Está en la página 1de 2

1- ¿Hace cuánto tiempo atendés pacientes de manera virtual?

Hace un año y un mes aproximadamente.


2- ¿Cómo fue que empezaste a atender virtual?
Decisión personal ante el riesgo de contagio mío y de los pacientes en el
consultorio.
3- ¿Cómo fueron esas primeras sesiones virtuales?
Fueron interesantes, con algo de nervios las primeras veces, hasta que fui
descubriendo que el inconsciente también se pone en juego, y es posible
sostener encuadres en la mayoría de los casos.
4- ¿Te da lo mismo atender presencial que virtual? ¿Por qué?
Lo virtual implica para mí un desgaste mayor, algo de la presencia es más
inestable, depende de la conexión, que a veces a su vez pende de un hilo.
Sostener esos vacíos que deja el delay en la comunicación, lo evanescente
de la presencia según los vaivenes de Fibertel aquí, Telecentro allá, hace que
el espacio necesario para que se de la transferencia, el libre juego de los
significantes, lugar seguro donde hablar, sea un poco más difícil y artesanal.
5- ¿Ves viable la asistencia virtual tanto en niños como en adultos? ¿Por qué?
Sí, lo veo viable, en chicos muy pequeños tal vez sea necesaria la
presencialidad, pero no estoy seguro. Veo viable la asistencia virtual porque
la herramienta fundamental es la palabra, la escucha, y ambas son posibles
vía web.

6- ¿Tenés alguna anécdota en la que haya surgido algún aspecto significativo


de un paciente en las sesiones virtuales que no había aparecido en lo
presencial?
Una paciente con episodios de depresión bastante agudos, y con una mirada
bastante devaluada de sí misma, me tenía preocupado, cómo estaría lidiando
esos primeros días de cuarentena con el encierro. Cuando le pregunto en su
sesión me dice: ‘a diferencia de mucha gente yo ya tengo experiencia con el
encierro’. Se veía después de mucho tiempo con un capital, con un saber
hacer, que hasta ese momento no había podido apreciar.

7- Con respecto a tu rol de psicólogo/a, ¿considerás que es igual o más difícil


mantener ese lugar en lo virtual que en lo presencial? ¿se te presenta como
un desafió profesional? ¿por qué?

Me parece que eso te puede revelar una característica del paciente, una
necesidad de acortar la distancia con el psicólogo, o cierta dificultad para
respetar límites, pero en la virtualidad se puede sostener encuadres sin
problema, quizá aparezca algún aspecto cotidiano del profesional, que lo
humaniza, bienvenido sea! Tal vez favorezca la desidealización en
determinados tratamientos.
8- Alguna cuestión que quieras compartir respecto al ROL DEL PSICÓLOGO
EN LA ASISTENCIA CLÍNICA VIRTUAL (tema de nuestro trabajo).

Lxs psicólogxs trabajamos con aquello que le da continuidad a una vida,


muchas veces su historia, el deseo, modalidades de goce, pero también
trabajamos con los quiebres, impases y giros que puede dar una vida.
Sostener hilos en este momento creo que es muy valioso, y la virtualidad de
algún modo implica sostener una continuidad con cómo era la vida antes.
Con sus diferencias, pero es sostener una escucha, apostar a un más allá de
los problemas inmediatos, seguir trabajando sobre posiciones subjetivas,
alojar angustias. Eso es lo que hicimos en la presencialidad, y retomando esa
madeja que son las historias, lo hacemos también en la atención virtual.

También podría gustarte