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F¡
CARDEÑA ZARAUZ, Jorge Luis. La osistencio o vlcümas y testigos en el Perú. Artículo pu-
t bl icado en : <wwwteleley.com/artículos>; p. 1.
lbídem, pp.Ly2.
302
Le Mcnua y m Tpsnco rN pr Cóorco Pnoc¡ser Ppunl or 2004
cia legal, psicológica y social a favor de las vícümas y testigos que intervengan
en la investigación o en los procesos penales, cautelando que sus testimonios
o aportes no sufran interferencia o se desvanezcan por factores de riesgo
ajenos a su voluntad; asl como supervisar la ejecución de las medidas de
protección que eventualmente se dispongan".
303
Ovren Lrvr RosIno SÁNcrrsz
304
Le VÍcrua y sr Trsrrco ¡N sr Cóorco PRocrser PrNer on2004
2. Procedimiento de incorporación
Merece indicarse que la principal característica del programa es que su
acceso es libre, voluntario y gratuito, lo que implica que se trata de una
decisión personal, ajena a toda posible manipulación ylo coerción, di-
cha oecisión constará por escrito, la misma que adoptará el nombre de
"acta de compromiso" y que para cumplir con la formalidad exigida y
surtir sus efectos, deberá contar con la firma del fiscal, el asistido (tes-
ügo o víctima) y su núcleo familia6 de ser el caso, dicha acta también
contendrá los derechos y obligaciones que le corresponde al asistido,
así como a los responsables del programa. lgualmente, se insertará las
causales de exclusión, entre las que destaca la renuncia voluntaria del
asistido, su negativa a colaborar con la administración de justicia, la per-
petración de hecho punible y por cierto el no acatamiento de las obliga-
ciones inherentes a su condición de asistido.
305
Ouen Lrvr Rosnro SANcHsz
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(n Fijación de la sede de la Fiscalia como
rq domicilio
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306
Le Vfcrur¿a y m Trsuco rN m Cóuco Pnocrser P¡Ner oe.2004
VI. CONCLUSIONES
Cabe reflexionar al respecto que si bien es cierto que nuestro nuevo
ordenamiento procesal penal prevé estos mecanismos de protección para
las víctimas y testigos, sin embargo, en la pracüca esto no se da, pues no
existe el apoyo logísüco que se requiere para que estos mecanismos operen
efecüvamente, lo cual propicia el desánimo de las víctimas y testigos para
presentarse a las actuaciones en las que son requeridos, por ver acrecentado
su temor ante la desatención por parte de las autoridades.
En consecuencia no basta irrogar deberes y derechos y plasmarlos en
una norma, síno que aquella debe tener también el soporte logísüco para su
real y cabal implementación.
Sin perjuicio de los problemas o dificultades que existen en la mate-
ria, es necesario destacar el reciente esfuerzo normaüvo, concretizado en
la dación del Decreto Supremo N" 003-2010-JUS, por el cual se aprobó el
"Reglamento del Programa lntegral de Protección a Testigos, Peritos, Agra-
viados o Colaboradores que intervengan en el proceso penal"; lo cual ha
constituido un fortalecimiento de la normativa legal destinada a la materia
y la labor desarrollada por el Ministerio Público en conjunto con sus orga-
nismos auxiliares.
No cabe duda de que el Ministerio Público es la institución que asume
un mayor protagonismo en la ejecución de este programa, en razón del rol
que desempeña como director de la investigación criminal. En suma, los al-
cances y ámbito de operatividad que adquíera normativamente el Programa
de Protección a Tesügos, Peritos, Agraviados y Colaboradores, depende de
una labor interinsütucional que de forma compartida deben asumir los órga-
nos estatales involucrados. La eficacia del programa redundará en beneficio
del sistema de investigación y en la tutela de los derechos fundamentales,
presupuestos indispensables para la fundación de un sistema procesal penal
acusatorio-garantista, cuya máxima aspiración es servir a la justicial3.
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$ 13 PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso Raú|. Ob. cit., pp. 789 y 790.
308
El Acnevnoo sN sr- NuEvo Pnocsso Ps¡¡el PEnueNo
COMENTARIO 2:
¡. INTRODUCCIóN
Para quienes éramos aún estudiantes de derecho por los primeros años
de los noventa, elentusiasmo inicial por elCódigo Procesal Penal promulgado
en 1991-Decreto Legislaüvo 638- en matería de reforma del proceso penal,
ha vuelto a nacer con la dación del nuevo Código Procesal Penal, puesto que
es evidente que la norma aún vigente (el Código de Procedimientos Penalesi
resulta totalmente ineficaz, no solo para el combate del delito, lo que se plas-
ma en el retardo innecesario de los procesos, sino también en el hecho de
que los derechos de la víctima no se encuentran debidamente garantizados.
Es interesante resaltar que la nueva norma procesal le da un adecuado
lugar a la víctima dentro del proceso, como se verá en las líneas siguientes.
Ello porque en el proceso penal lo primero que nos viene a la mente es el
concepto del procesado. Este es el personaje más importante del proceso,
sobre elcualgira todo el desarrollo del mismo, relegando a un segundo plano
al afectado, aquelque sufre en forma directa las consecuencias del delito. Sin
embargo, cuando el hecho es puesto en conocimiento de la autoridad y se
inicia la investigación, el agraviado es sustituido en el ejercicio de la acción
represiva por el Estado y pasa a ser un espectador, y aunque se le reconoce
intervención en el proceso mediante el instituto de la "parte o actor civil"
solo tiene derecho, en caso de una condena, a lograr un resarcimiento me-
diante la denominada "reparación civil".
El roldelagraviado bajo las reglas delCódigo de Procedimientos Penales
es limitado, ya que no se permite su participación en la fase de investigación,
F
E1
o
La presente fue materia de ponencia en el XVI Congreso Latinoamericano de Derecho F
E]
Penal y Criminología realizado en Lima, organizado por la Universidad Nacional Mayor v,
EI
de San Marcos, en el mes de octubre del 2004, con el título "El rol del agraviado en el U
proceso penal Peruano".
Q
Juez Provisional del Segundo Juzgado Penal Liquidador Transitorio de lca. Se ha desem- o
peñado también como Juez del Segundo Juzgado Penal Unipersonal de lca y Juez titular z
E1
(r)
del 2 Juzgado de Paz Letrado de Parcona. Egresado de la Maestría en Derecho Consü-
tucional en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Ex-Miembro de la Comisión de
lmplementación del Código Procesal Penal en el Distr¡to Judicial de lca. ü
309
Ceru-os Mecnuce Furr.rrss
1. Elagraviado
En la historia de la persecución penal h.y dot personajes que se dispu-
tan, con buenos títulos, la calidad de ofendido: la sociedad y la victima
(persona individual o jurídica) que ven dañados o puesto en peligro sus
intereses y sus derechos. Son muchos más, en cambio, los gue se atribu-
yen la condición de víctima. Unos y otros buscan, en todo casq el castigo
del culpable -autor del delitr, y, también pretenden la tutela socialy el
resarcimiento deldaño que han sufrido. Entre los datos que caracterizan
al delito de siempre se hallan la identidad del agresor y del agr.edidq que
entran en contacto personal, por el atague que aquel emprende, por el
enfrentamiento que compromete a ambos, por la malicia gue alguien uü-
liza para obtener de cierto individuo, determinada ventaja. En cambio, el
delito moderno puede golpear a un número indeterminado de sqjetos y
provgnir de un número también indeterminado de agentes. No importa la
identidad de aquellos y estos, pueste que ni siquiera se conocen entre sí.
