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Introducción:
CRISTALES PARASPORALES
Desde el instante en el que ocurre el englobamiento de la pre-espora hasta su
maduración, en simultaneidad con la formación de la espora, tiene lugar en B.
thuringiensis la síntesis de uno o varios cristales parasporales, que pueden representar
hasta un 30% del peso seco del esporangio. Estos cristales pueden presentar distintas
morfologías y pueden clasificarse en bipiramidales, cúbicos, cuadrados aplanados,
esféricos y otras formas atípicas menos frecuentes. Se logró en muchos casos establecer
asociaciones entre la morfología del cristal, sus proteínas Cry constituyentes, el peso
molecular de éstas y su espectro de actividad insecticida (Tabla 2). Sin embargo, existen
trabajos en los que se describieron cristales parasporales que, a pesar de tener
morfologías asociadas a una toxicidad específica, no parecen poseer actividad
insecticida alguna. Los cristales de B. thuringiensis pueden ser degradados por la acción
de los microorganismos del suelo y, al igual que sus esporas, también pueden ser
inactivados por la acción de la luz ultravioleta. El cristal parasporal se ubica en el
interior del esporangio y, por lo general, fuera del exosporio de la espora, y ambos son
finalmente liberados tras la lisis celular. Existen algunos casos donde se describieron
cristales dentro del exosporio, por lo que estos continúan junto a las esporas tras la lisis.
En otro caso muy atípico, se pudo observar que los cristales se forman fuera del
exosporio, pero ambos permanecen indefinidamente dentro de un esporangio que no se
lisa, preservándolos de una rápida degradación. Cada cuerpo de inclusión cristalino
puede estar constituido por proteínas Cry de una o varias clases que se agrupan entre sí
mediante puentes disulfuro. La estabilidad de estas uniones condiciona el pH de
solubilización del cristal (ver “Mecanismo de acción”). Particularmente en el caso de
los cristales bipiramidales,
Características de las δ-endotoxinas
Las δ-endotoxinas son el componente paraesporal predominante en la mayoría de
subespecies de Bt (Bulla, 1980), donde existen variaciones en el número, la forma y la
composición de estas inclusiones (Aronson et al., 1986). Cada cuerpo de inclusión
cristalino está constituido por proteínas Cry y Cyt (del inglés Crystal y Cytolitic,
respectivamente) de una o varias clases, las cuales les confieren un amplio y diverso
espectro de acción insecticida (Porcar y Juárez-Pérez, 2004). Ésta actividad biocida
actúa sobre ciertas especies de insectos entre los órdenes Lepidóptera, Díptera y
Coleóptera durante el estadio larvario. La definición de proteínas Cry es muy amplia,
pero de manera general es una proteína paraesporal de 130 a 140 KDa, que muestra un
efecto tóxico hacia algún organismo, verificable por bioensayos o cualquier proteína
que muestre similitud con las actuales proteínas Cry. Por otra parte, las proteínas Cyt
denotan a las proteínas paraesporales de Bt que muestren actividad hemolítica o tengan
similitud a la secuencia de las toxinas Cyt (Barloy et al., 1996). Las toxinas Cry y Cyt
son proteínas globulares formadas por tres dominios estructurales discretos. El dominio
I está formado por siete estructuras α-hélice, donde una hélice central está rodeada de
otras seis. Se ha propuesto que este dominio, participa en la formación de poros en la
membrana de las células del intestino del insecto susceptible. El dominio II está
formado por tres láminas de estructura β en antiparalelo. Este dominio participa en la
interacción con el receptor, que se encuentra en la cara apical de la membrana epitelial
del intestino medio del insecto blanco, determinando así la especificidad de la proteína.
Finalmente, el dominio III es una estructura β- plegada que también parece estar 12
involucrada en especificidad y que participa en la protección contra proteasas (Bravo y
Cerón, 2004). Hasta el 2015, han sido descritas 305 proteínas, clasificadas en 74 grupos
de diferentes clases y subclases, las cuales están reportadas en la base de datos de
Crickmore. La familia de genes que codifican para estas toxinas es la familia del gen cry
(Crickmore et al., 1998; Schnepf et al., 1998). Una característica común de los genes
cry es su expresión durante la fase estacionaria de crecimiento. La gran mayoría de los
genes cry que se conocen pertenecen al grupo cry1 y estos son sin duda los más
estudiados. (Crickmore et al., 2008).
