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Una enfermedad infecto-contagiosa propia de la edad infantil causada por un virus Exa, de
habitual presentación epidémica y que se acompaña de una elevada morbimortalidad.
El sarampión es una infección viral muy contagiosa que aparece con mayor frecuencia en niños. El
sarampión se manifiesta con fiebre, tos, rinitis, conjuntivitis, un enantema (manchas de Koplik) en
la mucosa oral y exantema maculopapuloso que se disemina en dirección cefalocaudal. El
diagnóstico suele ser clínico. El tratamiento es sintomático. La vacunación es muy eficaz.
MANCHAS DE KOPLINK
Epidemiologia
Medio de Transmisión guttitas de flugge o estructuras contaminadas con las gotitas y se aspiren
l sarampión resurgió en las Américas en 2017 luego de que la región fue declarada libre del virus
en 2016. Debido a que el virus seguía circulando en otras regiones del mundo, el riesgo de
importación y reintroducción era permanente.
El resurgimiento del sarampión a nivel global desde 2018 ha provocado un incremento de
importaciones de este virus en las Américas, lo cual pone en alto riesgo la sostenibilidad de la
eliminación del sarampión a nivel regional y global. En 2018, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) reportó un total de 229.068 casos mientras que para el 2019 se reportaron 429.650 casos.
En América, el total de casos reportados en 2018 fue de 16.822 con 91 muertes, mientras que en
2019 el último dato reportado fue de 19.530 y 15 muertes.
Los viajes y el movimiento de personas han contribuido a llevar el sarampión a otros países,
donde el virus infectó a personas susceptibles y comenzó a propagarse nuevamente. Los casos
notificados en otros seis países de la región tras el brote venezolano están asociados con ese
brote, razón por la cual, controlar e interrumpirlo era clave para proteger al resto de los países de
la región.
Factores de riesgo
Susceptibilidad del Huésped: Condiciones del Sistema Inmunológico del receptor, nivel nutricional,
condiciones medioambientales
Fisiopatologia
El sarampión se debe a la infección por un paramixovirus que produce enfermedad en los seres
humanos sin contar con un reservorio animal documentado o un portador asintomático. Es muy
contagiosa y la tasa de ataque secundario es > 90% en individuos susceptibles expuestos al virus.
El sarampión se disemina sobre todo a través de secreciones procedentes de la nariz, las fauces y
la boca durante el período prodrómico o eruptivo temprano. La transmisión es posible desde
varios días antes hasta varios días después de la aparición del exantema. El contagio del sarampión
cesa una vez que el exantema empieza a descamarse.
La transmisión típica se produce a través de gotas respiratorias que se eliminan durante la tos y
permanecen en el aire un período breve mientras recorren un trayecto corto. La enfermedad
también puede diseminarse a través de pequeñas gotas aerosolizadas que pueden mantenerse en
el aire (e inhalarse) durante hasta 2 horas en áreas cerradas (p. ej., en un consultorio). El contagio
por fómites parece menos probable que la transmisión aérea, porque se cree que el virus del
sarampión sólo sobrevive un período muy corto sobre superficies secas.
Un feto cuya madre tiene inmunidad contra el sarampión (p. ej., debido a enfermedad previa o
vacunación) recibe anticuerpos por vía transplacentaria; estos anticuerpos lo protegen durante los
primeros 6 a 12 meses. La inmunidad duradera se logra tras padecer la infección. En los Estados
Unidos, casi todos los casos de sarampión son importados por viajeros o inmigrantes, con la
consiguiente transmisión de la infección natural que se produce principalmente entre personas no
vacunadas.
