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Contexto externo.
En una ciudad de 555,000 habitantes, el plantel se encuentra en una zona urbana, más
comercial que habitacional, que cuenta con servicios de agua, alumbrado, transporte y
teléfonos públicos, y con conectividad a internet, sólo en bibliotecas, restaurantes y
cafeterías.
Adyacente al plantel se localizan escuelas de diferentes niveles escolares públicas y
privadas, bibliotecas, museos, parques recreativos, unidades deportivas, centros
comerciales, auditorios y centros de atención médica, lo cual da a los alumnos
oportunidades que les permitan construir esquemas de conocimientos, que pueden ser más
complejos, en función de contar con variedad de portadores de texto, la estimación
distancias, conocer de manera directa la función de las instituciones de salud, educación,
recreación, investigación, etc.
Los principales problemas sociales del contexto en el que se ubica el plantel, son la falta de
empleo, que deriva en cuestiones de inseguridad (de la cual ha sido víctima de robo varias
veces), pinta de grafiti, y en exceso de servicio urbano en malas condiciones que provoca
contaminación ambiental.
La mayoría de los alumnos vienen de colonias alejadas, las razones son principalmente dos:
porque el trabajo de los padres se encuentra en la zona centro, y porque tienen buenas
referencias del plantel.
Conclusión
Hay que inculcarles a los pequeños que se debe comer diariamente una diferente gama de
alimentos pertenecientes a las cinco grandes categorías de una alimentación sana: pan,
cereales y otros productos a base de grano, fruta, verduras, carne, pollo, pescado, huevos y
otras fuentes de proteínas vegetales, tales como las alubias, los guisantes, las nueces y las
semillas y productos lácteos. Los carbohidratos cubren, aproximadamente, del 50 al 55% de
las necesidades energéticas, las proteínas un 15 % y las grasas un 30%, Sin embargo, una
gran parte de la población del mundo occidental consume demasiada grasa e ingiere una
elevada proporción de carbohidratos en forma de azúcar refinado, el cual carece de
vitaminas, minerales y de fibra. Al reducir el consumo de grasas también se reduce el
riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca, es importante que los niños tengan una
alimentación balanceada para que tengan una vida sana.
Siempre que sea posible debemos consumir grasas insaturadas en lugar de las saturadas.
Estas últimas se encuentran en la carne roja, la leche, el queso, el aceite de coco y de palma,
la mantequilla y también en los alimentos procesados, incrementando el nivel del colesterol
en sangre, el cual, a su vez, aumenta la acumulación de grasa en las arterias. En cambio, las
grasas insaturadas que se encuentran en el pescado graso, el pollo, las nueces y en muchos
tipos de aceite vegetal no aumentan el nivel del colesterol, sino que, incluso, ejercen un
efecto protector sobre el corazón y el sistema circulatorio.