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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS

OCCIDENTALES

“EZEQUIEL ZAMORA”

LA FAMILIA EN ROMA.
REGIMEN JURIDICO
DOCENTE: INTEGRANTE:

Abg. Orlena Tovar ZAMBRANO JUAN. C.I: V-18.326.507

Sección: B

MANTECAL; NOVIEMBRE DEL 2020


CONCEPTO DE FAMILIA, FUNDAMENTACIÓN POLÍTICA.

En Roma una familia estaba integrada no sólo por las personas ligadas por
vínculos de sangre, i.e., cónyuges e hijos, sino también todos los que
dependendian del "pater familias" (esclavos, libertos y clientes). Una familia
romana, era mucho más amplia que una familia actual y podía estar formada por
cientos de personas.

La familia romana era un pequeño país donde el padre era el gobernante,


con derechos establecidos sobre sus integrantes y responsabilidad legal por ellos
ante la sociedad. Desde un principio Roma se había organizado en gens, en
manzanas donde vivían gentes unidas por un mismo apellido; vivían en familia,
pero en familia directa, con un solo padre, con una sola autoridad, y en régimen
monogámico.

 El Pater Familias:

Tenía la obligación de mantener a la familia, representarla políticamente y


oficiar los ritos religiosos domésticos. Tenía autoridad sobre todos los miembros
de su familia, incluso decidir sobre su vida o su muerte.

 Los Hijos:

Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-
orum", término que procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A pesar del
nombre, la situación jurídica de los hijos difiere poco de la de los esclavos ya que
la "patria potestas" daba al "pater familias" un enorme poder sobre ellos.

Este poder se sustanciaba en los siguientes derechos:

 "Ius exponendi", derecho a aceptar o no dentro de la familia al recién


nacido.
 "Ius vitae necisque", derecho a ordenar la muerte de cualquiera de los
hijos.

 " Ius vendendi", derecho a vender a los hijos como esclavos. 

 La Esposa:

La situación de la esposa estaba condicionada por el tipo


de matrimonio que la uniera a su marido. Existían dos clases: el más antiguo
era el matrimonio "cum manu". En virtud de este matrimonio el padre renunciaba
a la patria potestad sobre su hija para asumirla el esposo. El matrimonio "cum
manu" fue sustituido por el matrimonio "sine manu", en que el padre, a pesar del
matrimonio, conservaba la "patria potestas" sobre la hija. Esta circunstancia daba
cierta independencia a la mujer. Este matrimonio se podía disolver por iniciativa de
cualquiera de los cónyuges (la esposa debía consultar con sus padres). El trámite
era muy simple y rápido. Consistía en enviar a la pareja una nota con este
mensaje: "Tuas res tibi habeto".

 Esclavos:

Los esclavos eran personas privadas de libertad, explotadas


como fuerza de trabajo, a las que se podía comprar y vender como vulgares
mercancías. En Roma la condición de esclavo podía adquirirse por varias
vías: Por nacimiento. Todo hijo de una esclava se convertía automáticamente en
esclavo del dueño de su madre, eran particularmente apreciados por su fidelidad y
recibían el nombre de "vernae". Por derecho de conquista. Los romanos
subastaban ("sub hasta") como esclavo a todo enemigo capturado en el curso de
una guerra. Esta costumbre pervivió hasta la Edad Moderna. Por insolvencia. Un
deudor insolvente podía ser reducido a esclavitud por sus acreedores. El
dinero obtenido de la venta era destinado a cubrir la deuda
contraída. Por exposición o venta. Era habitual en Roma abandonar a los hijos
recién nacidos si no eran acogidos en el seno familiar. Los bebés expuestos
podían ser recogidos por cualquiera para criarlos y venderlos como esclavos. Los
esclavos eran comprados y vendidos por los "mangones".

Los niños esclavos eran considerados frecuentemente como juguetes, pues


en ese tiempo los juguetes de los niños eran animales (aves, perros, conejos (para
las niñas)), aunque también existían casos de verdadero afecto. Los niños
y adolescentes esclavos favoritos eran liberados, teniendo casi en todo los
mismos derechos que los nacidos libres (joyas, cortejos, vestidos de príncipe),
salvo en el atuendo característico (praetexta) de los nacidos libres.

 Libertos:

Los libertos eran esclavos manumitidos, liberados por su amo. Era


frecuente que el "pater familias" manumitiera, concediera la libertad, a los
esclavos más fieles y laboriosos, sobre todo en su testamento. Jurídicamente los
libertos, a pesar de ser libres, eran ciudadanos incompletos ya que tenían
derechos civiles (casarse con una romana,), pero no políticos. Sus hijos,
en cambio, ya gozaban de la plena ciudadanía.

Los libertos nunca llegaron a formar una clase social, sobretodo porque los


hijos de los libertos eran considerados libres, nacían libres. Los libertos eran casi
todos comerciantes o artesanos, y era bastante frecuente que llegasen a ser más
ricos que los propios amos o que cualquier noble.

 Clientes:

Los clientes eran ciudadanos libres que habían establecido una relación de


apoyo y socorro mutuo con otros "pater familias" mejor situados social y/o
económicamente que ellos. Estos "pater familias" recibían el nombre de patronos.

El cliente debía prestar al patrono: Apoyo electoral e incluso militar; presentarle


sus respetos todas las mañanas ("salutatio") a cambio podía contar con la ayuda
del patrono en los pleitos y en las dificultades económicas. De hecho los que
carecían de medios recibían en la "salutatio" una cestita, la "sportula",
con alimentos para el día.

PARENTESCO.

Parentesco viene del padre o la madre, el abuelo u otros ascendientes de


quien se desciende. Los romanos entendían el parentesco en dos sentidos: el
parentesco del derecho civil y el natural; cuando concurren ambos derechos, se
contrae un parentesco natural y civil a la vez.

Tipo de Parentesco: "Agnatio" y "Cognatio".

El natural, es el que deriva de las mujeres cuando tienen hijos ilegítimos; es


natural y civil, cuando derivan de un matrimonio legítimo.

El parentesco natural se llama así o se le denomina "cognatio", y el civil es


designado corrientemente "agnación", que es el que viene por línea del varón.