En contraparte a ellq luego de producido el agravio, los agraviados se
armarán para ejercer el contragolpe: la reacción punitiva y reparadora en-
derezada contra elautor deldelito y a veces contra quienes no han parü-
cipado en la conducta reprobable, pero deben ¡esponder por ella, en for-
ma lateraly subordinada. Esta se funda en el derecho de persecución. La
persecución penalfue en el principio un suceso libre y colectivo, y acabó
por €onstituir qn acgntecimiento regulado y concentrado, especialmente
Cb
en elEstado rnoderno. Este desarrqllo de [a persecución es también, has-
tt¡ ta cierto pr¡nto, la historia del hipotético contrato social, mediante elcual
z.
los individuos, designan por propia voluntad un ente superior, que se hará
u cargo de la tutela de todos ellos. Con ella, la persecución dejó de ser un
m
r¡I suceso libre, porqqe se pusieron.linderos 3 la conducta y se fijq con de-
(U^
r¡¡
F¡
talle esmeradq elderroJero de la persecución: uniter persequendi,como
() consecuencia natural d:el iter criminis gue llegó a su término.
B ls[ la muchedumbre, actor importante en épqcas anter¡ores -especial-
310
Er. AcnevreDo EN Et Nusvo fhocrso PsNar Prnuauo
311,
C¿ru-os Mecnuca Furwrps
i Versión del artículo "Vicümología y vicümología femenina: las carencias del sistema" pu-
blicado por Mercedes de la Cuesta Aguado, editado por la Universidad Cádiz, Cádizt994.
312
El AcnavnDo EN Er Nusvo Pnocsso PsNrer PpnuaNo
313
Cenros Mecnuc¿ FusNnEs
31.4
Er- AcnevmDo EN sr NuEvo Pnoceso PeNar- PrnuaNo
3. El derecho a la verdad
La ausencia del agraviado en la fase investigatoria e incluso en la instruc-
ción, origina que se vulnere de esta manera otro derecho, el de conocer la
verdad. El Estado no solo tiene la obligación de invesügar los hechos, sino
también de garanüzar que el ofendido conozca la verdad de los hechos.
Por esq la ausencia de la participación acüva del ofendido en la invesüga-
ción lo priva de conocer la verdad de lo sucedido. El derecho a la verdad,
como derecho fundamental de la persona, ya ha sido materia de amparo
por organismos internacionales. Cada vez con mayor frecuencia se reco-
noce el derecho de las víctimas a conocer lo sucedido, especialmente en
casos donde el Estado se presenta como agresor o cuando los hechos son
comeüdos por organizaciones que se escudan en el anonimato.
No podemos, en pleno siglo XXl, pretender que el derecho a saber lo su-
cedido, esté rodeado de barreras, como el hecho de que el directamen-
te perjudicado no pueda conocer lo sucedido especialmente cuando la
invesügación penal culmina en un no ejercicio de la acción penal, lo que
deja una sombra de duda en los afectados. Al respecto, es interesante el
caso de Consuelo Benavides Cevallos, (sometido por Amnistía lnterna-
cional a la Corte lnteramericana de Derechos Humanos, en 1997), quien
fuera secuestrada por elementos de la Marina de Guerra del Ecuador
con fecha 4 de diciembre de 1985 y posteriormente desaparecida. Pese
a a los petitorios, las autoridades militares negaron tener en su poder a
rr¡
z Benavides; sin embargo, con fecha 28 de diciembre de 1998, los fami-
o
liares lograron identificar su cadáveq el mismo que había sido encontra-
o
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do en la provincia de Esmeraldas. lniciada la investigación castrense, no
(¡) pasó de la etapa de pesquisas. Formulada la denuncia ante los órganos
É¡l
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civiles, estos la desestimaron por no exisür elementos suficientes que
(, sustenten la tesis de la desaparición a manos de elementos militares
r¡l
F¡
ü Extraída de la página web del Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquía. La cursiva es nuestra.
31,6
Er- AcnevreDo EN m Nurvo Pnocrso FsNer PsRueNo
318
Er Acnevreoo n¡ sL NuEVo ltocrso PsNer PsRuANo
4. El derecho a impugnar
Concordante con el derecho a la verdad está el derecho a la impugna-
ción. En nuestro ordenamiento procesal, en la fase de investigación,
acorde con los artículos 12V t3 de la Ley Organica del Ministerio Público
se permite que elperiudicado en elcaso de que elfiscal no ejercite la ac-
ción penal, pueda formular queja ante elsuperior respecto a este hecho
y cgn el pronunciamiento del superior culmina el procedimiento. Esto
en aplicación extensiva del principio a la doble instancia que consagra
el artículo 139 de la Constitución peruana. Sin embargq a niveljudicial
nos encontrábamos con que al disponerse el "no ha lugar a la apertura
de instrucción", el afectado no goza del derecho a impugnación, argu-
mentándose que, al no existir proceso, mal podría ejercer la impugna-
ción. Este fue uno de los temas de mayor cuesüonamiento en la etapa
inicialdel proceso (lo que se ha venido superando con la Jurisprudencia),
puesto que el mandato de no ha lugar, aunque en muchos casos impor-
te el archivo provisional del proceso, impide al directamente afectado
el derecho a un proceso judicial donde pueda, entre otros, conocer lo
sucedido. El ordenamiento, bajo las reglas del Código procedimental del
40- concede solo a quien se constituye en parte civil, elderecho a la im-
pugnación en caso de sentencia absolutoria o en caso de discrepancia
sebre el monto de la reparación civil. El no constituido en parte civil sufre
una suerte de indefensión. En suma, el derecho a la impugnación en el
Códig.o de Procedimientos Penales se encuentra recortado al agraviado
r{
propiamente dicho por cuanto: a) si no se ha consütuido en parte civil rrJ
o
no üene derecho a impugnación alguna, y b) sise hubiera constituido en
F
parte civil solo puede ofrecer pruebas y su impugnación solo puede estar fr,
Vr.
