantes, también es cierto que vivir bajo esta naturaleza jurídica trae consigo numerosos
inconvenientes.
Una comunidad de vecinos conocida en otros países como condominio y en términos legales como
comunidad de propietarios es, en términos simples, una organización compuesta por los
miembros que habitan en un edificio, inmueble o local determinado rigiéndose por un conjunto de
normas y disposiciones de carácter interno bajo mutuo acuerdo entre las partes involucradas. Esta
entidad no posee los beneficios de una persona jurídica, sin embargo, cuenta con ciertas
características que le permiten tomar decisiones acerca de los asuntos que conciernen a la
comunidad que, en definitiva, es su razón de ser.
Cabe destacar que desde el año 1960 en España estas comunidades se rigen bajo la normativa
vigente de la Ley de Propiedad Horizontal (L.P.H.) quien se encarga de regular la utilización de los
espacios y servicios públicos presentes en el edificio o inmueble. Además, es importante resaltar
que más de la mitad de la población española vive en comunidades de vecinos, esto según datos
proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, INE el cual indica que hay cerca de
840.000 comunidades de vecinos constituidas legalmente y comprendidas en cerca de 9 millones
de inmuebles habitacionales.
¿Cuáles son las principales problemáticas que aquejan a los residentes de estas comunidades?
La morosidad en el pago de los gastos comunes: Es bien sabido que España atraviesa una
depresión económica que diera comienzo en el año 2008 y que sigue vigente hasta la presente
fecha lo cual ha traído como consecuencia el aumento significativo de la morosidad por parte de
los vecinos hacia su comunidad lo que puede devenir en duras consecuencias legales para estos
deudores.
La contaminación sónica: Ésta es una preocupación muy frecuente que afecta a la tranquilidad de
los residentes y es de difícil solución cuando de vivir en comunidad se trata, se origina
principalmente cuando hay reproducciones de música a alto volumen, mudanzas de vecinos,
reparaciones interiores, entre otros.
Las reformas de carácter privado: Cada cierto tiempo se realizan obras dentro de un edificio lo cual
usualmente viene acompañado de ruidos, suciedad y, en el peor de los casos, desperfectos a
consecuencia de la mala ejecución de la obra provocando conflictos entre propietarios.
Las obras comunes: A la hora de hacer mejoras en pro de beneficiar a la comunidad como instalar,
remodelar, restaurar, rehabilitar o cambiar algo dentro de la misma se requiere de la aprobación
de la mayoría de los vecinos lo cual no siempre sucede por lo que se generan conflictos en cuanto
a la puesta en marcha y pago de estos trabajos trayendo como consecuencia el no llegar a ningún
común acuerdo.
Uso indebido de las zonas comunes: Este problema es, por lo general, motivo de disputas entre
residentes de las comunidades debido a que estos los utilizan para sus intereses particulares.
Sumado a esto, la falta de conocimiento por parte de la comunidad sobre la legislación que regula
el buen uso y cuidado de estos espacios dificulta la inmediata solución a este problema.
Es importante precisar que a la hora de estar implicado en un conflicto dentro de una comunidad
lo primero que se debe hacer es dialogar con las partes involucradas en busca de una solución
pacífica al problema. En caso de no resultar esto último, se debe solicitar la intermediación del
presidente de la junta y, si persistiera el conflicto, acudir a las vías legales correspondientes según
sea el caso.
En definitiva, en caso de que seas residente de una comunidad de vecinos, es importante que
conozcas los derechos y deberes que tienes como propietario y los hagas respetar ya que el
cumplimiento de estos conforman la base de una sociedad justa e igualitaria para todos.
Este artículo examina la experiencia de diez años del gobierno de Chávez en función de uno de sus
objetivos declarados centrales: la superación de la desigualdad y la inclusión de los más pobres.
Después de constatar la radicalidad y persistencia del compromiso del gobierno con la promoción
de una mayor igualdad, el autor analiza las políticas introducidas y registrar la evidencia estadística
sobre los resultados. Concluye que, aun cuando los indicadores de desigualdad en la distribución
del ingreso de 2007 y 2008 expresan una leve mejoría con respecto a toda la década anterior, el
impacto de las políticas ha sido limitado, sobre todo tomando en cuenta la radicalidad del discurso
y del compromiso.
A partir de 1999 una nueva elite asumió el control de la mayoría de las instituciones
del Estado venezolano. Desde ahí, con apoyo de una parte mayoritaria de la población,
que la ha respaldado en sucesivas elecciones y movilizaciones de calle, viene
intentando construir una hegemonía alternativa a la que existió en los cuarenta años
anteriores, en medio de grandes tensiones y conflictos. Pese a que el contenido del
discurso político de la nueva elite se ha venido modificando desde 1999, ha tenido en
común su carácter profundamente igualitarista. La idea de igualdad, que comparten la
democracia participativa y el socialismo del siglo XXI[1], supone no sólo la igualdad
de todas las personas ante la ley y la igualdad de oportunidades para competir por
bienes y servicios, sino también la igualdad sustancial, tanto de los bienes materiales
(igualdad socioeconómica) como de la posibilidad de la participación en la definición de
los asuntos públicos (igualdad política) y de la valoración de los diversos estatus
sociales (igualdad cultural).
