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ADMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICA
Grupo Nro. 9
Integrantes:
Gómez, Mercedes. V-
12.504.523
Los objetivos de ésta son: Administrar los bienes de Dios y conocer cuáles son
nuestras funciones como administradores, para no descuidar nuestras
responsabilidades.
Sin embargo la biblia nos dice también que podemos anhelar otros dones y nos
anima a pedirlos. 1Cor 12:31
7.- Definir:
a) Propósito de la Administración:
Ayudar al funcionamiento eficaz y eficiente de los ministerios
cristianos.
b) Objetivos.
El objetivo principal de la administración eclesiástica, es gerencial los
bienes de Dios como administradores responsables, es decir, asumir la
responsabilidad de organizar la iglesia y lograr establecer un paralelismo
entre la administración física (los activos de la iglesia) y la espiritual; para
que ambas vayan de la mano, de modo que todo se haga decentemente
y con orden; recordando que no somos los dueños sino Dios.
c) Metas.
Las metas de la administración eclesiástica es lograr la planeación,
dirección, organización y control de las diferentes acciones con el fin de
lograr el cumplimiento de la Gran Comisión.
d) Misión:
La tarea encomendada por Nuestro Señor es: Predica, enseñar,
pastorear y ministrar. Ésta la podemos definir a corto plazo (hablar de
Cristo a los seres humanos. -Ef.1:6), y a largo plazo (mostrar la sabiduría
de Dios a los poderes y autoridades celestes. –Ef. 2:10).
e) Visión:
Alcanzar el cumplimiento de la Gran Comisión.
10.-Comunicación efectiva:
Para lograr llevar a cabo las metas planteadas, debemos tomar en cuenta
dos aspectos fundamentales: el hablar y el escuchar. El buen administrador no
solo posee la habilidad de comunicar las diferentes ideas a su equipo de forma
clara y eficaz, y a su vez, tiene la humildad de escuchar ideas de parte de los
miembros de su equipo.
11.- Motivación:
El hacer la voluntad de Dios trae gozo a nuestras vidas. Motivar a nuestro
equipo recordándole que tenemos la oportunidad de estar haciendo la voluntad
de Dios, es suficiente motivación para mantener nuestras vidas activas al
servicio de Nuestro Señor. (Col 1:9-10).