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Expediente 3573-2007 1

APELACIÓN DE SENTENCIA EN AMPARO

EXPEDIENTE 3573-2007
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintidós de enero de dos mil
ocho.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de treinta y uno de
agosto de dos mil siete, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y
Antejuicio, en la acción constitucional promovida por Sandra Elizabeth Campo Castro
contra la Sala Primera de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. La
postulante actuó con el patrocinio del abogado Pedro Armando Ortiz Quintanilla.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el veintinueve de octubre de dos mil seis, en
el Juzgado Primero de Paz de turno del Ramo Penal, el que lo remitió a la Corte Suprema
de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado: resolución de
veinticuatro de abril de dos mil seis, dictada por la Sala Primera de la Corte de Apelaciones
de Trabajo y Previsión Social, que confirmó la sentencia de doce de octubre de dos mil
cinco, dictada por el Juzgado Cuarto de Trabajo y Previsión Social de la Primera Zona
Económica que declaró: “(…) I. Sin lugar parcialmente la demanda ordinaria laboral
promovida por Sandra Elizabeth Campo Castro en contra de la entidad Compañía
Farmacéutica Eli Lilly de Centroamérica, Sociedad Anónima, en consecuencia le absuelve
del pago de indemnización, daños y perjuicios y costas procesales, ventajas económicas,
bonificación por finalización de la relación laboral y gastos de atención al cliente y de
movilización. II. Con lugar parcialmente la demanda y en consecuencia se condena a la
entidad demandada al pago de las siguientes prestaciones, (…) A. Vacaciones (…); B.
Aguinaldo (…); C. Bonificación Anual para Trabajadores del Sector Público y Privado (…).
III. Con lugar las excepciones perentorias de haberse terminado la relación laboral por
abandono de labores de parte de la actora, y haber abandonado la actora el trabajo por
haber iniciado la relación laboral con otra empleadora, opuestas por la entidad
demandada. IV. Sin lugar la excepción de prescripción en el derecho que quiere hacer
valer la parte patronal para invocar la causal de abandono de labores, opuesta por la
demandante (…)”. C) Violaciones que denuncia: a los derechos de defensa, al trabajo
y al principio jurídico del debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo
expuesto por la postulante y del análisis de los antecedentes, se resume: D.1)
Producción del acto reclamado: a) laboró para la Compañía Farmacéutica Eli Lilly de
Centroamérica, Sociedad Anónima; b) la entidad mencionada precedentemente la despidió
sin causa y en forma injustificada; c) en el Juzgado Cuarto de Trabajo y Previsión Social
de la Primera Zona Económica, promovió juicio ordinario laboral en contra de la entidad
referida, con el objeto de que se le paguen las prestaciones laborales a las que tenía
derecho, por haber sido despedido en forma injustificada; d) en el juicio referido, se dictó
sentencia en la que se declaró sin lugar parcialmente la demanda, en consecuencia se
absolvió a la demandada del pago de indemnización, daños y perjuicios y costas
procesales, ventajas económicas, bonificación por finalización de la relación laboral y
gastos de atención al cliente y de movilización; con lugar parcialmente la demanda y se
condenó a la entidad demandada al pago de vacaciones, aguinaldo y Bonificación Anual
para Trabajadores del Sector Público y Privado; con lugar las excepciones perentorias de
haberse terminado la relación laboral por abandono de labores de parte de la actora, y
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haber abandonado la actora el trabajo por haber iniciado la relación laboral con otra
empleadora; y sin lugar la excepción de prescripción en el derecho que quiere hacer valer
la parte patronal para invocar la causal de abandono de labores, opuesta por la
demandante; e) apeló la decisión del Juzgado mencionado precedentemente; y la Sala
Primera de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, al resolver, confirmó la
sentencia que conocía en grado mediante la resolución que constituye el acto reclamado.
D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: estima la postulante que se
vulneran sus derechos, debido a que la autoridad impugnada al dictar la resolución que
constituye el acto reclamado, no consideró que no se le había notificado la causa de
despido invocada por el patrono para que aquélla surtiera efectos, en consecuencia, se
tergiversó el texto de la norma aplicable al caso concreto y de esa forma se disminuyeron
los derechos que tiene como trabajador. D.3) Pretensión: solicitó que se le otorgue
amparo y se le restituya en el goce de las garantías constitucionales conculcadas por el
acto reclamado. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: no invocó.
G) Leyes violadas: citó los artículos 12, 102 y 103 de la Constitución Política de la
República de Guatemala; y 78 del Código de Trabajo.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Inspección
General de Trabajo; y b) Compañía Farmacéutica Eli Lilly de Centroamérica, Sociedad
Anónima. C) Remisión de Antecedentes: a) expediente mil seiscientos cuarenta y tres
- dos mil cinco (1643-2005) del Juzgado Cuarto de Trabajo y Previsión Social de la Primera
Zona Económica; y b) expediente de alzada trece - dos mil seis (13-2006) de la Sala
Primera de la Corte de Apelaciones den Trabajo y Previsión Social. D) Pruebas: a) los
antecedentes del amparo; y b) las presunciones legales y humanas. E) Sentencia de
primer grado: la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, consideró:
“…Se establece que la pretensión de la amparista es que por esta vía se revise lo resuelto,
circunstancia que constitucionalmente no es posible, porque como reiteradamente se ha
considerado, la potestad de juzgar y ejecutar lo juzgado corresponde con exclusividad e
independencia a los tribunales de la justicia ordinaria, por lo que el amparo no puede
convertirse en una instancia revisora de lo resuelto. Por lo anteriormente considerado el
amparo solicitado resulta improcedente, por lo que así deberá declararse, porque no ha
habido restricción ni limitación alguna de los derechos que la Constitución Política de la
República y demás leyes garantizan; en consecuencia, debe denegarse, condenando en
costas a la postulante e imponiendo la multa respectiva al abogado patrocinante por ser el
responsable de la juridicidad (sic)...” Y resolvió: “Deniega, por notoriamente
improcedente, el amparo planteado por Sandra Elizabeth Campo Castro. En consecuencia:
a) se condena en costas al solicitante; b) impone la multa de un mil quetzales al abogado
patrocinante Pedro Armando Ortiz Quintanilla, quien deberá hacerla efectiva en la
Tesorería de la Corte de Constitucionalidad, dentro de los cinco días siguientes de estar
firme este fallo, cuyo cobro en caso de incumplimiento, se hará por la vía legal
correspondiente; c) (…). Notifíquese (…)”.
III. APELACIÓN
La amparista, apeló.
IV) ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) La amparista alegó que la sentencia apelada no se encuentra ajustada a derecho.
Indicó, además, que su despido fue injustificado porque no le notificaron los motivos por
los que era despedida y de esa forma se vulneraron sus derechos laborales. Solicitó que se
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declare con lugar el recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia, se revoque la


