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Revista Comunicación. Volumen 19, año 31, Edición Especial, 2010 (pp.

117-124)

Un manojo de poemas
para los tres próceres
Introducción de Luko Hilje Quirós

Hilje Quirós, Luko.


Resumen Un manojo de poemas para los tres próceres
Comunicación, 2010.
Se recopilan 14 poemas dedicados a los héroes nacionales Juan Rafael Mora, año/vol. 19, EDICIÓN ESPECIAL.
Instituto Tecnológico de Costa Rica. pp. 117-124
José María Cañas y José Joaquín Mora, principales líderes de la Campaña ISSN Impresa 0379-3974/ e-ISNN 0379-3974
Nacional contra los filibusteros. Escritos en un intervalo de 154 años (1856-
2010), cuatro de ellos fueron preparados de manera exclusiva para la presente
recopilación.

Abstract
A Collection of Poems for the Three Patriots

The following article compiles fourteen poems dedicated to the national heroes,
Juan Rafael Mora, José María Cañas, and José Joaquín Mora, whom where
principal leaders of the National Campaign against the filibusters. Written
during an interval of 154 years (1856-2010), four of them were prepared for the
exclusive manner of this present compilation.

Una de las mejores expresiones quienes se dedica este número con-


literarias para conmemorar y cantar memorativo.
las glorias de nuestros héroes de la
Campaña Nacional de 1856-1857 Aunque es posible que durante
la representan los himnos y poemas, esa coyuntura se escribieran poe-
que tienen en común aspectos tales mas laudatorios a la gesta –que per-
como métrica, cadencia o rima. Por manecieron inéditos para siempre–,
tanto, para este número especial de los primeros publicados pertenecen
la revista me propuse realizar una a Tadeo Nadeo Gómez, quien los
búsqueda que, sin ser exhaustiva, reunió en el “Clarín Patriótico” .
me permitió hacer una selección de Desde entonces no ha aparecido un
Palabras clave:
poemas de buena o excelente cali- poemario completo dedicado a esa
Campaña Nacional, filibusterismo, Juan
dad literaria. epopeya nacional, sino que los poe- Rafael Mora, José María Cañas, José
mas están desperdigados en periódi- Joaquín Mora, Tadeo Nadeo Gómez, Clarín
Asimismo, se concentra no en la cos o formando parte de poemarios Patriótico, Círculo de Poetas Costarricenses,
Campaña Nacional como un todo de temas eclécticos, lo cual dificulta Poesía, Costa Rica.
–tarea pendiente para otra oportu- mucho su localización. Key words:
nidad–, sino en las figuras señeras The Campaign, Filibusterism, Juan Rafael
de los hermanos Juan Rafael y José No obstante, tiene el lector aquí Mora, José María Cañas, José Joaquín Mora,
Joaquín Mora Porras y del general una buena muestra de poemas con Tadeo Nadeo Gómez, Clarín Patriótico, ,
Costa Rican, Poetry.
José María Cañas Escamilla, que es a diferentes concepciones y estilos
literarios, de poetas reconocidos

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Un manojo de poemas para los tres próceres

y otros olvidados. En orden cronológico, emergen Gra- Albán, Julieta Dobles y Arabella Salaverry. Cabe indicar
ciliano Chaverri (1854-1920), Román Mayorga Rivas que los poemas de Marco, Laureano, Julieta y Arabella
(1862-1925), Jenaro Cardona (1863-1930) y Carlos Ga- son inéditos, preparados expresamente para este núme-
gini (1865-1925), seguidos por Carlomagno Araya (1897- ro, por invitación mía, lo cual agradezco profundamente,
1970) y Arturo Echeverría Loría (1909-1966), cuyo bello más como patriota que como editor.
poema a su bisabuelo don Juanito aparece en otro artícu-
lo de este número. Disfruten, pues, lectores, de este manojo de poemas
que ensalzan a las figuras señeras de los tres próceres y
Posteriormente, casi como un bloque, surgen los inno- contribuyen a afianzar tanto el sentido de patria como el
vadores creadores que en el decenio de 1960 fundaron el amor por la libertad y la soberanía que, al precio de sus
Círculo de Poetas Costarricenses. Entre ellos figuran aquí vidas, ellos supieron legarnos.
Jorge Debravo, Alfonso Chase, Marco Aguilar, Laureano