LA "AGNATIO": es el parentesco civil fundado sobre la autoridad paterna, ya que


del paterfamilias dependía la composición de la familia, siendo libre de cambiarla a
su arbitrio. Cuando muere el cabeza de familia, los que le estaban sometidos
empiezan a constituir distintas familias, pero continúan unidos por el parentesco
agnaticio.

LA "COGNATIO": es el parentesco que une a las personas descendientes unas


de otras en línea directa o que descienden de un autor común, sin distinción
de sexo.

Clases Y Grados De Parentesco (Afinidad):

Tenemos el parentesco natural y el parentesco por afinidad. En el


primero se distingue: a) el parentesco en línea directa o recta, que se divide en
dos: la ascendente y la descendente, de la primera derivan por el segundo grado
las líneas colaterales. El parentesco en línea recta es aquel que une a dos
personas, de las cuales una desciende de la otra y b) el
parentesco   colateral, que es aquel que une a dos personas que descienden de
un mismo autor, sin que la una descienda de la otra, como los hermanos y sus
descendientes los tíos paternos y maternos. El parentesco por afinidad es el que
se origina por el matrimonio y lo forman los parientes de uno de los esposos y los
parientes del otro. En el parentesco por afinidad no hay grados.

Nacimiento: Cuando un niño nacía era depositado por la comadrona en el suelo.


Si el padre aceptaba al hijo, lo recogía u ordenaba que fuera amamantado; en
caso contrario era abandonado en un vertedero o junto a la columna Lactaria.

Las causas que llevaban a un padre a rechazar a un hijo eran muchas


(defectos físicos, dudas acerca de la paternidad, ...). Eso sí, era más fácil que
fuera expuesta una niña que un niño.

La exposición de un hijo no deseado era una práctica tan habitual en Roma


que ni las leyes consiguieron frenarla (desde Rómulo existía una ley de
dudosa eficacia que penaba con la confiscación de la mitad del patrimonio el
abandono de un varón o de una hembra, si ésta era la primera hija).

LEGITIMACIÓN: Los hijos habidos de concubinato, llamados liberi naturales,


seguían la condición de la madre, en virtud del hecho cierto de la maternidad. El
derecho posclásico introdujo la legitimación como medio jurídico por el cual el hijo
natural alcanzaba el carácter de legítimo, quedando sometido a la patria potestas
en calidad e alieni iuris. Para que la legitimación fuera válida, era menester que el
hijo fuera procreado por padres unidos en concubinato. No había legitimación si lo
hijos eran adulterinos, fruto de uniones en que los padres o alguna de ellos estaba
casado; o incestuosos, nacidos de parientes en grado prohibido, o espurios, que
eran los demás ilegítimos.

POTESTADES DE PATER FAMILIA


El poder del pater familias era llamado patria potestas —patria potestad en
español—. La potestas (potestad o poder) es distinta de la auctoritas, que también
es tenida por el pater. Bajo la Ley de las XII Tablas, el pater familias tenía vitae
necisque potestas (poder de vida o muerte) sobre sus hijos, su esposa y
sus esclavos, de todos los cuales se decía que estaban sub manu —bajo su mano
—. Para que un esclavo se convirtiera en un ciudadano libre, tenía que ser
liberado «fuera de la mano» del pater familias, de ahí los
términos manumissio y emancipatio. Por ley, en cualquier circunstancia, su
palabra era absoluta y final. Si un hijo no era querido, bajo la ley de la República
Romana tenía el poder o potestad para ordenar la muerte del niño por exposición.
También tenía el poder para vender a sus hijos como esclavos; la ley romana
preveía, sin embargo, que si un hijo era vendido como un esclavo tres veces,
dejaba de estar sujeto a la patria potestas y el poder de aprobar o rechazar
matrimonios de sus hijos e hijas; sin embargo, un edicto del emperador
romano Augusto «proveía» que el pater familias no pudiera negar ese permiso
levemente.

Solo un ciudadano romano disfrutaba del status de pater familias y solo


podía haber un hombre ejerciendo el oficio dentro de un hogar. Los hijos varones
adultos seguían estando bajo la autoridad de su padre mientras este viviera, y no
podían adquirir los derechos de un pater familias al menos, en teoría legal, toda su
propiedad era adquirida a cuenta de su padre, y él, no ellos, tenía la autoridad
última para disponer de ella. Quienes vivían en su propia casa a la muerte de su
padre adquirían el status de pater familias sobre sus respectivas casas. Con el
tiempo, la autoridad absoluta del pater familias tendió a debilitarse, y derechos que
teóricamente existían no eran aplicados ni se insistía en ellos.

 PATRIA POTESTAD.

Desde un punto de vista estrictamente jurídico, a todos los que estaban


sujetos a la patria potestad (patria potestas), se los veía como una extensión del
largo brazo paterno (longa manus). En efecto, era el principio indiscutido
del derecho romano respecto a que todo lo que fuera comprado, como niños o
esclavos, cayera en la esfera jurídica del pater familias.

La palabra familia deriva del latín familia, literalmente el conjunto de


los famuli (fámulos o siervos), aquellos que tienen una relación de dependencia
del jefe de familia, el paterfamilias. En la antigüedad, en el concepto latino se
yuxtaponían la familia iure proprio y la familia doméstica. La primera no tenía
relación con el parentesco, se encontraba vinculada con relaciones de tipo
político-económico y religioso; la segunda se fundaba en la consanguinidad.
El paterfamilias era el jefe absoluto de ambos que disponía, como cosas de
su propiedad, no solo de los bienes y de los esclavos, sino también de la madre y
del hijo.

Más tarde, la familia perdió importancia como entidad política y se convirtió


en patriarcal, acogiendo más generaciones de consanguíneos bajo el mismo
techo. El poder del 'paterfamilias' sobre su familia era limitado por la ley y
por familia se entendía ahora el conjunto de los esclavos que pertenecían al
mismo propietario.

 ACCIONES PARA LA DEFENSA.