sentencia apelada. B) La autoridad impugnada; La Inspección General de Trabajo
y la Compañía Farmacéutica Eli Lilly de Centroamérica, Sociedad Anónima,
terceros interesados, no alegaron. C) El Ministerio Público manifestó que comparte
la tesis sustentada por el tribunal de amparo de primer grado en cuanto denegó el
amparo, debido a que lo actuado por la autoridad impugnada se enmarca dentro de sus
facultades de juzgar los asuntos sometidos a su conocimiento, por lo que no se puede
convertir el amparo en tercera instancia, en el que se conozcan cuestiones de fondo para
las que sólo están facultados los tribunales ordinarios. Solicitó que se declare sin lugar el
recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia, se confirme la sentencia apelada.
CONSIDERANDO
-I-
El amparo procede contra todo acto u omisión de autoridad pública o de un
particular que, de forma manifiestamente arbitraria o ilegal, trasgreda, lesione o amenace
derechos reconocidos por la Constitución Política de la República, los tratados
internacionales y las leyes.
Es principio general asentado por esta Corte, que en materia de amparo, las
sentencias no deben revocar el fondo de los fallos judiciales que motivaran el mismo, sin
embargo, cuando éste afecta los derechos garantizados por la Constitución Política de la
República y esta violación es denunciada, este Tribunal está obligado a analizar
debidamente cada uno de los hechos que se someten a su examen, y si de ello se
concluye que se ha tergiversado una norma constitucional, debe restituirse en el pleno
goce de sus derechos a la parte afectada, pues el objeto principal del amparo es proteger
a las personas contra las amenazas de violaciones a los derechos que la Norma
Fundamental, los tratados internacionales y las leyes garantizan o para restaurar el
imperio de los mismos cuando la violación hubiere ocurrido. Es por lo descrito que la
acción de amparo se ha instituido como garante del acceso a la tutela judicial, para que
los afectados puedan ejercer la defensa de sus derechos, cuya inviolabilidad es reconocida
por la norma constitucional o encomendada a otra norma que la desarrolle en forma
superadora, como ocurre en el derecho laboral, en el que se otorga más relevancia a la
norma que resulte más garantista de los derechos del trabajador.
- II -
En el caso de estudio, Sandra Elizabeth Campo Castro acude en amparo contra la
Sala Primera de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social y denuncia como
lesiva la resolución de veinticuatro de abril de dos mil seis, dictada por la Sala Primera de
la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, que confirmó la sentencia de doce
de octubre de dos mil cinco, dictada por el Juzgado Cuarto de Trabajo y Previsión Social
de la Primera Zona Económica que declaró: “(…) I. Sin lugar parcialmente la demanda
ordinaria laboral promovida por Sandra Elizabeth Campo Castro en contra de la entidad
Compañía Farmacéutica Eli Lilly de Centroamérica, Sociedad Anónima, en consecuencia le
absuelve del pago de indemnización, daños y perjuicios y costas procesales, ventajas
económicas, bonificación por finalización de la relación laboral y gastos de atención al
cliente y de movilización. II. Con lugar parcialmente la demanda y en consecuencia se
condena a la entidad demandada al pago de las siguientes prestaciones, (…) A.
Vacaciones (…); B. Aguinaldo (…); C. Bonificación Anual para Trabajadores del Sector
Público y Privado (…). III. Con lugar las excepciones perentorias de haberse terminado la
relación laboral por abandono de labores de parte de la actora, y haber abandonado la
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actora el trabajo por haber iniciado la relación laboral con otra empleadora, opuestas por
la entidad demandada. IV. Sin lugar la excepción de prescripción en el derecho que quiere
hacer valer la parte patronal para invocar la causal de abandono de labores, opuesta por