Al General en Jefe de los A Mora 2


Ejércitos Aliados
Don José Joaquín Mora 1 Graciliano Chaverri Morales

Allá del Norte la horda desbordada,


Tadeo Nadeo Gómez envuelta en pavorosa tiranía,
cual las huestes de Atila pretendía
La espada que a la patria libertara dejar a Centro América aherrojada;
de un villano enemigo con su filo:
la que brillante, con pujanza rara, y al oír la estridente carcajada
del filibusterismo cortó el hilo; del yanqui bucanero que venía,
hoy cual estrella refulgente y clara arrojaste el bastón con energía
para el bien de la patria, que es su asilo, y a la lid te lanzaste con la espada.
¡oh invicto Mora! a consagrarla vienes,
de laurel coronadas vuestras sienes. Este hecho que enaltece tu alto nombre,
con otros muchos que la Patria admira,
Testigos sois vosotros ¡oh gloriosos pudo olvidarlos con maldad el hombre…
campos de Santa Rosa peregrinos!
donde tantos soldados valerosos Mas no se borrarán de la memoria
se arrojaron con pechos diamantinos; del noble Pueblo que en el Bien se inspira,
de Rivas los escombros lastimosos, porque este mármol cantará tu Gloria.
de San Juan los raudales cristalinos,
del patriótico ardor que os animaba,
y el éxito feliz aseguraba. Juan R. Mora (En su Centenario) 3

¡Salud, noble guerrero! Llegó el día Román Mayorga Rivas


en que la patria canta la victoria,
cuando al júbilo, gozo y alegría, Hoy renace en la historia el laurel de tu fama,
no reconoce límites la gloria; al eco fragoroso de tu épica pelea,
y en vuestro honor su ardiente simpatía y el alma de la Patria jubilosa te aclama
procura ansiosa, con acción notoria, Salvador providente en la acción y la idea.
celebrar en sus triunfos tan gloriosos
vuestros hechos heroicos, portentosos. Vuelve, desde el empíreo, a nosotros tus ojos
todos misericordia… mira que hemos pecado,
La oliva de la paz en este suelo, trocando a Centro América en corona de abrojos
y en la América toda reverdezca; la de laurel y olivo que le habías dejado.
rómpase el triste y misterioso velo,
que ofusca su existir, para que crezca Es hora de conflicto… hace falta tu aliento
la justicia y la fe, hijas del cielo, sobre nuestra existencia y nuestro pensamiento,
harán que la República florezca; para que el pecho cobre la perdida pujanza
en tanto, vuestra espada victoriosa
no estará descuidada si reposa. de que tú fuiste ejemplo, cuando amoroso y fuerte
a la Patria en tus brazos sacaste de la muerte,
¡con más vida gloriosa y más fe y esperanza!

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Canto épico 4 que Costa Rica con fervor abraza.