La acción, que en concreto poseía el paterfamilias par loa defensa de sus


intereses en la relación con los sometidos a su potestad, se denominaba
vindicatoria; y para el correcto entendimiento dela misma, fuerza tener presente
que los hijos, dentro de la organización plebeya de la familia, prácticamente se
asimilaban a las cosas que hacían parte del patrimonio familiar en cabeza del
páter; Pero si bien la acción que amparaba el derecho de propiedad sobre las
cosas era la reivindicatoria (rei y vindex; rei: cosa; vindex: venganza),la llamada a
amparar la patria potestad tenia por nombre acción vindicatoria, con apoyo en la
cual el páter acudía ante el magistrado para que, con la intervención de este, se
hiciera posible la devolución de un hijo que otra persona mantenía en su poder sin
derecho alguno.
Los interdictos, por su parte, llamados a restablecer situación de hecho que no de
derecho, fueron dos: el de liberis exhibendis y el de liberis ducendis.

El interdicto de liberis ducendis estaba dirigido a la recuperación de la posesión


del hijo, fuere o no propio. Es que, si un romano tenía otro como hijo, real o
aparentemente, y era privado de la posesión de este, podía utilizar dicho interdicto
para el logro de restablecimiento de la posesión.

El interdicto liberis exhibendis, con carácter prejudicial, tenía por objeto el que
fuera exhibida la persona hija de familia, en punto a que esa forma se hiciera
factible el ejercicio posterior de la acción vindicatoria.

 EXTINCIÓN.

En principio, la patria potestad tenía carácter de perpetuo y por ello la


mayoría de edad del hijo no le ponía fin. Aun así hubo acontecimientos fortuitos
que hacían imposible su ejercicio tales como la muerte del pater, causa natural de
extinción; la capitis deminutio máxima, que lo convertía en esclavo, y la «media»,
que le hacía perder la ciudadanía, porque la patria potestad solo era ejercitable
por los ciudadanos romanos.

A estas causas de extinción se le agregan otras de origen antiguo, como la


elevación del hijo varón a sacerdote de Júpiter y a la mujer a virgen vestal, y en el
derecho justinianeo el desempeño de funciones públicas de importancia, como si
el hijo fuera designado miembro del consejo imperial, cónsul, prefecto pretorio, etc.
También la patria potestad del pater se extinguía si aceptaba ingresar al hijo de
otra familia por adopción o a las hijas por el convenio in manu.

PECULIOS.

Refiere a la cantidad de bienes o dinero propio de una persona. El término


nace del Derecho y de cómo funcionaba la sociedad romana; de allí que, se
entienda también como el uso comercial que le permite el dueño de una hacienda
a su hijo o siervo.

 Castrense.

Alude al patrimonio que agrupa un hijo de una familia durante el ejercicio de


la profesión militar.

 Cuasi Castrense.

son los bienes que adquiere un siervo durante el ejercicio de su cargo en la


iglesia o corte imperial.

 Adventincio o Bona Adventencia.

Se le conoce como el conjunto de bienes que se hereda de la madre, abuela o


cónyuge. Recibe el nombre de Bona materna.

LA IUSTAE NUPTIAE.

 Celebración.

Formas de celebración de las Iustae Nuptiae: Se perfecciona por la libre


voluntad de un hombre y una mujer que quieren ser marido y mujer, esto es, por lo
que los romanos denominan affectio maritalis. esposos, por su caída en
esclavitud, y por divorcio o repudio.

 Condiciones de Validez.

Exigió el derecho civil cuatro condiciones para la validez del matrimonio:


La pubertad en los contrayentes, el consentimiento de éstos, el consentimiento del
jefe de familia y el disfrute del connubium.
La exigencia de la pubertad en los contrayentes era tanto como reclamar
como condición para las justas nupcias la capacidad natural, a la cual se oponía la
impubertad, en la cual estaban incursos los varones menores de 14 años y las
mujeres menores de 12, fuera de que en el derecho justinianeo fueron señalados
como como incapaces para celebrar las iustae nuptiae los eunucos. Tocante al
requisito del consentimiento de los contrayentes, cabe puntualizar que ese
ingrediente del matrimonio no era entendido de forma similar a como se le estima
en la actualidad, dado que en roma no bastaba el acuerdo inicial de la pareja,
puesto que el mismo debía prolongarse por toda la vida de los casados, o sea,
que debía ser duradero y continuo. De ahí que los romanos, más que de
consensus, habran de affectio. El consentimiento de paterfamilias, aunque
imprescindible en un comienzo, a la larga quedo reducido a aquiescencia pasiva,
supuesto que al efecto bastaba que el páter no se opusiera al matrimonio del
sometido a su potestad. Es más, si el paterfamilias, sin motivos suficientemente
valederos, rehusaba el consentimiento, la Lex Julia estatuyó que en subsidio podía
acudirse al magistrado. Pero tratándose de hijos varones, además del
consentimiento del paterfamilias, se hacía necesario igualmente el del padre,
puesto que eventualmente los hijos del nuevo matrimonio podían quedar
sometidos a su patria potestad. En el nuevo derecho, y con relación al matrimonio
de las mujeres menores de 25 años, fue exigido el consentimiento de los parientes
próximos, con el agregado de que, en el caso de disensión, el problema debía ser
dirimido por autoridad judicial.

Un último requisito para la iustae nuptiae lo constituyo el ius connubium o


derecho a contraer justas nupcias, derecho este, que, para poder ser ejercido,
conllevaba la ausencia de impedimentos matrimoniales. Esos impedimentos
surgían de la causas éticas, sociales, políticas y religiosas; y se subdividían en
absolutos y relativos, según que hicieran imposible el matrimonio con cualquier
persona, o solo entrañaran obstáculos para que el matrimonio pudiera efectuarse
entre determinadas personas.
 Efectos.

Según el tipo de matrimonio:

 cum manu: el esposo adquiría toda la potestad de los bienes de la esposa


ya que la mujer se hacía patrimonialmente incapaz y los derechos
sucesoriales de la familia se anulaban con la llegada del esposo.
 sine manu: se hacía una división de bienes ya que el varón no poseía
potestad sobre su mujer lo que acarreaba si la mujer era alieni iuris que los
bienes pertenecían a su paterfamilias y si era sui iuris la mujer tenía
absoluto control sobre sus bienes y su cónyuge no tenía poder alguno a
menos que la mujer se los diese para s administración a lo que se llamó
bienes extra dotales o parafernales, todo esto cambio con la llegada del
dote que fue parte importante de la vida romana ya que la mujer se veía
moralmente obligada a dar un dote para efectuarse el matrimonio, se veía
como un aporte al matrimonio para su sostenimiento.

