Está en la página 1de 18

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

¿CUÁL ES LA SANCIÓN QUE DEBE IMPONERSE A UN


ABOGADO QUE ADQUIERE LOS BIENES DE UN
CLIENTE?

I. LOS DEBERES DEL ABOGADO.

II. VALORES TUTELADOS.

1. ESENCIA DEL DEBER PROFESIONAL.


2. OBSERVANCIA DE LAS NORMAS JURÍDICAS Y MORALES.
3. LA BUENA FE.

III. SUPUESTOS DE IMPUTACIÓN Y GRAVEDAD DEL ABOGADO QUE


ADQUIERE LOS BIENES DE UN CLIENTE.

1. IMPORTANCIA DEL RESPETO DE LOS BIENES DEL CLIENTE.


2. GRAVEDAD DE LA ADQUISICIÓN DE LOS BIENES DE UN
CLIENTE.
3. CUOTA LITIS.
4. REMATES JUDICIALES DEL PATROCINADO.

IV. PROPUESTA

BIBLIOGRAFÍA

1
INTRODUCCIÓN

La profesión de ABOGADO es una de las carreras universitarias más versátiles y


de mayor adaptación a las oportunidades de trabajo que ofrece el mercado
laboral.

En efecto, un ABOGADO es un profesional que puede desempeñarse dentro de


un sinnúmero de actividades y de áreas profesionales. Así por ejemplo, puede ser
un abogado defensor, puede ser magistrado, fiscal, defensor del pueblo,
procurador público, registrador, notario, funcionario público, asesor de empresa,
ejecutor coactivo, miembro de un directorio empresarial, gerente de empresa,
administrador, periodista, docente universitario, trabajador independiente,
trabajador dependiente, etc.

El abogado así como tiene deberes, tiene derechos los cuales están amparados
tanto en el nivel privado como en el nivel público, por la constitución y el marco
legal nacional así como las normas que señala su colegiatura.

Estos deberes del abogado tienen que desenvolverse dentro de la Deontología


aplicable al Derecho, existente desde mucho tiempo atrás en sus principios
teóricos es valida quizá en estos momentos, pero será distinta en cuanto a su
aplicación a aspectos de hoy, es necesario actualizar los principios a los hechos
novedosos. Los códigos deontologicos deben estar a la altura de los
acontecimientos de nuestro tiempo. La producción de leyes es constante ante la
avalancha de situaciones nuevas que rodean al hombre y su entorno, su ética
debe estar a la altura.

Para todo ello debemos prepararnos ética y técnicamente y sabremos circular por
la autopista de la sociedad que este siglo reclama.

2
Como se puede observar el proceso de formación deontológico es una escalera
que lleva la misma dirección que la propia vida. No conviene subir de dos en dos o
saltarse alguno ya que él hacerlo supone salirse del proceso normal, con el riesgo
de fatigarnos de mas o tropezar y caernos. Sigamos todos los pasos, todos son
esenciales, la cadena es grande como tal, no suelta en eslabones.

La aplicación de las normas deontológicas es hoy día indispensable en el


quehacer cotidiano del hombre, pero sobre todo en aquellas que desarrolla el
jurista, que si bien ejerce una profesión humanista con altos valores éticos como la
justicia, la equidad, la lealtad, la verdad y la seguridad jurídica, es común que de él
se escuchen, de entre la vox populi, frases tan conocidas y lapidarias como:
"Entre abogados te veas", "Dios libre a esta casa de abogados", "Ojalá nunca
tenga que caer en manos de un abogado", "Mi abogado se vendió a la otra parte",
"Abogángster", y muchas otras similares.

Es claro que las más de las veces estas expresiones son injustas, pues ciertos
pseudoprofesionales del derecho. Por las razones señaladas es importante
fomentar y poner en práctica las normas deontológicas en cualquier ámbito social
o del conocimiento en que nos desenvolvamos, de manera especial entre
estudiantes y profesionales del derecho, a fin de que las mismas dejen de ser letra
muerta y se conviertan en una exigencia, tal como lo demandan los tiempos y la
sociedad actuales.

