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Patología Cardiovascular
J. Ríos Dalenz
Patología del Corazón
En este capítulo, por razones didácticas, se consideran en primer lugar las alteraciones
morfológicas producidas por la insuficiencia cardiaca, para luego estudiar las cardiopatías mayores y,
finalmente, las enfermedades específicas del endocardio, miocardio y pericardio.
Se entiende por insuficiencia cardiaca al estado en el cual hay incapacidad del corazón para impulsar la sangre y
satisfacer las necesidades del organismo.
Esto puede producirse por disminución de la capacidad de contracción del miocardio, por aumento de la resistencia
periférica y por un exceso de carga al corazón. En el corazón se encuentra una dilatación de sus cavidades, en forma
selectiva o generalizada, de acuerdo con la causa a veces asociada a una hipertrofia compensadora del miocardio.
Cuando existe una insuficiencia cardiaca izquierda, causada por hipertensión arterial, afecciones de las válvulas
mitral o aórtica y enfermedades de las arterias coronarias, hay manifestaciones pulmonares por acumulación de la sangre
en la circulación pulmonar, de tipo congestión crónica pasiva, que puede dar lugar, por aumento de la presión hidrostática
a nivel capilar, a un edema. Este edema es primero perivascular, en el tejido intersticial de los tabiques interalveolares, y
luego es alveolar. Asimismo, se pueden producir microhemorragias por ruptura capilar y atrapamiento de la hemosiderina,
proveniente de la degradación de la hemoglobina de los eritrocitos, por macrófagos que son llamados "células de la
insuficiencia cardiaca".
La insuficiencia cardiaca derecha, que puede combinarse con una insuficiencia izquierda prolongada, se origina en
forma pura en enfermedades tóraco pulmonares crónicas que crean hipertensión arterial pulmonar, lesiones de las válvulas
tricúspide o pulmonar, miocardiopatías y, rara vez, pericarditis constrictiva. Se encuentran manifestaciones morfológicas en
varios órganos, como el hígado, el bazo y los riñones, que son traducción de una congestión pasiva crónica en el sistema
sanguíneo de retorno al corazón. Asimismo hay edema subcutáneo, especialmente en las extremidades inferiores, a nivel
bimaleolar, y derrames en la cavidad peritoneal y en los espacios pleurales.
CUADRO 1.1
La fiebre reumática es más frecuente en las regiones de clima templado o frío y en países donde existe poco
control de las infecciones estreptocócicas en la edad escolar. La cardiopatía es la manifestación más importante y se
presenta en alrededor del 50% de los casos aunque la artritis, que es pasajera, es más frecuente.
La cardiopatía reumática aguda se manifiesta como una pancarditis con compromiso variable de las diferentes
capas del corazón en relación con la gravedad de la crisis inicial y las posibles recurrencias por nuevas infecciones
estreptocócicas. Las alteraciones patológicas del endocardio consisten en una endocarditis aguda, especialmente del
endocardio de las válvulas mitral y aórtica, por separado o juntas, yexcepcionalmente de la válvula tricúspide y de la
pulmonar. Elendocardio afectado, que tiene una reacción inflamatoria de grado variable, está edematoso y congestivo
ytiene uninfiltrado leucocitario polinuclear. A nivel de la línea de cierre de las válvulas pueden aparecer precipitados de
fibrina y plaquetas, formando pequeñas excrecencias o verrugas, que se pueden extender a lo largo de las comisuras y
cuerdas tendidosas, constituyendo la l amada "endocarditis verrucosa". El endocardio mural es poco afectado.
Las alteraciones del miocardio pueden ser mas o menos difusas, con edema e infiltrado inflamatorio intesticial, o
focales con el desarrollo del llamado "nódulo de Aschoff" que en su etapa intermedia es patognomónico de la fiebre
reumática y especialmente de la miocarditis reumática aunque se lo describió, rara vez, en tejidos articulares, en las serosas
y en el tejido subcutáneo; en su etapa inicial hay una "degeneración fibrinoide" de las fibras colágenas del tejido conectivo
intersticial, que se toman tumefactas y acidófilas, y un infiltrado mononuclear y polinuclear. Luego se forma un granuloma
con células histiocíticas grandes de núcleos lobulares o multinucleadas y de otras células de núcleos alargados con una
cromatina central dispuesta en barra o en "oruga", que se conocen con el nombre de células de Anitschkow y que
parecen ser de origen mesenquimal. Finalmente hay fibrosis focal, particularmente alrededor de los vasos sanguíneos.
