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Aunque las infecciones que involucran especies de Bartonella, tales como Bartonella
henselae y Bartonella quintana, ocurren en todo el mundo, la enfermedad de Carrión es
endémica únicamente en Sudamérica.
I. HISTORIA
La Bartonelosis es conocida desde la época precolombina. Los incas la denominaron
„sirki‟ que significa „verruga de sangre‟ en idioma quechua e incluso las lesiones se
encuentran representadas en diversos ceramios preincas, así como otras manifestaciones
culturales como los monolitos. Al parecer el ejército del antepenúltimo inca, Huayna
Cápac, fue diezmado por una epidemia de esta enfermedad al igual que los
conquistadores españoles; en 1630 un médico peruano, Gago Vadillo, se refiere a la
enfermedad y posteriormente no se le menciona hasta 1764 en que el médico aragonés
Cosme Bueno se refiere a ella como “enfermedad muy molesta y peligrosa” y describe
parcialmente el cuadro clínico indicando que tiene dos fases.
Esta discusión se prolongó hasta 1885 en que un estudiante de medicina, Daniel Alcides
Carrión, se inoculó voluntariamente extractos de las lesiones verrucosas de un paciente
y desarrolló un cuadro febril y anémico grave, cuya sintomatología fue anotando
cuidadosamente hasta que se produjo su deceso. Así, se confirmó la unidad etiológica
de ambas manifestaciones, tal como el mismo Carrión había sostenido. Por tanto, en su
homenaje, a la verruga peruana también se denomina enfermedad de Carrión.
Otro hito importante lo constituyen los estudios de carácter epidemiológico que Pedro
Weiss realizó entre 1926 y 1956 y que han sido fundamentales para comprender la
dinámica de propagación de esta afección.
II. MICROBIOLOGIA
GENERO BARTONELLA
Bartonella es una bacteria gramnegativa de proliferación lenta, intracelular facultativa y
trofoespecifica que causa diversas enfermedades en los seres humanos; el género en
cuestión incluye como mínimo 27 especies propias o subespecies y, de ellas, como
mínimo, 13 constituyen agentes patógenos confirmados o posibles de seres humanos;
las identificadas más a menudo son B. bacilliformis, B. quintana y B. henselae. Casi
todas las especies de este género se han adaptado plenamente a la supervivencia en
mamíferos específicos de tipo domestico o salvaje.
FACTORES DE VIRULENCIA
A. Deformina
B. Motilidad
Se han reportado casos autóctonos en 12 de los 24 departamentos del país, éstos son
Piura, Cajamarca, Amazonas, La Libertad, Ancash, Lima, Huancavelica, Huánuco, Ica,
Junín, Ayacucho y Cusco.
En los últimos 50 años el departamento de Ancash ha reportado más del 80% de los
casos notificados en el ámbito nacional.
Distribución en persona
Respecto al sexo, ambos son afectados casi por igual, a pesar de la pequeña diferencia
observada, estadísticamente no es significativo. Sin embargo en un estudio reciente
realizado en Caraz Chamberlein encontró mayor riesgo de presentar la fase aguda y
enfermar en el sexo masculino.
El grupo de edad más afectado son los menores de 15 años, esto se debe probablemente
a que los pobladores de áreas endémicas, sufren la enfermedad durante los primeros
años de vida produciendo anticuerpos protectores que se mantendrían por las continuas
re-exposiciones al agente. Sin embargo es frecuente que las personas sufran la
enfermedad en más de una ocasión.
Estos mosquitos son llamados por los habitantes de las zonas endémicas „titira‟ o
„manta blanca‟ y vive en las oquedades de las rocas. Son artrópodos de la clase Insecta,
orden Díptera, grupo Ortorrafos, suborden Nematóceros, familia Psichodidae, género
Phlebotoma (Lutzomyia). Son dípteros muy pequeños, de 2 a 3 mm de largo.
Metamorfosis completa (holometábolos), con estadios de huevo, larva, pupa y adulto.
Estos insectos tienen un periodo de vida de tres meses y pasan por los estadios de
huevo, larva, pupa y adulto, este último con una duración de diez a quince días; los
machos y las hembras no fecundadas son fitosuccívoros (se alimentan de sabia y néctar)
mientras las hembras fecundadas se vuelven hematófagas y se desplazan a centros
poblados para picar al hombre en su domicilio; se multiplican abundantemente durante
las épocas de lluvias (enero a marzo) que coincide con el aumento en la incidencia de la
enfermedad.
Las dos formas clínicas, fiebre de La Oroya y la fase eruptiva crónica (denominada
también verruga peruana), pueden ocurrir secuencialmente, muchas veces con un
periodo intercalar silente, o pueden presentarse una u otra forma solamente.
Llama la atención la habilidad de las bacterias para invadir casi el 100% de los
hematíes. Los eritrocitos carecen del citoesqueleto de actina necesario para introducir a
la bacteria mediante endocitosis, y mediante diversos experimentos se ha demostrado su
rol pasivo en este evento; es la B. bacilliformis la que desempeña un rol activo y este
fenotipo de invasividad al eritrocito le es conferido por el gen del „locus asociado a
invasividad‟ (Ial por sus siglas en inglés), específicamente IalB.
Después la bacteria secreta un factor soluble extracelular, una proteína de 130 kDa
denominada deformina o factor deformante que induce su invaginación intraeritrocítica,
habiéndose comprobado que produce indentaciones, hoyos y surcos en la superficie del
glóbulo rojo, movilizada mediante los flagelos unipolares que posee, después es
observada en estructuras vacuolares al interior de los eritrocitos. Los hematíes
parasitados son destruidos por los macrófagos y otras células fagocíticas del paciente
produciéndole una severa anemia hemolítica que puede conducirlo a la muerte.