Los efectos del matrimonio romano están bajo el iustae nuptiae y


algunos de ellos son que sus hijos serán legítimos ciudadanos romanos y
pueden estar bajo la patria potestad del pater, se crea un vínculo de
afinidad con la otra familia, se forma una obligación de fidelidad por parte
de la mujer, se prohíbe la infamia por parte de los cónyuges.
 absolutos:
 castración, esterilización, existencia de un matrimonio anterior no extinto.
 relativos:
 prohibición por parentesco, adulterio, funciones públicas de los
gobernadores de provincias que no podían tener esposa que fuese de la
provincia que administraba, o el de los patricios y libertos, entre otros.

 LOS ESPONSALES.
En Roma para que existiera el matrimonio, debía existir una promesa formal
por parte de los futuros cónyuges para poder celebrarlo, esta misma diligencia
podía ser realizada también por sus respectivos paterfamilias, a quienes se les
daba el nombre de ESPONSALES. Las mujeres casadas entraban a formar parte
de la familia del marido; el pater mediante la manus maritalis obtenia su potestad.
La esposa se hacía filifamilias y quedaba sometida al nuevo pater. ocupaba el
lugar de hija si su cónyuge era el pater ocupaba el lugar de nieta si el marido se
encontraba bajo la potestad paternal, la mujer no tenía capacidad jurídica. Si era
Sui Iuris; todos sus bienes se transmitian al pater.

DISOLUCIÓN.

La disolución se daba por los siguientes acontecimientos:

A.- Muerte de uno de los conyugues.

B.-Capitis diminutio máxima de alguno de los conyugues. La causa más común


era la perdida de la libertad por cautividad de guerra.

C.- Capitis diminutio media: disolución del matrimonio por la pérdida de


ciudadanía, cuando llevaba aparejada la pérdida del Ius Connubii; se convertía en
concubinato.

D.-Falta de afecttio maritallis.

E.-Por declaración unilateral del conyugue (REPUDIUM).

F.-Mutuo consentimiento.

G.- culpa de un conyugue por casos tipificado por la ley.

H.- Por circunstancias que hicieran imposible el matrimonio como impotencia,


esterilidad, cautividad prolongada y voto de castidad.

UNIONES DISTINTAS A LA IUSTAE Y A LA NUPTIAE.


Independientemente de las iustae nuptiae y debido a las características
específicas de ellas, que ya conocemos, el Derecho romano reconoció y reguló
otras uniones licitas de carácter marital, aunque con consecuencias inferiores a
aquellas que producían el iustum matrimoniun, estas uniones son:

1. Concubinato: Es una unión marital de orden inferior al iustum matrimonium,


pero al igual que éste es de carácter monogámico y duradero, de igual modo
reconocido por la ley, siendo totalmente diferente a cualquier relación de carácter
pasajero, las cuales eran consideradas ilícitas.

Esta especie de matrimonio, nació como consecuencia de la prohibición de


realizar iustae nuptiae cuando existía desigualdad de condición social entre los
futuros cónyuges.

Su reglamentación data de la época de Augusto y solamente estaba


permitida entre personas púberes y solteras, estando prohibido entre personas
con algún grado de parentesco, al igual que sucedía con el matrimonio legítimo.

Según Paulo, sólo se podía tener una concubina y siempre y cuando no


existiese mujer legítima; es decir, que esta unión es también monogámica, con la
salvedad de que si un filiusfamilias llevaba a cabo una unión de éste tipo, no era
necesario el consentimiento del pater, ya que la mujer no entraba a formar parte
de la familia agnática de marido, y los hijos nacidos de esta unión, seguían la
condición de la madre y no la del padre, no pudiendo éste, por tanto, ejercer la
patria potestad. Consecuentemente, los hijos nacían sui iuris. Este tipo de unión
fue frecuente entre el funcionario de provincia (ciudadano romano) y una mujer de
dicha provincia.

A partir de Constantino el padre podía legitimar a los hijos y con Justiniano


se les reconocen ciertos derechos a la herencia paterna,27permitiéndose también
que el concubinato se convirtiera en matrimonio legítimo.

2. Contubernio: Se llamaba así a aquella unión de carácter marital existente entre


esclavos o entre un libre y un esclavo. No tenía consecuencias jurídicas de
ninguna especie, los hijos nacidos de tal unión seguían la condición de la madre
no reconociéndose ningún parentesco de carácter agnático, sino únicamente un
parentesco natural llamado cognatio servilis existente entre padres e hijos por un
lado y hermanos y hermanas, por otro; con el objeto de que si llegaban a adquirir
la libertad, no se pudiese celebrar una unión matrimonial entre personas parientes
en estos primeros grados, debido a estar en contra de la naturaleza.

3. Matrimonio Sine Connubio: Ya con anterioridad se reconocía la obligación de


proporcionar alimentos a estos hijos. Es aquella unión de carácter marital que se
celebra entre personas que por alguna razón no gozaban del conubium o, cuando
menos, una de ellas no gozaba de él. Estas uniones fueron frecuentes entre
peregrinos y en ningún caso eran consideradas como una unión ilícita. Para su
celebración, en términos generales se debía cumplir con los mismos requisitos
que para las iustae nuptiae pero no tenía los mismos efectos jurídicos, ya que los
hijos nacían sui iuris. Este tipo de unión marital con relativa facilidad se podía
convertir en iustae nuptiae con todas las consecuencias de ellas.

La institución que nos ocupa no tuvo mayores repercusiones, máxime que


al extenderse la ciudadanía a un número cada vez mayor de habitantes en todo el
Imperio, disminuía el número de personas que no gozaban de la prerrogativa que
era el conubium.

LA LEGITIMACIÓN.