Se han descrito alrededor de 23 genotipos agrupa-dos en ocho linajes (A-H).1,5,8 Las proteínas
codificadas por este virus que se han descrito son: hemaglutinina, proteínas de fusión,
nucleoproteína, fosfoproteína, proteína polimerasa larga, proteína de la matriz y pro-teínas no
estructurales (proteínas V y C)
El virus inicia su multiplicación a nivel del epitelio respiratorio y sistema fagocítico mononuclear
afectando principalmente linfocitos, células dendríticas y macrófagos alveolares, lo cual
favorece el proceso de amplificación viral que desencadena una fase de viremia aguda.5,8,14,33
En un inicio se presenta diseminación y propagación local con replicación en los tejidos
linfáticos adyacentes.1,8,14 Posteriormente el virus se disemina a través del torrente
sanguíneo e invade células epiteliales y endoteliales de diferentes órganos (bazo, hígado,
cerebro, piel, ganglios linfáticos, pulmones y riñones) donde incrementa su multiplicación y
alcanza su máxima viremia, razón por la cual el virus podría identificarse en células de sangre
periférica (linfocitos T, linfocitos B y monocitos).18,33 A nivel pulmonar, el virus lesiona la
superficie apical de las células epiteliales o se elimina a través del epitelio lesionado, lo cual facilita
la transmisión respiratoria a hospederos susceptibles.14 Por otra parte, genera un efecto negativo
cuantitativo y funcional en la respuesta inmunológica innata y adaptativa que puede asociarse a
una linfopenia transitoria, probablemente por redis-tribución de linfocitos desde la sangre
periférica hacia los tejidos linfáticos. A su vez, se ha documentado una disminución en la
proliferación de linfocitos, altera-ciones en la respuesta y funcionalidad de las células
dendríticas, que provoca un estado de inmunosupresión transitoria que inicia mucho antes de las
manifesta-ciones clínicas típicas de la enfermedad. El aumento en las concentraciones plasmáticas
de IL-10 en niños con sarampión podría acentuar el proceso de supresión inmunitaria.34-36El
periodo de viremia desaparece entre la segunda y tercera semana de haber iniciado el proceso
fisio-patológico; sin embargo, el ARN viral puede perma-
necer en los órganos linfoides de cuatro a seis meses posteriores a la infección.1,8,14 Después de
un episodio de sarampión, la concentración plasmática inicial de linfocitos T CD8+ se recupera
después de 15 días de haber finalizado la fase exantemática, la de linfocitos CD4+ después de 30
días y la de linfocitos B tras 90 días, todo lo cual predispone a mayor susceptibilidad a infecciones
virales o bacterianas secundarias, princi-palmente de seis a ocho semanas posteriores al cuadro de
sarampión.1,8,35,36Hipótesis recientes plantean la posibilidad de que el virus del sarampión dé
lugar a un estado de “am-nesia inmunológica”, propiciando la susceptibilidad antigénica
(incluso antígenos vacunales), potenciada por la respuesta Th2 durante la convalecencia,
que inhibe la respuesta de tipo Th1, lo cual aumentaría el riesgo de infecciones por
patógenos intracelulares.1Se estima que el estado de inmunosupresión relativa podría extenderse
incluso de dos a tres años posteriores a la infección viral
Etiologia
Manifestaciones Clínicas
Los signos y síntomas del sarampión aparecen entre 10 y 14 días después de la exposición al virus.
Los signos y los síntomas del sarampión generalmente son los siguientes
Fiebre
Tos seca
Rinorrea
Dolor de garganta
Ojos inflamados (conjuntivitis)
Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en
la cara interna de la mejilla, también denominados "puntos de Koplik"
Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí
Sl sarampión se manifiesta con un prodromo de fiebre, rinitis, tos seca y conjuntivitis tarsal. Las
manchas de Koplik patognomónicas aparecen durante el pródromo antes del inicio de la erupción,
en general en la mucosa oral opuesta al primero y el segundo molar superior. Las manchas son
similares a granos de arena blanca rodeados por aréolas rojas. Estas manchas pueden ser extensas
y producir un eritema moteado difuso en la mucosa oral. El paciente también puede presentar
odinofagia.
