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Universidad Central

Curso: Psicología Educativa 1

Profesora: Carolina Astua

Alumna: Damaris Romero

TEMA:

Diferentes trastornos de memoria y técnicas para


mejóralos

Abril 16, 2021


¿Qué es memoria?
El término memoria proviene del latín memorĭa, y es entendido como la capacidad
o facultad de retener y recordar información del pasado. Al ser un término
utilizado en diversas materias y disciplinas, las definiciones más precisas surgen en
ámbitos particulares.

Desde la psicología y la medicina se tiene una concepción similar del término


memoria, ya que en ambos casos se lo entiende como la facultad mental
que permite reconocer, almacenar y evocar sentimientos, ideas, imágenes,
entre otras experiencias. Además nos permite reconocerlas como propias.

¿Por qué es importante la memoria?


La memoria resulta un elemento fundamental en la vida de las personas en distintos
aspectos:

 En primer lugar nos permite acceder a una identidad gracias al


reconocimiento de las experiencias vividas.
 Por otro lado es muy importante en el proceso de sociabilización ya que nos
permite reconocernos no solo a nosotros mismos sino también a aquellos
que nos rodean.
 Además, el concepto de memoria se encuentra muy ligado al del aprendizaje.
Si bien muchos especialistas los reconocen como dos procesos
independientes, a la memoria es una herramienta muy útil para poder
aprender.

Clasificación y tipos de memoria


Existen distintos tipos de memoria, y William James (1890) fue pionero en formular
la distinción entre éstas, pues concluyó que existían la memoria primaria y
memoria secundaria.

Más tarde apareció la denominada teoría multialmacén de Richard Atkinson y


Richard Shiffrin, que entiende que la información va pasando por diferentes
almacenes de memoria a medida que se va procesando. Según esta
teoría, contamos con tres tipos distintos de memoria: la memoria sensorial,
la memoria a corto plazo (MCP) y la memoria a largo plazo (MLP). Las memorias
primaria y secundaria de James, harían referencia a la MCP y MLP
respectivamente.

Baddeley y Hitch, en 1974, en vez de llamarla "memoria a corto plazo", la


denominaron memoria de trabajo por su importancia funcional en el procesamiento
cognitivo, pues permite el cumplimiento de tareas cognitivas como el razonamiento,
la comprensión y la resolución de problemas.

Son enumerados distintos tipos de memorias, algunos de ellos son:

Memoria en relación al tiempo:


Memoria a largo plazo. Esta memoria hace referencia a
los datos o información que pueden ser retenidos durante muchos años. Algunos
ejemplos podrían ser la dirección de la casa donde se vivió en la niñez, la fecha de
cumpleaños de algún familiar o amigo, etc.

Memoria a corto plazo. En este caso los datos e información reciben


un análisis sensorial pero es retenido por cortos lapsos de tiempo.

Memoria inmediata. Este tipo de memoria permite realizar un análisis de la


información que ha sido captada por los sentidos de manera sumamente veloz.

Memoria sensorial:
En este tipo de memoria se incluyen aquellos recuerdos que fueron captados por
medio de los sentidos. Estos a su vez puede sub clasificarse en:

Memoria gustativa. Memoria que se relaciona con los sabores y gustos, por
ejemplo de las comidas. Es una de las memorias menos desarrolladas por los seres
humanos. Sin embargo los catadores, por ejemplo de vino, si recurren a ella
constantemente para realizar comparaciones.
Memoria visual. Es la que permite registrar aquellas cosas que han sido captadas
por medio del sentido de la vista. Gracias a este tipo de memoria resulta posible
recordar por ejemplo el rosto de las personas o recordar lo que se lee.

Memoria auditiva. La memoria que nos permite recordar aquello que escuchamos
es considerada la más importante ya que a ella se le debe el habla. Además nos
permite almacenar otros sonidos, como ruidos, canciones, tonos, entre otros.