Gloria al varón egregio,
Jenaro Cardona cincelado en el mármol espartano,
que al reto del audaz se irguió valiente,
Del noble Prócer de la patria mía
y supo con esfuerzo soberano,
cante la fama su inmortal victoria,
blandir la espada, que en su diestra mano,
y en los bronces esculpa de la historia
fue la aurora triunfal de un sol naciente!
el gesto de su excelsa rebeldía.
Gloria eterna al guerrero
Luzca la patria sus mejores galas,
de altivas y patrióticas proclamas
estallen nuestros cármenes
cuyas frases ardientes como llamas,
en flores y perfumes, como cantos
cantaron las estrofas del acero!
que el sol cristalizó sobre la tierra,
Mármol y bronces para aquel que airado,
y desde el valle a la empinada sierra,
ardiendo en santa indignación, sincero,
y del Pacífico al bravío Atlántico,
escribió con su pluma esclarecida:
un himno de grandeza se levante
“¡Del territorio de mi suelo amado,
sobre las glorias de este Centenario,
será dueño el audaz filibustero
con que la patria agradecida cante
cuando sucumba mi último soldado!”
a su héroe legendario!
Y Costa Rica entera, unificada,
por el fuego de Mora, en una idea,
Desde allá de la América del Norte,
“Sí –contestó resuelta y abnegada:
las águilas arteras
antes mil veces confundida sea
en su grandeza ufanas y altaneras,
esta patria tan noble y tan amada!”
con el osado porte
Y resonó el clarín en las ciudades,
que presta la conciencia de la garra,
y en la lejana aldea,
la turba bucanera
y conmovió los valles y los montes
hacia el Sur, sigilosa tendió el vuelo,
con sus vibrantes notas,
y fueron sus siluetas sobre el fondo
que escucharon ansiosos los patriotas
purísimo del cielo,
cual grito de una madre dolorida,
cual fatídicos puntos suspensivos,
y la patria tan sólo estuvo atenta,
afrenta del azul de la bandera
a vengar con honor la odiosa afrenta
¡de esta patria de libres y de altivos!
que le infirió el audaz liberticida.
La mercenaria hueste
------
alzó su tienda en la vecina hermana
Y allá van los valientes, los labriegos,
en son de guerra; y la conquista impía
calzando la sandalia,
con su ferrada bota
el caite primitivo,
holló la tierra centroamericana.
con el fusil de pedernal al hombro
y el filoso machete a la cintura,
Era Wálker, el yanqui,
a escarmentar al tirador certero
el hombre rudo de los ojos zarcos,
de superiores armas;
de alma fiera, de pecho endurecido,
ni trepidan, ni tiemblan de pavura…
audaz y temerario en la embestida;
¡Para batir al rudo bucanero,
cabeza cincelada
les sobra su fusil y su bravura!
con los rasgos del héroe o del bandido.
Y es de ver su entusiasmo y bizarría
Tal el guerrero osado, el esclavista,
en las marchas forzadas,
el jefe de la histórica Falange.
bajo el ardiente sol del mediodía,
Que buscó en el azar de injusta guerra,
por barrancos profundos,
eternos ideales de conquista
y por las altas sierras escarpadas.
de esta fecunda y orgullosa tierra
Y son los labradores,
que amamantó la savia de los bravos….
los fuertes y tranquilos propietarios,
¡Cachorros de leones
que animados de bélicos ardores
no saben ser esclavos!
se tornan en celosos libertarios.
Ayer no más regaban sus sudores
Y así fue como el Prócer legendario,
los surcos fecundando -rico vientre
el símbolo genuino de una raza,
de la amorosa madre-
en su derecho fuerte
y al oír del clarín la voz sonora,
alzó el pendón de Libertad o muerte,
van a empuñar el arma redentora.

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Un manojo de poemas para los tres próceres

