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Son muchos los efectos biológicos producidos por la radiación ultravioleta

dependiendo de su longitud de onda y el tiempo de exposición de la persona en el


sol, pudiendo aparecer poco después de la exposición solar o años más tarde. En
primer lugar, podemos encontrar al eritema solar que es la respuesta inflamatoria
de la piel que aparece a las pocas horas de exposición solar. En un tiempo
prolongado puede convertirse en una quemadura solar formando ampollas. Estos
efectos son considerados como una señal clínica de riesgo de cáncer de piel. En
segundo lugar, se tiene a la inmunosupresión producida por la alteración
morfológica y funcional de las células epidérmicas en las cuales es difícil la
aplicación de antígenos tumorales y es esencial en el proceso de la carcinogénesis
cutánea. En tercer lugar, tenemos la fotodermatosis es un conjunto de
enfermedades de la piel producidas o desencadenadas por la exposición solar,
fundamentalmente los UVA. Finalmente, El fotoenvejecimiento o envejecimiento
cutáneo extrínseco que se caracteriza por una piel áspera, seca, sin elasticidad, con
arrugas profundas y alteraciones de la pigmentación. Producido por las
exposiciones al sol por un tiempo prolongado, sobre todo radiación UVA. Por lo que
hay que tener mucho cuidado a la exposición de los rayos solares.

Ante los efectos mencionados tenemos varios mecanismos de protección entre las
cuales destacan los filtros solares. Estos destacan en la aplicación de la piel con el
objetivo de reducir los efectos de los tipos de radiación solar. Estos actúan
principalmente de dos formas, absorbiendo o reflejando la radiación; y atendiendo
a su composición se les clasifica en dos grupos. En primer lugar, tenemos a los
filtros físicos. Estos actúan reflejando o desviando la radiación solar formando un
óbice opaca que se presenta como espejos diminutos. Su espectro de actuación es
más amplio, de manera que proporcionan protección frente a los diferentes tipos de
rayos solares. Los filtros físicos son partículas minerales que necesitan una capa de
aplicación más amplia que pueden perjudicar a la ropa, aunque cada día se
elaboran nuevas partículas microscópicas cosméticamente más aceptables. Por el
otro lado, los filtros químicos son moléculas que absorben los paquetes de energía
de la radiación solar alterando su estructura molecular. Cada una de estas presenta
una absorción que permite poder clasificarla en filtro UVA o filtro UVB. Las
modificaciones en la estructura a nivel químico pueden traducirse en cambios en su
estructura química, de modo que a veces producen dermatitis de contacto. Son los
más difundidos en el mercado por su uso en la limpieza de la ropa.

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