Memoria del tacto. Es aquella que permite que las texturas o superficies de los
objetos sean reconocidas.

Memoria olfativa. Nos permite recordar y reconocer aromas, por ejemplo el


aroma de una comida o de una flor

10 estrategias para mejorar la memoria y optimizar


el estudio:
1. Enfoca tu atención en lo que estás haciendo
La atención es uno de los principales componentes de la memoria. Para que la
información pueda pasar de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo es
necesario enfocarse en esta información. A la hora de estudiar o de intentar
memorizar algo es importante estar en un lugar sin distracciones que nos permita
centrar la atención.

Evita las distracción y huye del “modo multitarea on”

Para ello también puedes practicar mindfulness. A través de esta técnica, aprenderás
a centrar tu atención en un solo estímulo. De esta forma, te ayudará a la hora de
ponerte a estudiar ya que es una forma de entrenar, entre otras cosas, nuestra
atención. Así, cuando estemos estudiando, tendremos menos probabilidades de
distraernos y estaremos más centrados.

2. Establece sesiones de estudio regulares y no lo dejes todo para


el final
No se trata de educar la disciplina, sino de ayudar a nuestra mente a procesar
adecuadamente la información. Se ha demostrado que los estudiantes que
estudian regularmente recuerdan mucho mejor el material de estudio que los que
dedicaron sesiones maratonianas al estudio del mismo material.

Organiza tu tiempo y evita los “atracones”

Al estudiar un poco todos los días, los conocimientos se irán procesando e irán
pasando de la memoria de trabajo a la memoria a largo plazo. Con ello, nos
aseguramos mayores posibilidades de recordar la información cuando lleguemos al
examen. Cabe recordar que la memoria de trabajo es limitada, por lo que si
estudiamos un poco todos los días, iremos almacenando la información de una forma
más adecuada y duradera.

3. Estructura y organiza la información


Los investigadores han demostrado que la información se organiza en la memoria
en grupos relacionados entre sí. Por lo tanto, estructurando y organizando los
materiales de estudio, agrupando los conceptos similares o haciendo resúmenes
con notas tomadas a lo largo del estudio, es más fácil asociar la información
relacionada y así mejorar el estudio.

Simplifica, esquematiza, analiza, relaciona. Tienes muchas herramientas y


tecnología para hacerlo más fácil y entretenido

4. Utilizar técnicas mnemotécnicas para recordar la información


Las técnicas mnemotécnicas son estrategias empleadas para recordar la
información que suelen ser muy personales. Funcionan como una “tecla de
acceso” que nos permiten asociar algo concreto a lo que deseamos recordar.
Algunas técnicas consisten en formar una palabra utilizando las iniciales de las
primeras palabras de una lista para recordar todos los puntos o memorizar una serie
de imágenes o dibujos divertidos, utilizar una canción, etc.
Elabora secuencias o palabras graciosas para recordar: Estudia en positivo.

5. Elabora progresivamente lo que estás estudiando


Para recordar la información es necesario codificar lo que se está estudiando
en la memoria a largo plazo. Para ello, una técnica muy eficaz consiste es
profundizar progresivamente en un concepto comenzando por leer la definición del
término clave, estudiar después ese término y luego profundizar en una definición
más ampliada. Repetir este proceso varias veces favorece la memorización.

Simplifica y añade poco a poco más información, no lo ataques todo de golpe

Cuando realizamos este proceso a lo largo del tiempo, la información accede a la


memoria a largo plazo. Por ello, es importante estudiar un poco todos los días en
lugar de dejarlo todo para el último día. Con esto, lo que se consigue es que la
información almacenada esté desordenada y sea caótica. Por ello, si se estudia y se
profundiza de forma progresiva, la información irá accediendo a nuestra memoria
más sólida.

