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Nombre: Jennifer Adriana Somarriba Monroy

La edad Media
A.- ALTA O TEMPRANA EDAD MEDIA (SIGLOS V AL X)
El año 395 vio al Imperio romano dividirse en dos partes: la parte occidental con
Rávena como capital principal y Honorio de emperador, y la oriental, con capital en
Constantinopla con Arcadio como su emperador. Italia, las islas, el norte de norte de
África, la península ibérica, la Galia hasta el Rin, Gran Bretaña hasta Escocia, y los
países ilirios, panonio, nórico y rético hasta el Danubio, formaron un conjunto unificado
por Roma, pero terriblemente codiciado por los bárbaros. El siglo V fue muy impactante
desde varios puntos de vista, pero sobre todo porque en su transcurso cayó y
desapareció el coloso político más grande de la historia de Occidente, que sobrevivió
con su forma imperial durante 500 años.
Germania era un conglomerado de pueblos que no representaba ningún peligro real en
comparación con los persas. La situación fronteriza era compleja. Los germanos hacía
muchos siglos que estaban en contacto con los romanos y, aunque se alude
continuamente a sus características migratorias, habían permanecido en el limes
pudiendo considerarlos, en la práctica, sedentarios. Estaban ubicados en los grandes
bosques de Europa occidental y en las llanuras de Ucrania y Rusia. Entre ellos había
pueblos de habla germana: burgundios, godos (ostrogodos y visigodos), suevos,
sajones, vándalos, francos; iranios: sármatas; eslavos y los que no estaban
emparentados con los germanos como los hunos y los alanos provenientes de del Asia
central.
El año 376 y la aparición de los godos en la frontera del río Rin constituyeron el primer
eslabón de una cadena de acontecimientos que conduciría desde el ascenso del
poderío huno, en los límites de Europa, al derrocamiento del último emperador de
Occidente, Rómulo Augústulo, casi exactamente cien años después. Esta llegada de
los germanos significó una reorganización de los equilibrios de poder en toda Europa y
la pérdida progresiva de territorios: el hundimiento final del Imperio de Occidente. El
cruce de los godos en el año 376, empujados por las fuerzas hunas, y la consecuente
batalla de Adrianópolis en 378, provocaron situaciones nuevas. La violación del limes
por parte de los germanos cambió el eje desde el riesgo inminente representado por los
persas al de los germanos, y de Oriente a la frontera del Rin. El fallecimiento del
emperador Valente en dicha batalla dio cuenta del grado de vulnerabilidad que no
había sido previsto

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