Figura 2: Estructura tridimensional de la proteína insecticida Cry1Aa producida por
Bacillus thuringiensis. Tomado de De Maagd et al. (2001)
MECANISMO DE ACCIÓN:
El mecanismo de acción de las proteínas Cry se describió principalmente en
lepidópteros como un proceso de múltiples etapas. Los cristales de B. thuringiensis son
ingeridos y luego solubilizados en el intestino medio del insecto, tras lo cual se liberan
las proteínas cristalinas en forma de protoxinas. Estas no producirán el daño per se, sino
que deberán ser procesadas por proteasas intestinales para generar las toxinas activas
que llevarán a la muerte de la larva. Bajo su forma monomérica, las toxinas atraviesan
la membrana peritrófica y se unen de forma univalente a la caderina, con gran afinidad
en la cara apical de la membrana epitelial. Luego, de acuerdo con estudios realizados en
cultivos de células de insectos, se inicia una cascada de señalización dependiente del ion
magnesio que sería responsable de la muerte celular. Además, el inicio de esa cascada
de señalización estimula la exocitosis de caderina desde vesículas intracelulares hacia la
membrana apical de la célula y aumenta el número de receptores; por ende, recluta un
número mayor de toxinas libres que amplificarían la señal inicial. Por otro lado, con
base en experimentos in vitro y bioensayos, se propone que la unión de los monómeros
a caderina facilita el clivaje proteolítico sobre el extremo N-terminal de la toxina. Este
último clivaje induce el ensamble de los monómeros y se establece una forma
oligomérica pre-poro. Esta estructura incrementa la afinidad por un receptor secundario
como puede ser la aminopeptidasa N o la fosfatasa alcalina. Por último, la unión a ese
segundo receptor facilita la formación de un poro en el epitelio del intestino medio, esto
provoca un desequilibrio osmótico y la consecuente lisis celular. El tejido intestinal
resulta dañado gravemente, lo que impide la asimilación y retención de compuestos
vitales para la larva y lleva a la muerte del insecto. La muerte puede acelerarse al
germinar las esporas y proliferar las células vegetativas en el hemocele del insecto.
Broderick et al. descartaron estas posibilidades y demostraron que la mortalidad
inducida por B. thuringiensis dependería en esencia de ciertas bacterias entéricas que
son parte de la microbiota normal del intestino del insecto susceptible, ya que sólo B.
thuringiensis no sería suficiente. Estas bacterias serían responsables de causar la
septicemia en el insecto luego de que B. thuringiensis les permite alcanzar el hemocele
tras dañar el epitelio intestinal.
además genes para uno o más ARN de transferencia (ARNt) [Figura 5]. El producto de
la transcripción del operón a partir de dos promotores, P1 y P2, situados en la región
anterior a rrs, es procesado por la enzima ARNasa III mediante cortes en sitios
específicos que separan las tres clases de ARNr, el/los ARNt y las dos IG (Rodicio y
Mendoza, 2004).
El ARNr 16S es un polirribonucleótido de aproximadamente 1500 b, codificado por el
gen rrs, también denominado ADN ribosomal 16S (ADNr 16S), a partir de cuya
secuencia se puede obtener información filogenética y taxonómica. Como cualquier
secuencia de nucleótidos de cadena sencilla, el ARNr 16S se pliega en una estructura
secundaria, caracterizada por la presencia de segmentos de doble cadena, alternando con
regiones de cadena sencilla [Figura 6] (Neefs et al., 1990). El ARNr 16S procede de las
subunidades pequeñas de los ribosomas (ARNr SSU, del inglés, small subunit), estas
subunidades pequeñas se encuentran altamente conservados, presentando regiones
comunes a todos los organismos, pero además contienen variaciones que se concentran
en zonas específicas.
El ARNr 16S presenta una serie de características, con base en las cuales fue
considerado por Woese (1987) como cronómetro molecular definitivo ya que se trata de
una molécula presente en todas las bacterias actuales, por tanto, se considera una diana
universal para su identificación. La estructura y función del ARNr 16S han permanecido
constantes durante un tiempo muy prolongado, de modo que las alteraciones en la
secuencia reflejan probablemente cambios aleatorios. Dichos cambios ocurren de
manera suficientemente lenta, como para aportar información acerca de todos los
procariotas a lo largo de toda la escala evolutiva. Los ARNr SSU contienen, sin
embargo, suficiente variabilidad para diferenciar no sólo los organismos más alejados,
sino también los más próximos. El tamaño relativamente largo de los ARNr 16S (1.5
kb) minimiza las fluctuaciones estadísticas. La conservación en estructura secundaria
puede servir de ayuda en las comparaciones, aportando una base para el alineamiento
preciso. Dado que resulta relativamente fácil secuenciar los ARNr 16S existen amplias
bases de datos y en continuo crecimiento. No obstante hay que tener presente que
actualmente en taxonomía se recomienda la identificación que utiliza criterios
fenotípicos junto con datos de secuenciación. Esto implica que la secuenciación del
ARNr 16S no aportará siempre una identificación definitiva a nivel especie (Patel,
2001).
Antecedentes:
JUSTIFICACIÓN
Uno de los objetivos de la biotecnología agrícola es reducir la dependencia del uso
intensivo de insecticidas químicos sin afectar la productividad del campo, teniendo
como consecuencia la reducción tanto en el costo de insumos como de los problemas
ambientales. Una alternativa para estos problemas es el control biológico de plagas con
el uso de patógenos para mantener reducidas las poblaciones. Uno de los patógenos más
utilizados es Bacillus thuringiensis, capaz de producir una δ-endotoxina altamente
tóxica y específica, utilizada para formular bioinsecticidas denominada proteína Cry. En
México, desde 1999, la venta de bioinsecticidas a base de Bacillus thuringiensis se
incrementó en un 15-20% anual, mientras que en el mercado internacional representa de
120-140 millones de dólares (Tamez, et al., 2001). Algunas proteínas Cry que no tienen
actividad insecticida, presentan actividad citotóxica contra varios tipos de células de
vertebrados incluso contra células cancerígenas humanas (parasporinas). Bacillus
thuringiensis es una bacteria cosmopolita que se puede aislar de suelo, hojas, insectos
muertos, etc. Esta característica ha generado la constante búsqueda de nuevas cepas
productoras de proteínas Cry para usarse en el control biológico de plagas. Así como de
cepas productoras de parasporinas como potencial tratamiento contra el cáncer. Por lo
tanto, en el presente trabajo se propone obtener aislados de B. thuringiensis de suelos de
la región del Papaloapan productoras de proteínas Cry o parasporinas.
OBJETIVOS
Objetivo General
- Aislar y caracterizar cepas de Bacillus thuringiensis de muestras de suelo obtenidas en
Paraiso,
Objetivos específicos
- Aislar selectivamente cepas de Bt a partir de muestras de suelo encontrados en zonas
intervenidas y no intervenidas con actividad agrícola en Paraiso.
-Aislar cepas puras de Bacillus Thurigiensis capaces de producir proteínas Cry.
- Demostrar la efectividad de las toxinas de Bt sobre larvas de Lepidopteras como el
Dione June.
Materiales:
Muestra de tierra:
Los suelos son una fuente con una gran de cantidad esporas de B. thuringiensis, para el
aislado de cepas se tuvieron que recoger en puntos específicos de campo de chacra de
localidad Paraiso- provincia de Huaura a la altura de peaje para la entrada a la ciudad de
Huacho, los 5 puntos donde se tomaron las muestras de suelo fueron en las
coordenadas:
1ro S: 11° 12, 166’, O: 77° 32, 714’.
2do S: 11° 12, 150’, O: 77° 32, 725’
3ro S: 11° 05, 401’, O: 77° 21, 276’
4to S: 11° 45, 837’, O: 77° 07, 543’
5to S: 12° 21, 771’, O: 76° 51, 520’
En cada punto se tomaron de 0.5 a 1 kg de tierra en bolsas herméticas esteriles, a 20 cm
de profundidad.
Muestra Biológica:
Ya que las esporas son las causantes de muerte de muchas larvas de Lepidopteras
también se recolectaron muestras de larvas muertas, con una pinza estéril se pusieron en
frascos estériles de tapa de rosca y fueron llevados al laboratorio, cualquier especie de
larvas pero las que se encontraron en mayor cantidad de población fueron de
Lepidopteras como el Dione June, las plantaciones de maracuyá.
Medio A-80: Este medio propuesto por Arcas et al. (1984), se utilizó para la obtención
del complejo espora-cristal de la cepa Bt de referencia.
Agar Nutritivo (AN): Este medio se utilizó para la preservación, en punciones, de las
cepas de Bt aislada. Para 1 L de solución se agregaron 22,5 g de Agar Nutritivo en 1 L
de agua destilada. Se preparó en una fiola en agitación y calentamiento. Posteriormente,
se agregaron 5 mL del medio en viales de vidrio, se esterilizaron a 15 lb por 15 min.
PLAN DE TRABAJO:
METODOLOGIA: