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Expediente 4242-2009 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 4242-2009
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintitrés de junio de dos mil diez.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de quince de julio de
dos mil nueve, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio,
en la acción constitucional promovida por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de
Guatemala, por medio de su Directora General, Miriam Dolores Ovalle Gutiérrez de
Monroy, contra la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social.
La postulante actuó con el patrocinio de la abogada Ana Gabriela Rodríguez Morales.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el nueve de febrero de dos mil nueve, en la
Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado: auto de
veinticuatro de septiembre de dos mil ocho, dictado por la Sala Tercera de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, que confirmó el emitido el dos de mayo del
mismo año por el Juzgado Séptimo de Trabajo y Previsión Social de la Primera Zona
Económica, que declaró con lugar las diligencias de reinstalación promovidas por Mario
Samuel Martínez Yaguas y le impuso la multa respectiva. C) Violaciones que denuncia:
al derecho de defensa y al principio jurídico del debido proceso. D) Hechos que motivan
el amparo: lo expuesto por el postulante se resume: D.1) Producción del acto
reclamado: a) ante el Juzgado Séptimo de Trabajo y Previsión Social de la Primera Zona
Económica, Mario Samuel Martínez Yaguas promovió su reinstalación, por considerar que
había sido despedido por participar en la formación del Sindicato de Trabajadores del
Instituto Nacional de Ciencias Forenses; b) el Juez mencionado declaró con lugar la
pretensión del trabajador, al considerar que no se había seguido el procedimiento previsto
en la ley para destituirlo; c) apeló esa decisión y la Sala Tercera de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, por medio de la resolución que constituye el
acto reclamado, confirmó lo dispuesto en primera instancia; d) al margen de la
reinstalación instada por el trabajador, promovió en incidente cuestión prejudicial, en
virtud que ante la Dirección Administrativa de Trabajo, se estaba dilucidando la anómala
constitución del sindicato que sirvió de base a la reinstalación solicitada; asimismo,
promovió recurso de nulidad por violación de ley, por considerar infringidos los artículos
12, 175 y 204 de la Constitución Política de la República; e incidentes de
inconstitucionalidad en caso concreto, del artículo 209, segundo párrafo, del Código de
Trabajo; y de oposición a la reinstalación ordenada, alegando que en virtud de
encontrarse en período de prueba, podía darse por terminada la relación laboral con el
actor sin responsabilidad de parte del empleador; cuestiones que el Juez dispuso resolver
luego que se dilucidara la apelación relacionada. D.2) Agravios que se reprochan al
acto reclamado: denuncia el postulante que la autoridad impugnada, al dictar el acto
reclamado, le produjo agravio porque confirmó la orden de reinstalación del trabajador y
la multa impuesta, sin que previamente hubiera sido citado, oído y vencido en proceso
legal, de conformidad con lo establecido en el artículo 12 de la Constitución Política de la
República; asimismo, violó las garantías constitucionales que invoca, toda vez que al
aplicar el segundo párrafo del artículo 209 del Código de Trabajo, inobservó lo regulado en
los artículos 12, 175 y 204 de la Constitución Política de la República de Guatemala, ya
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que de conformidad con el debido proceso los tribunales de justicia en toda resolución
deben observar obligadamente el principio de Supremacía Constitucional y ninguna ley
puede contrariar las disposiciones de la Ley Suprema. No obstante lo anterior, la Sala
impugnada le dio prioridad a una ley ordinaria sobre la normativa constitucional y así lo
obligó a reinstalar a una persona que no tenía derecho a ello, debido a que el trabajador
se encontraba en su período de prueba, que de conformidad con la Ley de Servicio Civil es
de seis meses, por lo que la relación laboral terminó sin responsabilidad alguna de su
parte. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue el amparo y, como consecuencia, se deje
sin efecto el acto reclamado y se ordene que la autoridad impugnada dicte nueva
resolución, por medio de la cual declare sin lugar la solicitud de reinstalación planteada
por el actor. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los
contenidos en las literales a) y b) del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal
y de Constitucionalidad. G) Leyes violadas: citó los artículos 12, 102 literal g), 108, 175
y 204 de la Constitución Política de la República de Guatemala.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Tercero interesado: Mario Samuel Martínez
Yaguas. C) Remisión de antecedentes: a) incidente de reinstalación doscientos treinta
y ocho - dos mil ocho (238-2008), del Juzgado Séptimo de Trabajo y Previsión Social de la
Primera Zona Económica; y b) expediente de alzada J – quinientos doce - dos mil ocho (J-
512-2008), de la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. D)
Pruebas: a) los antecedentes del amparo; b) acuerdo de nombramiento número ciento
veintiuno, emitido por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala, el tres de
diciembre de dos mil siete; y c) acuerdo de movimiento de personal número cincuenta y
cinco, emitido por el Instituto relacionado el catorce de abril de dos mil ocho. E)
Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y
Antejuicio, consideró: “…A efecto de establecer la existencia o no de violación alguna de
las que denuncia el postulante es necesario realizar el análisis siguiente: el artículo 108 de
la Constitución Política de la República de Guatemala establece: „Las relaciones del Estado
y sus entidades descentralizadas o autónomas con sus trabajadores se rigen por la Ley de
Servicio Civil, con excepción de aquellas que se rijan por leyes o disposiciones propias de
dichas entidades…‟. Encuadrando en dicha situación el Instituto Nacional de Ciencias
Forenses de Guatemala, debiendo las relaciones laborales de dicha entidad sujetarse a lo
dispuesto en la Ley de Servicio Civil, en la referida ley en su artículo 54 regula: „Toda
persona nombrada en un puesto dentro del Servicio por Oposición mediante inscripción de
su nombre en un registro, debe someterse a un período de prueba práctica en el
desempeño del puesto de que se trate. El período de prueba se inicia a partir de la fecha
de toma de posesión y dura seis meses como máximo para los nuevos servidores (…)
Queda a salvo el derecho del servidor de ser restituido a su cargo si fuere separado del
nuevo puesto durante la prueba por razones que no constituyan falta…‟, concatenado con
lo anterior el artículo 56 establece: „La autoridad nominadora informará a la Oficina
Nacional de Servicio Civil, en las fechas y en la forma que el reglamento determine sobre
la conducta, rendimiento y demás información relacionada con el empleado en período de
prueba. En todo caso y por lo menos diez días antes de finalizar el período probatorio de
un empleado, la autoridad nominadora notificará a la Oficina Nacional de Servicio Civil en
la forma que sea establecido por el reglamento, sus apreciaciones sobre los servicios y
conducta del empleado y manifestará la conveniencia o inconveniencia de que el servidor
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continúe en el puesto. Copia de esta notificación se remitirá al empleado‟, no obstante lo