Es el procedimiento para establecer la patria potestad sobre los hijos


nacidos fuera del matrimonio. Este procedimiento para establecer la dependencia
surgida como consecuencia de la patria potestad, tuvo una mayor importancia en
la época de los emperadores cristianos. La legitimación podía llevarse a cabo
mediante tres procedimientos distintos:

a. Matrimonio subsiguiente: Por el matrimonio subsiguiente de los padres, en


cuyo caso, para que el hijo pudiese ser legitimado, tenía que ser hijo de padres
que pudieran contraer legítimo matrimonio, siendo muy común que relaciones
de carácter marital que quedaban bajo la figura del concubinato se convirtieran en
iustiae nuptiae. Esta circunstancia se dio con mayor frecuencia desde la época del
emperador Constantino.

b. Oblación a la curia: Este procedimiento de legitimación fue creado bajo el


reinado de Teodosio II y Valentiniano III; consistía en que el padre que deseaba
legitimar un hijo nacido fuera del matrimonio, lo ofreciera en la curia de su pueblo
natal para desempeñar el cargo de decurión; si se trataba de una hija, casándola
con uno de ellos.

Los decuriones eran funcionarios administrativos encargados de la recaudación


de impuestos y respondían por ello con su fortuna personal. Por tanto, al entrar a
desempeñar el puesto, tenían que

contar con una cantidad determinada de bienes; si se trataba de una hija, se le


daría una cantidad equivalente como dote. Este tipo de legitimación tenía efectos
jurídicos limitados, ya que el hijo así legitimado se convertía en agnado de su
padre, no así en agnado de los agnados de él.

c. Rescripto del emperador: En cuyo caso el padre natural debía solicitar la


legitimación al emperador, el cual podía concederla o no. El padre podía hacer
esta solicitud incluso en su testamento, para sí poder dejar al hijo como heredero,
situación que solo sería válida en el caso de no existir hijos legítimos este
procedimiento fue el más usual a partir de la época de Justiniano.

LA ADOPCIÓN. CONCEPTO, ESPECIES, FORMAS Y EFECTOS.

La adopción fue muy frecuente en las familias romanas, como ya


sabemos, la familia sólo subsistía por el parentesco agnático creado por línea
masculina; por tanto, era necesario establecerlo a fin de que la familia no
desapareciese. Por otro lado, debido a que la patria potestad se establecía
principalmente como consecuencia de las iustae nuptiae, era necesaria la
adopción para la continuidad de la familia. Existen dos clases de adopción:

a. La adopción de una persona sui iuris, que se llama adrogación y


b. La adopción de una persona alieni iuris, que es propiamente la adopción.

Es el procedimiento mediante el cual el paterfamilias adquiere la patria


potestad obre el filiusfamilias de otro pater, el cual tenía que dar su consentimiento
para que este acto se llevara a cabo. Era un acto de menor repercusión que la
adrogación, motivo por el cual no intervenían los pontífices ni los comicios por
curias, aunque no dejaba de entrañar riesgos para el adoptado sobre todo
en materia sucesoria.

Originalmente la adopción se llevaba a cabo mediante tres ventas ficticias


de la persona que se daba en adopción, ya que debemos tener presente que el
paterfamilias que vendía tres veces a su hijo perdía la patria potestad sobre él,
regla establecida desde la Ley de las XII Tablas. Una vez realizadas estas ventas
ficticias, el adoptante reclamaba ante el pretor el derecho de ejercer la patria
potestad sobre aquella persona que iba a adoptar. En este procedimiento que
implica en sí un simulacro de emancipación, el paterfamilias que cedía la patria
potestad figuraba como demandado.

Se podía dar el caso de adoptar a un hijo emancipado o a un descendiente


de este hijo Bajo Justiniano se simplificó todo este procedimiento ficticio de venta y
fue suficiente con una simple manifestación de voluntad de los dos paterfamilias
expresada ante un magistrado. Como ya señalamos, la adopción entrañaba
riesgos para el adoptado, puesto que desde el momento en que desaparecía la
relación agnática con su familia, perdía todos los derechos a la sucesión cuando el
paterfamilias muriese; y si tenemos en cuenta que el padre adoptivo lo podía
emancipar, perdía también los derechos sucesorios que se habían establecido
como consecuencia de la adopción.

En la época de Justiniano se reforma la ley y se presentan dos situaciones


diferentes para que el adoptado no quede desprotegido; por un lado, en aquellos
casos en que el adoptante es extraño a la familia, el adoptado adquiere derechos
a la sucesión, pero no pierde sus derechos a la sucesión de su anterior familia, en
caso de que existiese una emancipación. Por otra parte, si el adoptante es un
ascendiente, los peligros son menores, pues aun existiendo una emancipación,
subsiste el lazo de consanguinidad, lazo que el pretor tendrá en cuenta en el
momento de abrirse la sucesión. En un principio no era necesario el
consentimiento del adoptado para llevar a cabo la adopción, pero también con
Justiniano cambió esta situación, y si bien no era necesario su consentimiento
expreso, cuando menos era menester que estuviese de acuerdo. La legislación
justinianea señala que el adoptante debía tener cuando menos 18 años más que
el adoptado26.

LA ADROGACIÓN: CONCEPTO, REGLAS ESPECIALES, EFECTOS.

La adopción, entendiéndose por ella aquella institución de derecho civil


cuya finalidad es establecer determinadas relaciones de carácter agnático
semejantes a las existentes entre el paterfamilias y el filiusfamilias. De esta
manera se introduce en la familia y queda bajo la autoridad de su jefe, una
persona que en la mayor parte de los casos no tiene ningún tipo de parentesco
cognático con él. Es la forma más antigua de adoptar; data prácticamente de los
orígenes de Roma. Por medio de ella se permitía que un paterfamilias adquiera el
derecho de ejercer la patria potestad sobre otro paterfamilias. Por ser ésta un acto
muy trascendental y de suma importancia -puesto que acarreaba la desaparición
de una familia con todas las consecuencias que esto implica- era necesario
someterlo a varias consideraciones, tanto desde el punto de vista religioso como
del social o político. Desde la perspectiva religiosa, se debía notificar la decisión
de la futura adrogación a los pontífices, para que éstos la aprobasen, ya que a
consecuencia inmediata que les afectaría, sería la desaparición de un culto
familiar determinado.

