Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Luego de un par de meses de trabajo arduo, donde todo el personal se siente agobiado por la
exigencia y control permanente del Responsable de Calidad, la empresa logra la esperada
certificación de su sistema de gestión de la calidad. La Alta Dirección celebra intensamente y hace
partícipe a todos sus funcionarios. El reconocimiento se amplía a individuos que, no habiendo
estado involucrados, también reciben los beneficios de ser identificados con la organización. La
organización en general le da una gran publicidad al logro y crea un ambiente de celebración
constante e incesante. Pero después de algunos días, cuando va disminuyendo el fervor de la
celebración, y todo el trabajo intenso de tiempo atrás comienza a caer en el olvido, se vuelve al
mismo ritmo de antes del inicio del proyecto. La Alta Dirección se frustra por los resultados, que no
van más allá que la mejora de la imagen corporativa; y sus ejecutivos van a engrosar la gran lista
de aquellos que opinan que los sistemas de gestión no son más que mercadotecnia para la
organización.
¿Por qué sucede esto?, ¿realmente los sistemas de gestión de la calidad no traen los beneficios
que dicen que traen?, ¿no estaremos preparados realmente para este tipo de gestión? e incluso
hay quienes llegan a pensar que escogieron una empresa certificadora muy benevolente. Nada de
lo anterior podría ser la razón fundamental por lo cual su sistema de gestión no le trae los
beneficios prometidos; el motivo es que se toma al sistema de gestión de la calidad como una meta
o fin a alcanzar, que termina al momento que obtiene la certificación. Pero los sistemas de gestión
no son un fin, más bien son un medio para alcanzar la eficiencia y la mejora de nuestros procesos.
Con la implantación y certificación del sistema de gestión de la calidad lo único que estamos
obteniendo es la herramienta para la mejora, el siguiente paso es empezar a utilizarla a diario. El
problema se centra en la espera que el Responsable de Calidad mantenga el sistema de la misma
forma que logro implementarlo, y esto no funciona de esa manera. Cada uno de los integrantes de
la organización, empezando desde la Alta Dirección, deben hacer que el sistema funcione, pero
tomando a la calidad como una forma o filosofía de trabajo y no así como un fin a alcanzar. Nadie
más que cada funcionario puede hacer el trabajo que se le ha asignado, entonces no se puede
deslindar la responsabilidad de la calidad de la organización a una persona específica, cada uno es
responsable de realizar su trabajo en función a los requerimientos establecidos. Debe
concientizarse que la calidad es el camino para ser más competitivos y lograr clientes satisfechos,
y no así una meta. Los sistemas de gestión de la calidad son herramientas que permiten a la
organización transitar por el camino de la calidad para alcanzar los beneficios esperados; y los
primeros que deben concientizarse de eso son los líderes de la organización. La Calidad comienza
en cada una de las personas, con la actitud y compromiso que tengan para con el cambio e
innovación continúan mediante la aplicación permanente de la herramienta denominada sistema de
gestión. Con la implantación del sistema de gestión de la calidad, el trabajo no ha terminado, es
sólo el inicio.