En este caso nuestra norma objeto de investigación es la “Adquisición de interés


en el Asunto Artículo 37.-  Fuera del caso de cuota litis escriturado con
anterioridad a su intervención profesional, el Abogado no debe adquirir interés
pecuniario de ninguna clase relativo al asunto que patrocina o haya patrocinado.
Tampoco debe adquirir directa o indirectamente bienes de esa índole en los
remates judiciales que sobrevengan. “

3
¿CUÁL ES LA SANCIÓN QUE DEBE IMPONERSE A UN
ABOGADO QUE ADQUIERE LOS BIENES DE UN
CLIENTE?

I. LOS DEBERES DEL ABOGADO.

Según MÁXIMO PACHECO, el abogado "es el artífice de la paz y su oficio no es


solo una profesión y un medio de vida, sino, por encima de todo, una cultura"1.
Esto es, un sistema de valores que dan consistencia a nuestra civilización.

CIURATTI, por su parte, sentencia: "Dad a un hombre todas las dotes del espíritu y
dadles todas las de carácter, haced que todo lo haya visto, que todo lo haya aprendido y
retenido, que haya trabajado durante treinta años de su vida, que sea en conjunto un
literato, un crítico, un moralista, que tenga la experiencia de un viejo y la infalible memoria
de un niño y tal vez con esto formareis un abogado completo". En resumen, un
humanista.

Conjugando tales definiciones, MARIO ALZAMORA VALDEZ le atribuye al abogado


estas cualidades: "Jurisconsulto, porque absuelve las consultas que sobre el derecho le
formulan los particulares; letrado, porque es experto en leyes; consejero y asesor, porque
orienta y guía; y defensor, porque aboga en favor de su cliente. Como función pública, la
abogacía es un servicio al derecho para alcanzar la justicia, el más alto de los valores
sociales".

HUGO ALSINA, insigne maestro del derecho argentino, citando a GARSONNET,


señala que el abogado es aquel que "después de haber obtenido el grado de
Licenciado en derecho, una vez prestado el juramento y justificadas las demás
condiciones prescritas por la ley y los reglamentos, se encarga de defender ante los
1
Autor citado por Alzadora Valdez, Mario Derecho Procesal Civil Teoría General de Proceso1988. P. 204.

4
tribunales el honor, la vida, la libertad y la fortuna de los ciudadanos. Su misión
consiste en patrocinar a los litigantes en el juicio o aconsejarlos sobre los puntos de dere-
cho que le sometan. Su utilidad es cada vez más necesaria por la complejidad siempre
creciente de los problemas jurídicos y la versación especial que su resolución requiere"2

Tal como se desprende de las diversas definiciones utilizadas, a través del


tiempo, para determinar qué se entiende por abogado, este profesional se
debe caracterizar por defender la verdad, defendiendo el derecho de los
hombres y fomentando la armonía de la sociedad.

Los abogados mantendrán en todo momento el honor y la dignidad de su


profesión en su calidad de agentes fundamentales de la administración de
justicia.

OBLIGACIONES DE LOS ABOGADOS.

Las obligaciones de los abogados para con sus clientes son las siguientes:

a) Prestarles asesoramiento con respecto a sus derechos y obligaciones, así


como con respecto al funcionamiento del ordenamiento jurídico, en tanto
sea pertinente a los derechos y obligaciones de los clientes;

b) Prestarles asistencia en todas las formas adecuadas, y adoptar medidas


jurídicas para protegerlos o defender sus intereses;

c) Prestarles asistencia ante los tribunales judiciales, otros tribunales u


organismos administrativos, cuando corresponda.