El exantema aparece entre 3 y 5 días después del establecimiento de los síntomas, en general 1 o
2 días después de la aparición de las manchas de Koplik. Comienza en la cara, delante y debajo de
las orejas, y en las caras laterales del cuello, en forma de máculas irregulares, que en poco tiempo
se mezclan con pápulas. En 24 a 48 horas, las lesiones se diseminan al tronco y los
miembros(incluidas las palmas y las plantas) y empiezan a disminuir en la cara. En presencia de
exantemas graves, pueden aparecer petequias o equimosis.
Cuando la gravedad de la enfermedad es máxima, la temperatura del paciente puede superar los
40° C y puede aparecer edema periorbitario, conjuntivitis, fotofobia, tos seca, exantema extenso,
postración y prurito leve. Los signos y síntomas generales reflejan la gravedad de la erupción y la
epidemia. En 3 a 5 días, la fiebre desciende, el paciente se siente mejor y el exantema se
desvanece con rapidez, dejando una anomalia de coloración marrón cobrizo y luego, la piel se
descama.
La infección se produce en una secuencia de etapas durante un período de dos a tres semanas.
. Enfermedad aguda y sarpullido. El sarpullido consiste en pequeñas manchas rojas, algunas de las
cuales están levemente elevadas. Los puntos y bultos en grupos estrechos le dan a la piel un
aspecto rojo moteado. El sarpullido aparece primero en el rostro.
Durante los días siguientes, el sarpullido se esparce por los brazos y el tronco, y luego por los
muslos, las pantorrillas y los pies. Al mismo tiempo, la fiebre aumenta abruptamente y a menudo
alcanza los 104 a 105,8 °F (40 a 41 °C). El sarpullido del sarampión disminuye progresivamente;
primero desaparece del rostro y, por último, de los muslos y los pies.
Período de contagio. Una persona con sarampión puede propagar el virus a otras durante
aproximadamente ocho días; ese período comienza cuatro días antes de que aparezca el
sarpullido y finaliza cuando este ha estado presente durante cuatro días.
Diagnóstico
Evaluación clínica
Pruebas serológicas
Detección viral por cultivo o reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa
(RT-PCR)
El sarampión típico puede sospecharse en un paciente expuesto que presenta rinitis, conjuntivitis,
fotofobia y tos, pero en general recién se considera tras la aparición del exantema. El diagnóstico
suele basarse en la evaluación clínica, la identificación de las manchas de Koplik o el exantema en
un contexto clínico apropiado. El hemograma completo es innecesario pero, si se solicita, puede
revelar leucopenia con linfocitosis relativa.
La confirmación del virus con pruebas de laboratorio es necesaria para su registro de salud pública
y para el control de los brotes. La infección se confirma más fácilmente identificando los
anticuerpos IgM contra el virus del sarampión en una muestra de suero durante la fase aguda, el
cultivo viral o la RT-PCR en muestras de hisopado de fauces, sangre, hisopados nasofaríngeos u
orina. El aumento de las concentraciones de anticuerpos IgG entre el suero de la fase aguda y el de
la fase de convalecencia confirma el diagnóstico, pero la obtención de esta información posterga
el diagnóstico. Todos los pacientes en los que se sospecha sarampión deben informarse al
Departamento local de Sanidad, incluso antes de la confirmación con pruebas específicas.
Diagnóstico diferencial
Algunas de estas entidades pueden distinguirse del sarampión típico por las siguientes
características:
Tratamiento
Vacunación tras la exposición. Se puede administrar la vacuna contra el sarampión a las personas
no inmunizadas, incluidos los bebés, dentro de las 72 horas de ocurrida la exposición al virus del
sarampión para que los proteja contra la enfermedad. Si aun así la enfermedad se manifiesta,
suele tener síntomas más leves y dura menos tiempo.
Inmunoglobulina sérica. Las mujeres embarazadas, los bebés y las personas con sistemas
inmunitarios debilitados que están expuestos al virus pueden recibir una inyección de proteínas
(anticuerpos) llamada “inmunoglobulina sérica”. Cuando se administran dentro de los seis días tras
la exposición al virus, estos anticuerpos pueden prevenir el sarampión o ayudar a que los síntomas
sean menos graves
Medicamentos
No les des aspirinas a niños o a adolescentes que tengan síntomas de sarampión. Si bien el uso
de la aspirina está aprobado en niños mayores de 3 años, los niños y adolescentes que se están
recuperando de una varicela o de síntomas similares a los de la gripe nunca deben tomar aspirina.
