Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Además, el mismo DMT puede actuar sobre los receptores a los que se
una la adrenalina (una hormona y neurotransmisor), en el corazón. Si
sube la concentración de adrenalina en sangre, nuestro corazón late más
veces por minuto y más fuerte, produciendo taquicardia. Este efecto se ve
potenciado en muchos ritos chamánicos porque en la mezcla de plantas
que se conoce como ayahuasca también se ingiere un tipo de compuesto
llamado beta-carbolinas. No son neurotransmisores, pero permiten que el
neurotransmisor (la llave de antes), actúe durante mucho más tiempo, no
solo sobre los receptores de serotonina, sino sobre los de adrenalina.
Cada uno de nosotros es una caja de Pandora con unos mismos principios
bioquímicos, pero con diferentes isoformas de muchas proteínas
receptoras, así como enzimas. Eso explica por qué la experiencia
alucinatoria del DMT puede durar desde minutos a horas. Además, en las
preparaciones tradicionales de estos compuestos no se puede controlar la
dosis.
Protección mutua
¿Deberíamos entonces masacrar todas las especies que contienen DMT
como sapos y unas cuantas plantas? Pues, por mucho que queramos, no.
La vida es un valor intrínseco y tiene una utilidad farmacológica muy
interesante para nosotros.