En el pericardio hay una reacción inflamatoria con exudado fibrinoso típico que se resuelve aunque, en algunos
casos, se organiza y deja adherencias fibrosas entre las dos hojas pericárdicas.
La cardiopatía reumática crónica consiste en alteraciones de tipo regenerativo o cicatricial del ataque agudo inicial
y de nuevos episodios de reagudización por infecciones estreptocócicas repetidas. Las lesiones endocárdicas son a menudo
muy graves a nivel del endocardio valvular con deformaciones groseras de las valvas que estánengrosadas
porfibroesclerosis y fusionadas entre sí pordesaparición de sus comisuras. Las cuerdas tendinosas están engrosadas y
acortadas y los músculos papilares tienen hipertrofia. Esto determina que el orificio de la válvula este estenosado y/o
incompetente porserrígido. Las cavidades proximales generalmente están dilatadas, como la aurícula izquierda en la
valvulopatía mitral. El endocardio mural, especialmente en la aurícula izquierda, puede tener zonas engrosadas e irregulares,
por fibrosis, que se llaman placas de MacCallum.
El miocardio está menos afectado que el endocardio y puede tener focos de fibrosis perivascular, particulamente
en el tabique interventricular y pared posterior del ventrículo izquierdo. En el pericardio se encuentran a veces adherencias
fibrosas entre sus dos hojas.
CARDIOPATIA HIPERTENSIVA.- Cuando existe una elevación continúa de la presión arterial diastólica,
por encima de 90 mm de mercurio, y/o de la sistólica; mayor de 140 mm de mercurio, el corazón trabaja más para vencer
la resistencia periférica aumentada en el lecho vascular, de modo que las fibras o células miocárdicas se hipertrofian,
principalmente del ventrículo izquierdo. Sin embargo, si ésta hipertensión arterial persiste por mucho tiempo, el corazón
se dilata y entra eninsuficiencia, que en su inicio es sobre todo izquierda..
Las alteraciones patológicas consisten en el engrosamiento de la pared del ventrículo izquierdo, que ocasiona un
aumento de volumen y del peso del corazón, de modo que este mide hasta 2.5 cm. de espesor. El engrosamiento del
ventrículo izquierdo del corazón se llama hipertrofia concéntrica compensadora. Cuando sobreviene la descompensación
por sobrecarga hay dilatación de las cavidades cardiacas, sobre todo de la aurícula izquierda, congestión en la circulación
pulmonar y por último dilatación del hemicardio derecho. El peso del corazón puede Illegar a 500.
El diagnóstico morfológico de esta cardiopatía solo debe hacerse en ausencia de lesiones valvulares, anomalías
congénitas del corazón y afecciones aórticas que pueden dar sobrecarga cardiaca. La circulación coronaria es normal; sin
embargo, puede instalarse una insuficiencia cardiaca relativa por aumento de la masa miocárdica y agravarse por la
existencia concomitante de ateroesclerosis coronaria.
CARDIOPATIA PULMONAR CRONICA.- Conocida también por corpulmonale, se produce cuando hay
una enfermedad pulmonar de larga duración que al aumentar la resistencia vascular pulmonar produce hipertensión
pulmonar. Afecciones torácicas que afectan la circulación pulmonar pueden causar una cardiopatía pulmonar crónica; las
más importantes se pueden agrupar así:
1. Transtornos que afectan la vasculatura pulmonar, como múltiples émbolos que se organizan; arteritis más o
menos generalizada; alteraciones en las arterias distales del pulmón, como se observa en los habitantes de las
grandes alturas; y anastomosis entre el sistema arterial pulmonar y el bronquial.
2. Enfermedades crónicas broncopulmonares, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (bronquitis crónica
y enfisema); las neumoconiosis, las fibrosis intersticiales difusas; las bronquiectasias; la tuberculosis y otras infecciones
crónicas que reemplazan y/o destruyen el tejido pulmonar.
3. Alteraciones esqueléticas o neuromusculares torácicas que dificultan la ventilación pulmonar, como la cifoescoliosis
grave, la poliomielitis, las distrofias musculares y el síndrome de Pickwick.
Esta cardiopatía es importante en la zona andina de Bolivia por la alta frecuencia de las afecciones pulmonares
crónicas, como la silicosis en la población minera y las infecciones, entre las que se destaca la tuberculosis.