Por otro lado, era necesario informar del caso a los comicios por curias a
efecto de que en ellos se votase a favor o en contra de la adrogación, para lo cual
el magistrado que presidía el comicio dirigía tres rogaciones al futuro adrogado a
fin de que recapacitase sobre el hecho; si éste insistía, se procedía a votar. Si la
votación era afirmativa el adrogado renunciaba solemnemente a su 26 Las
mujeres bajo ninguna circunstancia podían adoptar, pero en la época del
emperador Diocleciano y como casos excepcionales, se permitió realizar adopción
única y exclusivamente para fines sucesorios

culto privado, acto que se conoce con el nombre de detestatio sacrorum y


aceptaba la pertenencia a su nuevo pater. A partir del siglo III, en la época del
emperador Diocleciano, se suprimieron todas estas solemnidades y fue suficiente
con una autorización del emperadores para poder llenas a cabo la adrogación.
Una vez cumplidos los requisitos del caso, el adrogado quedaba bajo
la autoridad paterna del adrogante, al igual que las personas que estuvieron
sometidas a dicha autoridad, disponiendo el adrogante desde ese momento de
los bienes del adrogado. En los primeros siglos de Roma, estuvo absolutamente
prohibida la adrogación del sui iuris impúber, ya que se consideró que éste no
tenía la suficiente madurez para realizar un acto de esa naturaleza y lógicamente
era algo que el tutor no podía decidir por él.

A partir del Emperador Antonio el Piadoso si fue posible llevar a cabo este
tipo de adrogaciones pero con características especiales; esto es, si al momento
de llegar a la pubertad el adrogado decidía que el acto de la adrogación celebrada
no era conveniente a sus intereses, podía dirigirse al magistrado para cancelarla y
recobrar su calidad de sui iuris. Lógicamente, recuperaba la administración y
disponibilidad de sus bienes.

REGLAS COMUNES A LA ADOPCIÓN Y LA ADROGACIÓN.

 El adrogado debía consentir en la adrogación, mientras que en la adopción


esto no fue necesario. 
 El adoptante debía tener pubertad plena; es decir: 18 años más que el
adoptado y 36 más que se toma por nieto. El adoptante debería tener 60
años. 
 La adrogación se permitía a los que no tenían hijos bajo su autoridad. 
 Las mujeres no pueden adoptar. Bajo Diocleciano se permitió hacerlo a una
pobre madre a la que se le había muerto su hijo. 
 Los esclavos no podían ser adoptados, aunque una declaración de
adopción hecha por el amo vale para el esclavo su manumisión. 
 la adrogación de los hijos nacidos fuera de matrimonio solo era permitida en
el derecho clásico; pero Justiniano hizo la excepción a los hijos naturales
nacidos del concubinato, pues al mismo tiempo prohibió adrogarlos.

REFORMA DE JUSTINIANO.

Justiniano obtuvo gran fama a raíz de sus reformas legislativas, y en


especial a raíz de la revisión y compilación de todo el Derecho romano.56
Partiendo de la premisa de que la existencia de una comunidad política se
fundaba en las armas y las leyes, Justiniano prestó especial atención a
la legislación y pasó a la posteridad por ser el inspirador del Corpus iuris civilis. La
intención de este código era recopilar una serie de leyes de la jurisdicción romana
y armonizarla todo lo posible con la cristiana a fin de crear un Imperio homogéneo.
Su pensamiento circundó, durante toda su actividad como emperador, en la idea
del poder imperial sustentado por la gracia divina, es decir, que el emperador era
el representante de Dios sobre la Tierra.

La monumental compilación del derecho romano, realizada al inicio del


reinado del Emperador (años 528 a 534) en lengua predominantemente latina,
concluye la evolución jurídica del derecho de Roma. Sobre ella se efectuarán los
renacidos estudios romanísticos, a partir del siglo XI, y se fundará la recepción del
derecho romano en los países greco-latinos y en Alemania. La totalidad de la obra
legislativa de Justiniano se conoce hoy en día como el Corpus iuris civilis. Está
compuesto por el Codex Iustinianus, el Digesto o Pandectas, las Institutas y
las Novellae.

Las Institutas de Justiniano serán la conclusión de reiterados intentos


previos en reunir el derecho vigente en un cuerpo legal, recogiendo tanto
las leges como los iura. Colaborarán en tal emprendimiento las escuelas de Berito
y Constantinopla, a través de juristas integrantes de ellas.
TUTELA DE LOS IMPUBERES.

La función primordial del tutor era el buen manejo de la fortuna del pupilo y


no la de ocuparse de forma directa de su guarda educación. Por tal razón, debía
efectuarse un inventario de los bienes pertenecientes al pupilo para que, con base
en el mismo, le fueran restituidos. De no hacerse tal inventario se consideraría al
tutor culpable de fraude; no cabía excusa de ninguna naturaleza para no haberlo
efectuado y, en consecuencia, estaba obligado a indemnizar al pupilo de los
posibles daños ocasionados. El deber fundamental del tutor era conservar intacto
el patrimonio del pupilo. Un requisito introducido por Justiniano es que el tutor no
podía ser acreedor ni deudor de su pupilo y si esta circunstancia se diese, no al
principio de la tutela sino durante ella, debería de renunciar al cargo. En caso de
no hacerlo perdería su crédito, o bien no se le reconocía como acreedor de la
deuda.

El poder dado al tutor no es equivalente a la patria potestad sino más bien


una facultad que tiene como objetivo la protección de los pupilos. Se trata de una
institución regulada lógicamente por el derecho civil pero no es exclusiva de éste,
ya que también la encontramos en muchas ocasiones en el derecho de gentes.

Para poder ejercer la tutela era necesario cumplir con los siguientes
requisitos: ser libre, ser ciudadano romano, de sexo masculino y tener más de 25
años.

El paterfamilias podía designar en su testamento tutor para sus hijos,


situación que se reconoce ya expresamente en la Ley de las XII Tablas y que
conocemos con el nombre de tutela testamentaria.

En el supuesto caso de que ésta no existiese y fuese necesario designar


tutor, se llamaría al agnado más próximo del pupilo. A esta tutela la conocemos
con el nombre de legítima, puesto que corresponde, por disposición de la ley, al
pariente más cercano.
Si se daba el caso de que no existiese ningún agnado del pupilo, el
magistrado sería el encargado de nombrar un tutor. A esta tutela la conocemos
con el nombre de dativa.

De estos tres tipos de tutela la primera es la más importante y excluye


automáticamente a las otras, así como también la tutela legítima excluirá a la
dativa. En el caso de existir tutor nombrado por testamento, el paterfamilias que lo
hubiese designado podría prever la situación de la falta de tutor por algún motivo
y, para evitar que se tuviese que recurrir a la tutela legítima, se podrían nombrar
varios tutores, uno en sustitución de otro.

