Está en la página 1de 10

TIPOS DE TEXTOS

Para clasificar un texto se puede atender a varios criterios: su modalidad


(narrativo, descriptivo, argumentativo…), el canal empleado (orales o escritos), el
registro usado (formales e informales), el lenguaje (periodísticos, publicitarios,
literarios)
Al hablar de tipos de textos estamos clasificando los textos de acuerdo con su
macroestructura, es decir con la organización de su contenido.

ARGUMENTATIVO:
La argumentación, comparte con la explicación la estructura problema-solución o
pregunta-respuesta, pero se diferencia de ella en la índole del tema del texto. La
explicación expone un saber ya construido y socialmente aceptado, en tanto que
la argumentación justifica una posición acerca de fenómenos, acciones o
acontecimientos que admiten efectiva o potencialmente más de un punto de vista,
es decir, acerca de los cuales no hay consenso. En tiempos de Galileo, por
ejemplo, la teoría heliocéntrica era objeto de argumentaciones, pero hoy en día,
cuando ya está firmemente establecida en el conocimiento científico, los textos
que se refieren a ella son explicativos. La distinción entre los dos polos, por
supuesto, no es estricta, y muchos textos oscilan entre ambos.
La modalidad argumentativa, que desde ahora llamaremos argumentación, tiene
como objetivo presentar pruebas convincentes que apoyen una tesis, opinión o
punto de vista. Toda buena argumentación de basa en principios lógicos y
dialécticos, con unos argumentos razonables, pero no rotundos e inapelables, ya
que frustraría la necesaria controversia entre posturas. De ahí que la
argumentación no se refiera a certezas (que evidentemente no necesitan ser
debatidas), sino a probabilidades que se encadenan en una relación de causa-
efecto (unas provocan a otras). Los argumentos son piezas clave en el “éxito” de
la argumentación, en la finalidad de influir en el destinatario del texto. En esta
modalidad son recomendables la claridad del razonamiento y el orden en que se
presentan los mismos. El objetivo de convencer de nuestra postura al
destinatario debe hacemos planificar estratégicamente la presentación. El fin
perseguido puede ser la adhesión a nuestro punto de vista, o el abandono de tesis
contrarias, o impulsar alguna acción. La argumentación precisa, además de la
solidez de los argumentos presentados, de cierta habilidad persuasiva o de
carisma del autor. Destreza muy necesaria cuando no hay hechos demostrables
que se puedan aportar. De ahí que la función del lenguaje predominante sea la
apelativa o conativa. Desde el punto de vista de la gramática, la argumentación se
caracteriza por el uso de subordinadas causales, consecutivas y condicionales.
¿Cuál es la estructura de un texto argumentativo?

El objetivo de un texto argumentativo es explicar un punto de vista de forma clara


y sencilla, apoyándolo sobre datos y una consecución lógica que lo respalde.
Para ello, sigue esta estructura:
 Introducción/tesis: explica brevemente el tema sobre el que trata el texto y
aporta el contexto necesario para que el lector comprenda la postura que
vas a defender. En la introducción se presenta la tesis, que es la idea
principal que se defiende en el texto. 
 Cuerpo de la argumentación: suele constar de tres o más párrafos en los
que se aportan los razonamientos y datos que apoyarán el punto de vista.
En cada párrafo debes centrarte en una idea diferente y empezar
estableciendo de forma clara cuál será la idea que quieres desarrollar. Aquí
se incluyen tanto las posturas contrarias que vas a refutar como las propias,
aunque el orden dependerá del enfoque que elijas. 
 Conclusión: el párrafo final debe centrarse en la argumentación final que
sostiene la tesis, sintetizando los argumentos más importantes que se han
desarrollado en los párrafos precedentes. Aquí ya no debes incluir ideas
nuevas, sino destacar lo fundamental para la defensa de la tesis.