referida al monto de la reparación civil. Es evidente que, en estos casos, tt
U
la legislación juega en contra del agraviado, gue muchas veces observa o
impotente que elhecho denunciado queda sin sancionar. o
zEI
Entonces podemos concluir que, en elCódigo de Procedimientos Pena- (n
les vigente existe esencialmente las siguientes limitaciones al derecho
de impugnación del agraviado: t
319
Cenros Mecnuca Fusrrrs
320
El AcnavmDo EN sr Nurvo Pnocnso PsNrer- Punuaruo
321
CARr-os Macr¡uce Furrvrss
322
Er AcnaueDo EN m Nurvo Pnocsso Pnxar PrnueNo
324
Er AcnavraDo EN ¡L Nusvo Fnoc¡so PrNer Prnuamo
Estado de tos bienes que hubiera obtenido en forma lndebida en los casos de
los delitos de concusión, peculado y otros en agravio del Estado. Al margen
de ello, es obvio que el texto legal en nuestro ordenamiento resulta muy
vago -no olvidemos que este Código Penal es de casi dos décadas- y, si bien
las sentencias disponen una forma de resarcimiento, ella en su mayor parte
no se cumple. La razón es muy sencilla: el 60% de los procesos en el Perú
tienen relación directa con los delitos contra el patrimonio y es evidente que
quien delinque es porque desea un beneficio con el apoderamiento; por lo
tanto, alfijarse una reparación civil pecuniaria generalmente se conv¡erte en
"letra muerta", por lo que en el95% de los casos las vícümas de estos delitos,
además de sufrir un daño, se ven ante la circunstancia de que el daño no es
reparado, puesto que la reparación civil en nuestro país solo se ha limitado
al pago pecuniario.
Por ello, los operadores jurisdiccionales han buscado otros medios para
hacer efectiva la reparación civil, como elconsiderarla como regla de conduc-
ta; sin embargo, en los úlümos años, reiterada jurisprudencia ha señalado
que la reparación civil no puede ser considerada como regla de conducta, ya
que acorde con el principio consütucional de que "no hay prisión por deu-
das", su imposición como regla de conducta resulta errónea en atención a su
naturaleza jurídica, no pudiendo supeditar la condicionalidad de la pena a la
exigencia de su pago". Ello hace necesario la búsqueda de otras alternaüvas
para hacer efecüvo el pago de la reparación civil, como eltrabajo del senten-
ciado en busca de ingresos que le permitan el pago de la reparación civil. En
los últimos años, en nuestro país, se han creado en materia penal, especial-
mente dentro de la Corte Superior de Justicia de Lima, juzgados dedicados en
forma exclusiva a la ejecución de las sentencias, los que se encargan de per-
seguir el pago de la reparación civíl; sin embargo, su labor se ve entorpecida
porque en la gran mayoría de los casos elsentenciado no cumple con el pago
por carecer de recursos. Por ello, son necesarias otras alternativas a fin de
que la finalidad de la reparación no sea estéril y antes que un resarcimiento
r<
se convierta en un perjuicio aún mayor a la víctima. Esta podría traducirse, Ef
por ejemplo, en la creación de alternaüvas de trabajo para el sentenciado a o
F
fin de que se procure fondos para abonar la reparación civil. rI'
C,')
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v. coNcLUstoNEs U
a
De lo anterior podemos extraer las siguientes conclusiones: o
zIt
a) En el Código de Procedimientos Penales vigente en varios distritos judi- U)
ciales de la República, no se encuentra debidamente garanüzado el rol
delagraviado. $
32s
Cemos Mecluca Funrwm
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3?Á
CAPITUIO
EL "
A(IOR CIVIL
327
FsRNer.ioo IsrRrco Cesrañ¡oa
COMENTARIO 1:
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rr¡
z 1. GENERALIDADES
o
U El artículo 139.3 de la Constitución Políüca del Estado consagra el dere-
r¡¡ cho a la tutela jurisdiccional efectiva, el que desde la perspecüva subjeüva,
(t)
t¡l esto es, encuadrándolo desde el titular del derecho fundamental, puede defi-
-¡
(,
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F¡
Abogado por la Ponüficia Universidad Católica del Perú. Profesor de [a Academia Ue la
i Magistratura. Abogado Director del Estudio Caro & Asociados. lnvestigador Principal del
Centro de Estudios de Derecho Penal Económico y de la Empresa - CEDPE.
328
La PnsrrNgóN RrsancrroRrA EN m Pnocpso Prxer
329
FrnNenDo IsrRrco Cesreñroe
330
Le PnrrslrsróN RsseRcrroRrA e¡¡ er- PRocESo PSN,lt.
. En ese orden de ideas, resulta lamentable que hasta el día de hoy exis-
tan magistrados que no diferencien entre la pretensión resarcitoria, que se
tramita en el seno de un proceso penal y la pretensión punitiva a cargo del
Ministerio Público, y gue tal confusión los lleve a sostener que los únicos
agraviados por un delito son los ütulares del bien jurídico penalmente pro-
tegido, es decir; confunden agraviado, concepto civil, con el de sujeto pasivo
deldelito, concepto penal. La clave la ha dado elAcuerdo Plenario citado, en
el que de manera clara y expresa señala, que en materia de reparación civil,
lo que interesa es la determinación del "daño civil", y quien tendrá ütulari-
dad para perseguir su reparación, será quien lo haya sufrido, sea o no sujeto
pasivo deldelito (entendido éste como ütular del bien jurídico o como sujeto
receptor de la acción üpica; y/o sus representantes). Así, por ejemplo, en un
delito de colusión, el sujeto pasivo del delito es el Estado, y por tanto, agra-
viado del daño causado por la conducta ilícita, pero no es el único agraviado,
y por ende titular de perseguir la reparación del daño civil, ya que también
han resultado agraviados los postores pretéritos, quienes tienen todo el de-
recho de perseguir en sede penalel resarcimiento del daño civil sufrido {los
costos que hayan asumido para preparar la oferta, para adquirir las bases o
las oportunidades perdidas de participar en otras licitaciones, etc.). En un
delito de fraude procesal, sin duda alguna, el sujeto pasivo del delito es el
Estado o la Administración de Jusücia, y por tanto, también son agraviados
del daño civil causado por tal conducta ilícita, sin embargo, no son los únicos
agraviados, sino que también lo serán los otros liügantes perjudicados por la
conducta fraudulenta del autor del delito, quienes sin ser titulares del bien
jurfdico tutelado penalmente, tienen legitimidad, en sede penal, de perse-
guir la reparación del "daño civil" sufrido.
A este respecto es importante tener en consideracién que la obligación
de resarcimiento nace del precepto general: 'Aquel que pgr dolo o culpa cau-
sa un daño a otro está obligado a indemnizarlo"T, recogido, entre otros, en
el artículo 1969 del Código Civil. En esa línea de pensamiento, con claridad, t-
f¡J
Montero Aroca señala que la llamada responsabilidad civil ex delicto no es o
diferente de la responsabilidad civil extracontractual ordinarias. r.
f!,
ct)
En el orden de ideas esbozado en e{ acápite precedente, Berdugo Gó- rr
mez De La Torre precisa que "hay hechos, ilícitos penales, qtre pueden causar ó
o
zF'
Principío consecuencia, que üene como supuesto el viejo principio rornano: alterum non U)
331
FsRNar.rDo IssRrco Casreñsoe
(, BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE. lgnacio y otros. Lecciones de Derecho Penal. Porte Ge-
r¡¡
F] neral.2? edíción. La Ley. Barcelona, octubre 1999, p.408.