Disciplina y valor, nada les falta, mientras vela fatídico a su lado


sufridos y abnegados, el espantoso espectro de la guerra!
ni la duda del triunfo les asalta,
ni siéntense jamás acobardados. La patriótica hueste, en Santa Rosa,
Ellos saben que el yanqui está a las puertas tuvo el bautizo de su noble sangre…
del amado terruño, Allí cayó, resuelta y valerosa,
y hay que arrojarlo sin piedad del suelo saltando la trinchera
con el fusil de chispa, o con el puño! de la enemiga gente aventurera;
Y allá van, presurosos, y era de ver, bajo el nutrido fuego,
bajo el sol tropical que los calcina, el valor, la indomable bizarría
resueltos, belicosos, del soldado bisoño, del labriego,
trasponen el barranco o la colina que osado ante el peligro se batía.
dorada por los rayos de la tarde, Como león que acosa la jauría,
que plácida declina, con impaciencia, al enemigo reta
y entre arreboles de topacios arde. en furiosa y mortal acometida;
Y por las noches, el vivac presenta y ante el brillante empuje
escenas de animado colorido… de su acero triunfal, la bayoneta,
un lienzo de Meissonier en que palpita la mercenaria turba huyó vencida.
el hondo sentimiento de la patria, Luego Rivas, la homérica jornada,
cuando una recia tempestad la agita. cuyo fulgor alumbra todavía
En grupos se congregan, la tea de sublime llamarada
y departen alegres los soldados, del Tambor inmortal ¡Santamaría!
que ríen con alegre carcajada
el chiste agudo de otro camarada… ¡Y tantos hechos, tantos! cuya historia
Más allá, una vihuela sublima el alma de esta patria noble
acompaña con rasguear sonoro, que fue en la tempestad enhiesto roble
la vieja cantinela do tendió sus guirnaldas la victoria.
que repite la voz en rudo coro; Consagremos ufanos la memoria
y aquella alegre música, de este festival de alto civismo,
deshace, ¡noble empeño! al luchador egregio,
de algún soldado torvo y pensativo que fundió, con su amor y patriotismo,
el tempestuoso ceño… en un solo ideal, el sentimiento
Después… quietud y calma en la llanura, de este pueblo viril de fuertes almas
frases entrecortadas, que supo combatir con heroísmo,
silenciosas plegarias de ternura, y conquistar para su empresa, palmas.
algún furtivo beso
al santo escapulario que la madre, ¡Hosanna al prócer de la patria mía,
o la afligida esposa gloria y laureles a su ilustre hermano,
a sus cuellos colgó triste y llorosa. que con él compartió tantas hazañas!
El campo cultivado, ¡Mirto y laurel para el invicto Cañas,
los bueyes, la carreta y el arado, que aguerrido y audaz en la pelea,
y la casita humilde, blandió su espada y secundó una idea!
y el primer hijo a la sazón nacido… Mil veces santa la memoria sea
Todo pasa en montón y confundido del noble prócer, del altivo Mora,
por la exaltada y loca fantasía que salvó con cruzada redentora
que finge un panorama de belleza del culto por su patria, en el anhelo,
ante la horrible realidad salvaje; la majestad augusta de su suelo!
y ese hondo sentimiento de lo incierto, ¡Iluminado apóstol, nada falta
parecido al dolor y a la tristeza, a tu grandeza que el martirio exalta,
azota cual mar en recio oleaje ni a tu gloria de excelso libertario:
el altivo peñón de su coraje! que en la patria que altivo defendiste,
Silencio y calma en la llanura toda… abandonado y triste,
Arriba, las estrellas, encontraste tu cruz y tu calvario!
cual pupilas de luz, lloran reflejos
sobre aquellos valientes que dormitan
en el regazo amable de la tierra

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Don Juanito 5 Aquí, Juanito, aquí hunde tu hueso,


ahora que los odios amortajan,
Carlos Gagini con su baba humillante, el dulce suelo
que tú abonaste con tu costilla blanca.
¡Oh tiempos en que ardiente patriotismo
embriagaba las almas y esta tierra
Dame tu hueso, tu buen hueso, tu
temblaba de furor cuando en la sierra
hueso mártir, blanquísimo y honrado.
oyó el HURRA feroz del vandalismo!
Tu hueso mártir para abrir mentiras,
tu blanco hueso para arar el campo,
“¡A morir o a vencer con heroísmo!”
tu honrado hueso para abrir canteras
rugieron los clarines. “¡A la guerra!”
en la roca del dólar, tu buen hueso
Y de los nuestros el valor aterra
para echar a cantar los campanarios.
la falange infernal del despotismo.

