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Derecho Romano I Unidad IV
Derecho Romano I Unidad IV
OCCIDENTALES
“EZEQUIEL ZAMORA”
LA FAMILIA EN ROMA.
REGIMEN JURIDICO
DOCENTE: INTEGRANTE:
Sección: B
En Roma una familia estaba integrada no sólo por las personas ligadas por
vínculos de sangre, i.e., cónyuges e hijos, sino también todos los que
dependendian del "pater familias" (esclavos, libertos y clientes). Una familia
romana, era mucho más amplia que una familia actual y podía estar formada por
cientos de personas.
El Pater Familias:
Los Hijos:
Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-
orum", término que procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A pesar del
nombre, la situación jurídica de los hijos difiere poco de la de los esclavos ya que
la "patria potestas" daba al "pater familias" un enorme poder sobre ellos.
La Esposa:
Esclavos:
Libertos:
Clientes:
PARENTESCO.
PATRIA POTESTAD.
El interdicto liberis exhibendis, con carácter prejudicial, tenía por objeto el que
fuera exhibida la persona hija de familia, en punto a que esa forma se hiciera
factible el ejercicio posterior de la acción vindicatoria.
EXTINCIÓN.
PECULIOS.
Castrense.
Cuasi Castrense.
LA IUSTAE NUPTIAE.
Celebración.
Condiciones de Validez.
LOS ESPONSALES.
En Roma para que existiera el matrimonio, debía existir una promesa formal
por parte de los futuros cónyuges para poder celebrarlo, esta misma diligencia
podía ser realizada también por sus respectivos paterfamilias, a quienes se les
daba el nombre de ESPONSALES. Las mujeres casadas entraban a formar parte
de la familia del marido; el pater mediante la manus maritalis obtenia su potestad.
La esposa se hacía filifamilias y quedaba sometida al nuevo pater. ocupaba el
lugar de hija si su cónyuge era el pater ocupaba el lugar de nieta si el marido se
encontraba bajo la potestad paternal, la mujer no tenía capacidad jurídica. Si era
Sui Iuris; todos sus bienes se transmitian al pater.
DISOLUCIÓN.
F.-Mutuo consentimiento.
LA LEGITIMACIÓN.
Por otro lado, era necesario informar del caso a los comicios por curias a
efecto de que en ellos se votase a favor o en contra de la adrogación, para lo cual
el magistrado que presidía el comicio dirigía tres rogaciones al futuro adrogado a
fin de que recapacitase sobre el hecho; si éste insistía, se procedía a votar. Si la
votación era afirmativa el adrogado renunciaba solemnemente a su 26 Las
mujeres bajo ninguna circunstancia podían adoptar, pero en la época del
emperador Diocleciano y como casos excepcionales, se permitió realizar adopción
única y exclusivamente para fines sucesorios
A partir del Emperador Antonio el Piadoso si fue posible llevar a cabo este
tipo de adrogaciones pero con características especiales; esto es, si al momento
de llegar a la pubertad el adrogado decidía que el acto de la adrogación celebrada
no era conveniente a sus intereses, podía dirigirse al magistrado para cancelarla y
recobrar su calidad de sui iuris. Lógicamente, recuperaba la administración y
disponibilidad de sus bienes.
REFORMA DE JUSTINIANO.
Para poder ejercer la tutela era necesario cumplir con los siguientes
requisitos: ser libre, ser ciudadano romano, de sexo masculino y tener más de 25
años.
Las facultades del tutor son muy amplias. En principio, como resabio de una
vieja concepción, se considera que actúa "como si fuera él el dueño" (domini loco)
Y el único límite es que actúe en interés del pupilo y no para expoliarle. Pero,
luego, se siente la necesidad de establecer frenos: una oratio del emperador
Septimio Severo prohibe al tutor enajenar los praedia rustica et suburbana, y, al fin
de la evolución, Justiniano sólo permite enajenar al tutor cosas perecederas o de
escaso valor.
Actio suspecti tutoris: es una acción expedita para todos (acción popular),
menos para el pupilo; lleva aparejada una nota de infamia, y se dirige contra el
tutor testamentario que obra dolosamente. En la época imperial se llega a la
remoción del cargo, y no ya sólo de la administración, mediante el
nombramiento de un nuevo tutor por el magistrado. Por último, es permitida la
remoción sin accusatio, siempre que el tutor sea inepto o traiga en abandono la
gestión. Dentro del Derecho justinianeo, puede dirigirse la accusatio contra
toda clase de tutores, quienes incurren en infamia en el caso de haber obrado
con dolo.
Al principio, el tutor sólo responde del dolo, pero más tarde le alcanza
también la culpa. Así contra el tutor dativo inoperante se concede, bajo Marco
Aurelio, una actio utilis tutelae. Por razón de los desembolsos hechos durante
el desempeño de su cargo, se otorga al tutor una acción, llamada actio tutelae
contraria en los textos justinianeos.
Extinción de la Tutela.
b) La muerte del pupilo.
Se define como una institución del derecho civil que permite representar y
asistir a aquellas personas que, por una causa particular o accidental, se
encontraban incapacitadas para administrar su patrimonio. Dichas personas eran
confiadas a un curador, quien para desempeñar su cargo debía poseer cualidades
similares al tutor, es decir, ser libre, ciudadano romano y del sexo masculino.
Los que estaban sujetos a la tutela eran los infantes (menores de 7 años) y,
los impúberes (aquellos hombres y mujeres que no hubiesen alcanzado la edad de
14 y 12 años). Asimismo, las mujeres púberes sui juris (tutela mulierum).
CLASES DE CURATELA.
1) Como la que se da al impúbero que está en tutela, para ciertos actos en los
cuales el derecho antiguo le daba un tutor "praetorius" (cuando había un proceso
entre el tutor y el pupilo).
2) Como la del "alieni iuris" que tiene bienes adventicios cuya administración le ha
sido quitada al padre.
LA VENIA AETATIS
hacia finales del Siglo III de la era cristiana, fue consagrada por los
emperadores como beneficio a los menores adultos, esto es, a quienes no habían
cumplido los veinticinco años, para que sus actos se entendieran como realizados
por los mayores de esta edad. Dicho beneficio, para ser otorgado por rescripto
imperial como correspondencia, requería, la práctica de un examen tendente a
establecer la conveniencia de la pedida habilitación de edad para varones y
mujeres no menores de veinte y dieciocho años respectivamente. Si la venia
aetatis era otorgada por el emperador, las consecuencias eran las de poner
término a la curatela a que estuviera sometido el púber menor, quien, además
perdía el derecho de acudir a la in integrum restitutio por razones de minodidad,
supuesto que, a partir del favor de la venia aetatis, la posibilidad de la restitución
solo iba a ser factible en los mismos casos en que lo seria para los mayores de
veinticinco años.