2
Alsina Hugo Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial Tomo I. 1978. P528.

5
Los abogados, al proteger los derechos de sus clientes y defender la causa
de la justicia, procurarán apoyar los derechos humanos y las libertades
fundamentales reconocidos por el derecho nacional e internacional, y en todo
momento actuarán con libertad y diligencia, de conformidad con la ley y las
reglas y normas éticas reconocidas que rigen su profesión.

Los abogados velarán lealmente en todo momento por los intereses de sus
clientes.

Los artículos 8° y 9° del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, promulgado el 8 de mayo de 1993, están referidos a regular la
conducta procesal de las partes y de los abogados. Le da facultad
sancionadora a los jueces y magistrados.

El párrafo final del art. 9 anota que "esta facultad comprende también a los
abogados".

El art. 8°, párrafo primero, señala cuatro deberes procesales del abogado:

1.- lealtad: Referida a la confianza entre el abogado y su patrocinado.


Despojada de cualquier traición
2.- probidad: Honradez profesional hacia el cliente
3.- veracidad: Buscar la verdad de los hechos sin falsedad
4.- buena fe.: ACTUAR SIN MALICIA, NI INTENCIÓN

El párrafo 2 del art. 8°, señala que el juez "debe sancionar" toda
contravención a los deberes, así como:
1.- la mala fe: El actuar con conciencia malintencionada
2.- la temeridad procesal: El pretender algo que va contra el derecho procesal.

6
El art. 9° señala las sanciones que puede imponer el Juez:
1.- Llamar la atención: Poner de manifiesto conducta errónea o equivocada
2.- Multas: De naturaleza pecuniaria
3.- Pedidos de suspensión o destitución: Temporal o definitiva
4.- Solicitar sanción: Fundamentando dicho pedido.
5.- Apercibir: De grado o fuerza. ¿A quiénes se sanciona y por qué?

A las partes y a los abogados que se conduzcan contra los deberes


anteriormente señalados en el art. 8° del T.U.O. de la L.O.PJ. también por
conducirse (comportarse y actuar) de modo inapropiado y por plantear
solicitudes dilatorias y/o maliciosas que afectan la culminación del proceso. En
estos dos artículos están pues señalados los deberes procesales del abogado
y las sanciones a las que se hará merecedor por un comportamiento procesal
desleal con la administración de justicia.

TRASCENDENCIA DE LA PROFESIÓN.

La abogacía es una de las profesiones mas trascendentales de la vida social


no solo por que se ejercita utilizando en Derecho como su instrumento fundamental
en la búsqueda de la justicia - que por si es un elevado valor social- sino por que es
menester directamente relacionado con los bienes jurídicos del individuo de la
sociedad, cava protección organiza la ley.

El abogado, utilizando valores sociales como el Derecho y la Justicia, tiene también


en sus manos valores no menos trascendentales, transformados en bienes
jurídicos: la vida, la libertad y el honor. Se trata pues de una actividad
eminentemente social y que por eso trasciende, inclusive, del caso particular al
propio orden de la sociedad, pues, su objetiva es no solamente alcanzarla sentencia
ene repare la injusticia en el conflicto de intereses, sino que por su precisión de
justicia, contribuya al restablecimiento del orden social quebrantado.

7
Quizás ahora todavía se podría ensayar usa definición mas profunda y extensa
de esta responsabilidad social; la búsqueda de la justicia al servicio de la
humanidad, o sea la marcha hacia la conquista de la propia paz universal. Entonces
esta trascendencia emanará ya que no solo de la justicia que se persigue en el caso
particular, sino de la justicia que se busca en el respeto a la dignidad humana y
en la conquista de la felicidad de vivir sin temor, que asegura la paz social.

