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No debemos de tener miedo a la hora de hablar con nuestro padre por medio
de la orar porque solo si pedimos con nuestra boca aquello que necesitamos
entonces el señor podrá actuar. Jesús nos enseña cómo orar a Dios
efectivamente.
Jesús mientras pasan los capítulos advierte a la gente acerca de algunas cosas
que no se deben hacer, incluyendo el no ser hipócritas y el no juzgar, también
nos vuelve a recordar en quién debemos depositar nuestra confianza, Jesús le
dice a sus seguidores que no se preocupen por las cosas ordinarias de la vida,
sino que confíen en Dios.
De ahí que, también, aquella gracia que se deleita en bendecir, y elevar al alma
hasta la presencia de Dios, no puede ser satisfecha con nada menor a la
comunión cálida y sin estorbo de Sus santos. Esto está comprendido en el
carácter de ofrenda por el pecado de Su sacrificio, el cual es predominante en
Lucas. Da énfasis a que obra al reunir a Dios y el hombre en paz y concordia,
Dios recibiendo Su porción de la comida de la ofrenda, el Sacerdote recibiendo
también Su porción, y los oferentes teniendo también su porción de la cual
participar - todo como si estuviesen comiendo juntos.
“Si tuvierais fe como un grano de mostaza”, Jesús compara nuestra fe con algo
tan pequeño, dejando a la vista de todos, el gran poder que tiene la fe,
prácticamente durante todo este evangelio hizo especial énfasis en la
importancia que tiene la fe para el que sigue el camino de la salvación. El señor
nos dejó muchas enseñanzas por medio de las parábolas narradas en este
evangelio para que aprendamos de ellas y del ejemplo que nos dejó con su vida.
Lucas enfatiza la relación de Jesús con la gente, subraya la oración, los milagros,
los ángeles plasma inspirados himnos de alabanzas y adjudica un lugar
sobresaliente a la mujer. Uno de los aspectos de la Buena Noticia que más quiso
destacar Lucas es el carácter universal de la Salvación. Jesucristo, en efecto, es
el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que todos los hombres se salven
por medio de él. Para él no hay privilegios de raza, de nacionalidad, de cultura o
de clase social. Mejor dicho, hay privilegios. Pero Dios los reserva para los
pobres, para los que aparentemente no valen nada. Ellos son los destinatarios
predilectos de la Buena Noticia, los herederos por excelencia del Reino de Dios.
Con todo esto nos vuelve a mostrar que dedicado estaba a la misión que le fue
encomendada al venir a este mundo y mostrando también el amor que tenía
por la humanidad. Jesús es aquel que «vino a buscar y a salvar lo que estaba
perdido». Dios es para él, sobre todo, el Padre misericordioso que sale al
encuentro de sus hijos extraviados y se llena de alegría al volver a encontrarlos.