332
La PnsrEr.¡srór.¡ RusancnoRrA EN rr Pnocrso PsNar
333
FanNexoo IsERrco Casrañroe
i GÓMEZ COLOMER, Juan Luis. "Elobjeto del proceso". En Derecho lurisdiccional ttl. Proce-
so Penol.12e edíción. Tirant lo Blanch. Valencia, 2@3, p. 11O.
3U
Le ftET EN$óN R¡sencrrorua mv m PRoc¡so Prruel
336
Le PnrrrNsróN RrsancrroRrA rN m Pnocrso P¡Nal
Requisitos de admisibilidad
Siguiendo el análisis efectuado en los acápites precedentes, reafirma-
mos la tesis de que el agraviado o perjudicado que ha sufrido un daño
como efecto de la comisión de un delito, tiene respecto delautor o par-
tícipes del mismo, o deltercero civil (tema que abordaremos mas ade-
lante) una pretensión material de tipo resarcitorio, que el ordenamiento
procesal le da la posibilidad facultativa de perseguirla a través del ór-
gano jurisdiccional, es decir, transformarla en una pretensión procesal
vía acción, en tal sentido, el artículo 98 y siguientes del CPP de 2OO4,
establece como cauce procesal para ejercÍtar dicha acción a la solicitud
de constitución en actor civil. Sin embargo, esta solicitud no es otra cosa
que un acto postulatorio que contiene una pretensión, y por ende, es la
concreción delderecho a la acción como manifestación delderecho a la
tutela jurisdicciona I efectiva.
Como bien señala Gómez Colome4 elobjeto del proceso civil, de natura-
leza resarcitoría, que se verifica en sede penal, está determinado por la
pretensión y la resistencia, lo que no es otra cosa que traducido a nues-
tro sistema en la demanda o acto postulatorio y la contradicción al mis-
mo. El acto postulatorio conforme a lo establecido por el artículo 98 y ss.
del CPP del 2004, está dado por la solicitud de constitución en actor civil,
y la contradicción a tal pretensión, la podrán ejercer a quienes se les esté
reclamando el resarcimiento del daño causado, en la correspondiente
cñ audiencia, a la que podrán asistir, teniendo pleno conocimiento del acto
r¡l
z postulatorio resarcitorio mencionado (Arts. 8 y L02 del CPP del 200a).
o
U
o
14 Es de precisar que el artículo 92 del Código penalcontiene una norma acorde con el crite-
v)
r¡i rio de acumulación accesoria del Código de Procedimientos Penales, pero que a la luz del
Fl
modelo de acumulación autónoma asumida por ef CPP del 2004, esta norma carece de
(, eficacia normativa, ya que la reparación civil, de acuerdo a lo previsto en el artículo 12.3
r¡¡
Fl del Código Adjeüvo no requiere de la imposición de una pena para su establecimiento
en sede judicial.
$ 19 Al respecto puede revisarse ESPINOZA, J. Op. cit., p. 188 y ss.
338
Ln PnnrnusóN RnsencnonrA EN EL Pnoc¡so PeNal
339
F¡nNeNrno Issnrco Cesrañsoe
(J
f¡l 27 Elartículo 106 del CPP del 2004, establece que la consütución en actor civil impide que
F]
presente demanda indemnizatoria en la vía extra penal.
Publicada en separata del Diario Oficial E/ Peruono del 3 de julio del 2007, p.19859-
0 19860.
340
Le PnrrsNsróN RssancmoRrA sN m Pnocrso PsNer
341,
FsRNeNDo I¡sruco Cnsreñene
u2
La ftrrrxsrón Rrsencrrorue rNr nr PRocrsrJ PEr.reL
Oportunidad de Constitución
En lo concerniente a la oportunidad de la constitución en actor civil, el
F
artículo 101 del CPP del 2004, señala que la misma deberá efectuarse frl
antes de la culminación de la invesügación preparatoria, sin embargo,
o
r{
esta etapa procesal, en general, consta de dos sub etapas: a) Las dili- rfl
U)
gencias preliminares de lnvestigación, en las que el director de la inves- frj
g
a
o
24 Publicada en separata del Diario Oficial El Peruano del 2 de julio del 2007, p.19809- zEJ
19810. v)
25 Parte de la referida propuesta fue publicada en Gaceto Penal & Procesal Penol. Tomo 29.
Noviembre 2011. Gaceta Jurídica, p. 189. ü
343
Fr«rueNoo Is¡nrco Cesreñpoe
3M
Le PnprsxsróN RssancrroRrA EN rr Pnocrso PrNel
6. ¿CONTRADICclÓNSISTÉMICA?
A nivel de bosquejo es de destacar una situación normativa que podría
presentar defectos sistémicos con relac¡ón al modelo de acumulación de pre-
tensiones autónomas asumido por el CPP del 2004. Efectivamente, tal como
lo asevera Del Río Labarthe, nuestra norma procesal presenta una deficiente
regulac¡ón de la persecución de la acción civil en la etapa intermedia, dejan-
do un casi inexistente campo de acción al actor civil26. En esa línea de ideas,
podemos apreciar que, en su artículo 349.L.g), establece que la acusación
fiscal deberá contener el monto de la reparación civil (...), para encontrarle
senüdo a esta norma, debemos partir de un criterio teleológico, a partir de
determinar que nuestro ordenamiento procesal ha buscado que el perjudica-
do logre una adecuada reparación del daño sufrido a partir de dotarlo de un
mecanismo procesal consistente en una acumulación autónoma de preten-
siones en sede penal.
Teniendo en consideración el criterio mencionado y en aplicación del
método sistemático por comparación con otras normas27, podemos partir
del contenido claro e indiscuüble establecido en elartículo 11.1del CPP del
2OO4, que establece que la legitimidad procesal del fiscal para perseguir la
pretensión resarcitoria cesa cuando el perjudicado se incorpora al proce-
so como Actor Civil, en esa línea de ideas, la norma bajo comentario solo
tendrá lógica regulativa si es que estamos en un contexto en el que el agra-
viado no se ha consütuido en actor civil, y por ende, el Mínisterio Público
mantiene la legitimidad legal ya mencionada para perseguir la pretensión F
EI
resarcitoria. o
permitirle al Fiscal pretens¡onar en F
Caso contrario, de existir actor civil, rI'
U)
su acto postulatorio de acusación, el pago de una reparación civil, sería per- EJ
U
mitir que un sujeto del proceso se irrogue ilegalmente atribuciones de las l)
6
zrt'
26 DEL RíO LABARTHE, G. Op. cit., p. 74 y ss. a
27 RUBIO CORREA, Marcial. ElSistema Jurídico. lntroducción ol Derecho.8e edición. Fondo
Editorial de la Pontifi cia Universidad Católica del Perú. 1ima, 2000, p. 267. ü
u5
FrnNeNoo Inrruco CesreñEoe
346
La PnrrrNsróN R¡sencrron¡e rN m ftocrso PrNer
Frente a este panorama, nos inclinamos por sostener que una de las
soluciones radica en que el Ministerio Público al momento de formular acu-
sación en un proceso en el que exista actor civil, debe de manera expresa
abstenerse de emitir pronunciamiento alguno con relación a la reparación
civil por carecer de legiümidad procesal para ello a tenor de lo establecido
por el artículo L1.1 del CPP del 2OO4. No debiendo el Juez de la invesügación
Preparatoria obligarlo a emitir pronunciam¡ento por un mero prurito forma-
lista, ya que es de recordar que las formalidades tiene sentido en la medida
que buscan garantizar derechos fundamentales, pero en el caso que el Fiscal
no emita opinlón sobre la pretensión resarcitoria no genera vulneración de
derecho fundamental alguno ni mucho menos indefensión del actor civil, ya
que es de tenerse en cuenta que la naturaleza de esta pretensión es civil y,
por ende, se rige por dicha normatividad, en ese orden de ideas, elsujeto del
proceso legiümado para su persecución, esto es elActor Civil, ya formuló su
acto postulatorio cuando presentó su solicitud de constitución en actor civil,
allíestá contenida su explicación respecto a los daños sufridos y la cuantifi-
cación de los mismos, y como acto postulatorio, en aplicación del principio
procesal de congruencia, el Órgano Jurisdiccional se encuentra obligado a
pronunciarse respecto de él: elJuez de Garantía a nivel de saneamiento (eta-
pa intermedia) y eljuez de Fallo a nive! de Juzgamiento.
