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El sueño
del bebé y sus
condicionantes
GONZALO PIN ARB OLEDAS
L
os padres de Lidia acuden preocupados a
nuestra consulta. Su primera hija, que ya ha
cumplido 13 meses, duerme unas diez horas:
desde las nueve y media de la noche hasta
las siete de la mañana siguiente. Pero su
sueño no es de un tirón. Cada noche, los
padres deben ir cuatro veces a la habitación de la niña
para atender sus despertares nocturnos. Con todo, Lidia
se muestra contenta y feliz por el día. Pero ¿duerme la
pequeña lo suficiente?, se pregunta la joven pareja.
Aunque todavía se desconocen las funciones concretas
del sueño, se sabe que dormir a diario el tiempo necesa-
rio, en el momento idóneo de la jornada y con una cali-
dad adecuada constituye un elemento básico para una
vida saludable. En el caso de los bebés, es además un
soporte esencial para su correcto desarrollo. La calidad
de sueño en la primera infancia es un factor de predicción
de problemas de conducta y dificultades de atención en
etapas posteriores. Muestra de esa función primordial es
el tiempo que consagra la naturaleza al descanso duran-
te la infancia y la juventud: un niño dedica 13 de sus
primeros 24 meses de vida al sueño.
ISTOCK / DEBICHAMBERS
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Una serie de factores biopsico- La historia del sueño infantil La evolución del ciclo sueño-
sociales (genéticos, circadianos, comienza antes del parto. El vigilia constituye un hito im-
ambientales y educativos, entre cerebro y el resto de los órga- portante en el desarrollo del
otros) influyen en la calidad y can- nos en desarrollo del feto están re- bebé. Entre otras señales de su cre-
tidad del sueño del bebé durante la gulados por las señales indirectas cimiento, revela cambios en la acti-
primera infancia. que les proporciona la madre. vidad neuronal de su cerebro.
Dormir es un proceso complejo que resulta de un Este enfoque ha permitido aflorar una serie de facto-
equilibrio biopsicosocial inestable y dinámico que se res condicionantes de la evolución del descanso infantil
inicia en el período prenatal. Su evolución y maduración que no se habían valorado suficientemente hasta la in-
dependen, sobre todo en las primeras fases de la vida, de troducción, en fecha reciente, de la idea de que lo perso-
la armonía de ese equilibrio, de la acomodación del niño nal en un tejido cultural viene condicionado por el tipo
al medio en el que crece y de su interacción con los cui- de familia, comunidad y otros contextos («Soy, porque
dadores a través del desarrollo del vínculo o apego. nostros somos»). Desde esta perspectiva, se deben explo-
En el sistema nervioso central, la zona encargada de rar los diferentes factores que condicionan la evolución
regular el sueño es el núcleo supraquiasmático, que cons- y maduración del hábito de dormir en los primeros
tituye nuestro reloj biológico principal. Sus neuronas meses de vida y que integran, en su conjunto, la ecología
contienen un «reloj molecular» y son capaces de variar su del sueño.
actividad en respuesta a la entrada de luz por la retina. De
esta manera, aumentan su frecuencia de descarga propor- Factores biológicos
cionalmente a la intensidad de la luz. El núcleo supraquias- La historia del sueño infantil comienza antes del parto.
mático también sincroniza los órganos periféricos median- El cerebro en desarrollo y el resto de los órganos fetales
te la secreción de unas hormonas determinadas (sobre son órganos periféricos del reloj biológico materno y, por
todo, la melatonina) y el sistema simpático. tanto, potencialmente regulados por las señales indirec-
Durante la evolución del ser humano y a través de tas que les proporciona la madre. Ya que el feto no puede
diferentes culturas, épocas históricas y etapas del desa- reaccionar de forma directa a los reguladores externos
rrollo infantil, los conceptos del cómo, dónde y cuánto como la luz, lo hace a través de la madre. Algunos estudios
deben dormir los niños o las nociones un sueño normal demuestran la influencia reguladora materna a través de
o patológico se han ido transformando, en gran medida, tres de señales: la alimentación, el ritmo de temperatura
por la acomodación del niño a un ambiente sociocultu- corporal (con sus variaciones de día y noche) y la secre-
ral cambiante. Conocer las características evolutivas del ción de melatonina.
sueño y sus variaciones en las diversas etapas madurati- La melatonina materna es capaz de atravesar la barrera
vas durante la infancia ha sido objeto de investigación placentaria, de modo que se convierte en una señal in-
intensa en los últimos cinco años. Estos estudios han directa del ciclo luz-oscuridad para el feto, ya que este
permitido cambiar nuestra perspectiva sobre el sueño dispone de receptores de melatonina en sus tejidos. De
infantil. Así, en la actualidad, el concepto «dormir toda esta manera, el niño es capaz de seguir los ritmos circa-
la noche» aplicado a un niño menor de 18 meses implica dianos y de secreción hormonal desde el útero materno.
tres aspectos: un tiempo de sueño continuado variable Asimismo, la exposición continua a la luz o la ausencia
para cada niño y etapa del desarrollo; un horario de de ritmos luz-oscuridad por parte de la madre gestante
sueño parecido al del resto de la familia, y la capacidad influyen en las dificultades posteriores que puede pre-
del bebé para volverse a dormir de forma autónoma tras sentar el bebé para establecer el ritmo circadiano de vi-
los despertares fisiológicos normales que acontecen gilia-sueño.
durante el sueño. Por otra parte, el estrés materno durante el tercer
trimestre de embarazo altera la permeabilidad de la
placenta a los corticoides e incrementa el contenido de
los mismos en el feto. Ello aumenta la respuesta del niño
a las situaciones estresantes y provoca que presente una
mayor irritabilidad durante las primeras semanas de vida.
E L AU TO R Además, un sueño deficiente durante el embarazo pre-
Gonzalo Pin Arboledases jefe de pediatría dispone al nacimiento prematuro. Las situaciones de
y dirige la Unidad de Sueño del Hospital estrés materno también pueden fomentar una disminu-
Quirónsalud de Valencia. ción de la neurogénesis del hipocampo cerebral y la
Macroambiente
Características
socioeconómicas Ambiente postnatal
y culturales de la Epigenética
familia
Ambiente prenatal
Señales maternas Sistema nervioso central Patrones
(salud, estrés, y sistema nervioso periférico del sueño
alimentación...)
Microambiente Reguladores del sueño:
Hábitos familiares sistema circadiano
(alimentación, sueño...), y homeostasis
apego, estilo educativo del sueño
parental (autoritario,
permisivo...)
Edad (meses) –3 –2 –1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Cuantas más horas de vigilia transcurran previas al pronto por la mañana, y a la inversa. En esos casos, si se
momento de acostarle, menores son las dificultades para ajustan el inicio y el final del sueño al ritmo circadiano,
que el niño caiga en los brazos de Morfeo, según se des- se favorece que el sueño empiece y finalice de modo más
prende de la capacidad de autorregulación del sueño armónico y fisiológico.
(homeostasis). Si se combinan medidas que se ajusten a
este proceso (por ejemplo, se evitan las siestas muy tardías) Factores ambientales
con una hora circadiana de inicio del sueño apropiada, Por lo general, la melatonina, hormona que transmite la
se facilita que el bebé se duerma fácilmente y que su hora circadiana a todo el organismo, presenta una baja
descanso resulte fisiológicamente adecuado. No obstan- concentración durante el día. Con la llegada de la oscu-
te, hay que tener en cuenta que existen lactantes que ridad nocturna, en cambio, aumenta, lo que favorece el
tienden a dormirse a horas tempranas y a despertarse sueño. Ese incremento se retrasa y reduce con la luz,
sobre todo si esta es blanca o azul (con iluminación na-
ranja el descenso de melatonia resulta menos pronuncia-
do). En pocas palabras, la disminución de melatonina
R E G L A S D E O R O PA R A dificulta el sueño.
E L B U E N D O R M I R I N FA N T I L En los niños, la menor secreción de melatonina a
causa de la presencia de luz antes de acostarse alcanza en
Procure un ambiente tranquilo y oscuro para que torno a un 88 por ciento, porcentaje que casi dobla el de
el niño pueda dormir. los adultos, que se sitúa en el 46 por ciento. Esta diferen-
Compruebe que la temperatura de la habitación cia se debe, en gran parte, al tamaño de la pupila de los
es confortable (un exceso de calor o frío favorece bebés y a su mayor capacidad de dilatación.
los despertares nocturnos).
Reduzca el ruido ambiental lo máximo posible. El factor educativo
Establezca una hora rutinaria para acostar El sueño y el apego maduran notablemente durante el
y despertar al bebé. primer año de vida, por lo que el desarrollo de ambos
No lo ponga a dormir con hambre. El exceso procesos se superpone en el tiempo. No obstante, se
de líquidos también aumenta la posibilidad de que desconoce el grado de influencia que ejerce el uno en el
se despierte por la noche. otro. Se sabe, en cambio, que dormir constituye una
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