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 Nombre del Trastorno

Trastorno especifico del lenguaje

El trastorno en el desarrollo del lenguaje es una de las manifestaciones que se


observa con mayor frecuencia en el consultorio pediátrico. El hecho de hacer
correcciones a tiempo de los problemas del lenguaje permite al individuo no sólo la
capacidad para poder expresar todo su mundo interior, sino ayudan a mejorar la
capacidad de auto modulación de conductas, así como la organización del
pensamiento. Existen los llamados “periodos críticos” o “ventanas de oportunidad” y
éstos se refieren a los periodos en que es posible adquirir ciertas habilidades o
destrezas de manera natural, sencilla y perdurable. Si por alguna razón el pequeño
perdió ese periodo crítico, no será capaz de utilizar esa habilidad tan bien como
debería y no podrá aprenderla apropiadamente. La planificación del tratamiento
incluye educación y entrenamiento de los padres, terapias de apoyo tempranas que
van más allá de lenguaje, y el sistema motor es también muy importante. El personal
de salud involucrado tiene múltiples roles en la prevención, detección, diagnóstico y
manejo del niño con problemas de lenguaje.

El trastorno específico del lenguaje (TEL), llamado también disfasia término en desuso
consiste en la alteración en el desarrollo del lenguaje en un contexto de normalidad en
los demás parámetros evolutivos. No se escapa lo sutil y difícil que puede resultar fijar
un límite entre un RSL y un TEL.

Manifestaciones clínicas del trastorno

como término integrador del perfil clínico que caracteriza el trastorno,


reconociendo la importancia de tener claridad sobre su presentación durante
las fases del desarrollo del lenguaje infantil, y no como un trastorno adquirido;
por tanto, la sigla a la cual recurrimos es la de TEDL.

Criterios diagnósticos
El criterio diagnóstico de inclusión basado en la medida de 1,25 DE por debajo
del desarrollo del lenguaje normal para la edad, como diagnóstico en
escenarios de investigación y en casos de niños a edades muy tempranas con
manifestaciones leves, cuando es difícil diferenciarlos de los niños con un
desarrollo normal del lenguaje. Sin embargo, en la clínica, en aquellos niños en
los que es muy clara la ausencia de otros trastornos que expliquen la dificultad
de la comunicación, no es práctica establecer el diagnóstico bajo este criterio
como única prueba de evaluación. Por esta razón, se han de definir unos
criterios clínicos claros, que permitan que las personas que están en contacto
con estos niños puedan sospechar el diagnóstico de una manera más clara y
específica, ya que, en presencia de criterios psicométricos rígidos, éste se aleja
de la sospecha diagnóstica. Por otra parte, se recomienda no apurarse para
hacer un diagnóstico en aquellos casos difíciles, ya que será necesario
reevaluar al paciente, vigilar la evolución natural del trastorno y realizar de
nuevo las pruebas

Prevalencia:
Temblón definió la prevalencia de TEDL en un 7,4% para la población general
de niños de 5 años. En este estudio se utilizó un criterio de alteración de 1,25
DE por debajo de la media, en dos o más de cinco medidas del lenguaje de
producción y comprensión. Este criterio tuvo buena sensibilidad (85%) y una
alta especificidad (99%) [1,2,31]. Es más común en hombres que en mujeres,
con una relación 2,8:1, aunque otros estudios han definido una relación mayor,
4,8:1.

Diagnóstico diferencial
Paralelamente, y a medida que se ha incrementado el conocimiento acerca de
este trastorno, se ha ido generando también un volumen importante de
discusión. Sin lugar a dudas, uno de los debates más interesantes y, al mismo
tiempo, controvertidos ha sido el de las posibles diferenciaciones o no, entre el
binomio Retraso de Lenguaje (RL) y TEL. En esta última línea de reflexión,
ocupa un lugar destacado la identificación temprana de niños con problemas de
lenguaje a los que se ha ido definiendo de manera distinta. Así, entre 18 y 20
meses de edad, se les ha puesto la etiqueta de hablantes tardíos o retraso
inicial de lenguaje (late tales), para distinguir un grupo de niños cuya
característica más sobresaliente es un empobrecimiento lingüístico, puesto de
manifiesto a través de un retraso considerable a la hora de iniciar el habla –que
puede resultar anómala, en determinadas ocasiones-, junto con un volumen de
vocabulario muy limitado y una ausencia
Factor de riego
La detección precoz de los niños con retrasos/trastornos del desarrollo del
lenguaje o con factores de riesgo, permite realizar las acciones necesarias de
estimulación para alcanzar el desarrollo de todas las potencialidades
aprovechando los llamados “periodos críticos” o “ventanas de oportunidad”. La
estimulación e intervención temprana constituyen un binomio esencial del
trabajo preventivo desde la primera infancia, con un papel protagónico de las
familias, orientadas y guiadas por los especialistas, colaboradores, promotores
y ejecutores de la estimulación temprana.

Posibles terapias de intervención y su definición:


El marco teórico más extendido en nuestro país es el modelo de la
‘Intervención en tres niveles.

El primer nivel de intervención se denomina ‘estimulación reforzada o


sistematizada del lenguaje: En el primer nivel, el lenguaje oral es el fin y a la
vez es el medio. Se trata de un proceso de intervención que pretende reforzar
los sistemas de adquisición de la lengua oral a través del uso de la misma.
Consta de tres instrumentos: los programas ambientales de intervención a
través de la familia y de la escuela, los basados en ejercicios funcionales y los
basados en ejercicios dirigidos.