EXPOSITIVO

La modalidad expositiva, que desde ahora llamaremos exposición, tiene como


objetivo presentar y explicar pensamientos, conceptos o ideas entre los que no
predominan las intenciones valorativas (propias de la argumentación), ni las
conexiones temporales (propias de la narración). La objetividad es uno de sus
principios y por ello abunda en textos científicos, didácticos y divulgativos,
característicos de los ámbitos periodístico y académico, que están
predeterminados por el tipo de destinatario al que se dirigen. De los contextos
mencionados se deduce que los textos expositivos deben transmitir una
información fiable y verdadera, es decir, rigurosa. No perdamos de vista que el
objetivo del autor es que se comprenda lo que se expone. Para ello se vale de
la clasificación, la síntesis, la comparación, el contraste, la analogía, la definición
(apoyada por una descripción técnica), el resumen y el ejemplo. En el nivel
morfosintáctico de la lengua, la exposición se caracteriza por presentar oraciones
enunciativas, compuestas; verbos en presente intemporal, tercera persona, formas
impersonales, etc., además de un léxico preciso y poco polisémico.
Estructura y tipos de textos expositivos
Los temas tratados en la exposición, que generalmente se refieren de manera
directa a la realidad, aparecen de forma clara, coherente y ordenada. Los
contenidos que constituyen el tema serán expuestos de manera gradual para
facilitar la comprensión. La exposición de un tema se estructura, generalmente, de
la manera siguiente:
1. Introducción. Se presenta el tema, concepto o idea que se va a trabajar.
2. Desarrollo. Explicación ordenada de los elementos que constituyen ese tema.
La propia naturaleza del tema, si es más general o más concreta, determina que la
explicación tenga tipos diferentes de estructura.
Veamos las dos principales:
• Estructura analizante (con ordenación deductiva). La idea de partida es general
y, después, se van presentando aspectos de interés, casos concretos, detalles,
etc. Con el objetivo de no perder la visión global y configurar en el oyente/lector un
esquema claro del análisis, estas parcelas del todo se enumeran, se describen, se
definen, se comparan, se ejemplifican, etc.
• Estructura sintetizante (con ordenación inductiva). Se presentan primeramente
los aspectos concretos y se va componiendo la idea general, que viene a servir de
conclusión. Como vemos, esta estructuración es muy semejante a la forma de
presentar los argumentos en la modalidad argumentativa. De ahí que la propia
argumentación sea un recurso de la exposición y que algunos autores la
consideren como una “submodalidad” dentro de la exposición (recuérdese lo que
al respecto dijimos al inicio del capítulo). A su vez el desarrollo puede ser:
• Cronológico: se expone un fenómeno o un proceso de manera secuencial.
Pensemos por ejemplo en una exposición de un hecho histórico.
• Lógico: explicamos por qué se ha producido un determinado conflicto social
(relación causa-efecto).
• Jerárquico, cuando ordenamos los elementos de acuerdo con su importancia:
primero los determinantes para la comprensión de una idea y, posteriormente, sus
detalles.
Conclusión. Se resumen las ideas más importantes. Se recupera el tema,
concepto o idea inicial y se valora la información dada. Los textos de la modalidad
expositiva se clasifican según el público al que están destinados y, en
consecuencia, a su grado de dificultad para la comprensión del tema.
Así pueden distinguirse:
• Textos divulgativos sobre temas de interés general, destinados a un público no
especializado.
• Textos especializados sobre temas específicos que exigen del público unos
conocimientos previos en una materia.
Para diferenciar la exposición de la argumentación hay que detenerse en sus
fines: la exposición presenta una tesis y la explica, no pretende defenderla ni
provocar polémica, ya que tiene un fin informativo o divulgativo; la argumentación
sustenta con razones (argumentos) la validez de la tesis, tiene un fin de
convencimiento y adhesión. La exposición persigue que el oyente/lector entienda
la tesis; la argumentación, que la acepte y la haga suya.

INSTRUCTIVO
Los textos instructivos tienen como propósito dirigir las acciones del lector.
Muestran pasos a seguir, materiales y como lo dice su propio el
nombre: instruyen en alguna actividad. Generalmente se aplican para resolver
problemas de la vida cotidiana, por ejemplo: cómo utilizar un televisor, como armar
un juguete, cómo cocinar algún alimento, cómo instalar una computadora, cómo
pintar un cuarto, etc.

