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Tema 3: El empresario, la dirección y el gobierno de las

empresas:

3.1. El empresario:
Empresa y empresario son dos conceptos íntimamente relacionados que
difícilmente pueden abordarse por separado.
La generación de riqueza y empleo en un país descansa en gran parte en las
capacidades de sus empresarios.

3.1.1. Evolución histórica del concepto de empresario.


La figura del empresario surge en la Edad Moderna (capitalismo mercantilista), en el
que el Estado jugaba un papel prominente en el desarrollo de la actividad económica.
Con la Revolución Industrial se sustituye por el comerciante capitalista. En esta
época Adam Smith en su obra “La riqueza de las Naciones” describe al empresario
como un sujeto de mentalidad económica calculadora racional, fría, sin demasiadas
consideraciones de orden moral, humano o social.
Se da así una visión un tanto negativa del empresario, lo que será tomado por Karl
Marx y Friedrich Engels. El marxismo defiende que el origen de la riqueza es el
trabajo, y que el beneficio empresarial se deriva de la explotación del factor trabajo
en cuanto a que este último no recibe realmente la retribución que le correspondería
por su contribución al proceso de creación de valor. Queda el empresario reducido a
ser quien aporta el dinero.

Cantillon es el primero en caracterizar al empresario como el que asume riesgos en el


desarrollo de su actividad económica, pues este compra medios de producción para
combinarlos en un producto e intentar venderlos a un precio incierto que le dé
rentabilidad.
Sus ideas serán retomadas después de su muerte por J.B. Say que opina que los
empresarios han de adquirir los conocimientos del arte que quiere ejercer, deben
reunir los medios de ejecución necesarios para crear un producto y, por último, tienen
que presidir su ejecución. Además, necesita un capital inicial que puede aportar él o
los capitalistas; se convierte en primero en distinguir las funciones diferenciadas de
empresario y capitalista. El empresario debe ser organizador de los medios de
producción.
Sin embargo, no será hasta el siglo XX, cuando se enfoque al empresario con la
concepción moderna. Caben destacar la teoría del empresario riesgo de Knight y la
teoría del empresario innovador de Schumpeter. Así como las ideas de Galbraith
acerca de la tecnoestructura (empresario como órgano de toma de decisiones).
3.1.2. Enfoques sobre la figura del empresario

Teoría del empresario riesgo de Knight


El empresario se presenta como un asegurador de las rentas de los factores
productivos, a la vez que soporta los riesgos de la actividad económica de la empresa.
De esta forma, el beneficio empresarial se justifica como recompensa del riesgo
asumido que es inherente a la figura del empresario.

Proceso: Adquirir factores productivos a un precio fijado, combinarlos y vender un


producto. (Compra, producción, venta). El empresario producirá sobre estimaciones
económicas realizadas por él mismo sobre la demanda futura del mercado y los
precios de venta de la producción. (Corre un riesgo).

Los riesgos son de una doble naturaleza:


- Técnicos (derivados de que la producción se ejecute correctamente).
- Económicos (incertidumbre acerca de que los ingresos sean superiores ala
inversión).

Teoría del empresario innovador de Schumpeter


La naturaleza cíclica e irregular del crecimiento económico se explica por las
innovaciones técnicas de los empresarios en un medio competitivo en el que los
beneficios no siempre se mantienen. Por tanto, el empresario es un agente central en
el desarrollo del sistema capitalista, y el crecimiento económico y el progreso social
pueden explicarse a partir del papel que juegan los empresarios en el proceso de
cambio tecnológico.

El sistema capitalista tiende a un equilibrio en el que el empresario recibe una


retribución por su trabajo. Sin embargo, el empresario intentará innovar para copar el
mercado (tener el monopolio) y obtener un beneficio extraordinario. Cabe destacar
que esta situación no es permanente, pues pronto aparecen imitadores que
generalizarán la innovación realizada (destrucción creativa), llegando con ello de
nuevo a una situación de equilibrio cíclicamente.

Proceso: Invención, Innovación e Imitación.

En esta teoría la asunción de riesgos no recae sobre el empresario, lo hace sobre los
propietarios del capital de la empresa.
Teoría de la tecnoestructura de Galbraith

Defiende que la economía de las grandes corporaciones es un sistema en sí mismo


contraponiéndose a la idea central de la soberanía del consumidor en la teoría
económica.
En tanto, estas corporaciones tan complejas no pueden ser dirigidas por una sola
persona sino que se reserva a la tecnoestructura (órgano que se encarga de dirigir la
empresa y que está formado por un elevado número de profesionales), por tanto, se
divide entre propiedad y control, pues los accionistas depositarían el control en la
tecnoestructura.

En conclusión, aunque en cierto sentido esta teoría no es realmente una teoría sobre el
empresario, pasa de mostrar el empresario como una persona física a un grupo de
personas dedicadas a la administración de empresas.

3.1.3. Categorías y funciones del empresario.


Empresario vs. Capitalista vs. Directivo.