Asimismo, se describe una hipertrofia ventricular derecha, por una hipertensión pulmonar arterial en
algunos de los habitantes de la altura, asociada a la persistencia de la muscularización de las arteriolas
pulmonares o patrón fetal y/o crecimiento longitudinal de fibras musculares en la íntima y más rara vez,
esbozo de capa muscular interna que producen una mayor resistencia vascular pulmonar. Esto puede
dar lugar, en ciertos casos, a una cardiopatía pulmonarcrónica y sería una manifestación de la llamada
"enfermedad crónica de la altura".
Asimismo, se observan placas fibróticas en la íntima de la arteria pulmonar y sus ramas principales,
semejantes a los ateromas de las arterias del circuito mayor en la arterioesclerosis. Por último, si se instala
una insuficiencia cardiaca derecha se observacongestión pasiva especialmente en el hígado, bazo y otros
órganos; edema en el tejido subcutáneo que tiende a ser más notorio en las extremidades inferiores a
nivel bimaleolar y derrames en las cavidades pleurales y en la cavidad peritoneal.
Cuando las lesiones ateromatosas de las coronarias son graves o cuando hay obstrucción de la
luz del vaso, como cuando se complica con trombosis, puede producirse necrosis o infarto del miocardio
irrigado por dicha arteria sobre todo frente a una mayor demanda hemodinámica y déficit de circulación
colateral. Este infarto miocárdico solo es reconocible, macroscópicamente, al cabo de 24 horas, como
una zona más pálida que el miocardio vecino del cual frecuentemente está separado por un borde rojizo
por hiperemia; entre el segundo y el cuarto día tiene color amarillento con áreas rojizas por hemorragia.
Desde el décimo día se vuelve blanco grisáceo, por inicio de fibrosis cicatricial que al cabo de muchas
semanas se convierte en una zona blanquecina y firme. Microscópicamente, se trata de una necrosis de
coagulación del miocardio, que solo es reconocible después de las primeras 12 horas con la presencia de
fibras algo borrosas y que, luego de unos días, se fragmentan y se rodean de macrófagos que las
fagocitan; paralelamente se observa hiperemia, hemorragia focal y reacción inflamatoria, especialmente
en la periferia del infarto. Posteriormente, esta zona es “invadida" portejidos fibrovasculares que va
reemplazando al miocardio necrótico y, luego de muchas semanas, se instala una fibrosis o cicatriz.
Asimismo, se puede presentar una trombosis mural, en el endocardio vecino, o una pericarditis
serofibrinosa. El miocardio necrótico puede perforarse y producir un hemopericardio de instalación brusca
con taponamiento cardiaco.
En la forma aguda, los parásitos que ingresan al organismo en el sitio de la picadura por el vector,
ganan la circulación sanguínea y llegan al corazón donde colonizan las células miocárdicas así como células
de Schwann, de los ganglios .nerviosos intracardiacos, y macrófagos. En estas células se multiplican y
finalmente rompen la membrana celular provocando en el tejido intersticial miocárdico una reacción
inflamatoria, más o menos intensa. Asimismo, hay una reacción inflamatoria difusa, más acentuada en la
aurícula derecha, con edema intersticial e infiltrado leucocitario mononuclear de grado variablet1). En la
forma crónica existe fibrosis de grado y extensión variables, que substituye a las células miocárdicas
destruidas, y que a veces se acompaña de un infiltrado inflamatorio mononuclear. Las lesiones de las
células del sistema de conducción del corazón especialmente en el nódulo atrioventricular, en el haz de
His y la porción proximal de su rama derecha, producen alteraciones importantes del rítmo cardiaco. En
el endocardio mural se producen trombos y hay reacción inflamatoria a nivel subepicárdico.
Macroscópicamente, el corazón está aumentado de volumen y puede pesar hasta 500 g.; hay
dilatación de sus cavidades y en la punta del ventrículo izquierdo se puede presentar una dilatación
pseudoneurismática por destrucción de las fibras musculares y su reemplazo por tejido fibroso, lesión
considerada característica de la cardiopatía chagásica.
GRUPO I.
1. Defectos del tabique interauricular, con comunicaciones de las aurículas por persitencia del
foramen primun, del foramen secundum y del foramen ovale; este último es la forma más común.