II. VALORES TUTELADOS.

Nos dice Pérez Bañares que: “hoy en día el Abogado no es sólo una persona
que defiende a una parte litigante ante los tribunales de justicia, no debemos
olvidar que las materias no contenciosas en algunos casos también requieren
para su tramitación del patrocinio de un abogado. Pero el punto es otro, los
abogados son profesionales que ostentan títulos de licenciatura en ciencias
jurídicas, y por tanto son algo más que simples funcionarios inmersos en el
entramado de la administración de la justicia. Si queremos hacer un
parangón podemos compararlo con el médico, e, todo estudiante de medicina
egresa en calidad de Médico Cirujano, lo que le faculta para intervenir
quirúrgicamente a una persona, de ordinario “a operar”, sin embargo la
utilidad primaria de sus conocimientos sobre la medicina no están en el
trabajo de pabellón sino en la prevención, es ahí donde el médico se hace útil
a la sociedad, pues todos sabemos que las intervenciones quirúrgicas no son
siempre exitosas –de ahí que la obligación del médico sea de medio y no de
resultado-, de modo que es preferible para una persona estar lejos del peligro
que tratar de reparar un daño ya hecho. En el caso del Derecho, es bien
sabido el dicho que reza que “todos los clientes son pacientes terminales”,
justamente porque llegan al estudio jurídico cuando su problema está listo
para ingresar al pabellón que en esta ciencia se denomina Tribunal, sin duda
que el Abogado está preparado para intervenir al paciente, sin embargo su

8
obligación es de medio y no de resultado, pues ni el mejor abogado puede
garantizar el éxito ante la litis3.”

Sobre la base de lo anterior planteamos que el verdadero ser del Abogado


consiste en “asesorar a personas que aún no son partes litigantes en algún
juicio en el uso correcto del Derecho, de sus principios y de la Justicia en
razón de sus fines personales, comerciales, profesionales, etc. mientras sean
éstos lícitos, y no contrarios a la moral ni a las buenas costumbres, con la
finalidad de evitar siempre la llegada de una persona a un Tribunal de
Justicia por una materia contenciosa, o evitar que en el caso de una litis, esta
persona no se encuentre preparada de antemano para la victoria judicial,
entendiendo que aunque un Abogado sólo se obliga de medio, si el cliente
está correctamente preparado para el juicio, podría sin problemas predecir e
incluso garantizar el resultado de él”.

En otros términos, el Abogado debe preparar, prevenir, asesorar a su cliente


y a quien corresponda, sobre el correcto uso del Derecho y los principios de
él y de la Justicia, de manera de evitar la llegada de éste a un tribunal, siendo
éste su principal aporte dentro de la sociedad, y no el intervenir en un juicio.
Al igual que en el caso del médico, su principal labor entonces es la previa,
no la posterior, y podría entenderse en algunos casos bajo este nuevo canon,
que con la llegada del cliente al tribunal, se expresa un trabajo deficiente por
parte del profesional, y en el caso de que esto ocurra a sabiendas del
abogado, constituiría además una falta a la ética profesional.

Respecto al accionar del ABOGADO QUE ADQUIERE LOS BIENES DE UN


CLIENTE, hemos seleccionado una serie de valores que ven lesionados con
este accionar:

3
Pérez Bañares José Sobre la Ética Profesional del Abogado Santiago. Caupolian. 2007. p.2

9
2.1. ESENCIA DEL DEBER PROFESIONAL.

Señala el articulo 1 del código de ética del abogado, señala que: el Abogado
debe tener presente que es un servidor de la justicia y un colaborador de su
administración; y que su deber profesional es defender, con estricta
observancia de las normas jurídicas y morales, los derechos de su
patrocinado. 

En el artículo recién citado se define al Deber Profesional como el


correspondiente frente a un litigio, pues se utiliza el verbo “defender” que
según el diccionario de la RAE consiste en “Mantener, conservar, sostener
algo contra el dictamen ajeno” y también como “Abogar, alegar en favor de
alguien”.