la demandante (…)”.
Arguye la postulante que se vulneraron sus derechos debido a que la autoridad
impugnada al dictar la resolución que constituye el acto reclamado, no consideró que no
se le había notificado la causa de despido invocada por el patrono para que aquélla
surtiera efectos, en consecuencia, se tergiversó el texto de la norma aplicable al caso
concreto y de esa forma se disminuyeron los derechos que tiene como trabajadora.
-III-
Del análisis de las constancias procesales, esta Corte logró establecer que: a) el
diecisiete de febrero de dos mil cinco, el Representante Legal de la Compañía
Farmacéutica Eli Lilly de Centroamérica, Sociedad Anónima, Ricardo Benítez Bathen, le
remitió a la Directora de Recursos Humanos de la entidad mencionada una comunicación
electrónica en la que manifestó: “(…) Como le indicara hoy por la tarde, Sandra Campo
me informó que tiene una oferta de trabajo en Novartis con mejores prestaciones
laborales, razón por la cual dejará nuestra compañía. (…) Sobre su renuncia, ella insiste
en que la presentará efectiva hasta el día 6 de marzo y que debiéramos (sic) aprovechar
estos días para que ella haga la mejor transferencia del cargo, le indiqué que no es posible
conforme la política, pero insiste en ello. (…)” (folio 58 del expediente mil seiscientos
cuarenta y tres - dos mil cinco); b) el día veintidós de febrero de dos mil cinco, la
Directora de Recursos Humanos de la entidad Compañía Farmacéutica Eli Lilly de
Centroamérica, Sociedad Anónima, Nohemi Cabrera Mancio, le remitió a la amparista un
correo electrónico en el que expresó: “(…) me contó Ricardo de tu renuncia… con gusto te
podemos hacer los cálculos hasta que tengamos tu renuncia con la fecha de tu salida,
pues no tengo nada oficial (…)” (folio 119 del expediente mil seiscientos cuarenta y tres -
dos mil cinco); c) el día veinticinco de febrero de dos mil cinco, la amparista compareció a
la Inspección General de Trabajo para denunciar su despido, el que según sus alegaciones
se produjo el diecisiete de febrero de dos mil cinco (folio 7 del expediente mil seiscientos
cuarenta y tres - dos mil cinco); d) el veintiocho de febrero de dos mil cinco, la amparista
le envió una comunicación electrónica a la Directora de Recursos Humanos aludida, en la
que manifestó: “Ricardo me solicitó que devolviera a la mayor brevedad posible la i-pac,
material promocional y vehículo. Sin embargo la semana pasada que llegué a su casa a
devolverle todo, no quiso recibírmelo y hoy en la oficina giró órdenes de que no se me
recibiera ni firmara nada de recibido (…)” (folio 118 del expediente mil seiscientos
cuarenta y tres - dos mil cinco); e) en el mismo día referido en la literal anterior, la
Directora de Recursos Humanos de la demandada en el juicio ordinario laboral, le
respondió a la amparista en los siguientes términos: “Tal y como conversamos el viernes
25 de febrero por la tarde, junto con tu renuncia le puedes devolver el material y el equipo
a la Licda. Carmen de Lara (…). De igual forma ella es la encargada de hacerte los
cálculos de la liquidación a partir de la fecha de renuncia que hayas establecido” (folio 117
del expediente mil seiscientos cuarenta y tres - dos mil cinco); f) el cuatro de marzo de
dos mil cinco, la entidad referida presenta denuncia ante el Ministerio Público en la que
expresa que la amparista se encuentra laborando para una compañía de la competencia y
no ha devuelto el material y distintos elementos que su antigua empleadora puso a su
disposición para desarrollar sus tareas; g) el siete de marzo de dos mil cinco, la Directora
de Recursos Humanos de la demandada remitió una comunicación electrónica en la que
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expresó: “(…) Por este medio les notifico oficialmente que Sandra Campo (R Ventas
Guatemala) ya no labora más para la compañía y su último día fue el 28 de Febrero 2005.
