Está en la página 1de 2

La riqueza de las naciones 

es un trabajo profundamente influyente en el


estudio de la economía y examina exactamente cómo las naciones se hacen
ricas. Adam Smith defiende que al permitir que las personas persigan libremente
su propio interés en un mercado libre, sin regulación gubernamental, las naciones
prosperarán.
La riqueza de una nación para Adam Smith

En un momento, las naciones creían que la prosperidad económica dependía


principalmente de la cantidad de oro y plata que acumulaban. Esta estrategia
fue llamada mercantilismo, y dominó el pensamiento económico del siglo XVIII.

Además, los gobiernos restringieron las importaciones a través de tarifas


comerciales para evitar que el dinero fluya fuera del país, mientras que al
mismo tiempo alentó las exportaciones a través de subsidios, para que el dinero
de otras naciones fluya hacia el país. Esta práctica era conocida
como proteccionismo. Este pensamiento, sin embargo, descansaba en dos
premisas falsas.

 En primer lugar, se suponía que el oro y la plata eran los indicadores más
importantes de la riqueza, mientras que realmente estos metales preciosos
son productos comerciables, al igual que el grano o la carne.
 En segundo lugar, se creía que las naciones solo podían prosperar
mediante el empobrecimiento de sus vecinos. Sin embargo, las naciones,
sin lugar a dudas, se enriquecerán a través del comercio, incluso si sus
vecinos también son ricos y prósperos.

Mucho más importante que el oro y la plata es el trabajo, ya que sólo el trabajo
puede producir materiales o servicios que son intercambiables. Esta es la razón
por la que la cantidad de trabajo invertido en la producción de un artículo refleja su
verdadero valor.

Producir alfileres, por ejemplo, da como resultado tres tipos de ingresos. Los


trabajadores son compensados por su trabajo a través de los salarios; el dueño de
una fábrica es compensado por las ganancias de vender pernos; y el propietario
de la tierra sobre la que se construye la fábrica se compensa con el alquiler.

El producto de todo el trabajo se conoce como stock. Suceden dos cosas en


el stock: una parte se consume inmediatamente para mantener al propietario, pero
parte de ella también se puede emplear para generar ingresos, en cuyo caso se
llama capital.

Si la capital se queda con el propietario, en la forma de una máquina de afilar


alfileres, entonces es capital fijo. Si el capital debe dejar las manos del propietario
para generar un beneficio, como las acciones de un comerciante, entonces
es capital circulante.
En resumen, no son las reservas de oro y plata de una nación las que determinan
su riqueza, sino su capacidad de producir bienes comerciables.

También podría gustarte