3. Defectos del canal atrioventricular, que resultan de malformación del anillo común atrioventricular
y de sus cojines endocárdicos que, en la vida embrionaria, se unen y forman dos hemianillos
separando la válvula mitral de la tricúspide. Los defectos incluyen la persistencia del canal
atrioventricular y válvulas mitral anterior y tricúspide septal, como en la malformación de Ebstein
donde hay adherencias de la válvula tricúspide con el endocardio ventricular derecho y
generalmente una comunicación interauricular asociada.
GRUPO II.
Las malformaciones tronconales son derivadas de un desarrollo anómalo del tubo cardiaco
primitivo, que tiene una porción superior o troncal que origina a la aorta ascendente y el tronco de la
arteria pulmonar, y una porción inferior o conal, que contribuye a la formación infundibular del ventrículo
derecho. Las malformaciones más importantes son las siguientes:
1. Transposición completa de los grandes vasos, anomalía grave en la cual la aorta nace del ventrículo
derecho y la arteria pulmonar del ventrículo izquierdo.
2. Tetralogía de Fallot, en la que hay: a) estenosis pulmonar infundibular con o sin estenosis de la
válvula pulmonar; b) comunicación interventricular; c) aorta cabalgando el defecto interventricular
con grado variable de dextroposición; d) hipertrofia ventricular derecha. Cuando no hay estenosis
o atresia pulmonar se llama complejo de Eisenmenger.
3. Malformación de Taussing-Bing en la cual la aorta nace del ventrículo derecho y la arteria pulmonar
cabalga sobre un defecto o comunicación interventricular.
GRUPO III.
Las malformaciones vasculares se originan durante el desarrollo embriológico de las grandes
arterias, tanto en la etapa embrionaria, cuando hay un desarrollo simétrico de los arcos branquiales o
comunicaciones arteriales, y la etapa fetal, donde hay atrofia de algunos vasos arteriales del organismo.
Entre estas malformaciones se destacan:
1. Persistencia del conducto arterioso después del tercer mes del nacimiento y que se asocia a
hipertensión pulmonar. Parece ser más frecuente en los habitantes de la altura que a nivel del
mar.
2. Coartación de la aorta, que puede ser de tipo preductal o "infantil", con estenosis de un segmento
largo proximal al conducto arterioso, y el tipo postductal o "adulto", en el cual la estenosis se
reduce a un anillo distal al conducto arterioso y que determina el desarrollo de colaterales así
como hipertensión arterial en la mitad superior del cuerpo y disminución en la mitad distal, a veces
con ausencia de pulso pedio.
3. Drenaje anómalo de las venas pulmonares que pueden terminar en la aurícula derecha o en algún
vaso venoso.
GRUPO IV.
Las atresias e hipoplasias que por su mayor frecuencia y la gravedad que conllevan son:
a) hipoplasia de la aorta;
GRUPO V.
Las alteraciones en la posición del corazón y que guardan relación definida con la posición de las
vísceras abdominales y consisten en:
3. Dextrocardia aislada cuando la punta del corazón apunta a la derecha por consiguiente el ventrículo
izquierdo recibe sangre de la aurícula derecha; a veces se asocia con transposición de los grandes
vasos que "corrige" esta anomalía.
GRUPO VI.
Diversas malformaciones que aunque raras cuando se presentan pueden ocasionar alteraciones
hemodinámicas importantes.
1. Origen anómalo de las arterias coronarias, que si nacen en la arteria pulmonar producen isquemia
miocárdica.
3. El llamado rabdomioma que es parte de un síndrome donde hay esclerosis tuberosa en el encéfalo
y adenoma sebáceo facial, llamado también enfermedad de Bourneville.
Las alteraciones patológicas se deben a que hay una endarteritis obliterante, lesión característica
de la infección sifilítica, de los vasa vasorum que produce por isquemia una destrucción de la túnica media
arterial, con reemplazo de las fibras elásticas por fibrosis, y dilatación secundaria del anillo de la válvula
aórtica. Esta válvula se vuelve insuficiente y da lugar a una sobrecarga izquierda con hipertrofia y dilatación
del ventrículo izquierdo. Muy rara es la miocarditis con los típicos gomas sifilíticos como en otros sitios
anatómicos. Por otra parte el compromiso aórtico puede obstruir los vasos que nacen de dicha arteria,
como las coronarias e intercostales, con fenómenos de isquemia secundaria en sus territorios de irrigación
sanguínea.
