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Sanción para Abogado.
Sanción para Abogado.
INTRODUCCIÓN
IV. PROPUESTA
BIBLIOGRAFÍA
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INTRODUCCIÓN
El abogado así como tiene deberes, tiene derechos los cuales están amparados
tanto en el nivel privado como en el nivel público, por la constitución y el marco
legal nacional así como las normas que señala su colegiatura.
Para todo ello debemos prepararnos ética y técnicamente y sabremos circular por
la autopista de la sociedad que este siglo reclama.
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Como se puede observar el proceso de formación deontológico es una escalera
que lleva la misma dirección que la propia vida. No conviene subir de dos en dos o
saltarse alguno ya que él hacerlo supone salirse del proceso normal, con el riesgo
de fatigarnos de mas o tropezar y caernos. Sigamos todos los pasos, todos son
esenciales, la cadena es grande como tal, no suelta en eslabones.
Es claro que las más de las veces estas expresiones son injustas, pues ciertos
pseudoprofesionales del derecho. Por las razones señaladas es importante
fomentar y poner en práctica las normas deontológicas en cualquier ámbito social
o del conocimiento en que nos desenvolvamos, de manera especial entre
estudiantes y profesionales del derecho, a fin de que las mismas dejen de ser letra
muerta y se conviertan en una exigencia, tal como lo demandan los tiempos y la
sociedad actuales.
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¿CUÁL ES LA SANCIÓN QUE DEBE IMPONERSE A UN
ABOGADO QUE ADQUIERE LOS BIENES DE UN
CLIENTE?
CIURATTI, por su parte, sentencia: "Dad a un hombre todas las dotes del espíritu y
dadles todas las de carácter, haced que todo lo haya visto, que todo lo haya aprendido y
retenido, que haya trabajado durante treinta años de su vida, que sea en conjunto un
literato, un crítico, un moralista, que tenga la experiencia de un viejo y la infalible memoria
de un niño y tal vez con esto formareis un abogado completo". En resumen, un
humanista.
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tribunales el honor, la vida, la libertad y la fortuna de los ciudadanos. Su misión
consiste en patrocinar a los litigantes en el juicio o aconsejarlos sobre los puntos de dere-
cho que le sometan. Su utilidad es cada vez más necesaria por la complejidad siempre
creciente de los problemas jurídicos y la versación especial que su resolución requiere"2
Las obligaciones de los abogados para con sus clientes son las siguientes:
2
Alsina Hugo Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial Tomo I. 1978. P528.
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Los abogados, al proteger los derechos de sus clientes y defender la causa
de la justicia, procurarán apoyar los derechos humanos y las libertades
fundamentales reconocidos por el derecho nacional e internacional, y en todo
momento actuarán con libertad y diligencia, de conformidad con la ley y las
reglas y normas éticas reconocidas que rigen su profesión.
Los abogados velarán lealmente en todo momento por los intereses de sus
clientes.
Los artículos 8° y 9° del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, promulgado el 8 de mayo de 1993, están referidos a regular la
conducta procesal de las partes y de los abogados. Le da facultad
sancionadora a los jueces y magistrados.
El párrafo final del art. 9 anota que "esta facultad comprende también a los
abogados".
El art. 8°, párrafo primero, señala cuatro deberes procesales del abogado:
El párrafo 2 del art. 8°, señala que el juez "debe sancionar" toda
contravención a los deberes, así como:
1.- la mala fe: El actuar con conciencia malintencionada
2.- la temeridad procesal: El pretender algo que va contra el derecho procesal.
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El art. 9° señala las sanciones que puede imponer el Juez:
1.- Llamar la atención: Poner de manifiesto conducta errónea o equivocada
2.- Multas: De naturaleza pecuniaria
3.- Pedidos de suspensión o destitución: Temporal o definitiva
4.- Solicitar sanción: Fundamentando dicho pedido.
5.- Apercibir: De grado o fuerza. ¿A quiénes se sanciona y por qué?
TRASCENDENCIA DE LA PROFESIÓN.
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Quizás ahora todavía se podría ensayar usa definición mas profunda y extensa
de esta responsabilidad social; la búsqueda de la justicia al servicio de la
humanidad, o sea la marcha hacia la conquista de la propia paz universal. Entonces
esta trascendencia emanará ya que no solo de la justicia que se persigue en el caso
particular, sino de la justicia que se busca en el respeto a la dignidad humana y
en la conquista de la felicidad de vivir sin temor, que asegura la paz social.
