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Vascularización del útero

La irrigación del útero deriva principalmente de las arterias uterinas, con posible aporte
colateral de las arterias ováricas. Las venas uterinas entran en el ligamento ancho con las
arterias y forman un plexo venoso uterino a ambos lados del cuello del útero. Las venas
de este plexo drenan en las venas ilíacas internas.

MOORE

La vascularización uterina, que proviene principalmente desde las arterias uterinas y


ováricas. La arteria uterina, una rama principal de la arteria ilíaca interna —
anteriormente llamada arteria hipogástrica— ingresa a la base del ligamento ancho y se
dirige en sentido medial por ambos lados del útero. Aproximadamente 2 cm lateral al
cuello uterino, la arteria uterina se entrecruza con el uréter. Una vez que la arteria uterina
ha alcanzado la porción supravaginal del cuello uterino, se divide. Su rama más pequeña,
la arteria cervicovaginal desciende y suministra sangre al cuello uterino inferior y la parte
superior de la vagina. La rama principal de la arteria uterina gira abruptamente hacia
arriba y viaja en dirección cefálica a lo largo del margen lateral del útero. A lo largo de su
recorrido, esta arteria principal proporciona una rama de tamaño considerable a la parte
superior del cuello uterino y luego otras numerosas ramas mediales penetran en el cuerpo
del útero para formar las arterias arqueadas. Como lo indica su nombre, cada rama
se arquea a través del órgano al cruzar dentro del miometrio justo debajo de la superficie
de la serosa. Los vasos arqueados de cada lado se anastomosan en la línea media
uterina. Las arterias radiales se originan en ángulos rectos desde las arterias arqueadas y
viajan hacia adentro a través del miometrio, entran en el endo- metrio/decidua y se
ramifican allí para convertirse en arterias basales o arterias en espiral. Las mismas irrigan
la capa funcional. También llamadas arterias rectas, las arterias basales se extienden sólo
hasta la capa basal.

Además de la arteria uterina, el útero recibe suministro de sangre de la arteria


ovárica (véase figura. 2-10). Esta arteria es una rama directa de la aorta y entra en el
ligamento ancho a través del ligamento infundibulopélvico. En el hilio ovárico, se divi- de
en ramas más pequeñas que ingresan al ovario. Como la arte- ria ovárica se extiende a lo
largo del hilio, también emite varias ramas a través de la mesosalpinx para irrigar las
trompas de Fa- lopio. Su tronco principal, sin embargo, atraviesa toda la longitud del
ligamento ancho hacia el cuerno uterino. Aquí, forma una anastomosis con la rama
ovárica de la arteria uterina. Este sumi- nistro doble de sangre uterina crea una reserva
vascular para pre- venir la isquemia uterina si se realiza la ligadura de la arteria
ilíaca interna o la ligadura de la arteria uterina para controlar la hemorragia posparto.

Las venas uterinas acompañan a sus respectivas arterias. Tal como las venas
arqueadas se unen para formar la vena uterina, que desemboca en la vena ilíaca
interna y luego en la vena ilíaca común. Parte de la sangre de la porción superior del
útero, del li- gamento ancho y el ovario se recolecta por varias venas. Dentro del
ligamento ancho, estas venas forman el gran plexo pampiniforme que desemboca en la
vena ovárica. Desde aquí, la vena ovárica de- recha desemboca en la vena cava,
mientras que la vena ovárica iz- quierda desemboca en la vena renal izquierda.

WILLIAMS OBSTETRICIA

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