Caso contrario si vamos a pretender que la pretensión resarcitoria y su
cuantía dependan de un sujeto sin legiümidad procesal como es el Fiscal, en-
tonces cabe preguntarnos para que obligamos al agraviado a consütuirse en
actor civil y a probar su pretensión, sifinalmente quien va a judicializar dicha
pretensión y quien va a fijar su cuantía es otro sujeto procesal. En ese orden
de ideas, mejor el agraviado no se constituye en actor civil, y deja que el Fis-
cal ejerza la legitimidad legal a la que ya hemos hecho alusión. Obviamente,
no tiene senüdo, y asumir una interpretación formalista, a nuestro criterio,
afectaría el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva del actor civil, al limi-
tarle una vía judicial a través de la cual pueda accionar en aras de obtener un
resarcimiento del daño sufrido. r{
E'
A modo de conclusión señalamos Io siguiente:
o
F
a) Al consütuirse el agraviado en actor civil, cesa la legitimidad procesal rr
U,
del Ministerio Público de perseguir la pretensión resarcitoria, tal como EI
g
lo establece el artículo 11.1. del CPP del 2@4. a
b) La solicitud de consütución en actor civil es similar a una demanda y o
zrti
como tal contiene el acto postulatorio del Actor Civil, por ello, es que (n
se le exige que explique cómo sufrió los daños ocasionados por la comi-
sión del delito, que explique en qué consisten estos daños, que cuanti- ü
u7
FrRNeruoo Inrnrco Cesreñspe
(/) Definición
t¡l
z Elartículo 111.1delCPP del 2004, señala que eltercero civiles la perso-
o
U na que conjuntamente con el imputado tiene responsabilidad civil por
las consecuencias del delito. En ese sentido es de precisar que se trata
rI]
(r) de un sujeto del proceso cuya vinculación al proceso penal está referida
t¡l
únicamente a la pretensión resarcítoria de naturaleza civíl, ¡azón por la
f
F¡
tr¡
Fl
28 DEVIS ECHANDIA. Hernando. Teorío generol del Proceso. Tomo l. Editorial Universidad.
0 Buenos Aires, 1984, p. 49 y 50.
348
Le Pn¡rrxslóN R¡seRclroRrA EN m Pnocrso PENaI
349
Frnr'¡eNoo InEnrco Cesrnñroe
i 32 LOUTAYF RANEA, Roberto y FELIX COSTAS, Luis. Lo occión civil en sede penal. Editorial
Astrea. Buenos Aires. 2002, p.223.
350
Le Pnrrn¡¡sIótl RESARCTToRTA rru m Pnocrso PrNar-
352
Le DrrsRMrNecróN Juolcrlt. or re REpenecróN Crvn-
COMENTARIO 2:
I. ¡NTRODUCCTóN
El presente artículo aborda elámbito de la responsabilidad civilderivada
del hecho punible o acto constituüvo de delitol, entendida como la disciplina
que se ocupa de la indemnización de los daños ocas¡onados por actos huma-
nos que contravienen el deber genérico de no causar perjuicio a los demás y
que, a su vez, el Derecho los considera lesivos a bienes jurídicos penalmente
tutelados o, desde la posición funcionalista sistémica, lesivos a la firmeza de
las expectativas normaüvas esenciales que pretenden la estabilización social.
La connotación problemática se manifiesta en que, a pesar de existir
normas taxativas, la sociedad considera que la justicia penal está orientada
exclusivamente a prevenir y reprimir conductas delictivas efectivizando el ius
puniendiestatal, sin embargo, se pierde de vista un aspecto trascendental,
el referido a la problemática socioeconómica de las vícümas del daño, en-
tendido como el menoscabo a intereses jurídicamente tutelados, ya sean de
índole patrimonial o extrapatrimonial, realidad que nos revela un escenario
de agraviados desprotegidos.
En ese contexto, es necesario hacer referencia a un aspecto íntimamente
relacionado con la cuestión, como lo es la actuación de los órganos jurisdic-
cionales penales en el proceso de determinación de !a reparación civil; en tal
senüdo, de los pronunciamientos a los que se ha tenido acceso, a través de
publicaciones periódicas o por recopilaciones de diversos autores, se advierte
una reducida aplicación de la teoría de la responsabilidad civil, deficiencia que
se traduce en la ausencia de criterios uniformes y la consiguiente vulneración
de la garantía consütucional de moüvación de las resoluciones judiciales.
ri
ffJ
constitutivo de delito genera consecuencias de carácter penal,
El acto o
como lo es la imposición de una pena o medida de seguridad, y en tanto 14
f¡l
(r)
lr
* U
Juez Superior de la Corte Superior de Justicia de la Libertad. o
1 Denominación que se considera más acorde con su naturaleza de "responsabilidad civil o
derivada del delito". Esta úlüma denominación deja entrever que la existencia del delito, z
lr
jurídícamente considerado, es el presupuesto del cual se deriva la responsabilidad civil, v)
ello en estricto no es así, pues un acto puede generar tanto responsabilidad civil como
responsabilidad penal. ü
353
|uelr Ro»orro Znuone Bennoze
o
rr¡
F¡
BOLDOVA PASAMAR, Miguel Ángely AIASTUEY DOBÓN, Carmen. Las consecuencios juri
dicos deldelito en el nuevo CMigo PenolespoñoL Coordinador Luis Gracia Martín. Tirant
t lo Blanch. Valencia, 1996, pp. 472-473.
354
Le DErsRñm.racróN ]uorcrar op r-e RpenecróN Clvrr
(, LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Derecho Penal. Parte general. Tomo l, Gaceta Jurídi-
rr¡
F]
ca, Lima, 2OO4, p.348.