Los agentes etiológicos más frecuentes son bacterias como el Streptococcus viridans, el
Staphylococcus aureus, los enterococos, y los neumococos; asimismo, las bacterias Gramnegativas y
aigunos hongos como la Candida albicans, el Aspergillus fumigatus y el Histoplasma capsulatum son causa
menos frecuente de endocarditis. En general, cualquier agente microbiológico puede tornarse agresor,
como peductor de una infección llamada "oportunista", en pacientes con inmunosupresión por diversas
causas, y dañar al endocardio. Las vías de entrada de estos microorganismos más importantes son:
(b) infecciones que dan lugara una bacteremia a partir de focos distantes;
PROLAPSO DE LA VALVULA MITRAL .- Conocido también como la válvula laxa ("floppy valve"),
se caracteriza por el prolapso de uno o ambas valvas mitrales en la aurícula izquierda y es causa de
regurgitación. Aunque los casos son esporádicos parece en algunos asociarse al síndrome de Marfan.
Las valvas afectadas son mixoides y redundantes así como las cuerdas están elongadas y pueden
romperse.
Desde el punto de vista morfológico consideramos, con Robbins, a las miocarditis supuradas,
intersticiales, parenquimatosas así como algunas especiales. La miocarditis supurada, causada por bacterias
piogénicas, producen microabscesos múltiples en el miocardio por propagación de una infección distante
por vía hematógena o por invasión de un proceso vecino endocárdico o pericárdico. La miocarditis
intersticial, es frecuente por infecciones virales o alteraciones inmunitarias, y se manifiesta por infiltrado
inflamatorio mononuclear y edema entre las fibras miocárdicas. La miocarditis parenquimatosa se observa
en algunas infecciones donde hay producción de toxinas, como en la difteria, y parasitosis como en la
tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas. Hay fenómenos necrótico degenerativos en las
fibras miocárdicas con reacción inflamatoria secundaria. Por último, están las miocarditis especiales, como
la de Fiedler y la de células gigantes, que son de causa desconocida, aunque se sospecha un trastorno
inmunológico de tipo hipersensibilidad que se asocia a ciertas drogas como metildopa, sulfonamidos
y antibióticos.
(b) cardiomiopatía obliterativa, que se caracteriza por disminución de las áreas de entrada de ambos
ventrículos y
(c) la cardiomiopatía hipertrófica obstructiva, donde hay una hipertrofia masiva del tracto de salida del
ventriculo izquierdo.
La acumulación de derrames líquidos en el saco pericárdico y las inflamaciones de las hojas tanto
visceral como pariental del mismo son las afecciones que a continuación serán objeto de un tratamiento
somero.
1. Pericarditis fibrinosa o serofibrinosa, con un exudado turbio y una capa blanquecina en las hojas
pericárdicas, como "pancon mantequilla" entre dos rebanadas que se despegan. Sus causas son
múltiples aunque se destacan la producida por fiebre reumática, varias bacterias, uremia, algunas
enfermedades autoinmunes y en la vecindad de infartos miocárdicos.
Las pericarditis crónicas, son del tipo de la pericarditis adhesiva u obliterativa, secundaria a procesos
agudos especialmente fibrinososopurulentos, conadherencias firmes entre ambas hojas pericárdicas; y la
llamada pericarditis constrictiva, donde por una fibrosis cicatricial, el corazón está aprisionado por una
especie de coraza fibrótica que causa trastornos en su función.
Tanto las neoplasias primarias como las secundarias son raras. Entre las primarias se encuentra el
mixoma que por lo común es intrauricular, especialmente en la aurícula izquierda donde se implanta por
un corto pedículo al endocardio pariental; se confunde con un trombo antiguo organizado. El rabdomioma
es muy raro; se encuentra asociado con una esclerosis tuberosa del encéfalo y un adenoma sebáceo
facial. En el pericardio se pueden encontrar tumores benignos, como lipomas, anoiɔmas, etc. y el
mesotelioma semejante al de otras serosas, donde será objeto de más comentario. Los carcinomas
broncogénicos, los carcinomas mamarios, los 'nfomas y las leucemias son las neoplasias malignas que más
frecuentemente invaden el corazón.
PATOLOGIA VASCULAR
Bajo este título se describirán las alteraciones patológicas de los vasos sanguíneos, arteriales y
venosos, y linfáticos.