Nuevamente sostenemos que el Deber del Abogado no comienza en el


Juicio, sino mucho antes, de modo que al Deber Profesional de “defender”
agregamos (los verbos y por tanto el Deber de) “prevenir”, “asesorar” y
“planificar” empeñosamente en lo relativo al Derecho, los intereses de su
cliente (aunque los dos últimos pueden y deben también utilizarse con
propiedad en la fase litigiosa del asunto sobre el que versa la labor del
profesional). Siendo estos tres últimos conceptos la esencia de este Deber, y
la “defensa empeñosa” sólo en el caso de no haber podido evitar el litigio.

Será entonces acorde a la Ética Profesional mantener un contacto


permanente con el cliente que apunte a la prevención de litigios –por
supuesto siempre que ello sea posible- y será contrario a esta Ética incitar al
cliente a un litigio cuando éste pueda evitarse y ello siempre y cuando evitarlo
resulte más beneficioso desde una perspectiva jurídica y moral, “incluso” si
ello implica una menor remuneración para el Profesional, pues entendemos
que el interés ético está siempre por sobre el interés económico.

10
2.2. OBSERVANCIA DE LAS NORMAS JURÍDICAS Y MORALES.

Deber, y la “defensa empeñosa” sólo en el caso de no haber podido evitar el


litigio.

Será entonces acorde a la Ética Profesional mantener un contacto


permanente con el cliente que apunte a la prevención de litigios –por
supuesto siempre que ello sea posible- y será contrario a esta Ética incitar al
cliente a un litigio cuando éste pueda evitarse y ello siempre y cuando evitarlo
resulte más beneficioso desde una perspectiva jurídica y moral, “incluso” si
ello implica una menor remuneración para el Profesional, pues entendemos
que el interés ético está siempre por sobre el interés económico.

Es menester comentar que en cuanto a los deberes del Abogado, el Código


de Ética establece entre otros: la defensa del honor y la dignidad
profesionales, el obrar con honradez y buena fe, el abstenerse de abusos en
los procedimientos (retardos por ejemplo) , ser puntual y el secreto
profesional .

2.3. LA BUENA FE.

La buena fe, es el obrar debido y honesto que deben observar las partes en
la negociación y ejecución de sus contratos.

La buena fe, que no supone que las partes han debido compartir toda la
información que cada una conocía al momento de contratar, sino que las
partes deban cumplir el contrato de acuerdo con lo que se comprometieron
en el mismo (ya que el contrato es "ley para las partes"), puede llevar a una
interpretación del contrato que deriva en su incumplimiento.

11
La buena fe, doctrinalmente se suele incidir en un triple aspecto sobre la
misma a la hora de interpretar los contratos: de entrada, en la lealtad y
corrección que todo intérprete debe suponer en el contratante; en segundo
lugar, en el desenvolvimiento leal que objetivamente debe existir en todo
momento en las relaciones contractuales, y, en tercer lugar, en la protección
de la confianza del destinatario en el sentido objetivo de la declaración e
imposición de la correspondiente responsabilidad al declarante.

Tratemos para la comprensión de nuestro análisis de la buena fe objetiva y la


buena fe subjetiva.

La buena fe objetiva, entendida como comportamiento honrado y justo, frente


al criterio subjetivo, alusivo a la creencia o situación psicológica. Existe un
deber de honestidad a la hora de cumplir el contrato que obliga al contratante
a abstenerse de actuar con dolo y a atenerse a una conducta honrada a la
hora de ejecutar todo contrato. Además, existe un deber de cooperación, más
importante si cabe, y que si fuese interpretado adecuadamente, haría menos
necesario algún que otro precepto de nuestro ordenamiento, sobre todo
preceptos protectores de los consumidores. 

V. SUPUESTOS DE IMPUTACIÓN Y GRAVEDAD DEL ABOGADO QUE


ADQUIERE LOS BIENES DE UN CLIENTE.

