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DOS ERRORES COMUNES AL MOMENTO DE DIVIDIR ARGUMENTOS EN SUS DIFERENTES

PROPOSICIONES

1) TOMAR DOS PROPOSICIONES COMO SI FUERA UNA


Cuando analizamos un argumento, debemos separarlo en partes, y cada parte (sea
premisa o conclusión) es una proposición distinta. Por ejemplo, si digo “Pablo es paraguayo, así
que es probable que tome tereré”, estoy diciendo dos proposiciones distintas: “Pablo es
paraguayo” por un lado, y “es probable que tome tereré” por otro. Cuando analizo el argumento,
esa oración la tengo que dividir, porque son dos proposiciones distintas. ¿Cómo nos damos
cuenta? Toda proposición es una unidad mínima de sentido que es verdadera o falsa (no hay
tercera opción, no puede ser verdadera y falsa a la vez). Si nosotros tomamos la oración “Pablo
es paraguayo, así que es probable que tome tereré”, esa oración puede ser verdadera y falsa a la
vez: podría ser verdad que “es paraguayo” pero falso que “toma tereré”. Eso pasa porque son dos
proposiciones distintas, y por lo tanto, una puede ser verdadera y la otra falsa. Pero si digo
“Pablo es paraguayo” esa oración tiene sentido en sí misma y es verdadera o falsa. Lo mismo con
la proposición “Pablo toma tereré”, tiene sentido en sí misma y es verdadera o falsa.

“Pablo es paraguayo, así que es probable que (Pablo) tome tereré”.

NEXO o CONEXIÓN LÓGICA


PROPOSICIÓN (premisa) PROPOSICIÓN (conclusión)
entre una proposición y otra

Cabe aclarar que este argumento es un entimema, es decir, una argumentación incompleta. Hay una
premisa implícita que podríamos expresar como “Los paraguayos son de tomar tereré”. Así, el argumento
completo sería: “Los paraguayos son de tomar tereré. Pablo es paraguayo, así que es probable que tome tereré.”

2) TOMAR UNA PROPOSICIÓN COMO SI FUERAN DOS


Por otro lado, también está el problema contrario: dividir oraciones que son una sola
proposición. Por ejemplo, la oración “Si la ciudadanía es inteligente, votará por mí en las próximas
elecciones” es una sola proposición. Si la divido pierde sentido. Imagínate que alguien dijera “Si
la ciudadanía es inteligente”… y nada más, esa oración ni siquiera está completa, no tiene sentido,
y por eso no es verdadera ni falsa: no es una proposición.
Es muy importante no unir proposiciones distintas, ni dividir proposiciones a la mitad. El primer
paso para analizar un argumento es separar correctamente sus proposiciones, para después
identificar qué partes son premisas y qué parte es la conclusión.
Existen varios tipos de proposiciones compuestas, cada una requiere su propia
notación lógica. La proposición compuesta “Carlos es inteligente y amable” es
una conjunción cuyo primer componente es “Carlos es inteligente” y cuyo
segundo componente es “Carlos es amable”.

En este caso, la verdad de la proposición compuesta depende de la verdad de


ambas proposiciones simples, es decir que si alguna de las proposiciones
simples es falsa, la proposición compuesta será falsa también.

Leyes del pensamiento, ver pag. 419


Las tres leyes del pensamiento racional

Las tres leyes del pensamiento racional son tres verdades fundamentales de
las cuales se derivan todas las otras verdades. Estos principios son evidentes
por sí mismos e indemostrables. Son indemostrables por la sencilla razón de
que no existen principios más básicos que estos. Si fueran demostrables, no
serían los más básicos o fundamentales. Todo razonamiento presupone la
verdad de estos principios.

1. Principio de identidad
Este principio establece que si una proposición es verdadera, entonces es
verdadera. Por ejemplo, si Laura está embarazada, entonces Laura está
embarazada.
A es A

2. Principio de no contradicción
Este principio establece que una proposición no puede ser verdadera y falsa a
la vez. Por ejemplo, es imposible que Laura esté embarazada y no embarazada
al mismo tiempo y en el mismo sentido de la palabra “embarazada”.

A no es no-A

3. Principio del tercero excluido


Este principio establece que toda proposición es verdadera o falsa, no hay
tercera opción. Por ejemplo, Laura está embarazada o no está embarazada, no
puede estar “media embarazada”.
A o no-A
Según el principio de tercero excluido, si alguien afirma una tesis (por
ejemplo, diciendo Dios existe) y otro la niega (diciendo Dios no existe), no es
posible que ambos tengan razón, es decir que uno de los dos se equivoca. No
obstante, hay que distinguir entre proposiciones contradictorias y
proposiciones contrarias. Proposiciones contradictorias serían por ejemplo El
armario está vació y El armario no está vacío; o Esta mesa es blanca y Esta
mesa no es blanca. Entre estas dos proposiciones, como son contradictorios,
no cabe una tercera opción. Pero proposiciones contrarias serían por ejemplo
El armario está vacío y El armario está lleno, o Esta mesa es blanca y Esta
mesa es negra, entre estas dos sí caben más posibilidades. Por ejemplo El
armario está casi vacío, El armario está casi lleno, etc.; o La mesa es roja, La
mesa es amarilla, etc.

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