ANOMALIAS CONGENITAS .- Las anomalías del trayecto y la distribución de las arterias así
como su duplicación y la presencia de vasos aberrantes o colaterales anormales son de interés en cirugía
y como factores de riego sanguíneo que evitan isquemia. Las anomalías que merecen comentario aparte
son:
2- Fístula o aneurisma arteriovenoso, que son comunicaciones entre las arterias y venas,
formando a veces unas masas tortuosas o cirsoides. Pueden dar una sobrecarga del hemicardio
derecho cuando hay un cortocircuito importante de la circulación arterial a la venosa.
1- La ateroesclerosis, que es una de las causas más frecuentes de morbimortalidad en los países
llamados desarrollados, no parece tener una alta incidencia en nuestra población, sobre todo
de escasos recursos que constituye la mayoría tanto en los centros urbanos como sobre todo
en los rurales; este hecho es parecido a la de poblaciones de otros países con desarrollo
similar al nuestro.
(b) el sexo que hace que sea más frecuente en los varones que en las mujeres, en la edad
reproductiva, en relación a posibles factores hormonales;
(c) La dieta es el factor etiopatogénico más importante y que determina una frecuencia alta de la
enfermedad en personas que consumen dietas ricas en lípidos, especialmente lipoproteinas beta
y colesterol, que son aterogénicas;
(d) alteraciones metabólicas que llevan a una hipercolesterolemia y motivan ateroesclerosis prematura
y grave, como'la diabetes sacarina, el hipotiroidismo, el síndorme nefrótico y las
hiperlipoproteinemias, principalmente de los tipos II B y V;
(e) otros factores, como la obesidad, la hipertensión arterial y el tabaquismo sobre todo influyen en el
desarrollo mayor de la ateroesclerosis coronaria.
Las alteraciones morfológicas son más ostensibles en la arteria aorta y sus ramas carótidas e iliacas
así como en las coronarias y las cerebrales; sin embargo, cualquier arteria del organismo puede estar
comprometida. En una etapa temprana existen estrías amarillentas en la íntima arterial que son acúmulos
de lípidos e hitiocitos subendoteliales; posteriormente hay placas blanco amarillentas y algo firmes, con
fibrosis sobreagregada, llamadas ateromas, que sobresalen hacia la luz del vaso y pueden producir
isquemia en el territorio irrigado por la arteria afectada. .
Existen dos tipos de arterioloesclerosis con diferencias clínicas y morfológicas importantes y que
son:
a) la aterioloesclerosis hialina que se observa en personas de edad avanzada en las que hay un aumento
moderado de la presión arterial, con cifras de la sistólica no mayores a 180 mg. Las arteriolas tienen un
engrosamiento homogéneo y hialino de su pared y disminución de su luz; en los riñones esta es alteración
es conocida como nefroesclerosis benigna.
NECROSIS QUISTICA DE LA TUNICA MEDIA.- En esta afección, de la aorta y sus ramas principales,
la causa no es conocida aunque se postula la existencia de un defecto metabólico en la síntesis del tejido
elástico, como en el síndrome de Marfán, de la túnica media.
Morfológicamente, se observa una separación focal de las fibras elásticas de la túnica media que
produce espacios quísticos o hendiduras y predisponen al desarrollo de los aneurismas disecantes.
Los aneurismas congénitos o en mora, son más frecuentes en las arterias cerebrales del polígono
de Willis y han sido descritos previamente. Los aneurismas arterioescleróticos se producen por daño
ateroesclerótico de la pared de una arteria que con frecuencia es la aorta abdominal y las iliacas primitivas.
Adoptan cualquier forma y a veces se asocian a trombosis. Cuando se rompen dan aneurismas sifilíticos
se producen por el debilitamiento de la pared por una mesoaortitis que destruye las fibras elásticas de la
túnica media. Son casi exclusivos de la aorta torácica y suelen comprimir los órganos vecinos, si se
rompen ocasionan hemorragias masivas en los espacios pleurales o en el saco pericárdico. Los
neurismas disecantes, se originan en una necrosis quística idiopática de la túnica media, por
despegamiento hemorrágico que puede abarcar distancias variables en la aorta, con desgarro de la
íntirma y estrechamiento de los orificios de nacimiento de las ramas del cayado de la aorta con falta de
pulso y presión en el territorio irrigado. La muerte en los pacientes con este aneurisma ocurre por su
ruptura a las cavidades pericárdica, pleural o peritoneal. Por último, los aneurismas micóticos son
dilataciones saculares, en arterias de mediano y pequeño calibre, debidas a debilitamiento de sus paredes
por una inflamación generalmente necrotizante, como el aneurisma de Rasmussen en la arteritis
tuberculosa, a menudo en la periferie de una caverna pulmonar con que da origen a una hemorragia
masiva o hemoptisis.