Se podía presentar también la situación de la existencia de pluralidad de


tutores que desempeñaban conjuntamente la función. Al ejercer la tutela el tutor se
encontraba con una serie de restricciones.

En primer lugar, el no poder efectuar ninguna donación en nombre del


pupilo, inclusive no podía dar la dote a ninguna mujer miembro de la familia;
tampoco podía enajenar ningún predio rústico o suburbano, salvo si era necesario
y conveniente para pagar deudas urgentes del pupilo, en cuyo caso se debería dar
aviso al magistrado, a efecto de que éste designase que bien se debería enajenar.
A partir de la época de Constantino esta misma situación se presenta en relación
con los predios urbanos. Finalmente, en ningún caso, el tutor puede hacer uso
personal de las rentas o capital que administra; es más, si no invertía debidamente
el patrimonio administrado, debía pagar intereses procedentes de su propio
patrimonio.

En el desempeño de sus funciones, el tutor debe realizar todos los actos


jurídicos necesarios para la administración de los bienes del pupilo, pudiendo
darse dos situaciones: que obre él solo en representación del pupilo; esto es, la
gestio del tutor, o bien que sea el pupilo el que actúe con la auctocritas del tutor;
es decir, con la conformidad de éste en relación con el acto celebrado por el
pupilo.

La autocritas le dará al tutor en aquellos casos en los cuales el pupilo tenga


más de siete años, o sea que no se trate de un infante son, al decir de los
romanos, de un mayor infantia. Por tanto, la gestio se dará siempre en caso de ser
el pupilo un infans; esto es, entre en nacimiento y los siete años, y la auctocritas
en los casos de mayor infantia, es decir, entre los 7 y los 14 años. Las causas por
las cuales se podía poner término a la institución de la tutela eran dos tipos:
razones que atañan directamente al pupilo, o bien relacionadas con el tutor. Entre
las primeras, podía ocurrir por haber llegado a la pubertad, por muerte, o por
cualquiera de la capitis deminutiones; si era la mínima estaríamos frente a la
adrogación. En el segundo caso figuran la muerte del tutor, la circunstancia de que
éste sufriera capitis deminutio, la existencia de una excusa para seguir
desempeñando el cargo encomendado, o bien por ser destituido.

Al término del desempeño de su cargo, el tutor deberá en todos los casos


rendir cuentas al pupilo en relación con los bienes cuya administración se fue
encomendada; tal obligación estaba sancionada por la actio tutelae y en caso de
que ésta no fuera correcta o faltasen bienes tendría que cubrir el doble de
su valor. El tutor tenía obligación de rendir cuentas bajo un inventario en relación
con el efectuado al principio del desempeño de sus funciones, En ese momento el
pupilo era asistido por un curador.

 Funciones y Facultades del Tutor.

Las funciones del tutor en la tutela de los pupilos impúberes se concretan


en las dos más importantes: la gestión de los negocios del tutelado (negotiorum
gestio) y la asistencia a los actos del pupilo mediante la interposición de su
autoridad (auctoritatis interpositio).

La función primordial del tutor no es cuidar de la persona del pupilo, sino más


bien de la administración de su patrimonio. Las funciones del tutor se resumen en
la auctoritatis interpositio y en la gestio del patrimonio pupilar. La intervención del
tutor en los negocios del menor sigue sus cauces diversos según se trate de
impúberes que hayan rebasado la infancia o de infantes.

Si el pupilo ha salido de la infancia, el tutor, presente en el acto o negocio del


que se trate, le presta su asentimiento. El tutor complementa la deficiente
capacidad del impúber, o lo que es lo mismo, le capacita para actuar. Sin
embargo, los actos realizados por el impúber infantia mayor sin la asistencia del
tutor son válidos en la parte que importan ganancia y nulos en la desfavorable. Así
el negocio realizado sin su asentimiento, sólo valen parcialmente, en lo que le
favorece al menor. En cambio, el propio pupilo infantia mayor puede realizar sin
necesidad de asentimiento del tutor (auctoritatis interpositio) todos aquellos
negocios que signifiquen una adquisición, sin contrapartida (donación).
La negotorium gestio tiene lugar en los casos de absentia e infantia del pupilo, así
como siempre que se prefiera recurrir a ella. Presupone la administración de los
negocios del impúber como si fuesen propios: no se trata de cooperar con éste en
los actos jurídicos, sino de celebrarlos sin su propia presencia, recayendo los
efectos de los mismos en la cabeza del tutor. Es el tutor quien se constituye en
situación de propietario, deudor, o acreedor. Es decir, los efectos se producen en
cabeza del tutor y deben ser trasladados al pupilo con un nuevo acto.

Las facultades del tutor son muy amplias. En principio, como resabio de una
vieja concepción, se considera que actúa "como si fuera él el dueño" (domini loco)
Y el único límite es que actúe en interés del pupilo y no para expoliarle. Pero,
luego, se siente la necesidad de establecer frenos: una oratio del emperador
Septimio Severo prohibe al tutor enajenar los praedia rustica et suburbana, y, al fin
de la evolución, Justiniano sólo permite enajenar al tutor cosas perecederas o de
escaso valor.

 Obligación del Tutor y Acciones que nacen de la Tutela.

Se comprende que a las amplias facultades del tutor deba corresponder


responsabilidad muy acentuada y toda una gama de acciones para exigirla. El
pretor obliga a concluir una stipulatio de que "las cosas del pupilo quedarán a
salvo". A fin de proteger y amparar aún más al incapaz, se derivaron varias
acciones de tutela; se entendía por ello, en sentido general, el derecho de
perseguir en justicia lo debido cuando el derecho había sido lesionado.

Además, hay dos acciones, procedentes de la época de las XII Tablas:

 Actio suspecti tutoris: es una acción expedita para todos (acción popular),
menos para el pupilo; lleva aparejada una nota de infamia, y se dirige contra el
tutor testamentario que obra dolosamente. En la época imperial se llega a la
remoción del cargo, y no ya sólo de la administración, mediante el
nombramiento de un nuevo tutor por el magistrado. Por último, es permitida la
remoción sin accusatio, siempre que el tutor sea inepto o traiga en abandono la
gestión. Dentro del Derecho justinianeo, puede dirigirse la accusatio contra
toda clase de tutores, quienes incurren en infamia en el caso de haber obrado
con dolo.

