Está en la página 1de 2

Análisis literario[editar]

El cuento está narrado en tercera persona; el narrador es omnisciente, es decir, que sabe
todo lo que hacen, piensan y dicen los personajes.
El estilo es sencillo y directo, sin complicados recursos literarios; pero no por ello deja de
ser una narración ágil y animada. Sin duda, a Vallejo le sirvió de mucho su experiencia
como profesor de primaria para hacer su relato muy vivencial.
Algunos recursos literarios que usa el autor son: la reduplicación (-¡Sí, señor¡ ¡Sí señor!
¡Grieve ha llegado tarde!); la epanadiplosis (-¡Déjalo! ¡No llores! ¡Déjalo!);
la enumeración (La cabeza se le hacía un remolino: niños, paredes amarillas, carpetas,
silencio, sillas, el profesor.); el epíteto (El chico rubio y gordo, de chaqueta blanca, y el otro
de cara redonda y chaqueta verde, se reían ruidosamente); la onomatopeya (Sus zapatos
hacían risss-risss-risss-risss, cuando caminaba mucho); la caricaturización (tenía un
pescuezo colorado y su nariz parecía moco de pavo).

Valoración[editar]
 Valor literario.- Pese a su sencillez estilística y argumental, Paco Yunque es
una pequeña obra maestra. Su estilo sencillo es precisamente lo que le hace
cumplir satisfactoriamente su propósito de estar destinado a un público infantil,
y en ello radica sin duda su éxito. Es notoriamente, el más leído de los cuentos
en el Perú. Se justifica ampliamente la presencia de este cuento en
toda antología de la narrativa peruana.
 Valor social.- El autor cumple a cabalidad su propósito de hacer una denuncia
social, al ponernos un ejemplo muy descarnado de un niño rico acosador y de
un niño pobre acosado (ver sección siguiente).
 Valor moral.- El autor nos presenta a Paco Yunque y sus padres como
poseedores de muchos valores. El niño es muy estudioso, se muestra atento
en clases, cumple sus tareas y a pesar de que los otros niños le dicen que
responda a los golpes de Humberto con igual violencia, no les hace caso. Sus
padres son gente campesina, humilde y trabajadora. Otro personaje
importante, Paco Fariña, el compañero de carpeta de Paco, muestra también
altos valores: la amistad incondicional, la solidaridad con el humillado y el
reclamo abierto de justicia pese a que sabe que está en situación de
desigualdad.
En contraparte, la familia de Humberto Grieve representa los antivalores: son los
típicos ricos que creen que todo se consigue con dinero; el niño Humberto es un
producto de ese entorno: es holgazán, malcriado, engreído y abusivo. El profesor
es también otro personaje de conducta negativa: se muestra condescendiente con
Humberto Grieve porque es el hijo de un personaje importante del pueblo (de quien
obviamente dependía su empleo), mientras que con otros alumnos de condición
humilde se muestra severo e inflexible.

Mensaje[editar]
César Vallejo en 1929.

El mensaje del cuento es de denuncia social. El autor ha escogido deliberadamente


una escena que ocurre en una escuela, el acoso de un alumno hacia otro, lo que hoy
llamaríamos bullying, pero que por entonces se consideraba como algo inherente a la
formación del alumno, algo así como una experiencia necesaria para que se
acostumbrara a lo dura que era la vida. Pero el autor deja en claro que no se trata de
un acoso común y corriente, sino que se origina de las diferencias socioeconómicas de
los actores: el acosador es hijo de los patrones y el acosado es hijo de los empleados
de esos mismos patrones. En otras palabras, la víctima es el «muchacho» (sirviente)
del agresor. Y allí entra a tallar la denuncia social que hace el autor.
El relato resulta ser así una denuncia enérgica contra aquellas personas que siendo de
una jerarquía superior y con un nivel socioeconómico más elevado, abusan de los
demás que están en nivel de subordinación o inferioridad material, maltratándolas
psicológica y físicamente, sin interesarles en absoluto el tremendo daño que les
ocasionan.
Vallejo recrea en un ambiente infantil, colegial y aldeano lo que según él ocurre a
mayor escala en el mundo en general. Se sobrentiende que su intención es que el
lector vislumbre el carácter social e histórico de la desigualdad y la injusticia del
sistema social reinante y la manera en que, según su óptica, tal alienación se alimenta
desde la niñez.
Ricardo Silva-Santisteban considera que el escritor no intenta contarnos una historia,
sino probar una idea (los ricos son abusivos explotadores y los pobres sus víctimas
indefensas), de ahí que los personajes del cuento, a excepción de Paco Fariña, sean
tan esquemáticos y acartonados. Reprocha también el evidente maniqueísmo 4 del
relato: los ricos son malos, abusivos y holgazanes, aun desde niños, y los pobres, en
cambio, son siempre buenos, humildes y laboriosos. Ello, como es obvio, sería una
interpretación tendenciosa, ya que en la vida real no siempre se dan así las cosas. Por
todo ello Silva-Santisteban, aunque reconoce que el cuento está bien narrado, lo
considera como una narración fallida, al igual que El Tungsteno.5 No obstante, para
otros autores, como Ricardo González Vigil, pese a su sencillez estilística y al
esquematismo de su trama, el cuento nos deja un mensaje rico en lo concerniente a la
problemática social.2

También podría gustarte