Las arteritis inespecíficas se observan por acción de muchos agentes patógenos, tanto de tipo
bacteriano como de otra índole, y tienen alteraciones morfológicas caracterizadas por infiltrado
inflamatorio en la pared vascular o de tipo perivascular, de grado variable de intensidad, que puede ser
de leucocitos polinucleares o mononucleares. A veces, dependiendo de la agresividad del agente
patógeno, pueden presentarse fenómenos necrótico degenerativos asociados al infiltrado leucocitario.
La arteritis de Takayasu es, esencialmente, una aortitis del cayado aórtico que se encuentra
engrosado por una reacción inflamatoria, que puede tener granulomas parecidas a la arteritis temporal,
y que termina en una fibrosis que puede estenosar el origen de los grandes vasos, especialmente del
tronco braquiocefálico y carótida primitiva izquierda, dando lugar a alteraciones como disminución del
pulso en las arterias afectadas, transtornos visuales y signos neurológicos de diversa clase. Afecta sobre
todo a mujeres jóvenes.
La tromboangeitis de Buerger es una enfermedad que ataca tanto arterias como venas de las
extremidades inferiores y más rara vez los vasos de las extremidades superiores; especialmente afecta
a varones jóvenes y fumadores, judíos. La alteración morfológica más importante es la formación de
trombos, que reducen progresivamente la luz del vaso afectado, y focos inflamatorios como
microabscesos y granulomas con células gigantes de tipo Langhans o de cuerpo extraño. Luego se
organiza el trombo que puede recanalizarse. Después del ataque arterial hay compromiso de las venas
satélites y aún atrapamiento por fibrosis del nervio adyacente, en los llamados paquetes vasculonerviosos.
El compromiso vascular suele producir importante insuficiencia circulatoria y necrosis gangrenosa de las
porciones distales.
La poliarteritis nudosa, que es una enfermedad autoinmune, ataca las arterias de pequeño y
mediano calibre de varios órganos en forma focal y causa la formación de nódulos entre 0.2 y 0.5 cm. de
diámetro, a nivel del vaso comprometido que tiene necrosis fibrinoide e infiltración inflamatoria, con
neutrófilos y eosinófilos en toda su pared y en el tejido conectivo perivascular; a veces se asocia con
trombosis. Las arteriolas a nivel dermo-hipodérmico son las más afectadas y pueden dar manifestaciones
cutáneas polimórficas.
La granulomatosis de Wegener afecta a las arterias de pequeño calibre de las vías respiratorias
altas, así como de los pulmones y riñones, con necrosis de las paredes vasculares; hay granulomas en el
tejido adyacente.
La enfermedad de Raynaud es un vasoespasmo funcional que da, junto con la acrocianosis que
es de etiología desconocida, alteraciones tróficas, incluso de necrosis, en las partes distales del cuerpo -
como en los dedos- especialmente de mujeres jóvenes.
Las enfermedades de las venas son relativamente frecuentes, como las várices y las tromboflebitis,
y pueden tener compromiso secundario pulmonar porque producen embolia.
VARICES . - Estas dilataciones anormales de las paredes venosas son primarias cuando hay una
debilidad congénita de las mismas y secundarias cuando hay trastorno en el retorno venoso. En el
mecanismo de su producción parecen existir dos factores
(a) la debilidad de la pared venosa y de los tejidos vecinos que permiten dilataciones y válvulas
incompetentes, y
(b) la hipertensión venosa, especialmente por dificultad en el retorno venoso, que aumenta por la
gravedad, como en el ortostatismo prolongado, en las venas de las extremidades inferiores. La
compresión venosa, como aquella producida por un útero grávido en las venas pélvicas, es un factor
importante en el desarrollo de una hipertensión venosa.
Morfológicamente, hay una dilatación asimétrica e irregular de segmentos de venas que, en sitios,
tienen aspecto aneurismático con paredes delgadas, mientras que en otros tienen calibre normal con
engrosamiento de sus paredes; las válvulas están deformadas, con acortamiento o engrosamiento, en
los segmentos dilatados. A veces hay calcificación de la pared venosa y trombosis. Los vasos venosos
más afectados son las venas de las extremidades inferiores, especialmente cuando hay antecedentes
familiares de várices y coexiste con el ortostatismo, vida sedentariay obesidad. Siguen em frecuencia las
várices hemorroidales, o hemorroides, de los plexos venosos hemorroidales inferiores y/o superiores; las
várices esofágicas por hipertensión portal en la mayor parte de las veces debida a cirrosis hepática y,
finalmente, las várices de los plexos venosos del cordón espemático o varicocele.
Los factores que predisponen a la trombosis venosa incluyen las alteraciones de la pared venosa,
como las várices; el éstasis y la turbulencia de la sangre en su interior, como en el reposo prolongado
en algunos operados y trastornos de la sangre, como en el caso hiperviscosidad sanguínea secundaria a
la policitemia. Indiscutiblemente que la flebitis, al inflamar la pared venosa, es un factor importante para el
desarrollo de la trombosis.
Hay algunas formas especiales de trombosis venosa como la flegmasía albadolens que es
trombosis ileofemoral que se observa en las embarazadas y que produce una tumefacción dolorosa de
la extremidad inferior respectiva; parece ser producida por compresión del útero grávido a dichas venas
y cierto estado de hipercoagulabilidad en la gestación. La tromboflebitis migratoria de Trosseau, es la
aparición de trombosis pasajeras en varios territorios venosos especialmente observada en algunos
cánceres, como el de páncreas; parece deberse a una alteración tipo coagułación intravascular.
El síndrome de vena cava superior por tumores intratorácicos, como linfomas mediastínicos y
carcinoma broncogénico, así como aneurisma de la aorta torácica, especialmente el sifilítico. Hay edema
con cierto grado de cianosis en la cabeza, cuello y extremidades superiores.
1. El linfedema precoz, raro y se presenta en mujeres jóvenes, sin causa aparente; principalmente
compromete a las extremidades inferiores.
3. Las neoplasias que tienden a invadir a los linfáticos, de un modo especial los carcinomas, así como a
producir su compresión.
4. La cirugía radical por cáncer, como la mastectomía con vaciamiento ganglionar axilar que produce
linfedema de la extremidad superior respectiva.
5. Algunos microorganismos, especialmente las filarías, que invaden los vasos linfáticos y los ocluyen por
su presencia.
Una mayoría de los tumores de los vasos son malformaciones congénitas o hamartomas y no
constituyen verdaderas neoplásias.
Los angiomas pueden ser de vasos sanguíneos, arteriales y venosos, o linfáticos, llamándose
entonces hemangiomas o linfangiomas, respectivamente. Pueden ser de tipo capilar o cavernoso cuando
hay, en esta última variedad, vasos dilatados o verdaderas lagunas vasculares. Se localizan en cualquier
órgano de la economía y, en ocasiones, son muy extensos y de bordes poco nítidos constituyendo
verdaderas "angiodisplasias" o malformaciones vasculares. Los linfangiomas cavernosos, frecuentes en los
niños y a nivel del cuello, reciben el nombre de higromas.
Hay sindromes por la presencia de angiomas en distintas partes de la economia como el síndrome
de Sturge-Weber, o angiomatosis encefalotrigeminal, que compromete las meninges, a veces con
calcificación prominente, y el de Lindau von Hippel o angiomatosis cerebeloretinal pues compromete al
cerebelo y a la retina; por último el sindrome de Mafucci, que en una discondroplasia, compromete
varias partes del cuerpo en forma asimétrica y con tendencia a ser unilateral.
Entre los tumores afines a los vasos sanguíneos tenemos el glomangioma, derivado de los
receptores neurovasculares de la piel que regulan la temperatura o glomus; tienen tendencia también
se han descrito glomangiomas en otros órganos, como en el estómago. El hemangiopericitoma, derivado
de los pericitos o células perivasculares, es con frecuencia neoplasia maligna. Finalmente, hay neoplasias
malignas o angiosarcomas, que pueden ser hemangiosarcomas o linfan-giosarcomas. El sarcoma de
Kaposi es una neoplasia que tiene un componente sarcomatoso de tipo fibrosarcoma y vascular; se sitúa
con frecuencia en la piel de las extremidades inferiores, como nódulos hemorrágicos, y se los ha descrito
en pacientes con el sindrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en el cual son múltiples y afectan
además a varios órganos; al parecer es más frecuente en el Africa y podia estar relacionado con un
virus.