En esta fase inicial debe realizarse el diagnóstico diferencial con fiebre tifoidea, tifus
murino, leptospirosis, malaria, brucelosis, hepatitis viral, meningitis, anemia hemolítica,
anemia aplástica, leucemias.
Durante la fase aguda cerca del 30% de los casos hospitalizados presentan infecciones
oportunistas intercurrentes, siendo las más frecuentes infecciones por Salmonellas,
toxoplasmosis, histoplasmosis diseminada, tuberculosis miliar, sepsis por
Staphylococcus aureus, Enterobacter, Shiguella dysenteriae, pneumocistosis y
Plasmodium vivax.
Complicaciones no infecciosas
1. Trastornos hemodinámicos: Hipotensión arterial, presencial de piel fría,
cianótica, pulso rápido. Oliguria. Choque.
2. Trastornos del medio interno: Edema de cara, edema de miembros inferiores,
anasarca, respiración rápida y profunda, signos asociados a la acidosis metabólica y
alcalosis respiratoria.
3. Trastornos cardiovasculares: Signos y síntomas relacionados con insuficiencia
cardíaca, pericarditis efusiva, edema agudo pulmonar, taponamiento cardíaco,
infarto agudo del miocardio, arritmia cardiaca, shock cardiovascular, miocarditis y
anasarca.
4. Trastornos respiratorios: Polipnea, cianosis periférica. Signos y síntomas
relacionados con edema agudo de pulmón, efusión pleural, S.D.R.A., neumonía
intersticial.
5. Trastornos neurológicos: Se observan cuadros meníngeos y encefálicos.
Desorientación, delirio, agitación psicomotriz, somnolencia, sopor y coma.
Convulsiones, signos de hipertensión endocraneana, hemiparesia, ataxia. En el
fondo del ojo se encuentra edema de papila, retinopatía con exudado hemorrágico.
6. Trastornos hematológicos: Anemia muy grave o anemia sin respuesta a la
transfusión de paquete globular. Síndrome purpúrico. Signos de coagulación
intravascular diseminada. Leucocitosis con desviación izquierda y síndrome
leucemoide.
7. Trastornos hepáticos: Ictericia, hepatoesplenomegalia, ascitis, coluria, signos de
colecistitis aguda, colestasis hepática, necrosis hepatocelular, hipoalbuminemia.
8. Trastornos gastrointestinales: Ileo, hemorragia digestiva alta. Dolor abdominal
difuso.
9. Trastornos renales: Insuficiencia renal aguda. Hematuria macroscópica o
microscópica. Proteinuria, azoemia, glomerulonefritis.
10. Respuesta inflamatoria anormal: Proteína C reactiva elevada. Leucocitosis
mayor de 20 000. VSG elevada, hipoalbuminemia.
11. Complicaciones gineobstétricas: Aborto, óbito fetal, anasarca, desprendimiento
prematuro de placenta.
12. Otras manifestaciones: En casos aislados, se ha encontrado trombosis venosa
profunda, infarto agudo de miocardio, coriorretinitis y circulación colateral
abdominal.
B. PERIODO INTERCALAR
Sigue a la fase anémica, se caracteriza por que desaparece la fiebre, se detiene la
hemólisis, hay mejoría o desaparecen los síntomas y signos y no se encuentran bacterias
circulantes. Habitualmente es asintomático y puede durar de 1 a 3 semanas,
excepcionalmente puede durar varios meses.
Los síntomas son leves y los más frecuentes antes de la erupción son malestar general
leve, cefalea, febrículas, artralgias y mialgias. Frecuentemente es asintomática.
Las lesiones son de superficie lisa, no dolorosas de color rojo púrpura o rojo violáceo,
únicas o más frecuentemente múltiples y tendencia a sangrar fácilmente. Pueden ser de
tres tipos:
Al inicio de la fase aguda se puede observar las formas bacilares (forma tóxica de la
bacteria), posteriormente las cocobacilares y hacia el final de la fase aguda las cocoides
(formas benignas).
En la fase eruptiva la sensibilidad del frotis es todavía menor, siendo inferior al 10%.
Por lo tanto en áreas endémicas de transmisión el diagnóstico de la fase eruptiva
también es clínico y debe considerarse como caso a todo paciente que cumpla con la
definición de caso. El tratamiento también debe iniciarse en el momento de hacer el
diagnóstico, previa toma de muestra para frotis y hemocultivo.
FIGURA. Bartonella
Bacilliformes formas
bacilares en los hematíes en
frotis de sangre con tinción
Giemsa 5000x aprox.
Diagnóstico serológico
Algunas de las más importantes pruebas serológicas son: las aglutinaciones,
inmunofluorescencia indirecta (IFI), hemaglutinaciones, Elisa, Western Blot,
inmunoblot sonicado (ya se comentó que alcanza una sensibilidad de 70% en fase aguda
y 94% en fase crónica con una especificidad del 100% para ambas fases), anticuerpos
fluorescentes indirectos (IFA), con 82% y 93% de sensibilidad en fases aguda y crónica,
respectivamente.
IX. TRATAMIENTO
MEDIDAS GENERALES Y PREVENTIVAS. Desde el inicio del
tratamiento de todo paciente con Bartonelosis aguda, se aplicarán medidas generales y
preventivas que permitan coadyuvar en la mejoría del cuadro clínico.
GESTANTES
NIÑOS
ADOLESCENTES Y ADULTOS
GESTANTES
En gestantes 1 g/día (2 tabletas de 500 mg) una vez por semana por tres semanas
continuas. El tratamiento alternativo de segunda línea, consiste en la administración de
rifampicina, ertromicina o ciprofloxacino, de acuerdo a las siguientes dosis: