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Genaro Becerra Morales

0196011
Pedagogía Musical
13 de abril de 2020
What deliberate practice is and isn’t

El texto What deliberate practice is and isn’t, del libro Talent is Overrated de Geoff
Colvin, tiene como objetivo principal el eliminar la “confusión” que hay entre el
practicar deliberadamente y el no hacerlo. Por esta razón, me gustaría empezar
citando las definiciones más atinadas para este contexto de la palabra “practicar”
que ofrece el diccionario de la Real Academia Española:
1. Ejercitar, poner en práctica algo que se ha aprendido y especulado.
2. Ensayar, entrenar, repetir algo varias veces para perfeccionarlo.
Decidí poner esas dos definiciones justamente por la confusión que existe
entre practicar deliberadamente y lo que conocemos como sólo practicar: La RAE
propone en primer lugar que practicar es simplemente ejecutar lo aprendido, y
después sugiere la opción de repetir algo carias veces para hacerlo mejor. Es por
esto que muchas personas toman por practicar, al menos en la música y en los
deportes, el ejecutar, sin pensar en qué es lo que podría estar fallando ni en qué
se podría mejorar.
Colvin menciona en su texto los elementos para que una práctica sea
deliberada:
1. El ejercicio tiene que estar diseñado específicamente para el mejoramiento
en la ejecución o interpretación. Para esto, es necesario que sea un
profesor o un experto quien diseña la actividad cuando el alumno es
principiante, ya que si el alumno lo hace podría estar llena de fallas en la
técnica. El alumno podrá diseñar sus propios ejercicios o estudios cuando
tenga la capacidad intelectual y física de saber qué es eso que necesita
practicar, o bien, cuando esté calificado para hacerlo, y aún así sigue
siendo una excelente idea el acudir a un maestro de confianza.
2. Empuja al practicante únicamente a mejorar, según sus límites. Es
indispensable identificar lo que hay que perfeccionar, ya que de otra
manera el estudio no tendrá un enfoque objetivo. Practicando de esta
manera, el alumno se forzará a sí mismo a hacer lo que antes no podía.
También, se tiene que identificar la forma en la que se estudia, para
cambiarla e imponerse nuevos retos al cambiar el método de estudio. Es de
esta manera en la que se podrá estudiar deliberada y correctamente.
3. Se puede repetir mucho, pero no por repetir una actividad se está
perfeccionando. Como ya se mencionó anteriormente, es necesario
identificar qué es aquello que queremos mejorar. Un segundo aspecto a
considerar es el número de repeticiones que se hacen del ejercicio
diseñado para mejorar. Según el testimonio de algunos deportistas
mencionados en el texto, repitieron lo que tenían que repetir hasta
sobrepasar sus propios límites, y es gracias a eso que hoy los podemos
identificar como atletas profesionales del más alto rendimiento. Es por eso
que la actividad o ejercicio tiene que ser repetible a grandes rasgos; tiene
que ser algo que se pueda repetir hasta el cansancio.
4. La retroalimentación es buena y funciona. Si se trabaja en la técnica sin
notar mejora alguna pasaran dos cosas, según Steve Kerr: no mejoraremos
y nos dejará de importar. Hay que saber cómo evaluar nuestro desempeño.
Para los deportistas será tan fácil como ver un marcador o una tabla con las
observaciones de los jueces, pero la evaluación encuentra su mayor
obstáculo cuando la evaluación es subjetiva, por lo que a veces resulta
necesaria la intervención de un profesor, o de un experto.
5. Es demandante intelectual y/o físicamente según el tipo de actividad que se
esté realizando. El practicar deliberadamente implica un reto de enfoque y
de concentración para el practicante, y es justo por ese desafío que se le
llama “deliberada” a la forma correcta de practicar, a diferencia de
únicamente hacer sin pensar. El tiempo de practica de las personas puede
variar, pero se estima que lo óptimo es practicar entre cuatro y cinco horas
diariamente divididas en sesiones a lo largo del día, pero depende también
del nivel de concentración y de esfuerzo que se esté utilizando.
6. No es muy divertido. Hacer lo que nos gusta hacer, porque ya lo sabemos
hacer, es divertido y es disfrutable, pero lo que se nos exige para practicar
deliberadamente es justo lo opuesto: tenemos que explorar aquello que no
sabemos, aquello en lo que somos terribles, concentrarnos únicamente en
ello, y después repetirlo incontables veces hasta quedar exhaustos. Geoff
Colvin aclara que parece deprimente que lo que vamos a hacer la mayor
parte del tiempo de nuestra vida profesional va a ser algo cansado, sin
diversión, y que requiere de un esfuerzo óptimo, pero también aclara que es
justo por eso que la práctica valdrá el esfuerzo; llegará el día, después de
una eternidad de horas de estudio intensivo, en el que nos sentaremos a
disfrutar de los frutos que nos ha dado el pasado. Menciona también que es
justo por la dificultad de alcanzar ese nivel de profesionalismo que no
cualquiera lo alcanza.
Aún dicho esto, hay quienes prefieren quedarse con la idea de que el talento, o
las capacidades innatas, es lo que determina el éxito o el fracaso de una persona
en cierta área; hay quienes simplemente no pueden apegarse a la idea de que la
grandeza se alcanza trabajando duro por mucho tiempo.
Existen también elementos a considerar que podrían afectar la forma en la que
un alumno aprende, como el ambiente familiar en el que ha crecido, sus atributos
y cambios físicos al crecer, la calidad de los profesores que trata desde el principio
de su formación, el esfuerzo que hace el alumno por aprender y, aparentemente,
la información que tiene el mismo alumno sobre cómo convertirse en un experto.
El ambiente familiar es casi de vital importancia para la vida de un profesional
sobresaliente, ya que el apoyo, brindado particularmente por los padres, es lo que
le permite a una persona el seguir sus sueños; los cambios físicos pueden ayudar
y pueden perjudicar, dependiendo de la actividad y de la radicalidad de los
cambios; los profesores afectan en el sentido de que son ellos los que diseñan y
proponen los primeros ejercicios de cualquier alumno, es decir, de ellos dependen
los primeros pasos de cualquier profesional; la información cuenta bastante, ya
que si son guiados por teorías falsas y por “atajos”, seguramente no llegarán a sus
objetivos como lo hubieran hecho si se hubieran dedicado a practicar
deliberadamente.

Bibliografía:
COLVIN, Geoff. Talent is Overrated: What Really Separates World-Class
Performers from Everybody Else. Portfolio y Penguin. Capítulo 5: What Deliberate
Practice Is and Isn’t. pp. 69-95.
https://dle.rae.es/practicar

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