anterior y en virtud de la naturaleza de la relación laboral existente, y siendo que el
razonamiento expuesto por la Sala radica en la constitución del sindicato y de sus efectos
legales, es necesario estar a lo establecido en la ley especial, es decir, la Ley de
Sindicalización y Regulación de la Huelga de los Trabajadores del Estado, la cual en su
artículo 2 señala: „Para la constitución y organización de sindicatos, federaciones y
confederaciones de trabajadores del Estado y sus entidades descentralizadas y
autónomas, así como para la regulación de su funcionamiento y el ejercicio de
sus derechos, los trabajadores del Estado y sus entidades descentralizadas y autónomas,
estarán sujetos a lo que dispone el Código de Trabajo, Decreto 1441 del
Congreso de la República, en lo que fuere aplicable y no contraríe preceptos
constitucionales‟ (el resaltado es propio), es así como el artículo 209 del Código de Trabajo
preceptúa: „Los trabajadores no podrán ser despedidos por participar en la formación de
un Sindicato. Gozan de inmovilidad (sic) a partir del momento en que den aviso por
cualquier medio escrito a la Inspección General de Trabajo, directamente o por medio de
la delegación de ésta en su jurisdicción, que están formando un sindicato y gozarán de
esta protección hasta sesenta días después de la inscripción del mismo…‟, de lo anterior se
puede establecer que la Sala al exponer el razonamiento que le sirvió de base para
confirmar el auto impugnado, se encuentra enmarcado dentro de las regulaciones legales
contenidas por el ordenamiento jurídico nacional, y en cuanto a las argumentaciones
fácticas efectuadas las mismas se encuentran contenidas dentro del ámbito de su
jurisdicción, al igual que la facultad de confirmar las resoluciones que conoce en grado, de
conformidad con el artículo 372 del Código de Trabajo, aspectos que no pueden ser
revisados en el amparo por su naturaleza subsidiaria y extraordinaria, lo contrario
conllevaría la constitución de una instancia revisora de lo resuelto, extremo prohibido por
la Constitución Política de la República de Guatemala. Del análisis previo se establece que
no existe conculcación a los derechos invocados por el postulante, pues se observó el
derecho de defensa, de igual forma las actuaciones fueron desarrolladas de conformidad
con el procedimiento establecido en la ley, otorgándole todos los derechos inherentes a
cada una de las fases procesales, observándose en todo momento los preceptos
constitucionales, por lo cual el amparo interpuesto es improcedente, tal y como será
declarado…”. Y resolvió: “…DENIEGA por improcedente el amparo planteado por el
INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS FORENSES DE GUATEMALA, y en
consecuencia: a) se condena en costas al solicitante; b) impone la multa de mil quetzales,
a la abogada Ana Gabriela Rodríguez Morales, quien deberá hacerla efectiva en la
Tesorería de la Corte de Constitucionalidad, dentro de los cinco días siguientes a partir de
estar firme este fallo, cuyo cobro en caso de incumplimiento, se hará por la vía legal
correspondiente; (…)”.
III. APELACIÓN
El amparista apeló.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) El postulante se limitó a reiterar los argumentos del escrito inicial de amparo,
especialmente lo relativo a que la autoridad impugnada le produjo agravio, porque
confirmó la orden de reinstalación del trabajador y la multa impuesta, sin que previamente
hubiera sido citado, oído y vencido en proceso legal, de conformidad con lo establecido en
el artículo 12 de la Constitución Política de la República, y sin tomar en cuenta que el
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trabajador se encontraba en su período de prueba, situación que lo exime de


