Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sobre todo, un mensaje está escrito con sentido común. Un buen mensaje saca el máximo
partido a lo que ofrece el e-mail. Aprovecha su facilidad de acceso, su velocidad, su coste
y su capacidad, para distribuir información con eficacia. Sin embargo, muchos mensajes
de las empresas no cumplen su cometido, porque desatienden alguna de estas seis
características. Por ejemplo:
Uno de los motivos que explica el carácter informal del e-mail, es su velocidad, que
recuerda más a la de una conversación que a la de una carta. Si envía una carta, tendrá
que esperar tres o cuatro días hasta recibir la respuesta y si se trata de una carta
internacional, puede tardar incluso semanas. Con el e-mail puede recibir la respuesta en
tres o cuatro horas o incluso, en cuestión de minutos.
Escribir con claridad tiene una serie de efectos beneficiosos, entre ellos:
Escribir con claridad, significa transmitir el mensaje sin que el destinatario tenga que
hacer un gran esfuerzo para comprenderlo. El hecho de que usted entienda lo que
escribe, no significa que ocurra lo mismo con los destinatarios. Escriba con un estilo que
pueda entender el destinatario: escriba en su idioma. Además de escribir bien, también
es importante que conozca la gramática y la ortografía, antes de enviar mensajes.
Sin importar cualquier indicación que se brinde, al respecto del tema, nunca debemos
pasar por alto la regla número uno: los buenos mensajes se escriben pensando en el
destinatario. No pretenden ser ingeniosos, sino eficaces. Sólo así podremos esperar que
sirvan a su propósito y nos deparen los resultados o frutos que proyectamos a ellos, al
momento de decidir y planificar su envío.