1. IMPORTANCIA DEL RESPETO DE LOS BIENES DEL CLIENTE.

Hoy en día es muy común hablar de ética y su relación con el sistema de


justicia. Se resalta sobre todo la ausencia de la ética en el ejercicio de la
abogacía, especialmente ante los tribunales y existe una imagen que
relaciona al abogado con el fenómeno de la corrupción, la dilación indebida
del proceso y otras actuaciones contrarias a los deberes profesionales. No

12
obstante ello, no es usual encontrar artículos sobre ética en nuestro país,
además que hay muchos temas sobre la misma que se desconocen
totalmente y que en otros países (EE.UU., Puerto Rico o España por citar
ejemplos) han merecido un desarrollo notable.

La relación abogado-cliente

Una vez que alguien solicita los servicios de un abogado, se entabla una
relación abogado- cliente, de la cual surgen deberes y derechos. La relación
abogado- cliente se entabla por el simple hecho de tomar contacto del
abogado por parte del cliente. Pero dicha relación en un momento anterior a
la aceptación de un encargo determinado es distinta al momento que está
luego de dicha aceptación. El abogado puede rechazar el encargo con total
libertad y sin expresar motivo, por lo que un “no me da la gana” puede ser un
motivo jurídicamente válido. Aquí podemos hacer una comparación con la
relación contractual, la cual surge a partir del acuerdo de voluntades, las
cuales no están obligadas a llegar a un acuerdo (como tampoco no está
obligado el abogado a aceptar un encargo). Pero la relación abogado- cliente
existe antes de que se dé dicha aceptación, y por ello hay aquí también
deberes, aunque son menores en comparación a la relación que se da luego
de la aceptación del encargo. Uno de los deberes que se puede dar en esta
etapa antes de la aceptación, es por ejemplo guardar secreto sobre la
información que el cliente le proporciona la abogado para que éste decida si
llevar el encargo o no, lo cual se conoce como secreto profesional.

Debemos dejar bien en claro que la representación en un proceso judicial no


es la única prestación que puede realizar un abogado, dado que pueden
haber prestaciones como seguir un determinado trámite ante la
Administración o una consulta sobre un determinado caso; por lo que en
cualquiera de estas situaciones vemos sentada una relación de abogado-

13
cliente (que como hemos dicho se entabla a partir del contacto entre abogado
y cliente) y por consiguiente deberes y derechos que recaen sobre ambas
partes, entre los que está el deber de diligencia del abogado en el patrocinio.
Debemos decir que dicho deber lo vemos más nítidamente en los casos de
representación del cliente en un proceso judicial, pero ello no obsta a que
dicho deber esté en otro tipo de prestaciones como las que hacíamos
referencia.

En este conjunto de derechos los bienes del cliente son sagrados, en el


sentido que el cliente muchas veces por situaciones de índole económica
para afrontar el proceso que se encuentra inmerso, le da un destino a sus
bienes para salvar el contexto en que se encuentra, el abogado, el defensor
de sus pretensiones no puede ser parte de la adquisición de los bienes, por
la ética, el respeto que tiene que tener al cliente.

2. CUOTA LITIS.

El articulo hace referencia al término de cuota litis, aquella cuota que


corresponde al abogado.

El abogado tiene derecho a una retribución económica por los servicios que
presta (honorarios) así como al reembolso de los gastos (suplidos) que
haya realizado para la defensa de sus intereses.

La cuantía de los honorarios depende, por un lado, de las reglas, normas,


usos y costumbres aprobadas por el Colegio de Abogados, y de otro, de las
concretas circunstancias que plantee el caso, tales como la complejidad del
mismo, su interés económico, el tiempo y esfuerzo dedicado... etc. Así, las
normas o criterios aludidos son orientadores sin que puedan aplicarse de
forma automática o taxativa.

14
Su abogado no puede apropiarse en pago de los honorarios que Ud. le
adeude, de las cantidades que le entreguen los deudores, salvo que Ud. le
autorice a ello.