Si algún día la patria indiferente, Don Juan Rafael Mora 8


al ver su independencia amenazada,
de su letal marasmo no despierta, Alfonso Chase

¡oh sombra del gran Mora! álzate airada, Cada vez que mi mano se alza
y como el CINCUENTA Y SEIS, tu voz potente, para saludar a la bandera
Grite a tus hijos sin cesar: “¡Alerta!”. o tirar una piedra
o para amar a un cuerpo,
don Juan Rafael está en mi sangre.
Juan Rafael Mora 6 Junto a las ciudades polvorientas
y cerca del árbol
Carlomagno Araya y en el agua
insiste tu memoria en extenderse sobre el pueblo
Sacerdote del templo del decoro,
y allí circula tu palabra:
soldado de las huestes de la fama,
un fuego
fulgió tu corazón como la llama
quieto y terrible entre la vida
que da al crisol donde se funde el oro.
fértil.
Tus enemigos viven todavía,
Urna bendita que guardó el tesoro
y se esconden entre los relojes
de lo que Costa Rica en verdad ama.
y las letras
Árbol en cuya más erguida rama
y te vuelven a asesinar
hizo un nido mi cántico sonoro.
mientras tu pueblo conversa
con el sol.
Tu figura se yergue cual si fuera
Una mano que escribe,
el asta que sostiene una bandera
o que trabaja,
hecha para retar los huracanes.
y otra que áspera inscribe tu nombre en las paredes,
señala la procreación hermosa de los cuerpos
¡Presenten armas! huestes de la Aurora,
en el recuerdo valiente y claro
que al bravo Capitán Juan Rafael Mora
de tu ejemplo.
le hacen guardia de honor nuestros volcanes.

Hamacas y cañones 9
Invocación a Juanito Mora 7
Marco Aguilar
Jorge Debravo
Solo los de la casa podían decirle Juan,
Aquí, Juanito, aquí, en esta piedra
quiero decir sus padres y unos pocos parientes.
hunde tu hueso, en estas casas
Nosotros no pudimos, sencillamente
clava tu hueso, el hueso tuyo,
porque no nos salía. Viéndolo por la calle, viéndolo
terriblemente libre desde el alma,
detrás de un mostrador o inclusive detrás
tu patriótico hueso, tu agudísima
del escritorio de la Presidencia, para nosotros
y profunda manera de comprender la patria.
era siempre Juanito, no tanto por su mínimo tamaño
sino por el cariño que todos le teníamos. Le tenemos.

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Un manojo de poemas para los tres próceres