Esto se debe a que la aspirina se ha relacionado con el síndrome de Reye, una enfermedad poco
común pero que pone en riesgo la vida, en estos niños.
Antibióticos. Si mientras tú o tu hijo tienen sarampión contraen una infección bacteriana, como
neumonía o una infección del oído, el médico podría recetar un antibiótico.
Vitamina A. Los niños con niveles bajos de vitamina A tienen más probabilidades de tener un
caso más grave de sarampión. La vitamina A puede disminuir la gravedad del sarampión.
Generalmente, se administra en los niños mayores de un año como una dosis grande de 200.000
unidades internacionales (UI).
Los pacientes hospitalizados con sarampión deben tratarse con las precauciones estándar para
contactos y de transmisión aérea. Se recomiendan habitaciones individuales para el aislamiento de
la infección de transmisión aérea y respiradores N-95 o equipo de protección personal similar. De
lo contrario, los pacientes ambulatorios sanos con sarampión son más contagiosos durante 4 días
después del desarrollo de la erupción y deben limitar mucho el contacto con otras personas
durante su enfermedad.
En los niños con signos clínicos de deficiencia de vitamina A, debe repetirse una sola dosis
adicional de vitamina A (que se calcula según la edad) entre 2 y 4 semanas más tarde.
Prevención
En la mayoría de los países desarrollados, los niños reciben en forma sistemática una vacuna a
virus vivos atenuados contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola (también ver Cronograma de
vacunación recomendado para los 0-6 años de edad y ver Cronograma de vacunación
recomendado para los 7-18 años). Se recomiendan dos dosis:
La primera dosis se recomienda entre los 12 y los 15 meses, pero puede usarse tan pronto como
a los 6 meses durante los brotes epidémicos o antes de un viaje internacional.
Los lactantes vacunados < 1 año aún requieren 2 dosis adicionales después del año. La vacuna
confiere inmunidad duradera, lo que permitió reducir la incidencia de sarampión un 99% en los
Estados Unidos. La vacuna causa una infección leve o inaparente que no se contagia. Entre el 5-
15% de los vacunados presentan fiebre > 38° C entre 5 y 12 días después de la inoculación, con
aparición posterior de un exantema. Las reacciones del sistema nervioso central son muy
infrecuentes y la vacuna antisarampionosa no causa autismo.
Las contraindicaciones a la vacuna son las neoplasias diseminadas (p. ej., leucemia, linfoma), la
inmunodeficiencia y la terapia con inmunosupresores (p. ej., corticoides, radioterapia, agentes
alquilantes, antimetabolitos). La infección por HIV sólo contraindica la administración de la vacuna
en presencia de inmunodeficiencia grave (categoría inmunológica 3 de los CDC con CD4 < 15%); de
lo contrario, los riesgos de contraer el virus silvestre superan los del contagio del sarampión a
través de la vacuna a virus vivos atenuados. Las razones por las cuales puede retrasarse la
vacunación son el embarazo, las enfermedades febriles graves, la tuberculosis activa no tratada o
la administración reciente de anticuerpos (a través de sangre entera, plasma o cualquier
inmunoglobulina). La duración del retraso depende del tipo y de la dosis del preparado de
inmunoglobulina administrado, pero puede extenderse hasta 11 meses.
La vacunación infantil universal es imperativa a menos que esté contraindicada (p. ej., cáncer
activo, uso de inmunosupresores, o infección por HIV con inmunosupresión grave).
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/measles/symptoms-causes/syc-20374857
ttps://www.msdmanuals.com/es/professional/pediatría/infecciones-virales-diversas-en-lactantes-
y-niños/sarampión
ttps://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=15705:measles-
outbreak-in-venezuela-is-under-control&Itemid=1926&lang=es