La educación sentimental es una sección de la obra de Flaubert que evoca una alegoría

de nuestra condición humana, debido a que enmarca un cuadro vivo de lo que significa el
momento de independencia y lucha en el mundo, es decir, del crecimiento que nos
compete a cada individuo. Retratándose de Frederic Moreau, siendo una persona que
encarna la inmadurez, anhelos y en paralelo ignorancia de la juventud, la cual caracteriza
al homo sapiens de “vivir”, pero inseguro de lo que cree necesitar y poseer, cuyos deseos
son influenciados y condicionados por su entorno, reflejando además su lucha y vacilación
de encontrar respuestas a preguntas como ¿qué significa vivir? ¿Entregarse a las
pasiones, lujos y vanidad que el mundo ofrece y restriega en la cara? Tales
cuestionamientos enmarcan la historia de este joven, que, movido o empujado por sus
supuestas motivaciones o, mejor dicho, cargas impuestas por segundos y terceros que
pretenden conferirle su lugar en la época, lo llevan a una espiral de experiencias entre
ámbitos opuestos de la sociedad que pretenden darle sentido a su existencia. La
feminidad de las tres mujeres que frecuenta y tiene roce Frederic, son la representación
de dinero, fama y poder en el marco de Arte y Política, interés que en la época son polos
opuestos y contrapuestos. Vivido retrato de su constante danza entre estas mujeres,
evocan a la indecisión y el no saber que se quiere. Placer y Poder son dos elementos
constantes en esta obra, el arte y la política dos caras de una misma moneda, cuyo valor
está sobrevalorado y se piensa que es “dador de significado”, sin embargo, sin sentido a
largo plazo, mientras se han degustado todo deleite y alcanzado todo sueño solo queda la
inconformidad de los años mal gastados.
En su contexto social se relaciona directamente a nuestro protagonista, debido a sus
altibajos económicos, que se solucionan con el transcurso del tiempo en el conflicto
relacionado con las mujeres, estas serían Rosanette, Mme Arnoux y Mme Dambreause,
no solo generan tensión sentimental sino también económica y social al provocar de una u
otra forma sacar a la luz la percepción impuesta sobre nuestro protagonista, lo cual
genera una lucha entre polos opuestos de la realidad social, que obliga y satura Frederic
en indecisión y la inseguridad de sus relaciones, sumado la presión política generada por
los partidarios del progreso y orden, además, de la burguesía y la revolución. A mismo, en
el espectro políticos Frederic Moreau está envuelto en la presión social en su familia y dos
familias más los Arnoux y los Dambreause, los cuales a su vez generarían la etiqueta de
la “clase a la cual pertenece o debería pertenecer” (relaciones románticamente con
mujeres parte de esta familia) se mantenía relación con Mme Dambreuse y Rosanette,
ambas familias eran adineradas y por lo tanto poderosas, relacionadas por partidarios
políticos de orden Conservador y Liberal, cabe mencionar que la política siempre ha
estado envuelta en mentiras, apariencia y falsedad, factores íntimos en cada personaje de
estas familias, un claro ejemplo seria el interés que tiene en cada una de estas mujeres
Frederic Moreau, una por un lado ofreciéndole una vida llena de placeres representado
por lo idílico del arte y la otra en oportunidades de prosperidad económica (influencia
política) para su futuro pero que obviamente su procederes poseen tintes dudosos.
Desde un inicio el factor de economía es el meollo del asunto, debido a que nuestro
protagonista debe heredar poco pero se aventura por más, este interés es un flujo
constante que evoca a las relaciones de Frederic Mureau con el resto de personajes, que
al no tener una buena estabilidad económica, termina relacionándose con familias
pudientes e influyentes los Dambreuse y los Arnoux, además, termina teniendo roces
románticos con mujeres que podrían traerle beneficios económicos, donde estás serían
Mme Dambreuse y Rosanette, ofreciendo por un lado una vida llena de lujos y la otra
oportunidades económicas para inversión o “desarrollo personal”. A manera de
conclusión, la cultura es la bandeja donde se sirve todo este relato, debido a los
paradigmas de la época, cada uno de los actores en esta obra deben “tomar” su lugar en
su clase socioeconómica e inclinarse por un partido político que refleja o evoca sus
valores con respecto al mundo; la cultura es la mesa donde la sociedad, política y
economía se toman un café y se expresan cual debe ser el recorrido de cada persona, el
destino y la participación de cada individuo en el mundo.