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Nombre: José Gerardo Estrada González 24/02/2020

Materia: Derecho II
Pbro. David Cervantes
RESUMEN

¿SON IDÓNEOS PARA EL OFICIO ECLESIÁSTICO LOS DIVORCIADOS QUE CONTRAEN


NUEVO MATRIMONIO CIVIL?

En lo que a este documento respecta, trataré de extraer los aspectos más preponderantes. Parto de esta
triada que se presenta como una problemática; Idoneidad, Oficios y Divorciados vueltos a casar.
Es menester primero y antes que nada tener en cuenta que la noción de idoneidad debe
distinguirse de la habilidad o capacidad general de los fieles para el oficio eclesiástico. Esto se puede
confrontar en el c. 228 § 1 del CIC, donde se distingue entre la habilidad de los laicos para desempeñar
oficios eclesiásticos (habiles sunt) y la idoneidad para hacerlo concretamente. Los cánones generales
sobre el oficio eclesiástico regulan los procedimientos jurídicos para que un fiel pueda ser designado
titular de un cargo público en la Iglesia, así como las formas canónicas de cesación. En esa normativa se
establece que hay dos requisitos necesarios para poder ser promovido a un oficio: en primer lugar, estar en
comunión con la Iglesia; en segundo lugar, ser idóneo, es decir, poseer las cualidades que el derecho exija.
La segunda palabra clave incluida en el título del presente estudio es oficio eclesiástico. La
terminología de la organización eclesiástica distingue entre oficios, encargos, funciones o ministerios,
términos que no siempre son usados en sentido unívoco. En efecto, el oficio es entendido en nuestra rama
como una función o grupo de funciones establemente constituidas en la organización eclesiástica que son
desempeñadas por uno o varios titulares; o bien, por decirlo sencillamente con palabras del CIC , una
función establemente constituida que es ejercida para un fin espiritual (c. 145 § 1).
La tercera expresión incluida en el título de este trabajo. Hay muchos supuestos concretos que
pueden estudiarse sobre el alcance canónico de la idoneidad. Algunos revisten una especial importancia
pastoral. Así, la exhortación apostólica de Juan Pablo II Familiaris consortio, de 22-XI-1981, trataba de
las situaciones irregulares en relación con el matrimonio: matrimonios a prueba, uniones de hecho,
católicos unidos solamente con matrimonio civil, separados y divorciados no casados de nuevo,
divorciados casados de nuevo. Entre esas situaciones irregulares podemos destacar por su difusión las de
aquellos fieles casados canónicamente que, después de haber obtenido el divorcio según las leyes del
Estado, contraen un nuevo matrimonio civil. La situación de estos fieles plantea diversas cuestiones.
Problemas difíciles, en los que están implicados diversos bienes que deben defenderse: la indisolubilidad
del vínculo conyugal por derecho divino, la condición moral de los cónyuges y su situación en la Iglesia y
ante los demás fieles, el bien de los hijos fruto de estas uniones. El papa Francisco en los años 2014 y
2015, celebró los sínodos de la familia, a propósito de esta problemática que se estaba dando con mayor
frecuencia en ese tiempo, que recordemos no fue hace mucho, aún sigue latente…
Además de algunos casos en los que resulta clara la falta de idoneidad para el oficio de los
divorciados vueltos a casar, hay otros supuestos en los que podrían venir excluidos por razones de
prudencia, e incluso existen supuestos más bien dudosos, que habrán de resolverse en el caso concreto. los
casos dudosos habrán de resolverse con sentido de la prudencia, que no significa ignorar el problema real
ni tampoco dejarse llevar de un rigorismo que pudiera ser humillante para los fieles, que, después del
fracaso de su matrimonio y del nuevo fracaso (objetivo) que comportó el matrimonio civil tras el divorcio
permitido por la ley estatal, sienten la necesidad de una conversión, llaman a las puertas de la Iglesia y
quieren participar en la vida comunitaria.

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