El segundo nivel ‘reestructuración del lenguaje:


El segundo nivel, el lenguaje oral sigue siendo el fin, pero se acompaña de
otros medios: la comunicación a través de un lenguaje o sistema de signos no
orales (p. ej., un sistema gestual o un sistema iconográfico). Este segundo
sistema de comunicación tiene un carácter aumentativo: pretende incrementar
la capacidad del individuo para apoderarse del código oral-verbal. E

Tercer nivel ‘sustitución del lenguaje


El tercer nivel supone la sustitución de la lengua oral por otro sistema de
comunicación. En este nivel el lenguaje oral no es el medio ni el fin. El individuo
se comunicará con su entorno a través de otro lenguaje que no es la lengua
mayoritaria de la sociedad donde vive. El sistema de comunicación elegido
tiene aquí un carácter ‘alternativo’: sustituye totalmente al lenguaje oral.
El nivel de intervención se decide en función del estado comunicativo del niño.
En el primer nivel la estimulación reforzada se trabaja con niños que tienen
establecida una comunicación basada en la interacción oral. Su nivel de
desarrollo lingüístico puede estar retrasado, pero interaccionan vocalmente con
su entorno y responden a los estímulos verbales de su familia y educadores.
Podríamos expresarlo diciendo que son niños que tienen un lenguaje no
satisfactorio pero suficientes capacidades para comunicarse con la lengua oral
a través del canal auditivo-vocal. Se trata de niños con trastornos funcionales,
retrasos evolutivos del lenguaje, déficit intelectual ligero/medio o con trastornos
exógenos derivados de un ambiente adverso o poco estimulante. En el
segundo nivel, la reestructuración del lenguaje, nos encontramos con niños con
procesos del input u output del lenguaje seriamente alterados. Su
comunicación a través del lenguaje oral utilizando el canal auditivo-vocal está
seriamente perjudicada. Son niños que no entienden o no se hacen entender
por su entorno más cercano. Probablemente realicen intentos comunicativos
frustrantes dada la escasa o nula eficacia comunicativa que consiguen
establecer. audición muchos niños pueden mantener con más facilidad el nivel
de atención. El tercer nivel de intervención se basa en la adquisición de un
sistema alternativo de comunicación que sustituirá al lenguaje oral. Es la
alternativa plausible en casos de niños que, por su grado de pérdida auditiva o
por sus características motoras o intelectuales, no tienen acceso al lenguaje
oral.

Posibles pruebas neuropsicológicas para evaluar ese trastorno


las praxias visuoconstruccionales,
Las pruebas de fluidez
La prueba de Wisconsin

Técnicas de neuroimagen que se pueden utilizar para la


evaluación del trastorno que eligió.

 Registro fonológico inducido


 Prueba de Lenguaje Oral, MENH
 Prueba de desarrollo inicial del lenguaje, PDIL
 Batería del Lenguaje Objetivo y Criterial (BLOC)
 Análisis del Retraso del Habla, A-RE-HA
 Evaluación fonológica del habla infantil
 Test de vocabulario de imágenes Peabody
 Comprensión de estructuras gramaticales, CEG
Importancia de la Historia clínica

La historia clínica es imprescindible para prestar una asistencia médica de


calidad en la medicina individual, y más aún en la medicina colectiva e
institucional. El motivo que da lugar a su elaboración es siempre la asistencia y
que ésta sea de calidad. La historia clínica tiene tanta importancia en la labor
asistencial que está reconocida como un derecho del paciente y como un deber
y un derecho del médico (Carta de Derechos y Deberes del Paciente, publicada
por el Instituto Nacional de la Salud en 1984; artículo 15.1 del Código
Deontológico; artículo 61 de la Ley General de Sanidad de 1986), que debe
llevar a cabo con el tiempo y los medios necesarios para redactarla. El médico
que no realiza la historia clínica del paciente está incurriendo en falta
disciplinaria de la Ley General de Sanidad con una sanción de multa, y está
cometiendo una negligencia médica que, de ocasionar un daño al paciente, da
lugar al nacimiento de responsabilidad profesional civil y, por qué no, también
penal. La historia clínica debe reunir unos elementos o requisitos para prestar
una asistencia médica de calidad, y ejercer con efectividad el derecho y deber
médico de realizarla. La historia clínica debe ser:

1. Completa:
debe reunir los datos obtenidos de la anamnesis, exploración personal,
pruebas diagnósticas complementarias, juicio diagnóstico y tratamiento,
así como los detalles de la evolución clínica del paciente, los
especialistas a los que ha sido remitido, los documentos de
consentimiento informado y los rechazos al tratamiento de los pacientes
2. Ordenada:

todas las anotaciones deben aparecer en orden sucesivo y


debidamente fechadas. Los datos deben ser exactos y puestos al día. La
LORTAD considera infracción leve (multa de 100.000 a 10.000.000 de
ptas.) no conservar actualizados los datos de carácter personal
automatizados.

3 Inteligible o legible y comprensible.

4. Respetuosa con el enfermo, los compañeros y con la institución y sus


directores.

5. Rectificada cuando sea necesario. No para «ocultar» una mala


actuación médica4, sino con el objetivo de completar y aclarar la historia
del paciente. La LORTAD establece, como deber del responsable del
fichero automatizado, rectificar o cancelar los datos inexactos e
incompletos, y que de no hacerlo, incurre en una infracción leve, o en
una infracción grave, si se deriva de esta conducta un perjuicio para los
derechos de los afectados.

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