Nos dice Pérez Bañares que: “hoy en día el Abogado no es sólo una persona
que defiende a una parte litigante ante los tribunales de justicia, no debemos
olvidar que las materias no contenciosas en algunos casos también requieren
para su tramitación del patrocinio de un abogado. Pero el punto es otro, los
abogados son profesionales que ostentan títulos de licenciatura en ciencias
jurídicas, y por tanto son algo más que simples funcionarios inmersos en el
entramado de la administración de la justicia. Si queremos hacer un
parangón podemos compararlo con el médico, e, todo estudiante de medicina
egresa en calidad de Médico Cirujano, lo que le faculta para intervenir
quirúrgicamente a una persona, de ordinario “a operar”, sin embargo la
utilidad primaria de sus conocimientos sobre la medicina no están en el
trabajo de pabellón sino en la prevención, es ahí donde el médico se hace útil
a la sociedad, pues todos sabemos que las intervenciones quirúrgicas no son
siempre exitosas –de ahí que la obligación del médico sea de medio y no de
resultado-, de modo que es preferible para una persona estar lejos del peligro
que tratar de reparar un daño ya hecho. En el caso del Derecho, es bien
sabido el dicho que reza que “todos los clientes son pacientes terminales”,
justamente porque llegan al estudio jurídico cuando su problema está listo
para ingresar al pabellón que en esta ciencia se denomina Tribunal, sin duda
que el Abogado está preparado para intervenir al paciente, sin embargo su
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obligación es de medio y no de resultado, pues ni el mejor abogado puede
garantizar el éxito ante la litis3.”
3
Pérez Bañares José Sobre la Ética Profesional del Abogado Santiago. Caupolian. 2007. p.2
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2.1. ESENCIA DEL DEBER PROFESIONAL.
Señala el articulo 1 del código de ética del abogado, señala que: el Abogado
debe tener presente que es un servidor de la justicia y un colaborador de su
administración; y que su deber profesional es defender, con estricta
observancia de las normas jurídicas y morales, los derechos de su
patrocinado.
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2.2. OBSERVANCIA DE LAS NORMAS JURÍDICAS Y MORALES.
La buena fe, es el obrar debido y honesto que deben observar las partes en
la negociación y ejecución de sus contratos.
La buena fe, que no supone que las partes han debido compartir toda la
información que cada una conocía al momento de contratar, sino que las
partes deban cumplir el contrato de acuerdo con lo que se comprometieron
en el mismo (ya que el contrato es "ley para las partes"), puede llevar a una
interpretación del contrato que deriva en su incumplimiento.
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La buena fe, doctrinalmente se suele incidir en un triple aspecto sobre la
misma a la hora de interpretar los contratos: de entrada, en la lealtad y
corrección que todo intérprete debe suponer en el contratante; en segundo
lugar, en el desenvolvimiento leal que objetivamente debe existir en todo
momento en las relaciones contractuales, y, en tercer lugar, en la protección
de la confianza del destinatario en el sentido objetivo de la declaración e
imposición de la correspondiente responsabilidad al declarante.
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obstante ello, no es usual encontrar artículos sobre ética en nuestro país,
además que hay muchos temas sobre la misma que se desconocen
totalmente y que en otros países (EE.UU., Puerto Rico o España por citar
ejemplos) han merecido un desarrollo notable.
La relación abogado-cliente
Una vez que alguien solicita los servicios de un abogado, se entabla una
relación abogado- cliente, de la cual surgen deberes y derechos. La relación
abogado- cliente se entabla por el simple hecho de tomar contacto del
abogado por parte del cliente. Pero dicha relación en un momento anterior a
la aceptación de un encargo determinado es distinta al momento que está
luego de dicha aceptación. El abogado puede rechazar el encargo con total
libertad y sin expresar motivo, por lo que un “no me da la gana” puede ser un
motivo jurídicamente válido. Aquí podemos hacer una comparación con la
relación contractual, la cual surge a partir del acuerdo de voluntades, las
cuales no están obligadas a llegar a un acuerdo (como tampoco no está
obligado el abogado a aceptar un encargo). Pero la relación abogado- cliente
existe antes de que se dé dicha aceptación, y por ello hay aquí también
deberes, aunque son menores en comparación a la relación que se da luego
de la aceptación del encargo. Uno de los deberes que se puede dar en esta
etapa antes de la aceptación, es por ejemplo guardar secreto sobre la
información que el cliente le proporciona la abogado para que éste decida si
llevar el encargo o no, lo cual se conoce como secreto profesional.
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cliente (que como hemos dicho se entabla a partir del contacto entre abogado
y cliente) y por consiguiente deberes y derechos que recaen sobre ambas
partes, entre los que está el deber de diligencia del abogado en el patrocinio.
Debemos decir que dicho deber lo vemos más nítidamente en los casos de
representación del cliente en un proceso judicial, pero ello no obsta a que
dicho deber esté en otro tipo de prestaciones como las que hacíamos
referencia.
2. CUOTA LITIS.
El abogado tiene derecho a una retribución económica por los servicios que
presta (honorarios) así como al reembolso de los gastos (suplidos) que
haya realizado para la defensa de sus intereses.
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Su abogado no puede apropiarse en pago de los honorarios que Ud. le
adeude, de las cantidades que le entreguen los deudores, salvo que Ud. le
autorice a ello.
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penales que son aplicables a las conductas desviadas, exactamente igual
que en el resto de las actividades humanas.
VI. PROPUESTA
Mas adelante señala el articulo 81, las sanciones establecidas en los Incisos
a, b y c del Artículo 80 se aplicarán con arreglo a la gravedad de la falta y del
perjuicio causado.
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La amonestación pública es una advertencia escrita al abogado por la falta
cometida, que formula el consejo del colegio de abogados.
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BIBLIOGRAFÍA
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