La retribución de los servicios profesionales también puede consistir en una


cantidad fija mensual o anual, siempre que el importe sea proporcional a
los servicios prestados y respete las normas orientadoras del Colegio de
Abogados.

El pacto de cuota litis es aquél acuerdo entre Abogado y su cliente por el


que éste se compromete a abonar un porcentaje sobre el resultado del
asunto, con independencia de que éste consista en una suma de dinero o en
el reconocimiento de cualquier otro derecho o beneficio.

El abogado puede solicitarle antes del inicio de sus servicios o durante su


prestación, entregas a cuenta en pago tanto de los honorarios como de los
gastos o suplidos. Estas entregas o provisiones de fondos deben ajustarse
a las circunstancias del caso y su falta de abono puede hacer que el abogado
renuncie al asunto.

3. REMATES JUDICIALES DEL PATROCINADO

Siendo la honradez y la buena fe dos sustentos básicos del diálogo


-instrumento de gestión personal, profesional y social, con relevante función
en la vida del Derecho-, resulta claro que la aplicación de los principios éticos
debe ser pasible de control. y resulta claro también que quienes en primer
lugar deben cumplir el control ético del ejercicio de la abogacía son los
propios abogados, sin perjuicio de las facultades disciplinarias del ente
sancionador y de la actuación de las normas civiles, administrativas y

15
penales que son aplicables a las conductas desviadas, exactamente igual
que en el resto de las actividades humanas.

El remate de los bienes obedece a la resolución de una medida coactiva,


donde la persona no ha podido cumplir con la deuda o pretensión de la parte
demandante, es la etapa donde se ve como se pierde la propiedad, en esta
situación critica, el abogado del cual hemos señalado su comportamientito y
la escala de valores que debe demostrar no puede adquirir el bien en remate.

VI. PROPUESTA

Acorde al articulo 80 del ESTATUTO DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE


LIMA, señala en el artículo 80.- Las medidas disciplinarias que impone el CAL
son:
a.-   Amonestación escrita, que quedará registrada por un periodo de tres
meses
b.-    Amonestación con multa no mayor al equivalente de 10 U.R.P., que
quedará  registrada por un periodo de seis meses.     
c-    Suspensión hasta por 2 años
d.-   Separación hasta por cinco años
e.-    Expulsión.

Mas adelante señala el articulo 81, las sanciones establecidas en los Incisos
a, b y c del Artículo 80 se aplicarán con arreglo a la gravedad de la falta y del
perjuicio causado.

Entre todas estas infracciones cual es la que corresponde al abogado que


ADQUIERE LOS BIENES DE UN CLIENTE, es depende que valor le demos
al acto que va en contra de los valores éticos que debe tener un abogado, en
este caso soy de la opinión que le corresponda una amonestación.

16
La amonestación pública es una advertencia escrita al abogado por la falta
cometida, que formula el consejo del colegio de abogados.

La amonestación pública consiste en la advertencia escrita de la sanción hecha


pública a través de los medios de comunicación. La imposición de esta sanción debe
ser acordada por el ente sancionador, la sanción no conlleva suspensión de las
labores funcionales del notario.

Ahora en la búsqueda de información sobre la denuncia sobre la sanción del abogado


que adquiere los bienes del cliente son pocas o nulas, nuestra sociedad no le da la
importancia a estas conductas disfuncionales que realiza un abogado, se podría decir
que solo le interesa los actos de corrupción que los considera graves.

17
BIBLIOGRAFÍA

 Alzadora Valdez, Mario Derecho Procesal Civil Teoría General de


Proceso1988.
 Alsina Hugo Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y
Comercial Tomo I. 1978.
 Pérez Bañares José Sobre la Ética Profesional del Abogado Santiago.
Caupolian. 2007.
 Mascareñas José Enciclopedia Jurídica Madrid. Editorial Reus. 1988
 Pásara, Luis Jueces, justicia y poder en el Perú. Lima, 1982. CEDYS

18

También podría gustarte