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LA REVOLUCIÓN COGNITIVA
PRESENTA:
HECTOR PEÑA DE LA CRUZ
Para una vez que fui al colegio de postgrado en Harvard, a comienzos de la década
de 1940, la transformación era completa. Me educaron para aprender la conducta y
aprendí a traducir mis ideas a la nueva jerga del conductismo. Como estaba bastante
interesado en habla y audición, la traducción arribó en ocasiones a solicitar de trucos.
Inclusive nuestra fama como científico podía depender de cuan bien se manejarán
aquellos trucos. El conductismo ha sido una emocionante travesía para la psicología
empírico, empero alrededor de los años cincuenta era evidente que no podría tener
triunfo. Como Chomsky aseguró, conceptualizar a la psicología como la ciencia del
comportamiento era como conceptualizar a la física como la ciencia de la lectura de
medidores. Si la psicología científica fuera a tener triunfo, los conceptos mentalistas
tendrían que integrar y describir los datos del comportamiento. Seguíamos siendo
renuentes a usar términos como por ejemplo “mentalismo” para explicar lo cual
necesitábamos, de esta forma que conversábamos en su sitio de cognición. Como
desee que le llamáramos, la contra revolución cognitiva en psicología trajo a la mente
otra vez a la psicología empírico. Creo que es fundamental rememorar que lo de la
mente jamás había desaparecido de la psicología social o clínica. Eran sólo los
psicólogos experimentales norteamericanos quienes realmente creían que el
conductismo funcionaría.