 Actio rationibus distrahendis: es de carácter penal y tiende a proteger al


pupilo contra las sustracciones del tutor legítimo. La pena se cifra en el doble
del valor de la cosa sustraída. En el Derecho justinianeo se aminora su carácter
penal, pudiendo dirigirse contra cualquier tutor, y no ya sólo contra el legítimo.

A estas acciones vino a añadirse, al final de la época republicana, otra


sanción de carácter infamante:

 Actio tutelae: es una sanción de carácter infamante, y se ejercita por el


pupilo al término de la tutela. Por medio de ésta, el pupilo exige al tutor la
reparación de los daños que éste le hubiera ocasionado en su patrimonio con
una mala gestión. Creada con relación al tutor dativo, se extendió después a los
demás tutores.

Al principio, el tutor sólo responde del dolo, pero más tarde le alcanza
también la culpa. Así contra el tutor dativo inoperante se concede, bajo Marco
Aurelio, una actio utilis tutelae. Por razón de los desembolsos hechos durante
el desempeño de su cargo, se otorga al tutor una acción, llamada actio tutelae
contraria en los textos justinianeos.

 Extinción de la Tutela.

La tutela, se extinguía por causas referentes al pupilo y al tutor. Entre las


primeras, o sea, referidas al pupilo, encontramos:

 a) El arribo del pupilo a la pubertad.

 b) La muerte del pupilo.

 c) La capitis deminutio del pupilo, máxima, media y mínima.

 d) La llegada del término o de la condición resolutoria.

Entre las causas de extinción de la tutela, relacionadas con el tutor, encontramos:

 a) La muerte del tutor.

 b) La capitis deminutio máxima y media.

 c) La remoción del tutor.

 d) La renuncia del tutor.

 e) Excusas tales como, él haber cumplido 70 años, pobreza del tutor o


posesión de un número de hijos superior a tres.

CURATELA. CONCEPTO, TIPOS (LOCUS, PRODIGO, MENORES DE 25


AÑOS.)

Se define como una institución del derecho civil que permite representar y
asistir a aquellas personas que, por una causa particular o accidental, se
encontraban incapacitadas para administrar su patrimonio. Dichas personas eran
confiadas a un curador, quien para desempeñar su cargo debía poseer cualidades
similares al tutor, es decir, ser libre, ciudadano romano y del sexo masculino.
Los que estaban sujetos a la tutela eran los infantes (menores de 7 años) y,
los impúberes (aquellos hombres y mujeres que no hubiesen alcanzado la edad de
14 y 12 años). Asimismo, las mujeres púberes sui juris (tutela mulierum).

Estaban sujetos a curatela eran los furiosi (enfermos de sus facultades


mentales con intervalos de lucidez), del pródigo (persona que dilapidaba los
bienes que hubiera recibido de sus parientes paternos ab intestato y más tarde a
todos aquellos que también dilapidaran bienes recibidos por testamento), del
menor púber de 25 años (la cura minorum). Existían en casos especiales una
curatela de impúberes.

 CLASES DE CURATELA.

La curatela pude ser legítima, cuando la ley la otorga al agnado más próximo y a


falta de éste a los gentiles; o bien puede ser honoraria, cuando el magistrado, a
falta de curador legítimo, hace las designaciones. Por disposición de las Doce
Tablas, se da un curador a las personas púberas y "sui iuris" afectadas de locura o
interdictas por prodigalidad. Después esta curatela fue extendida a los sordos,
mudos, "mente capti" y a los enfermos graves. Comúnmente se da también
curador a los menores de veinticinco años y excepcionalmente a los pupilos.

Cuando los locos tenían un intervalo lúcido se consideraban como


plenamente capaces, no siendo así, son nulos sus actos sin distinguir si hacen
mejor o peor su condición. Mientras el loco tiene intervalos lúcidos, el curador
conserva su título, pero pierde sus funciones, para asumirlas en cuanto vuelva a
manifestarse la locura.

Curatela de los Pupilos, El impúbero en tutela puede por excepción tener un


curador en los siguientes casos: 1) Cuando el tutor logra excusarse
temporalmente da lugar al nombramiento de un curador, que sólo administra; si
hiciere falta autorizar, entonces se procede a nombrar un tutor especial. 2) Cuando
ha sido rechazada una excusa al tutor y éste apela al magistrado superior,
mientras se resuelve su apelación se da un curador al pupilo. 3) Cuando el tutor
sostiene un proceso contra su pupilo. 4) Cuando un tutor es incapaz, aun siendo
fiel, se le adjunta un curador.
CURATELAS ESPECIALES.

Fuera de los casos comunes, había curatelas especiales:

1) Como la que se da al impúbero que está en tutela, para ciertos actos en los
cuales el derecho antiguo le daba un tutor "praetorius" (cuando había un proceso
entre el tutor y el pupilo).

2) Como la del "alieni iuris" que tiene bienes adventicios cuya administración le ha
sido quitada al padre.

3) También es una curatela especial la que se da por el magistrado al


simplemente concebido llamado a una sucesión.

4) Finalmente las curatelas propuestas para la administración de los bienes de un


cautivo, de una herencia yacente o de un deudor insolvente.

LA VENIA AETATIS

hacia finales del Siglo III de la era cristiana, fue consagrada por los
emperadores como beneficio a los menores adultos, esto es, a quienes no habían
cumplido los veinticinco años, para que sus actos se entendieran como realizados
por los mayores de esta edad. Dicho beneficio, para ser otorgado por rescripto
imperial como correspondencia, requería, la práctica de un examen tendente a
establecer la conveniencia de la pedida habilitación de edad para varones y
mujeres no menores de veinte y dieciocho años respectivamente. Si la venia
aetatis era otorgada por el emperador, las consecuencias eran las de poner
término a la curatela a que estuviera sometido el púber menor, quien, además
perdía el derecho de acudir a la in integrum restitutio por razones de minodidad,
supuesto que, a partir del favor de la venia aetatis, la posibilidad de la restitución
solo iba a ser factible en los mismos casos en que lo seria para los mayores de
veinticinco años.

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