responsabilidad al momento de terminar la relación laboral que lo unía con el ex
trabajador. Solicitó que se otorgue el amparo promovido y, como consecuencia, se
revoque el acto reclamado y se ordene a la autoridad impugnada que resuelva conforme a
derecho. B) Mario Samuel Martínez Yaguas, tercero interesado, manifestó que la
sentencia proferida por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, se
encuentra conforme a las normas constitucionales que regulan la materia, al establecer
que ningún trabajador podrá ser despedido por participar en la formación de un sindicato.
Solicitó que se confirme la sentencia apelada. C) La autoridad impugnada no alegó. D)
El Ministerio Público argumentó que la autoridad impugnada al proferir el acto
reclamado, actuó de conformidad con los postulados que protegen el derecho a la libre
sindicalización del que deben gozar todos los trabajadores. Solicitó que se declare sin
lugar el recurso de apelación interpuesto y, como consecuencia, se confirme la sentencia
de primera instancia.
CONSIDERANDO
-I-
Esta Corte ha sostenido el criterio que durante el período de prueba el empleador
puede decidir poner fin a la relación de trabajo, sin que dicha decisión le genere ningún
tipo de responsabilidad. Dicho criterio, es de observancia obligatoria a tenor de lo que
establece el artículo 43 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad,
que preceptúa que la interpretación de las normas de la Constitución y de otras leyes,
contenida en las sentencias de la Corte de Constitucionalidad, sienta doctrina legal que
debe respetarse por los tribunales al haber tres fallos contestes de la misma Corte.
-II-
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala acude en amparo contra la
Sala Tercera de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, señalando como
acto reclamado el auto de veinticuatro de septiembre de dos mil ocho, que confirmó el
emitido el dos de mayo del mismo año por el Juzgado Séptimo de Trabajo y Previsión
Social de la Primera Zona Económica, que declaró con lugar las diligencias de reinstalación
promovidas por Mario Samuel Martínez Yaguas y le impuso la multa respectiva.
Denuncia el postulante que la autoridad impugnada, al dictar el acto reclamado, le
produjo agravio, porque confirmó la orden de reinstalación del trabajador y la multa
impuesta, sin que previamente hubiera sido citado, oído y vencido en proceso legal, de
conformidad con lo establecido en el artículo 12 de la Constitución Política de la República;
asimismo violó las garantías constitucionales que invoca, toda vez que al aplicar el
segundo párrafo del artículo 209 del Código de Trabajo, inobservó lo regulado en los
artículos 12, 175 y 204 de la Constitución Política de la República de Guatemala, ya que de
conformidad con el debido proceso los tribunales de justicia en toda resolución deben
observar obligadamente el principio de Supremacía Constitucional y ninguna ley puede
contrariar las disposiciones de la Ley Suprema. No obstante lo anterior, la Sala impugnada
le dio prioridad a una ley ordinaria sobre la normativa constitucional y así lo obligó a
reinstalar a una persona que no tenía derecho a ello, debido a que el trabajador se
encontraba en su período de prueba, que de conformidad con la Ley de Servicio Civil es de
seis meses, por lo que la relación laboral terminó sin responsabilidad alguna de su parte.
-III-
El artículo 54 de la Ley de Servicio Civil establece: “Toda persona nombrada en un
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puesto dentro del Servicio por Oposición mediante inscripción de su nombre en un