No podemos negar que era bajito, a los traidores, a los mentirosos. Muy tarde comprendió lo que pasaba
tal vez de la estatura de Bolívar. y entonces fue más alto que ninguno:
Todos supimos siempre de sus cosas, no suplicó, no se puso a temblar cuando escribió las cartas, no maldijo.
su ser ligeramente deshonesto en cosas de negocios, Lo fusilaron y él aceptó su muerte como aceptó su vida:
esa mala costumbre de de pie frente a las balas.
favorecer en algo a sus parientes Por desgracia esas balas sí acertaron. Todas, todas. Ni una sola falló.
como era lo habitual en esos tiempos. Pero como eran nuestras, las recibió con gusto.
Pero pasó algo extraño con Juanito:
que comenzó a crecer siendo ya adulto.
¡Qué curioso! Juanito desconocido 10
Todos nos sorprendimos al mirarlo Laureano Albán
unos cuantos centímetros más alto Juanito Mora
el formidable día de la Proclama, tuvo que ser sueño
y se mantuvo así hasta la hora porque era destino.
en que echó a caminar con sus soldados
en el seco verano de ese año, Pasa la página del ayer,
ese viaje impensable para otros. De inmediato pasa el silencio del ayer,
vimos que había crecido nuevamente y estuvimos hablando del asunto. pasa la rosa
Pero hubo muchos que se quedaron cómodos sangrienta todavía del ayer.
sorteando en sus hamacas los calores Y Juanito persiste,
y soñando en la muerte de Juanito. ya no como una historia,
Siempre han estado allí, siempre a la sombra sino como una
pero de vez en cuando se levantan dirección de profecías,
de sus sueños malditos viendo cómo lo ensucian, ellos, como un aullido
los que nunca supieron defender con un rifle que a veces le incomoda
las fronteras amadas que cuidan de sus hijos, haciendas y mujeres. al abandono urdido del amor,
Los que no merecían ni merecen tener hijos, esposas, como un cetro
mucho menos que se volvió mortal,
que los sepulten en esta misma tierra. para nunca morir.
Y todavía
se levantan de nuevo después de tantos años los mismos descastados, Ah, patria,
los mentirosos llenos de lagañas, los que nunca pudieron la pequeña con creces,
ni pueden la que ya no es bandera
ni podrán porque sólo jirones
reducir un milímetro la altura de Juanito ni borrarle ese brillo de los ojos. necesita el olvido.
Porque nadie, nadie puede negar que fue valiente. Ah, patria, patria, patria,
¡Ah, cómo soñaría William Walker acertarle transfigurada al fin
aunque fuera un balazo, un único balazo, un solitario como todos los sueños:
balazo en la cabeza y observar su cerebro destrozado, hoy Juanito te tiene
su sangre irreprochable en media calle! más miedo que a la guerra…
Pero ese Porque antes era simple
no era el destino de Juanito y por cada balazo que lo erraba morir sin pronunciarlo,
crecía por lo menos dos milímetros. pero hoy hasta la niebla
Parecía indestructible: no se ahogaba, tiene traje de fiesta,
no caía del caballo ni lo mataba el cólera. ¡Era enorme! para que baile en todas las calles
Pero él y sus soldados derrotaron la patria arrodillada,
a un enemigo sólido, tangible, y más tarde perdieron la batalla por un dólar de más,
frente a alguien tan pequeño que no pudieron ver jamás por un dólar de menos.
pero que los mataba: una bacteria. Y sin saberlo,
le traían la peste a sus familias como un regalo trágico del viaje. Y Juanito,
Nunca hubo en la historia de los pueblos desfile victorioso que tuvo que morir,
más lleno de tristeza, con las carretas llenas de cadáveres, para volverse brisa,
patrióticos cadáveres que nunca más levantarían un rifle, se detiene a llorar
sostendrían un arado, cosecharían los frutos de la tierra. un minuto imposible,
Con todos ellos se devolvió Juanito y por todos lloraba. en este poema roto
Al poco tiempo tuvo que exiliarse, cuando sus enemigos se fortalecieron; que la patria de ahora
pero no soportaba vivir lejos y pronto regresó, creyéndoles no entenderá jamás.

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Invocación a don Juanito 11 hoy


cuando la Patria
Julieta Dobles esta niña húmeda
se sienta en el umbral del desconsuelo
Más de centuria y media que dijiste
para llorar su desamparo
no al invasor, no al esclavista.
Y de muchas maneras encontraste
hoy
el amor de este pueblo,
cuando la Patria
como una bandera desgarrada
niña matutina
por la guerra y la peste,
es mordida con dentellada sucia
pero firme ante el reto
por caínes
de confirmar la Patria.
 
Hoy
Hoy te necesitamos,
hoy como nunca Juanito
urgente, urgente, urgente,
escucho a esa Patria núbil
don Juanito.
que te llama
Necesitamos tu voz y tu esperanza,
y pide tu voz de libertad
tu amor inconmovible
de roca en la tormenta.
Hoy
Muchos han malherido
desde la alta Talamanca
de la Patria el futuro,
hasta el San Juan
venden el patrimonio de todos,
esta Patria tuya
hipotecan la playa, el mar,
nuestra Patria
el suelo generoso.
espera
El último ha raído la fe del pueblo,
que se replique tu voz
ha corrompido la esperanza,
en el pecho del honesto
y se pasea orondo,
pavo soberbio y torpe,
Hoy
por las sendas del mundo,
que se replique tu voz
mintiendo y escondiendo
y lleve una vez más
sus timos verdaderos.
coraje y dignidad
 
para vestir de nuevo
Por eso, don Juanito,
a esta Patria niña
te invocamos, urgente.
de esperanza
Danos ira y valor
para expulsar por siempre A Cañas 13
tanto filibustero.
La traición de unos pocos ha vendido Graciliano Chaverri Morales
lo que con tanto celo y dolor
tú y los tuyos guardaron. Aquí la muerte halló tu patriotismo,
La Patria zaherida que es el fin de los grandes redentores,
reclama tu presencia, mas, si apagar quisieron tus fulgores,
héroe de la alborada.                                     con nueva luz se iluminó tu heroísmo.