6. Relaciona la información nueva con lo que ya conoces


Cuando te enfrentes a un material de estudio nuevo y desconocido, piensa primero
cómo puedes relacionarlo con lo que ya sabes. Al establecer relaciones entre las
nuevas ideas y los recuerdos previamente existentes conseguirás recordar la
nueva información mucho mejor.
Pensar en lo que ya sabes te ayudará a darle mayor sentido y significado a la nueva
información

7. Visualiza los conceptos para recordar mejor


La visualización es una de las técnicas más utilizadas y que mejores resultados
da. Para ello, es importante fijarse en las imágenes (fotos, esquemas, gráficos),
utilizar colores y símbolos propios, hacer mapas mentales, dibujos personales, etc.
Cualquier cosa que nos evoque el recuerdo vale. De esta forma, se puede potenciar
la retención de información. Son pequeños trucos para acordarnos del contenido de
forma que el cerebro también almacene la información por la vía visual. Muchos, en
mitad de un examen, hemos pensado alguna vez: “esto es lo que subrayé en
rojo” o “esto es lo que estaba arriba de la página”…
Adornar tus apuntes te ayudará a visualizar mejor la información y a tener un material
de estudio más alegre y positivo. Esto te permitirá mejorar la memoria
8. Cuéntale a otro lo que has aprendido
Las investigaciones sugieren que la lectura en voz de la información mejora
significativamente el proceso de memorización. Los educadores y
los psicólogos han descubierto que cuando los estudiantes enseñan nuevos
conceptos a los demás mejora su comprensión y el recuerdo de los mismos. Para
aprovechar esta técnica puedes estudiar con un compañero o pedirle a alguien de tu
familia o de tu entorno que te escuche.
Si no puedes contar con nadie puedes hacerlo igualmente imaginando una
conversación o utilizando fotografías, pósters, muñecos… cualquier cosa con lo que
te sientas cómodo

La psicología budista, por extraño que parezca, tiene algo que decir al respecto.
Afirma que cuando somos capaces de explicarle a otra persona lo que estamos
estudiando, es la mejor forma de aprender. Por lo tanto, estudiar algo y después
intentar explicárselo a un amigo – o a una foto si estamos solos – nos sirve para
retener una gran cantidad de información.

9. Presta especial atención lo más difícil y reestructura la


información
Los investigadores han encontrado que el orden de la información puede jugar
un papel importante en el recuerdo. Una técnica interesante consistiría en
reestructurar la información, empezando por lo que nos resulte más sencillo recordar,
dedicando un poco más de tiempo a lo que nos resulte más difícil.
Desmenuza la información y conviértela en algo fácil de digerir. Localiza lo que te
cuesta más y dedícale un poco más de tiempo

10. Varía de vez en cuando tu rutina de estudio


Introducir una variante novedosa en la rutina de estudio rompe la monotonía y
aumenta la eficacia de los esfuerzos realizados, ayudando a mejorar la
recuperación de la información a largo plazo. Para ellos basta con cambiar el lugar
de estudio, intentar encontrar otras horas distintas para estudiar o cualquier otra
novedad que nos parezca interesante. No es necesario hacer un cambio radical,
sólo buscar alternativas ocasionales.
Introducir alguna novedad hace más interesante el estudio y nos permite relajar la
mente con un pequeño ejercicio de creatividad para así mejorar la memoria

Más consejos para mejorar la memoria a corto plazo


y tener éxito en los estudios.
Asociar datos con imágenes visuales.

Fragmentación: Recordar un número de diez dígitos es más fácil si se organiza en


grupos de tres.

Escribir con un bolígrafo. Una nota escrita a mano siempre será más útil para activar
la memoria a corto plazo.

Usar tarjetas, preferiblemente creadas por uno mismo.

Ser organizado, el espacio debe estar ordenado para ayudar a despejar la mente.

Fijar información visual en las paredes.

Estudiar un tema diferente en un lugar diferente de la casa.

Crear oportunidades para la repetición, que es clave para la retención de la


memoria.

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