NADAL GÓMEZ, lrene. Et ejercicio de occiones civiles en el proceso penol. Tirant lo Blanch,
ü Valencia, 2002, p.25.
356
Le DrrsRrnflrtacróru ]uorcw or re RspARAcróN Crvn
F
rtf
LOPEZ BELTRÁru Of HEREDIA, Carmen. Efectos civiles det detito y responsobilidad extro- a
fr,
controctuol. Tirant lo Blanch, Valencia, L997, p. L3. U
GALVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino. Lo reporoción civil en el proceso penal.ldemsa, Lima, o
L999, p. 59. o
GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino. "Naturaleza jurídica de la pretensión civil en el pro- z
EJ
(h
ceso penal y de la reparación civil generada por el del¡to". En: Modernos tendencias de
dogmáüca penal y política criminal. Libro homenaje ol Dr. Juan Bustos Romírez. Dirigida
por José Urquizo Olaechea. ldemsa, Lima, 2007, pp. 368-369. $
357
]ueN Ronouo Zeuone Benroze
No nos referimos al ütular del bien jurídico penalmente tutelado, sino a quien puede
verse afectado por las consecuencias de la lesión de intereses privados jurídicamente
protegidos.
(t)
,¡l 13 Esta disposición guarda relación con lo dispuesto por el artículo 1 de la Ley Orgánica del
z Ministerio Público que establece gue: "El Ministerio Público es el organismo autónomo
o del Estado, que tiene como función principal la defensa de la legalidad, los derechos
O
ñ ciudadanos y los intereses públicos: la persecución del delito y la reparación civil", adop-
r¡l tando un criterio protector de la vícüma.
(r)
rr¡ A propósito de ello, es bastante cuesüonable lo resuelto por la Sala Civil Transitoria de la
Fl
Corte Suprema de Jusücia en la Casación N' 2182-2006-Santa (publicada en El Peruano
(J
rq del 03-07-07): el Tribunal sosüene que si en el proceso penal se ha señalado una repa-
Fl ración económica a favor del actor, quien en dicho proceso se constituyó en parte civil,
i ello no es óbice para gue, con mayores elementos de juicio, se reclame ante la vía civil el
quantum indemnizatorio correspondiente a la lesión ocasionada al actor.
360
Le D¡rrnrr¿mecról¡ Juorcw os Le REp¡necróN Crvu-
361.
fuarv Rooorro Zauone Ben¡oze
i
362
Le DrrrnuwacrótqJuorcml pr re Rrpenecror.¡ Cvn
363
JuaN Rooorro Zeuone BeRsoze
364
La DsrrnrvlINecróN ]uorcur or re RrpenecróN Cnar
t7 ZARZOSA CAMPOS, Carlos E. Lo reporoción civil del ilícito penol. Rodhas, Lima, 2001, a)
p. L75. o
18 El artículo 285 del Código de Procedimientos Penales, v¡gente en gran parte del terri- z
torio nacional, establece que la sentencia condenatoria deberá contener, entre otros, a
el monto de la reparación civil, la persona que debe percibirla y los obligados a saüsfa-
cerla. ü
365
|uaN Rooorro Zeuone BeRsoza
U)
r¡¡ 3. La valoración deldaño
z
I9 La determinación de la reparación civiles un proceso argumentaüvo a
través del cual eljuez penal, valorando los medios probatorios apor-
a
E¡ tados por las partes: a) acredita la existencia del supuesto de hecho
u)
r¡¡
F]
t)
t¡¡ CASTILLO ALVA, José Luis. los consecuencios jurídico-económicas del delito. ldemsa,
-¡ 1ima,2001, p.83.
GUILLERMO BRINGAS, Luis. "La naturaleza jurídica de la reparación civil derivada del de-
$ lito". En: Actuolidad Jurídico.Tomo L49, Gaceta Jurídica, Lima, abril 2006, p. 87.
366
L¿ DnrrnuruecróN ]uucter on re RrpeneclóN Cryn
carga subjeüva, no son ajenas a ella los daños coR con$ecuencias patri-
o
F
F
moniales. trl
lr1
¡tt
La doctrina reconoce dos slstemas de valoración de los daños. El prime- U
ro de ellos es el slstema de resarclmlento tasado, en el que la fórmula o
indemnizatoria está prevlamente establecida según el tipo de daño y o
z
rIJ
con lfmites máximos. Que se pueda conocer ex ante cuáles son los mon- (¡,
tos máximos que pueden ser fijados, abona en la predictibilldad de las
resoluciones j udiciales. i
367
]uaN Rooorro Zeuon¿ Bensoze
(r)
r¡¡
z
o El segundo de los sistemas, utilízado en la mayoría de los países, es el
O
denominado de libre valoración judicial. En este sistema, la fórmula
ñ
r¡¡
(/)
resarcitoria es establecida a criterio del juez, pero debiendo siempre
ir¡
F¡
vincular su decisión con la prueba actuada. Este sistema privilegia el
(J análisis de las particularidades del daño en el caso concreto; sin embar-
f¡¡ go, tiene como dificultad la posibilidad de que la discrecionalidad se tor-
F.l
ne en arbitrio y que casos similares se resuelvan con pronunciamientos
0 d ia metra I me nte d ife rentes y hasta contrad ictorios.
368
Le DrrrRuNecrór{ Juorcml or re RrpanecróN Crvn
369
JuaN Rooolro Zarr¡onn Bannoze
370
Le DsrlnhfiNrcró¡¡ |irorcrel DE LA RspeRAcróNr Cnnr-
371
JueN Rooolro Zarrrona Ben¡oze
372
Le DsrEnN{lNecróN Juotcw ps Le RrpenecróN Crr,rl
373
]uaN RoooLFo ZAMoRA BeRroze
a
14
z de los cortviv¡éntes, a quienes seles excluye), ha sido dejado de lado porel nuo,ro Código
o Procesal ,Peñal, cuyo artículo 98 establece que la acción reparatoria en el proceso penal
U
L¿
solo podrá ser ej€rcitada por qu¡en result€ perjudicado por el delito, es decir, por quien
f¿¡ según la"tey civíltsté tegiümado para'reclamar la reparación, y en su caso los daños y
ii)
lrJ perju icios producidos pbr el delito.
r¿¡
24 PALACIOS MÉLENDEZ, Rosario Sotange. "Derechos hurhanós, proceso penaly reparación
(, civil. Acerca de lá cuantificación del daño inmater¡al'en el proceso penal con especial
r¿l
'Ét .a ilos criteriós'estaUtec¡¿os
rcTer€ncia iur.isprudencíátrnente^por la CIDH". En,Respohsabi-
lidod Civil tt. lldcio una untficación de cri.terios de cuantifkoeión de,tos doños,eh moteria
$ civil, penal y laboral. A cura de Juan Espinoza Espinoza.,Rodhas, Lima, iulio, 2005, p. 54.