Las cadenas, la cárcel y ostracismo,


Juanito Mora esperanza12 del cadalso el fantasma y sus horrores,
no imponen a los pechos vencedores
Arabella Salaverry el cobarde temor del servilismo.
Hoy
Y que la vida quiten inhumanos
cuando a la Patria
los que quisieron empañar tu gloria,
esta niña sencilla
que ya se despejaron los arcanos,
se la vende en burdel con luces de colores
cuando se la entrega a cambio de cuentas de cristales
los oscuros nublados de la Historia,
y el porvenir se lee en idioma extranjero
y contemplan los pueblos soberanos
esta piedra erigida a tu memoria.

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Un manojo de poemas para los tres próceres

José María Cañas 14 2 Aparecido en la prensa el 8-12-1918, con motivo de la inaugura-


ción del monumento erigido en la Plaza Mora y Cañas, en Punta-
renas. Ahí se indica que se había publicado en “El Comisionista”
Alfonso Chase el 8-2-1914 (suscrito con las siglas G. Ch. M.), con la dedicatoria
“En el Centenario de su natalicio”.
Puntarenas, octubre 2 de 1860
Mi querida Lupita:
3 Aparecido en la prensa en febrero de 1914, y firmado por “R.
Voy a ser fusilado dentro de dos horas.
Mayorga Rivas”. Es de suponer que se trata de este poeta nica-
A nadie culpes en tu dolor por semejante suceso;
ragüense-salvadoreño, muy conocido en su tiempo.
esto hazlo en memoria mía…
4 Aparecido en el Diario de Costa Rica, Suplemento Ilustrado (1-
De cuerpo entero ante la historia. 5-1929, p. 4), con motivo de la inauguración de la estatua de don
Tibio, un atardecer Juanito Mora en la capital. No obstante, parece haber sido escri-
to en 1914, ya que tiene una dedicatoria que dice: “A la memoria
inscrito en nuestra historia con la sabiduría de las consejas del Prócer Juan Rafael Mora en su centenario”, y nuestro Héroe
y aparecido de pronto en los caminos, Mayor nació en 1814.
para señalar las rutas
5 Aparecido en la prensa en varias ocasiones.
y el canto de las carretas,
anudado a nuestros huesos 6 Aparecido en Primavera (1930), primer poemario de dicho autor
y cercano a las horas. (sin sello editorial).
Desligado del cuerpo y vivo por los libros
7 Tomado de “Milagro abierto” (2ª ed., 1977). Editorial Costa Rica.
como un ejemplo sencillo Publicado con la autorización de dicha editorial.
o un relámpago nuevo,
don José María Cañas 8 Tomado de “El libro de la patria” (1976). Editorial Costa Rica.
que vive entre memorias y entre recuerdos muere,
9 Inédito, escrito en julio de 2010.
es la conciencia última
de los días 10 Inédito, escrito en julio de 2010.
en que por amor al pueblo se moría
bajo la sombra de un árbol, 11 Inédito, escrito en mayo de 2010.
con un poema de guerra 12 Inédito, escrito en mayo de 2010.
escrito sobre el pecho.
13 Aparecido en la prensa el 8-12-1918, con motivo de la inaugura-
NOTAS ción del monumento erigido en la Plaza Mora y Cañas, en Punta-
renas.
1 Tomado de Juan Rafael Quesada (2006), “Clarín patriótico: la
guerra contra los filibusteros y la nacionalidad costarricense” 14 Tomado de “El libro de la patria” (1976). Editorial Costa Rica.
(Museo Histórico Cultural Juan Santamaría- Colegio de Licencia-
dos y Profesores).

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