(…)” (folio 120 del expediente mil seiscientos cuarenta y tres - dos mil cinco); h) el ocho
de marzo de dos mil cinco, el Representante Legal de la demandada en el proceso laboral,
denunció ante el Ministerio de Trabajo y Previsión Social que la amparista dejó de asistir a
sus labores sin aviso previo ni causa justificada, desde el día uno de marzo del año dos mil
cinco, por lo que con fundamento en lo que establece el artículo 77, inciso f), del Código
de Trabajo, procedería a cancelar el contrato de trabajo que la vinculaba con aquélla, sin
responsabilidad de su parte (folio 59 del expediente mil seiscientos cuarenta y tres - dos
mil cinco).
- IV-
Situados los elementos para el presente pronunciamiento, esta Corte considera que
es improbable, como se pretendió demostrar inicialmente, que la trabajadora haya
renunciado a sus labores, incluso en forma verbal; o que haya abandonado las mismas
como se resolvió en la jurisdicción ordinaria. Es conteste la doctrina y también la
jurisprudencia, al considerar que una renuncia verbal es inadmisible y carece de todo valor
jurídico, porque el acto de renuncia implica la abdicación del status laboral y, en principio,
la imposibilidad de efectuar reclamo alguno por la ruptura del vínculo; y además, porque
de esa forma se pretende evitar actos de fraude a la ley o que la renuncia encubra un
despido directo. Además, no consta en los antecedentes de la presente acción, un
documento escrito que haya exteriorizado la voluntad de la trabajadora de extinguir en
forma unilateral el vínculo contractual que tenía con la entidad demandada. La
circunstancia mencionada, se sustenta en las propias manifestaciones de la compañía que
en su escrito de contestación de demanda indicó: “Tomando en cuenta que la
demandante, no presentó su renuncia por escrito, sino continuó laborando para mi
representada teniendo en su poder el material de apoyo y equipo que utilizaba para la
realización de su trabajo (…)” (folio 43 del expediente mil seiscientos cuarenta y tres - dos
mil cinco). También se advierte la circunstancia referida, en la comunicación que remitiera
el Representante Legal de la demandada a la Directora de Recursos Humanos el diecisiete
de febrero de dos mil cinco, en la que se indicó que no se le permitiría a la trabajadora
presentar su renuncia con fecha seis de marzo porque no lo admitían las políticas de la
empresa. Incluso se puede inferir, que el patrono estaba ejecutando acciones -no recibir el
material y el vehículo de la compañía y la posterior denuncia penal en contra de la misma-
con la intención de obtener previamente la renuncia de la trabajadora, y ello se verifica en
las comunicaciones de veintiocho de febrero de dos mil cinco, en la que la trabajadora
denuncia esa circunstancia a la Directora de Recursos Humanos de la compañía, y en la
respuesta que aquélla le remite a la amparista en la que le manifestó que “junto con tu
renuncia le puedes devolver el material y el equipo a la Licda. Carmen de Lara”. Por las
circunstancias descritas, es evidente que la relación de trabajo se había extinguido con
anterioridad a la fecha en la que la entidad patronal denunció que la amparista había
abandonado sus labores; y esta aseveración se sustenta en la comunicación de diecisiete
de febrero de dos mil cinco en la que el Representante Legal de la demandada en el juicio
ordinario laboral expresó que la amparista iba a dejar la compañía; en la comunicación de
veintidós de febrero de dos mil cinco en la que la Directora de Recursos Humanos de la
compañía le manifestó a la accionante que el Representante Legal le había comunicado su
supuesta renuncia; en la intención que tuvo la trabajadora de devolver los instrumentos y
materiales de trabajo; y además, con el texto de la comunicación que la Directora de
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Recursos Humanos de la entidad demandada le remitió a todos los integrantes de la