El texto instructivo suele describir la lista de elementos necesarios para realizar la


tarea correspondiente y, por supuesto los pasos a seguir en el procedimiento. Un
ejemplo muy común son las recetas de cocina, cómo usar un determinado
producto (una lámpara, por ejemplo), las guías de tejido de ropa con determinadas
técnicas, los manuales de construcción de muebles por piezas.

Función

Los textos instructivos tienen como función orientar los procedimientos en forma
detallada, clara y precisa para realizar alguna característica. Guían sobre cómo
accionar algún aparato o sistema, como por ejemplo, los manuales de uso de
materiales tecnológicos, arreglar artefactos, recetas de comida, etc.

Estructura

La estructura de este tipo de textos es la siguiente:

 Título del texto.


 Breve introducción a la actividad a realizar.
 Materiales o Ingredientes a usar.
 Procedimiento o Preparación (en caso de ser una receta): Indica la
forma de realizar alguna actividad de manera clara y específica.
 Imagen (opcional, pero no menos importante): Es recomendable
agregar una, para mejorar la experiencia del lector; aunque muchos
prefieren no utilizarlo.

NARRATIVO
La modalidad narrativa, que desde ahora llamaremos narración, se caracteriza por
presentar una historia a través del tiempo -d e ahí el predominio de verbos en el
texto- y por establecer entre los acontecimientos (reales o ficticios) una relación
lógica. Dicha relación se conecta por un hilo conductor: una persona, un lugar, una
época, etc.
A pesar de que el devenir natural de los hechos en una narración suele ser lineal
en el tiempo (viene del pasado y termina en el presente), hay géneros que
organizan los hechos de acuerdo a criterios como la importancia informativa de los
mismos. En el periodismo, por ejemplo, las noticias dan prioridad a la aparición de
los hechos más relevantes, continúan con los secundarios y finalizan con los
detalles más anecdóticos. Esta técnica es lo que se conoce como pirámide
invertida. Preferentemente lineales en la sucesión de las acciones son las
narraciones literarias tradicionales, aunque el orden temporal puede ser
manipulado en la literatura con fines estilísticos.
Aunque cuando se habla de la narración suele acudirse a fragmentos literarios, no
debe suponerse que ésta sea una modalidad exclusiva de la literatura. No
obstante, hemos de reconocer que a la literatura pertenecen sus muestras más
antiguas, las más representativas y las de mayor calidad, desde los cantares de
gesta hasta las novelas más actuales.
Estructura y tipos de narración:
Los hechos, acontecimientos o episodios que se secuencian en la narración se
organizan en una estructura más o menos estándar. Primero, la introducción, que
presenta una acción desencadenante de la trama argumental, enmarcada en un
lugar y en una época -sus coordenadas espacio-temporales que constituyen el
escenario de las acciones-, y en la que participan uno o varios protagonistas
(principales y secundarios). Segundo, el nudo, en el que se desarrollan y suceden
los hechos; y tercero, el desenlace, donde se resuelve la trama y se termina la
secuencia de acciones. Las narraciones pueden ser objeto de una clasificación
más pormenorizada teniendo en cuenta cómo son los elementos que en ella
intervienen. Se pueden hacer entonces consideraciones atendiendo a diversos
aspectos:
A) La veracidad de los hechos narrados, que divide la narración en:
• Narración verídica {o fática): se narran hechos reales

Narración ficticia (o literaria): se narran hechos imaginarios.