Empresario: Se caracteriza por descubrir y explotar oportunidades; así como por ser
un creador, que inicia y motiva el proceso de cambio.
En su comportamiento entra la aceptación del riesgo, la intuición, la alerta y la
exploración. Lleva a cabo la creación de empresas.
Existen de dos tipos:
- Empresario individual propietario: Visión clásica del empresario, coincide la visión
de empresario y capitalista. Encaja con la teoría del empresario innovador y el
empresario riesgo.
- Empresario corporativo: Aquel que sin participación significativa en el capital de la
empresa, la controla. Próxima a las propuestas de la tecnoestructura.

Capitalista: Propietario del capital (accionistas), pueden ser accionistas de control o


pasivos. Su comportamiento suele tener aversión al riesgo, evaluá el riesgo y elige
activos de riesgo.

Directivo: Administra y gestiona recursos y suele ser administrador.


En su comportamiento suele caber la aversión al riesgo, la racionalidad, la creación
de confianza y de ventaja competitiva; así como de la supervisión del proceso
administrativo.

3.2. La estructura de propiedad de la empresa.

La propiedad de la empresa se relaciona con la participación en el capital requerido


para la creación y funcionamiento de la empresa, de manera que todo partícipe en
dicho capital tiene la consideración legal de «propietario».
La estructura de propiedad de una empresa se relaciona con el modo en que se
distribuye el capital entre los diferentes propietarios, pues esto dará origen a la
existencia de uno o varios grupos de propiedad que pueden ser clasificados por un
lado en el sector privado (Particulares y familias. Empresas industriales y de
servicios. Entidades financieras) y por otro el sector público.

La estructura de propiedad, reflejo de la importancia relativa de cada uno de


los grupos anteriores en el capital, puede diferir de una empresa a otra, de un
sector de actividad a otro, e incluso de un país a otro.

Tipos de accionistas: los que buscan una rentabilidad relativamente rápida


(accionistas o inversores financieros) y los que buscan poder en la empresa (activos
respecto al poder).

3.3. La dirección: funciones y niveles.


3.3.1. Dirección y gobierno de la empresa.

La propiedad de una empresa conlleva derechos y obligaciones tanto de contenido


económico como jurídico. Por ejemplo, las personas titulares del capital de una
empresa tienen derecho a participar, en proporción a sus aportaciones al capital de la
misma, en el posible reparto de beneficios que se pueda producir.

Sin embargo, en una empresa hay personas, englobadas bajo el nombre genérico de
«directivos», que toman decisiones que afectan a su funcionamiento y que,
igualmente, no tienen por qué ser titulares de su capital. Estos directivos supervisan el
proceso de combinación de recursos productivos en las empresas, para aumentar la
eficiencia y alcanzar los objetivos que vienen fijados por el empresario.

Como posible conclusión podemos tomar que hay que distinguir entre empresario,
propietario y directivo. No siempre son figuras coincidentes, separándose propiedad y
dirección (control). Con ello, el gobierno corporativo buscará compatibilizar los
objetivos de directivos y de propietarios.

3.3.2. Niveles de dirección.

- Alta dirección: Personas con responsabilidad sobre toda la empresa y de las que
depende en gran medida su éxito o fracaso. Fijan objetivos y estrategias que deben
alcanzarse a largo plazo.
En ese sentido, representan el papel del empresario en su búsqueda permanente de
nuevas oportunidades y retos que se derivan de la interacción con el entorno. Ocupan
el estrato superior de la jerarquía. Aquí se incluiría el denominado comité ejecutivo
de la empresa, que lo formaría el director ejecutivo (también denominado consejero
delegado o CEO —Chief Executive Officer—), junto con todos aquellos que él
considere que participan en los procesos de análisis de generación de alternativas y
elección de las principales decisiones de la empresa.

- Dirección media: directivos de escala inferior, se encargan de llevar a cabo las


decisiones tomadas por el nivel superior en su área de responsabilidad. Establecen
objetivos a medio – corto plazo. Aquí se podrían incluir a los directores de los
distintos departamentos (financiero, producción…).

- Dirección de primera línea: Constituida por supervisores, se encarga del


seguimiento diario de los empleados en sus actividades, con el objetivo de que se
cumple los objetivos de los niveles superiores. (capataz, jefe de taller…).

Se establece así un orden de jerarquía en la empresa, por el alto nivel predomina la


organización y la dirección, mientras que conforme vamos bajando predomina la
dirección y el control.

3.4. El gobierno de la empresa.


3.4.1. Concepto de gobierno corporativo.

El gobierno corporativo trata de tener en cuenta todos los posibles conflictos entre los
diferentes agentes económicos derivados de los fallos de mercado, definiendo y
concretando las relaciones entre la administración de las empresas, sus accionistas,
sus directivos y demás agentes económicos, dotando de una estructura a través de la
que se establezcan los objetivos de la empresa, los medios para alcanzarlos y la
manera de controlar y seguir sus operaciones.
En un sentido amplio se encarga de las relaciones entre todos los propietarios de
recursos económicos o no, que participan en la organización, incluyendo incluso a los
trabajadores.