registro, debe someterse a un período de prueba práctica en el desempeño del puesto que
se trate. El período de prueba se inicia a partir de la fecha de toma de posesión y dura
seis meses como máximo para los nuevos servidores y tres meses para los casos de
ascenso. (…) Al terminar satisfactoriamente el período de prueba, el servidor público debe
ser considerado empleado regular.”. De igual manera, el artículo 55 del mismo cuerpo
legal establece: “En cualquier tiempo, dentro del período probatorio, y conforme el
reglamento respectivo, la autoridad nominadora puede separar a un empleado si en
opinión de dicha autoridad, y con base en los informes del jefe inmediato del empleado,
se considera que este es inepto y no cumple sus deberes satisfactoriamente, (…)”. El
artículo 56 de la misma ley establece: “La autoridad nominadora informará a la Oficina
Nacional de Servicio Civil, en las fechas y en la forma que el reglamento determine, sobre
la conducta, rendimiento y demás información relacionada con el empleado en período de
prueba (…)”. Por último el artículo 49 del Reglamento de la Ley de Servicio Civil,
establece: “Todo trabajador de primer ingreso, reingreso o que hubiere ascendido a un
puesto dentro del Servicio por Oposición, debe ser evaluado en su desempeño laboral
mensualmente, durante el tiempo que la Autoridad Nominadora estime conveniente, a fin
de poder establecer su capacidad para el desempeño del puesto y declararlo empleado
regular, o bien lo que determina el segundo párrafo del artículo 56 de la ley. (…)”.
El período de prueba, entendido como el plazo en el cual la relación laboral no ha
creado un vínculo estable entre el trabajador y el empleador, tiene como característica
principal, que durante su transcurso el empleador pueda poner fin al contrato de trabajo,
con justa causa o sin ella, sin obligación de preavisar ni de pagar indemnización alguna, es
decir, sin que ello, le genere ningún tipo de responsabilidad. La función del período de
prueba es la de brindar al empleador un plazo para verificar si la persona reúne las
condiciones, o cuenta con el potencial para cubrir el puesto y las funciones
encomendadas. En tal sentido, la doctrina sostiene que el período de prueba también le
permite al trabajador apreciar si las condiciones efectivas de contratación son razonables y
aceptables para él. Sentencias de veintidós de enero, nueve y dieciséis de mayo, de dos
mil ocho, dictadas en los expedientes tres mil veintisiete – dos mil siete, tres mil diecisiete
– dos mil siete y cuatrocientos cuarenta y nueve – dos mil ocho, respectivamente.
Si bien el artículo 56 de la Ley de Servicio Civil, preceptúa que debe efectuarse
una evaluación a los trabajadores, la misma se entiende que es aquella que durante el
período de prueba ha realizado el Jefe inmediato a cuyo servicio hubiese sido asignado el
trabajador y, de esa cuenta, debe entenderse que la decisión de finalización de la relación
laboral a que alude el amparista tuvo como precedente una evaluación insatisfactoria del
desempeño del trabajador sujeto a prueba, situación que no permitía justificar su
continuidad en el servicio.
La relevancia de lo anterior atiende al hecho de que si el empleador decide
extinguir el contrato de trabajo mientras el mismo se encuentra dentro del período de
prueba, se presume que lo hace por falta de idoneidad y eficacia del trabajador en el
desempeño de sus funciones, decisión que no le genera ningún tipo de responsabilidad.
Al tenor de la normativa citada y al examinar los antecedentes que subyacen del
amparo, este Tribunal advierte que la autoridad impugnada, al dictar la resolución que se
denuncia como lesiva de los derechos esgrimidos por el postulante, actuó sin observar lo
dispuesto en la Ley de Servicio Civil, su Reglamento y las normas que autorizaban a la
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autoridad nominadora a extinguir los contratos de trabajo mientras los mismos se