compañía en la que manifestó que la amparista no laboraba más para la firma y que su
último día de trabajo fue el 28 de febrero de dos mil cinco. Es por ello, que el patrón
pretendió perpetrar un fraude en materia de despido para encubrir la terminación del
contrato en forma injustificada que había producido; en primer lugar cuando pretendió
obtener una renuncia de la trabajadora; y posteriormente, al denunciar el abandono de
tareas desde el uno de marzo del año dos mil cinco, circunstancia que no podía acontecer
porque según la comunicación de la Directora de Recursos Humanos de la demandada, el
último día de trabajo de la empleada en la compañía fue el veintiocho de febrero de dos
mil cinco. Por lo considerado, cuando la autoridad impugnada en su decisión manifestó
que la trabajadora fue la que cesó la relación laboral por abandono de tareas y que por
esa circunstancia no tenía derecho a reclamar indemnización, daños y perjuicios y costas
procesales, violó los derechos enunciados por la amparista en la presente acción.
En virtud de lo anterior, esta Corte establece que la autoridad impugnada al
proferir la resolución que por esta vía se enjuicia, violó normas constitucionales y derechos
reconocidos a la amparista, configurándose de esa forma los agravios invocados por el
postulante, por lo que se le debe otorgar la protección constitucional solicitada,
restableciendo a la afectada en el goce de los derechos que la Constitución, los tratados y
las leyes le garantizan, y para el efecto es procedente revocar la sentencia venida en
grado y emitir la que en derecho corresponde, sin condenar en costas a la autoridad
impugnada por presumirse que actuó de buena fe.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 1º, 2º, 8º, 10, 42, 49, 50, 52, 53, 54, 55, 60, 61, 62, 63, 64, 67,
149, 163, inciso c), y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad; y 17 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Revoca la sentencia venida en grado y, consecuentemente: a) otorga
amparo a Sandra Elizabeth Campo Castro y se le restituye en sus derechos
constitucionales afectados, dejando en suspenso definitivamente en cuanto a la amparista,
la resolución de veinticuatro de abril de dos mil seis, dictada por la Sala Primera de la
Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social en el expediente trece - dos mil seis
(13-2006); b) para los efectos positivos de esta sentencia, la autoridad impugnada,
deberá emitir nueva resolución, en sustitución de la dejada en suspenso, de conformidad
con lo considerado en esta sentencia, conminándola a que, en el plazo de tres días
siguientes a la fecha en que reciba los antecedentes y la ejecutoria de este fallo, dé
cumplimiento a lo resuelto, bajo apercibimiento de que en caso contrario se le impondrá
multa de dos mil quetzales a cada magistrado integrante de la Sala, sin perjuicio de las
demás responsabilidades legales en que pudieran incurrir. II) No se hace especial
condena en costas. III) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvanse
los antecedentes.

MARIO PÉREZ GUERRA


PRESIDENTE

JUAN FRANCISCO FLORES JUÁREZ ROBERTO MOLINA BARRETO


MAGISTRADO MAGISTRADO
Expediente 3573-2007 7

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE HILARIO RODERICO PINEDA SÁNCHEZ


MAGISTRADO MAGISTRADO

JOSE ROLANDO QUESADA FERNÁNDEZ VINICIO RAFAEL GARCÍA PIMENTEL


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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