La participación del narrador en ios hechos, que divide la narración en:
• Narración en primera persona: el sujeto es la persona que cuenta los hechos.
Así sucede en este fragmento de la novela La enferma, de Elena Quiroga (1921-
1995): No había habido burla o broma cuando nos encontramos. Yo salí del avión
una de las últimas porque la gente se apresuraba y mi butaca estaba casi en
cabeza de la cabina, y caminé hacia la salida. Le vi. Nos abrazamos
estrechamente, sinceramente, me besó en la cara, apretándome contra él,
riéndose, efusivo.
• Narración en tercera persona: el sujeto es testigo de los hechos, pero no
participa en ellos. Sirva de ejemplo este fragmento de la novela Pedro Páramo, de
Juan Rulfo (1918-1986):
El padre Rentería pasó junto a Pedro Páramo procurando no rozarle los hombros.
Levantó el hisopo con ademanes suaves y roció el agua bendita de arriba abajo,
mientras salía de su boca un murmullo, que podía ser de oraciones. Después se
arrodilló y todo el mundo se arrodilló con él.

DESCRIPTIVO
La modalidad descriptiva, que desde ahora llamaremos descripción, tiene como
objetivo presentar personas, objetos, lugares, sentimientos..., dando detalles
concretos de ellos: cualidades, rasgos o características. La importancia en el texto
del propio elemento seleccionado -y a sea real o imaginario-, y de su contexto
físico, provoca una abundancia de sustantivos y adjetivos, relacionados con
verbos como ser, estar, haber, tener, observar. . así como también proposiciones
adjetivas y adverbiales de lugar, tiempo y modo.
Pasos y clasificación de la descripción
Elaborar una descripción supone un proceso que tiene sus etapas. Primero,
necesitamos observar aquello que vamos a describir, analizarlo detenidamente
para descubrir los detalles que nos interesan (estructura, color, forma, etc.), qué
entorno físico y qué circunstancias lo rodean. De todo ello seleccionamos, en una
segunda fase, qué es importante para nuestra descripción, dependiendo de si nos
vamos a centrar en una presentación analítica (de las partes del elemento hasta
conformar el todo), o cronológica (transformación del elemento en el tiempo), o de
efecto acumulativo (progresión de los detalles hasta conseguir un clímax emotivo).
Ya en el tercer paso, se organizan los rasgos seleccionados anteriormente y se
presenta el elemento según queramos desarrollar la descripción (del todo hacia
sus partes, del interior al exterior, de lo cercano a lo lejano; o al revés).
Las descripciones pueden ser clasificadas según:
A) La finalidad de la descripción, y así podrán ser:
• Descripción técnica. El objetivo de este tipo de descripción es informar; por ello
su punto de vista es objetivo. Es frecuente encontrarla en textos científicos, donde
se describe un elemento de la naturaleza o de la sociedad dando detalles de su
forma, estructura, funcionamiento, finalidad, etc. Los textos expositivos suelen
hacer uso de este tipo de descripción. Veamos un ejemplo en el que se describe
un tipo de orquídea:
La Orquídea de Bertoloni (Ophrys bertolonii) es una orquídea variable (que
puede presentar pequeñas variaciones). Hojas lanceoladas, a veces formando
roseta basai Cada planta tiene entre 2 y 10 flores, con tépalos de rosados a
verdosos. El labelo es redondeado, peloso y oscuro y presenta un espéculo de
color azul brillante.
• Descripción literaria. El objetivo de este tipo de descripción es estético: detallar
la impresión que produce una persona, un animal, un hecho...; por ello su punto
de vista es subjetivo. La descripción aparece entonces moldeada por las
emociones del autor, y en ella son frecuentes las figuras literarias (metáforas,
símiles, metonimias...). Observe cómo describe Benito Pérez Galdós (1843-1920)
a Doña Perfecta en la novela del mismo nombre:
Negros y rasgados los ojos, fina y delicada la nariz, ancha y despejada la frente,
todo observador la consideraba como acabado tipo de la humana figura; pero
había en aquellas facciones cierta expresión de dureza y soberbia que era causa
de antipatía. Así como otras personas, aun siendo feas, llaman, Doña Perfecta
despedía. Su mirar, aun acompañado de bondadosas palabras, ponía entre ella y
las personas extrañas la infranqueable distancia de un respeto receloso; más
para las de casa, es decir, para sus deudos, parciales y allegados, tenía una
singular atracción. Era maestra en dominar, y nadie la igualó en el arte de hablar
el lenguaje que mejor cuadraba en cada oreja
. B) La naturaleza del elemento descrito, y así podrán ser:
• Topografía: se describe un lugar: su extensión, topografía, aspecto general y
particular, etc. Así describe Camilo José Cela (1916-2002) el pueblo de Taracena
en Viaje a la Alcarria:
Taracena es un pueblo de adobes, un pueblo de color gris claro, ceniciento; un
pueblo que parece cubierto de polvo, un polvo finísimo, delicado, como el de los
libros que llevan varios años durmiendo en la estantería, sin que nadie los toque,
sin que nadie los moleste. El viajero recuerda a Taracena deshabitado. (...) Sobre
la fachada de una casa, unas camisas muy lavadas, unas camisas tiesas, rígidas,
que parecen de cartón, brillan como la nieve.
• Cronografía: se describe un tiempo, una época o periodo histórico. Veamos
esta descripción del Renacimiento:
Entre 1350 y 1550 la sociedad europea occidental conoció y vivió una auténtica
revolución espiritual, una crisis de perfiles muy nítidos en todos los órdenes de la
vida; una profunda transformación del conjunto de los valores económicos,
políticos, sociales, filosóficos, religiosos y estéticos que habían constituido la vieja
civilización medieval, aquella que había sido definida, con un cierto desprecio,
como la edad de las tinieblas.
• Prosopografía: se describe el aspecto físico de una persona, animal o cosa. Se
dan detalles de su anatomía, forma, color... cualquier rasgo observable que lo
caracterice. Leamos este fragmento de la disposición de las estrellas en el cielo
durante el invierno:
La Osa Mayor aparece muy cerca del horizonte, en el Norte. Siguiendo la línea de
las dos estrellas delanteras, y a unas cinco veces su distancia, se puede
descubrir la Estrella Polar, que parece estar quieta en el cielo durante todo el año.
Es el extremo de la Osa Menor, sólo visible en cielos oscuros. Siguiendo esa
línea, y a la misma distancia de la Estrella Polar que la Osa Mayor, aparece
Casiopea, en forma de W (o M, según se mire). Está cercana al cénit. Hacia el
Este, a media altura, está la constelación de Auriga, en forma de pentágono. Su
estrella más brillante es Capella. Entre ésta v Casiopea, está la constelación de
Perseo.
• Etopeya: se describe el carácter, los rasgos morales o psicológicos de una
persona. Debemos mencionar sus aptitudes, actitudes, hábitos, personalidad...
Veamos este fragmento de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós:
Debía en gran parte su prestigio a su gran valor; pero también a la nobleza de su
origen, al respeto con que siempre fue mirada allí la familia de Lazan y a su
hermosa y arrogante presencia. Era joven. Había pertenecido al Cuerpo de
Guardias, _y se le elogiaba mucho por haber despreciado los favores de una muy
alta señora, tan famosa por su posición como por sus escándalos. Lo que más
que nada hacía simpático al caudillo zaragozano era su indomable ^ serena
valentía, aquel ardor juvenil con que acometía lo más peligroso j difícil, por simple
afán de tocar un ideal de gloria.
• Retrato: se describe, conjuntamente, el físico y el carácter de una persona. Es
la unión de la prosopografía y la etopeya. Léase el ejemplo antes citado de Doña
Perfecta.
• Caricatura: se describe exageradamente los rasgos físicos o morales de una
persona, con el propósito de hacerle una crítica o ridiculizarla. Así ocurre en el
soneto “A un hombre de una gran nariz”, de Francisco deQuevedo (1580-1645):
Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Erase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.
Vistas las dos primeras modalidades textuales, narración y descripción, que tan
frecuentemente aparecen asociadas, podemos afirmar que mientras la narración
se basa en sucesiones temporales que presentan la variación de los elementos,
de su relación con un contexto y de la transformación de este propio contexto, la
descripción se detiene en el elemento y sus partes, detallando cómo coexisten
estas partes simultáneamente en el espacio. De ahí que, narración y descripción,
se orienten en dos ejes diferentes: el temporal, la una, y el espacial, la otra.

También podría gustarte