El gobierno corporativo debe crear una estructura eficiente de incentivos y


responsabilidades que impidan que ciertos colectivos usen y abusen de la información
privilegiada de la que dispongan, manteniendo así el sistema que mueve la
organización (éxito empresarial) mediante la plena aceptación de los propietarios y
directivos de las empresas con una gestión con criterios de responsabilidad social
corporativa (RSC). (Teoría de los stakeholders).
Con ello, se consigue la transparencia informativa y de relación con los distintos
grupos de interés.

3.4.2. Mecanismos de control.

Mecanismos internos: Actúan de forma preventiva tratando de evitar riesgos y


garantizando en lo posible el logro de los objetivos de la organización. Sus efectos
abarcan a todos los miembros involucrados en la organización.
- Junta General: La Junta de Accionistas (reunión no es permanente), junto a los
Administradores (no forman parte de la Junta General), son los órganos sociales que
tienen encargada por ley la función de manifestar la voluntad colectiva de la
sociedad, y de ejecutar y cumplir su voluntad. Ejercen por tanto el control de las
sociedades, a pesar de ello, no puede decidir sobre toda clase de asuntos, pues no
puede adoptar acuerdos contrarios a los estatutos, ni administrar y representar a la
sociedad .

- Órganos de Administración: En las sociedades de capital (de responsabilidad


limitada, anónima y comanditaria por acciones), los órganos de administración son
los que ejercen la gestión y representación de las mismas. Son órganos necesarios y
permanentes, pues la gestión de la sociedad no puede sufrir solución de continuidad.
Se trata de un conjunto de personas elegidas por los accionistas para administrar y
representar a la sociedad y también para supervisar al equipo directivo y ratificar sus
decisiones más importantes.

Mecanismos externos: imitan la capacidad de los directivos para mantener


comportamientos oportunistas, derivándose del funcionamiento de los distintos
mercados competitivos en una economía de mercado. Actúan principalmente de
forma preventiva y correctiva, y su existencia evita riesgos y contribuye a que todos
los objetivos organizativos se alcancen.

- Tomas de control hostiles: La regulación legal de este mecanismo, denominado


Oferta Pública de Adquisición de Valores (OPA), tiene un doble objetivo: favorecer
las operaciones que aumenten la riqueza general de una economía y establecer los
mecanismos que aseguren el reparto de las rentas generadas por la operación según el
ideal de equidad de la sociedad. La búsqueda de ambos objetivos afectará a la
capacidad de financiación de las empresas y a la transparencia en el funcionamiento
del gobierno corporativo de las compañías.
La finalidad de la normativa sobre OPA es controlar cómo se producen los cambios
en la dirección de una empresa.

- Mercados financieros y estructura financiera de la empresa: Una buena gestión


financiera permite el acceso a una mejor financiación y en consecuencia a una mejora
de los resultados y en las previsiones de futuro. Esto afecta positivamente en la
reputación de los directivos y facilita el logro de los objetivos de los accionistas.
En esta gestión afecta el cumplimiento de los objetivos económicos y la estructura
financiera de la empresa (si se hace mediante endeudamiento o mediante la emisión
de participaciones, acciones).

- Mercado laboral de consejeros y directivos: Debido a la alta competencia del


mercado laboral, solo mantendrán su trabajo aquellos que desempeñen correctamente
sus funciones maximizando el valor para los accionistas.
3.4.3. Modelos de gobierno corporativo.

Modelo anglosajón (EEUU y Gran Bretaña): Se caracteriza por un accionariado


disperso, siendo las empresas más independientes, al no tener un grupo reducido de
accionistas. También suele ser importante la presencia de inversores institucionales.
Por eso, en este modelo la transferencia de la propiedad y el control de las compañías
se suele hacer a través de las OPA.
El inconveniente del modelo es que los inversores institucionales se preocupan por la
rentabilidad a corto plazo antes que por la viabilidad de la empresa.

Modelo alemán (Europa): La concentración accionarial es muy importante y las


empresas suelen estar controladas por grupos de inversores estables con
participaciones cruzadas y con un importante protagonismo en la gestión de la
organización, lo que hace aumentar los blindajes y el obstáculo a las OPA.
En este modelo los accionistas minoritarios tienen una escasa protección, por lo que
corren auténtico riesgo de que les sustraigan las rentas que les pertenecen.
Su sistema de gestión es dual, pues normalmente tienen un consejo de administración
encargado de la dirección y gestión, y un consejo de supervisión, con funciones de
control y supervisión, en el que suelen estar representados los trabajadores junto a los
accionistas más importantes.

Modelo japonés: Su sistema es monista, estando dominado por directivos con


importantes participaciones accionariales cruzadas entre empresas. El típico consejo
está compuesto por 21 miembros, casi todos empleados de la empresa. El presidente
del consejo suele ser el primer ejecutivo, que junto a dos o tres directivos más tiene
derechos especiales para re-presentar a la compañía.

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