encontraban en período de prueba; debido a que no consideró que el trabajador fue
contratado el tres de diciembre del año dos mil siete y, la notificación de la extinción del
contrato de trabajo se produjo el diecinueve de abril de dos mil ocho, según lo aducido
por el trabajador al solicitar su reinstalación; es por ello que se considera que la actuación
de la autoridad impugnada no se encuentra ajustada a derecho.
Por los argumentos expuestos se concluye que la autoridad impugnada ha violado
los derechos constitucionales denunciados por el postulante, por lo que debe otorgársele
la protección constitucional solicitada, restableciendo al afectado en el goce de los
derechos que la Constitución le garantiza y, para el efecto, es procedente revocar la
sentencia venida en grado y emitir la que en derecho corresponde.
Esta Corte ha establecido jurisprudencia que, no obstante existir la posibilidad legal
de condenar en costas a la autoridad impugnada, cuando dicha calidad recae en un
empleado o funcionario Público o en una institución de carácter estatal, no procede la
imposición de la referida condena por presumirse buena fe en sus actuaciones. Dicha
presunción encuentra su fundamento en el principio de legalidad, con base en el cual
todas las actuaciones de la administración pública y de la jurisdicción ordinaria deben
encontrarse ajustadas a Derecho; por ende, debe descartarse la existencia de mala fe por
parte de dicho sujeto procesal.
En las presentes actuaciones, se presume que la Sala Tercera de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social ha actuado de buena fe, en consecuencia,
corresponde exonerarle del pago de las costas procesales causadas en la presente acción.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 1º, 5º, 6º, 8º, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 60, 61, 62, 63, 64, 149,
163, inciso c), y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad y
17 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad con base en lo considerado y leyes citadas al
resolver declara: I) Revoca la sentencia venida en grado y, consecuentemente: a)
otorga amparo al Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala y se le restituye
en sus derechos constitucionales afectados; b) deja suspenso en cuanto al amparista, la
resolución de veinticuatro de septiembre de dos mil ocho, dictada por la Sala Tercera de la
Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Socia en el expediente J – quinientos doce -
dos mil ocho (J-512-2008); c) restaura al amparista en el estado en que se encontraba
antes de haber sido dictada la resolución impugnada; para los efectos positivos de este
fallo, se fija a la autoridad impugnada el plazo de tres días, contados a partir de la fecha
en que reciba los antecedentes y ejecutoria del presente fallo, para que dicte nueva
resolución en la que tome en cuenta lo considerado en la presente sentencia, bajo
apercibimiento de que, en caso de incumplimiento, se le impondrá una multa de dos mil
quetzales a cada uno de los Magistrados que la integran, sin perjuicio de las demás
responsabilidades de ley; d) no se condena en costas a la autoridad reclamada por
presumirse buena fe en su actuación, ni se impone la multa a la abogada Ana Gabriela
Rodríguez Morales. II) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvanse los
antecedentes.
Expediente 4242-2009 7

ROBERTO MOLINA BARRETO


PRESIDENTE

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MARIO PÉREZ GUERRA


MAGISTRADO MAGISTRADO

JUAN FRANCISCO FLORES JUÁREZ JOSÉ ROLANDO QUESADA FERNÁNDEZ


MAGISTRADO MAGISTRADO

CARLOS ENRIQUE LUNA VILLACORTA JORGE MARIO ÁLVAREZ QUIRÓS


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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