374
Le DrrenrvrrNecróN ]uucml or ra RnpaRecrón Cryu-
tv. coNclusloNEs
1. La reparación civil es el resarcimiento at que se encuentra obligado
quien produjo un daño corno consecuencia de la perpetración de un
hecho punible. Los preceptos para su determinación provienen det De-
recho Civil por ser parte de la denominada responsabilidad civil extra-
contractual cuyo ?cto ilícito generador de daño es a la vez constitutivo
de delito.
2. La determinación de la reparación civil es un proceso argurnentaüvo a
través del cual eljuez penal, valorando los medios probatorios aporta-
dos por las partes: a)acredita la existencia del supuesto de hecho ilícito,
b) verifica la eonvergencia de los elementos de la responsabilidad civil
en la premisa fáctica, y c) estima una fórrnula resarcitoria satisfactoria
para la persona periudicada.
3. La valoración del daño forma parte de la actividad jurisdiccional de de-
terrninación de la reparación civily comprende la verificación de la exis-
tencia, naturaleza y extensión del daño, con el propósito de establecer
una relación lógica y proporcional entre su idenüficación y el resarci-
miento integralal que queda obligado el responsable.
4. En general, la responsabilidad civil derivada del hecho punible no ha
merecldo mayor atención por parte de los órganos jurisdiccionales pe-
nales en e] Perú. La exigencia normativa de determinar la reparación
civil no se ha materializado en pronunciamientos debidamente moüva-
dos en los que se analicen los supuestos de hecho según la teoría de la
responsabilidad civil.
Ft
V. BIBTIOGRAFíA o
jurídicqs del detito ts
ALASTUEY DOBÓN, Carmen y otro. Los consecuencias E'
co
en el nueva CódiEa Penal espoñol. Coordinaeión de I,uis Gracia Martín. Tirant Erl
H
lo Blanch. Valencia, 1996. E
o
ALPA, Guido. Nueva trotodo de la responsabilidod civl. Traducción y no-
tas de Leysser L. León. 1e edición en castellano. Jurista Editores. Lima, 2006.
zf.f
(n
375
Juau Rooorro ZeuoRa Ben¡oza
376
La DprrnnmecróN ]uorcnr or le RrpenecróN Cvn
377
JuaN Rooolro ZevronR Bengoze
378
CAPíTULOUT
EL QUE RE'.LANT E PART'CULAR
379
Nurvo Cóorco Pnocssel PsNal
T|TULO V
ELTERCERO CIVIL
380
Nurvo Cóorco Pnocrsar PrNer-
LIBRO SEGUNDO
LA ACTIV'DAD PROCESAL
sEcctÓN t
PRECEPTOS GENERALES
TíTULO I
LAS ACTUACIONES PROCESALES
CAP|TULA I
US FORMALIDADES
Artículo 774.ldioma
7. Las actuaciones procesoles se realizon en castellano,
2. Cuando uno persono no comprenda el idioma o no se exprese con
focilídad, se le brindará la oyudd necesaria pard que el dcto puedo
d esa rrol I a rse re g u la rm e nte.
3. Deberá proveérseles traductor o intérprete, según correspondo, o
las personos que ignoren el castellono, a quienes se les permita ha-
cer uso de su propio idíoma, dsí como d los sordomudos y a quienes
tengan algún impedimento para dorse a entender.
4. Los documentos y los grabociones en un idioma distinto del español
deberán ser troducidos cuando seo necesario.
381
Nurvo Cóorco Pnocrsar P¡Nel
CI CAPíTULO Ü
t¡¡
q)
fr¡
US ACTAS
F¡
3U
Nusvo Cóorco Pnoc¡ser PrNal
2. El acta debe ser fer;hoda con indicscíén del luga¡ oño, mes, dío y
hora en que haya sido redaclvdo, los perconas que hon interueni-
do y una reloción sucinta o integrol <egún el case de los octos
realizodos. Se debe hocer constar en el acta el cumplimiento de lds
disposiciones especiales previstas pora los actuaciones que así lo
requieron.
3. Será posíble la reprcducción audiovisual de la oauocién procesal,
sín perjuicio de efeduorse la transcripción rcsgxtivo en un ado. La
Fiscalla de la Nacilin y el Conseio Ejecutivo del Poder tudicidl, codo
uno en su ánbftq en función a las p*lbíltdodes de lo lnstitución,
didarán disposkiones que permitan su uülizociiín.
CONCORDANCIAS; fi. lV" ZXLZM-MP-FN (Regtomentos e:laborados por la Co-
¡nisióttinerna de Regla nentacióa Direr,livmy demtús norñas de adecuación al
Ns áto Cillgo Prure§ ül P€n ült.
4. El octa será suscrita por él funciondrlo o atrtofidad que dirige y por los
de¡nús interuinientes, prania leaura. Si otgiuno tn puede o no quiere
flrmar, se'deJorá constancia de ese heaho. Si alguien no sabe firmar,
púrá'hoterlo,en su lugar, otrdpetsond,astt rtrego o'bien untes@
de octuación, sin perJukio & que se imprima su hwllo.,digital.
CAPfTULO I'I
LA;S DISPOSICIONES Y US R$OLUCIONES rr
ET
C)
Añículo 122. Actos dd Minis.ierio hibliao r{
f4,
t. Él.Ministerío P.útiko, en il
á¡¡tb¡to de su interuamílin ea el proceso,
c/)
tEf
dlcto Disposiciotes y'Providé'ncios, y formulo Mqudrimientos. U
2. Los'Disposicioircs se'dictan para decidir: a) el inicio, lo crlminua- a
o
cióit o'el atchivo de las actuac'nrres; b) 'lo conducclón @|npulsiw z
tfJ
de un imputoelo, testtgo o perito, anndo pese a ser empkzado U)
383
Nuevo Cóorco PRocsser PrNer
384
Nunvo Cóorco Pnocrsar PsNer-
CAPíTULO IV
¿AS NOTIFICACIONES Y CITACIONES
385
Nurvo Cónrco PRocpser fJuruer
ArtftstolSo ffici,o
8l twifuús ib las §ligertirpruc#@dos poro $anr bs citucianes y
aotifusc¡mes'* Iulrá roastor :par ewi&,"
ar) ,llrtícdlo r.3!* Dtf,ruf,ta de tu ñsciltn
,¡l
z L §t¡lqry rylre.cffitr ¿futtw inffilsfiÉffir, b rwfiEr;iún tp surtirá
o .qhrüDarffiúe
(,
ñ a, t+W a*Aas error golre rf, iúañdrd & {a ryetrrina na@a;
fq
Ü)
,bt f,ü Üryostuíón ofuresoftrcñrín "W siim. ñfrcrifu an fu*la irr;oalt-
E¡¡
*¡ @;
(9 4 Ea la tiligarrcia,fio conste la {eclw o, cffi tutespondo,Ia fecha
fq
F¡ "deomryadehqia;
t*
i d, §í'¿¡t.b'Wa,etW*,fiifu b §¡rru &
A1frw¡da.