En términos del análisis del marco constitucional y las políticas públicas impulsadas en
esta década, es posible comprobar una voluntad política favorable a los sectores
populares y otros sectores discriminados y hacia una visión de igualdad sustancial,
expresada en una reivindicación del rol del Estado para la corrección de inequidades, el
aumento del gasto social, creación de estructuras extraordinarias para garantizar con
más agilidad el acceso a los derechos sociales, aumento en la recaudación de
impuestos progresivos y reducción en la alícuota del IVA, ampliación de las condiciones
de participación de los sectores populares, capacitación técnico-productiva de los
sectores populares y estímulo a su autorganización para la producción cooperativa y
autogestionaria, valoración social simbólica de los sectores populares, de las
negritudes y pueblos indígenas desde ámbitos de poder estatal y comunicacionales,
entre otros.
En las últimas tres décadas del siglo XX, las demandas y luchas de diversos sectores
sociales por el reconocimiento (negritudes, sexualidades no hegemónicas, mujeres,
pueblos indígenas, entre otros) permitieron ampliar la visión sobre la igualdad
sustancial, centrada en lo socioeconómico, a otras dimensiones igualmente
sustanciales, como la cultural. Tanto las luchas por la igualdad socioeconómica, que
demandan una justa redistribución de la riqueza, como las luchas por la igualdad
cultural, que demanda una justa valoración y reconocimiento de las diferencias,
interpelan el principio de igualdad formal y a las políticas compensatorias, animadas
por el principio de igualdad de oportunidades. Ambas coinciden en la necesidad de
reducir las asimetrías entre grupos sociales que colocan a unos en una sistemática y
estructural desventaja frente a otros[2].
cabe afirmar lo contrario. Las personas que no gozan de una adecuada representación
son vulnerables a las injusticias derivadas del status y de la clase. Al carecer de la
posibilidad de intervención política, no pueden defender ni articular sus intereses en
materia de distribución [socioeconómica] y de reconocimiento [cultural], lo que ayuda,
a su vez, a exacerbar su falta de representación. En estos casos, acaba produciéndose
un círculo vicioso en el que los tres órdenes de la injusticia se ven reforzados
mutuamente, y algunas personas se ven privadas de la posibilidad de participar en la
vida social en pie de igualdad (Fraser, 2006,41).
El temor a la delincuencia y la percepción de inseguridad en el entorno urbano*
Introducción
Las facilidades para caminar son unos de los principales componentes para mantener
un entorno urbano sostenible. La percepción de inseguridad contribuye en gran medida
a reducir el tiempo que los peatones dedican a caminar, especialmente en las ciudades
con bajas tasas de criminalidad (Li et al, 2005 y Weinstein et al, 1996). Además, la
percepción de inseguridad que tiene el público se ha convertido en uno de los
principales problemas de nuestras ciudades (Amerio 1999). Por ejemplo, esta
percepción conduce a una peor calidad de vida (Stafford et al. 2007).
La teoría sobre la red social se concentra en los flujos de información entre los
individuos. Esta teoría estima que las comunidades con altos niveles de comunicación
mediante las redes sociales también tendrán mayores niveles de cohesión social. Por lo
tanto, podrán enfrentar en forma conjunta y eficiente la delincuencia y el temor a ella.
Por otro lado, las comunidades con bajos niveles de comunicación mediante las redes
sociales pueden sufrir mayores niveles de actividad criminal y presentar un mayor
temor a la delincuencia (Bursik y Grasmick 1993). Por esto, las redes sociales pueden
reducir de manera teórica el temor a la delincuencia mediante el fortalecimiento de los
controles sociales informales (Bissler 2003; Hale 1996). Un hallazgo regular que
muestra el poder de las redes sociales son las interacciones de la comunidad con las
organizaciones locales de administración de la ley (Bissler, 2003; Rodrigues, 2006). Es
probable que el temor a la delincuencia sea mayor si existen niveles más altos de
desconfianza en la policía.
La teoría de las ventanas rotas (Wilson y Kelling, 1982) ha ofrecido una de las teorías
más exitosasen relación con el aspecto ambiental de la percepción de inseguridad. Esta
teoría afirma que mientras más grandes sean los trastornos que las personas perciban
en su vecindario, más preocupados estarán por su seguridad. El mecanismo causal es
que los signos de maltrato de la comunidad, junto a la falta de control e interacción
social, contribuyen al aumento del nivel de temor a la delincuencia (Doran y Lees
2005; Miceli et al. 2004; Moore y Shepherd 2007). También se incluyen ciertos
aspectos sociales. De hecho, el trastorno puede ser físico, como el relacionado con el
mantenimiento de las áreas urbanas, los grafitti, los daños al mobiliario, la proporción
de casas desocupadas, etc.; o puede ser social, como el que se relaciona con los
comportamientos desorganizados o intimidatorios, la falta de civilidad social, la
presencia de individuos merodeando, los posibles agresores en el espacio público y las
oportunidades para el apoyo social a nivel comunitario (Boyd, 2006; Fyfe et al, 2006;
OBrien, 2002; Phillips y Smith, 2006; Sandercock, 2000). Estos factores físicos y
sociales se midieron de forma objetiva mediante la observación, y de forma subjetiva
mediante una encuesta.