rydrert tm @uodo la
386
Nusvo Cóprco ftocrser PsNer
CAPÍTULOV
CO M U N I CACIÓ N E NT RE AUTORI DAD ES
387
Nu¡vo Cóprco Pnocrser PsNar
CAP|TULO VI
LA FORMACIÓN DEL EXPEDIENTE FISCALY IITDICIAL
388
Nurvo Cóolco PRocnser PsNrer-
389
Nurvo Coorco Pnocuser- FsNer
390
Fonvecrów our Expeorsm Juorcmr y CueprnNos uN sr NuEVo
Moorlo on Pnocsso PrNru-
COMENTARIO:
I. INTRODUCCIóN
Según las normas del nuevo Código Procesal Penal de 2004 --en adelan-
te, NCPP-, debe formarse un expediente fiscal en la etapa de la invesügación
preparatorial, y un expediente judicial en la etapa de juzgamientoz, asimismo,
deben formarse cuadernos ante los requerimientos que efectúan las partes,
tales como: cuaderno de requerimiento de prisión preventiva, que se forma
391
VÍcron Raúr Rsvrs Arv.qnaoo
IUz üdas durante la etapa intermedia y los documentos, informes y dictámenes periciales
que hayan podido recabarse, así como -de ser el caso- las actuaciones complementarias
o
r¡¡ realizadas por el Ministerio Público.
v)
f¡¡ Que ha sido aprobado por Resolución N' 748-2006-MP-FN del 21 de Junio de 2006, que
F]
en el artículo 1 del Reglamento establece que üene por objeto normar la formación de la
(, carpeta fiscal, denominada "expediente fiscal" en el Código Procesal Penal, para la cus-
t¡l
F¡
todia, conservación, traslado, recomposición y archivo de las actuaciones del Ministerio
Público en la invesügación del delito.
ü Artículo 134 del NCPP. Contenido del expediente fiscal.
392
Fonuecrów our Exp¡omm Juorcul y CuaosRNos EN EL Nusvo
Moosr-o oE PRocsso Psxnr-
r¿1
5 Montero Aroca, )uan. Principios del Proceso Penal. Tirant lo Blanch, Valencia, 1997, p. 98.
6 lbídem, pp.53-55. ü
393
Vfcron RAtrL RÉyE Arvenepo
394
FonvecróN opr Expepmx'rn ]uolcw y CutornNos EN EL Nusvo
Moonro or Pnocrso PrNer
Expediente fiscal;
- Se forma en la etapa de investigación preparatoria.
- Obran todos los actos de investigación que permi-
ten decidir la acusación.
- Una vez concluida la investigación debe ser de-
vuelto alfiscal pues luego de ella es innecesario.
Expediente judicial:
- Se forma con todos los actuados recabados e in-
corporados al expediente fiscal.
- También las actuaciones complementarias del
Ministerio Público.
ri
rn
o
F
fr
Sin embargo, debe manifestar que en la prácüca y de acuerdo con la observación de las CN
EJ
carpetas fiscales. En ningún caso he podido apreciar que en alguna disposición se haya U
dispuesto el inicio del proceso y la formación de la cárpeta fiscal, así por ejemplo: En la
o
dísposición fiscal número OL-2007 de fecha 21. de septiembre de 2007, donde díspone o
aperturar diligencias preliminares por 15 días. Tampoco se ha dispuesto el inicio del pro- zrfJ
C,)
ceso y la formacién de la capeta fiscal cuando se dicta la disposición de formalización y
conünuación de la investigación dictado con fecha 6 de octubre de2007, recaído en la
carpeta fiscal número 1006024500-2007-406-0. Caso: Espíritu Maldonado, César. ü
395
Mcron Reúr REvss Arveneno
396
FonuecróN orr Expromm ]uorcmr v Cue»rnNos EN EL Nurvo
Moosro pr Pnocrso PsNer
397
VÍcron Raúr RsYEs Arvaneno
398
Fonuacróru ort. Expporsm Juoroar y CueornNos rN rL Nurvo
Moonlo os PRocrso PrNrl
Artículo 351,.3 del NCPB establece que: "(...) Elfiscal podrá en la misma audiencia, pre-
sentando el escrito respecüvo, modificar, aclarar o integrar la acusación en lo que no sea
sustancial; el juez, en ese mismo acto correrá traslado a los demás sujetos procesales
concurrentes para su absolución inmediata".
11 Artículo 37t.2 del NCPP, establece lo síguiente: 'Acto seguido, el fiscal expondrá resu-
midamente los hechos objeto de la acusación, la calificación jurídica y las pruebas que
ofreció y fueron admiüdas (...)".
Artículo 387 del NCPP, prescribe que el fiscal, al realizar su alegato de cierre, puede so-
licitar alternativamente lo siguiente: a) Si los cargos materia de la acusación provisional
formulados en el alegato de apertura (aunque según la norma remíte a la acusación r<
rr
escrita, que en nuestro concepto no resulta adecuado), se encuentran probados en mé- a
rito a la prueba que se actuó en eljuicio, indicará la calificación jurídica del hecho pro- F<
trl
bado, la responsabilidad penal y civil del acusado, precisando la pena y reparación civil. C,)
ln
b) Podrá pedir aumento o disminución de la pena, si en el desarrollo deljuicio han sur- g
gido nuevas razones, puede inclusive variar su pretensión para imponer una medida de o
seguridad. c) Puede corregir la acusación de simples errores materiales, o incluir alguna o
circunstancia, siempre que no modifique esencialmente la ¡rnputación ni provoque in- z
tf,
q,
defensión y sin que sea considerada una acusación complementaria. d) Puede retirar la
acusación, si considera que los cargos formulados contra el acusado han sido enervados
en eljuicio. fr
3W
Vfcron Reúr Rrv¡s Alvenaoo
En un proceso penal, que se encontraba en trámite en segunda instancia por haber sido
apelada la sentencia, el abogado del acusado solicitó la nulidad de los actuados, y pidió
sea devuelto al juzgado de origen, porque no se había incorporado el escrito de acusa-
ción al expediente judicial. Solicitud que no fue aceptada en mayoría por el Tribunal Su-
perior, según argumentos similares a lo sostenido en el presente artículo. Pero hubo un
(n voto minoritario que sosüene lo contrario. La resolución d¡ctada sobre el particular, por
1¡] la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Huaura - Lima Perú, Exp.
z N' 2007-01122, caso: Rosales Yupanqui Frank Gino, véase en Villavicencio Ríos - Reyes
o
U Alvarado. Ob. cit., pp. 59 y ss.
o Artículo 374.2. Du¡ante el juicio el fiscal, introduciendo un escrito de acusación comple-
rr¡ mentaria, podrá ampliar la misma, mediante la inclusión de un hecho nuevo o una nueva
(t)
rr¡ circunstancia que no haya sido mencionada en su oportunidad (...).
F]
BINDER, Alberto M. lntroducción al Derecho Procesal Penol. Primera edición. Ad Hoc
(, S,R.L., abril 1993, p.228.
r¡l
F]
Código Procesal Penal Chileno.
Artículo 333. Lectura o exhibición de documentos, objetos y otros medios. Los documen-
ü tos serán leídos y exhibidos en el debate, con indicación de su origen.
400